Final Sin Retorno 03
Una nueva situación pone a prueba si mi tratamiento para vencer los celos está o no funcionando, pero creo que lo que deberé ver es más de lo que podré soportar.
Tardamos cerca de media hora en fumarnos un cigarrillo para decidir que había pasado el tiempo justo para entrar al local. Mi corazón latía fuerte, mientras íbamos caminando, de pronto siento como Susana se abraza a mi cintura, haciendo que mi brazo pase sobre sus hombros. Estuve claro que la intención de ella era mostrarnos como pareja, de manera que todos en la disco nos reconozcan como tal, seguramente para que nos dejen en paz y podamos pasar desapercibidos.
La oscuridad del local hizo que nos demoremos en poder ver correctamente la distribución, lo que si distinguimos claramente fue al grupo de chicas que estaban bailando en la pista; era un baile solo de chicas, lo que al inicio me pareció algo completamente normal ya que entiendo que cuando no quieren más compañía las chicas se comportan de esa forma.
_Ven tomemos asiento en el bar - dijo Susana mientras me llevó a una butaca alta justo en el centro del bar –
Efectivamente no teníamos más opción ya que el lugar estaba lleno, pedimos un par de cocteles y Susana me hizo sentar en el butacón, mientras ella de pie se ubicaba dándome la espalda, encajando su cuerpo entre mis piernas y haciendo que mis brazos sujeten su cadera, de manera que al final podíamos ver la pista los dos simultáneamente e incluso podíamos escucharnos hablando muy cerquita.
_Estamos perfectos aquí - me dijo Susana al tiempo que se acercaba mucho a mi oído para hacerse escuchar, lo que inmediatamente me permitió percibir un aroma muy delicado y sugerente que emanaba de su cuello - Desde aquí no nos perderemos de nada.
_¿Y de que se supone podríamos perdernos? - pregunté con algo de ingenuidad, ya que inmediatamente pude ver los distintos grupos de chicos y chicas que estaban en la disco, obviamente había muchas chicas guapas y muy jóvenes, pero el grupo de las chicas donde estaba mi esposa tampoco pasaba desapercibido para nada.
Pronto el ambiente se iba calentando todavía más, las chicas al inicio salieron a bailar en grupo, ante la atenta mirada de muchos hombres que seguramente estaban pendientes de alguna oportunidad con ellas. Incluso había algunos muy avezados que observando que Susana no bailaba y permanecía junto a mí, vinieron a invitarla a salir a la pista; claro que ella con cortesía se negó, pero ni aparentando que soy su pareja desistían.
Cuando la música varió un poco y tocaron salsa, algunos aprovechados incluyendo un muchacho alto y atlético se dirigieron al grupo de chicas del gym, invitándolas a bailar; mi esposa rechazó la invitación pero ante la insistencia del chico terminó por aceptar bailar una pieza.
_Relájate, no pasa nada - me dijo Susana ante la notable incomodidad que tenía en ese momento, que incluso traté de bajarme del taburete donde me encontraba pero estaba muy bien sujeto por parte de Susana - Mira apenas es un desconocido, tu esposa ha venido a divertirse nada más, déjala que baile un poco.
_Pero mira ese tipo, está acosando a Cristina.
_No la acosa, tan solo está tratando de conquistarla. Pero ella sabe que solo está de fiesta, verás como con un par de canciones se deshace de él.
_Pero estoy seguro que intentará meterle mano tan pronto pueda. Tiene una cara de depravado terrible.
_Esteban, por favor, claro que va a intentar meterle mano, tú eres un hombre y si estuvieras en su situación teniendo una chica que está tan buena como Cristina, ¿no intentarías meterle mano, no intentarías besarla? y obviamente si tienes la oportunidad ¿no intentarías llevarla a la cama?; vamos debes aceptar que eso es lo que intentarías.
_Pero es mi esposa...
_Es tú esposa fuera de aquí, pero en este momento y para el resto de chicos no lo es, es tan solo una mujer, una mujer muy guapa y está claro que los hombres van a intentar ligar con ella. Pero ahora no quiero que te concentres en lo que ellos quieren, eso ya lo sabes; quiero que mires a Cristina.
En ese momento estaban ya en la mitad de la canción, obviamente el tipo había abrazado a mi esposa mientras bailaban, a pesar que él quería lograr acariciar su cuerpo, Cristina con mucha gracia esquivaba todos sus intentos, logrando bailar, pero sin pasarse de la raya. El tipo hacía muchos intentos para lograr pegarse firmemente a mi esposa, pero ella era muy buena bailarina y sabía esquivar todos los intentos hasta que justo cuando terminaba la canción, el tipo dio un par de piruetas con ella y justo cuando la iba a liberar pasó su mano justo en su trasero, logrando agarrárselo apenas un segundo.
_Este hijo de puta... - intenté nuevamente bajar de la butaca donde Susana me había encerrado - Le ha agarrado el culo.
_Esteban, tómalo con calma que no la ha violado, ella sabrá manejar esto muy bien. Tú tienes que darle confianza y dejar que los límites que ella misma estableció se cumplan.
En ese momento justo ella golpeó con su mano la de él y en seguida lo empujó dejándolo parado en la pista, mientras se retiraba a la mesita donde estaban las chicas que no bailaban. El tipo trató de tomar su mano, pero ella firmemente lo retiró y lo dejó tirado sin otra opción que buscar una nueva presa.
_¿Ves?, ella es toda una mujer que sabe defenderse y hacerse respetar, no te preocupes por lo que otros hombres intentan, solo dale espacio y confianza a tú esposa y verás como no tienes que preocuparte.
Un sentimiento de enojo nuevamente se apoderó de mí, mientras veía sentarse a mi esposa con el resto de chicas, mi pecho y mi mente estaba como nublada por lo forzado de la situación; yo sabía que ella era una mujer que se haría respetar bajo cualquier circunstancia, pero me enojaba verla bailando, verla moviendo su cuerpo en la pista, verla como enloquecía a los hombres que intentaban por todas las formas llevársela a follar.
_Pero cómo no enojarme; mírala, cómo incita a los hombres a verla, ahí en la pista con su vestido mostrando sus piernas a todos, luciendo su cintura ajustada y sus tetas queriendo explotar del vestido, como no van a tratar de cogérsela si ella se viste así, haciendo alarde de todo su cuerpo como si fuera una fulana.
_Esteban, ¿Estás enfadado con ella? ¿Estás enojado porque ella es hermosa y atrae a los hombres? o ¿Estás irritado por lo que ella hace para atraer a los hombres?
Esas preguntas me llenaron de confusión, estaba enojado por lo que ella hacía o por lo que ella era y ahí me di cuenta que estaba enfadado con ella por cómo era, una mujer muy atractiva, guapa, inteligente y extremadamente fogosa. Ella para mi forma de ver era la perfecta esposa, pero entonces porque estaba enojado.
_No lo sé, creo que estoy enojado porque ella es sexy. -contesté algo confundido aún - Atrae demasiado la atención de los hombres.
_No Esteban, los hombres se sienten atraídos por una mujer sexy, al igual que tú lo fuiste cuando la conociste; pero ahora tu eres su esposo, lograste conquistar su corazón y ahora eres el compañero que eligió, pero ella sigue siendo la misma chica sexy que conociste o incluso más, la misma que tú conquistaste y a la propusiste matrimonio.
Mientras Susana me hablaba al oído, al menos dos chicos más habían tratado de llevar a la pista a mi esposa, pero ella al final había aceptado bailar con otro muchacho que al igual que el anterior trataba de pavonearse ante mi esposa, seguro estaba algo molesta por lo que sucedió ya que incluso la podía ver como buscaba algo entre la multitud mientras seguía bailando, creo que nos buscaba, claro que esperando que no hayamos visto lo sucedido para evitar algún episodio desagradable.
_Sabías que Cristina me contó que su novio anterior era más guapo que tú.
_¿Eso te dijo? - quise ver directamente a los ojos de Susana, no entendía como mi esposa podía haber dicho eso - No te lo creo. No lo conocí, pero no creo que Cristina haya dicho esto.
_¿Crees que no eres suficientemente hombre para ella? ¿Verdad?
_No... No. Bueno no soy un hombre que sale en televisión pero tampoco es eso... Yo soy suficientemente hombre para estar con cualquier mujer.
_¿Estás seguro de ello? Mira a ese chico con el que Cristina baila en este momento, es más alto, más fuerte; a leguas mucho, más guapo. Seguro que con un chasquido de sus dedos ella lo tiene en su cama y listo para follarla, pero ella ahora te busca a ti, sabe que esta noche ha de dormir con el hombre que ella ha escogido de entre todos para estar a su lado.
_Ella te ha elegido a ti Esteban, de entre todos los hombres ella tiene la dicha de estar con quien ella ha decidido estar, y tu deberías ser la persona de la que ella se enamoró, ni más ni menos. No trates de ser quien no eres, pero tampoco te alejes de la persona que ella ama y eso creo que es lo que haces dando más importancia a tus celos que a la oportunidad de disfrutar al estar con tu esposa.
Entonces lo comprendí, mis celos eran debido a que tenía miedo a que encuentre alguien mejor que yo, no me irritaba la otra gente ni lo que intentara, me enojaba ella por ser tan guapa, por ser tan atrayente, pero también tenía ira conmigo mismo, por ser tan regular, por no haber sido tan guapo o al menos estar a su nivel, por ser tan poca cosa.
_Ella seguro puede encontrar alguien más atractivo que yo... Y ella podría enamorarse de él... podría cansarse de mí y de seguro podría encontrar alguien mucho más similar a ella, con más dinero, y seguro se podría enamorar de él, si yo fuera ella creo que eso mismo haría.
_Seguro que si puede encontrar alguien más guapo, fuerte, alto y con mucho más dinero que tú, pero ella está enamorada de ti y eso es lo que a ti te hace mejor que todos quienes pueden acercarse a ella. Debes aceptar esto y ser tú mismo, aprovecha a tu esposa, diviértete y gózala. Ve, sácala a bailar, que el resto de tipos se enteren que tú puedes levantarte a esa chica tan guapa, has que ese tipo tan guapo entienda que ella te prefiere a ti sobre cualquier otro.
Justo en ese momento Susana me liberó del taburete donde me encontraba, tomé fuerza y el resto de mi último trago. Cuando enfoqué donde estaba Cristina, tanto ella como una amiga salían a la pista con un par de chicos diferentes. El más alto tomo de la cintura a Cristina mientras caminaban a la pista, eso al inicio volvió a provocarme un piquete de celos ya que tan pronto saltaron a la pista, vi como Cristina y su amiga se afanaban en el baile con ellos.
_Esteban, tú eres su esposo, porque ella baile con alguien más no te quita a ti del lugar que has ganado en su corazón y en su vida. Ten la confianza de ir cuando quieras y ella seguro cambiará a quien quiera por bailar contigo.
_Lo sé.
La canción estaba por terminar y podía ver como Cristina bailaba con mucho ánimo, pero me pude dar cuenta que a diferencia del otro chico, ella trataba de divertirse con su amiga y pasarlo bien, antes que de coquetear con alguien. Eso me dio los arrestos para poder ir a la pista.
Estuve cerca de la pareja cuando ella estaba de espaldas a mí, por lo que solamente me vio el chico y al lado su amiga.
_Disculpa, pero esta señorita me ha prometido bailar la siguiente canción.
_Pero... - el chico no sabía que decir y mucho menos cuando Cristina me regresó a ver con cara de sorpresa-
_Muchas Gracias, pero justo estaba esperando a mi amigo - dijo Cristina, dejando al chico en total desconcierto, seguramente habrá pensado en las oportunidades que tendría de poder follarse a aquella preciosa mujer y como todo se le fue de las manos.
Comenzó un nuevo baile y la alegría se notaba en Cristina, seguro estaba sufriendo mucho de verme hacer alguna escena o incluso una pelea en aquel lugar en frente de sus amigas, pero en lugar de eso estábamos bailando como dos amigos en la pista.
_Bailas muy bien... "amiga". -dije sonriendo mientras demostraba las clases de baile a las que fui antes de conocer a Cristina.
_Y tú también... amigo - dijo siguiéndome la corriente, mientras veía como el chico se retiraba sin saber qué sucedió.
El ambiente fue muy tranquilo a partir de ahí, cuando regresé a ver, Susana se había marchado dejándonos solos con las amigas de mi esposa, que pronto ya decidieron que debían ir a casa. Todas estaban muy divertidas, especialmente creyendo que Cristina se había levantado un chico, ósea yo, y que éste se ofrecía llevarla a casa ante la total confianza de ella. Seguramente algunas habrán pensado que Cristina se iba a echar una canita al aire, pero eso era problema de ellas, por mi parte no hice ningún esfuerzo por sacarlas de aquella duda.
En el taxi de retorno, nos acabamos besando como adolescentes en el asiento trasero de cualquier vehículo. Sin importarme mucho, deslicé mi mano por todo el cuerpo de mi esposa, que deseosa me permitía todas las travesuras que se me ocurrían como meter mis manos entre sus piernas o agarrar sus senos a la espalda del conductor. Cuando por fin llegamos, en el ascensor del edificio nos fuimos comiendo a besos, de manera que no nos dio tiempo a llegar a la habitación, en el sofá de nuestra sala terminamos desnudos y follando desesperadamente.
Comí el cuerpo de mi esposa que en ese momento me pareció incluso más delicioso, Cristina estaba muy ansiosa, su concha demostraba lo excitada que se encontraba. En un perfecto 69 nos encontramos tirados en medio de la sala, ella subida a mi cuerpo sobaba su pelvis directamente en mi rostro, buscando que mi lengua cubra toda su concha, esperando cada mordida y cada lamida; ella por su parte mordía todo lo largo de mi verga de forma delicada pero firme; después de un solo envión se tragó todo hasta el fondo de su garganta, haciéndome explotar de placer y depositando mi semilla directamente en la boca de mi esposa, que sin desperdicio tomó hasta la última gota.
Por mi parte pude sentir como mi trabajo en su coño daba sus frutos ya que Cristina inundó mi rostro con sus flujos y su aroma dejándome completamente extasiado y al borde del infarto. Cristina no me dio tiempo para recuperarme, no dejaba de tener ese impulso y ese deseo tan fuerte pese a haberse corrido hace unos minutos y aunque realmente no entendía el motivo del mismo, lo aproveche hasta el final cogiéndola en todas las posiciones que más nos excitaban hasta vaciarme completamente en el condón; pero Cristina aún quería más un más que se trastornó en angustia mientras con mis dedos terminaba el trabajo que mi esposa necesitaba para lograr correrse. Un par de minutos faltaron para hacerla estallar en un último orgasmo que al igual que los anteriores llenaron de gemidos nuestra sala.
_Has estado tremenda...
_Tú has estado fabuloso mi amor...
Quedamos dormidos casi al instante, el desgaste había sido muy grande ya que desde hacía tiempo no había tenido un orgasmo seguido por lo que caí rendido sin fuerza para más. Cristina, de igual forma y abrazada a mi cuerpo quedó rendida con una enorme sonrisa en su rostro.
Tras esta pequeña aventura aunque muy excitante vinieron las complicaciones, ya que como yo lo veía estaba curado de mis celos, pero obviamente las cosas no serían tan sencillas. Esa semana estuvimos junto con Cristina viviendo de aire y sexo, de manera que estábamos muy contentos y optimistas referentes a nuestro matrimonio. Yo esperaba ir a las últimas sesiones con Susana, pero ella nos sorprendió nuevamente.
_Esteban, creo que el tema de tus miedos e inseguridades pudieran estar solventados - me decía Susana en una sesión que solo estuvimos los dos - Por lo que esta semana haremos un nuevo ejercicio; la vez anterior los dos estuvimos en la discoteca y pudimos ver a Cristina, pero me dirás que eso no era real ya que ella sabía que estábamos ahí. Ahora te propongo algo diferente, voy a conversar con Susana que ahora que ya te veo mucho mejor ella también trate de salir, tal como hicimos la vez anterior, una salida con chicas a comer algo y beber una cerveza, pero ahora tú deberás quedarte en casa atento a lo que ella misma te vaya contando mediante mensajes.
_De esta forma quiero que me vayas contando tus sensaciones y sentimientos como vas tomándolo todo. Hemos avanzado mucho y quiero que te esfuerces mucho en poder conseguir esto, ten en cuenta que si la prueba no es exitosa, deberemos avanzar a una fase un poco más drástica por lo que aconsejo tomes las cosas con la seriedad del caso y que no te engañes a ti mismo pensando que ya has superado este tema cuando en realidad no.
Las palabras de Susana me decían que iba a tener que pasar nuevamente por la incertidumbre de saber a mi esposa en un antro lleno de ladinos y sátiros que intentarán coger con ella sí o sí. Tomé aire y acepté la prueba ya que de cualquier forma me sentía mucho más tranquilo y seguro de que nada podía pasar con mi esposa, o al menos eso es lo que yo creía.