“Final relajante de noche de fiesta - g -”

Relato real del final de una noche de fiesta, con una experiencia increible.

“Final relajante de noche de fiesta - g -”

RELATO DE _ makubi

Habíamos comenzado esa noche de fiesta el grupo de amigos y amigas de siempre, ya había amanecido y aunque parte del grupo había ido retirándose, aún quedábamos tres chicas y dos chicos de la cuadrilla de siempre así como dos chicos más, conocidos de una de ellas.

La noche había sido la típica del mes de agosto, calurosa y aunque solo eran las 9 de la mañana, el sol ya calentaba a base de bien. Y nosotros, tomando la ultima ronda, la definitiva, en un bar de desayunos, “desayunando” a base cerveza, con una media borrachera difícil de explicar porque creo que la habíamos cogido y quitado ya varias veces a lo largo de la noche. Algo así como anestesiados y con una media sonrisa en la cara que no podíamos borrar.

Las ultimas bromas, el ultimo cachondeo antes de retirarnos con el inconveniente técnico añadido de que debíamos coger los coches y conducir una media de 40 minutos hasta nuestras respectivas casas. Pero creo que ninguno pensábamos en ello…

-          “ Oye, sabéis que estaría de puta madre? Que os parece si en el camino de vuelta, paramos en el pantano que está a unos 5 minutos de aquí y nos pegamos un baño? – quién había hecho esta sugerencia es David, uno de los amigos de una de las chicas y que había conocido esa misma noche.

Nadie respondió al momento, pero lo pensé un segundo y no me pareció mala idea ( con un poco suerte, se nos quitaría un poco el olor de toda la noche, nos despejaríamos para seguir conduciendo…)

-          “A mi me parece bien. Yo me apunto y estaría bien llevar unos botellines de agua” – respondí

-          “ Pero no hemos traído bañadores! – esta era Marta. Ella en su línea de recatada.

-          “Ya ves… En pelotas! . Buscamos una zona discreta y sin más, pero si te sientes incómoda, quédate con la ropa interior puesta !”. – le respondió David. Lo tenía claro.

-          “ Ah, no, no… yo así no… si lo hubiéramos preparado un poco estaría bien, pero así no. “ – de nuevo Marta. Si hubiera respondido otra cosa, tampoco sería Marta.

“ Uf, yo paso… estoy muy cansado …” , “ Yo no puedo, luego tengo comida familiar y paso de liarme…” etc., etc…Con respuestas como estas fueron cayendo todos

-          “Joder, macho, solo quedamos los dos… Qué hacemos?” – Me pregunta David

-          “ A mi me parece una idea cojonuda, la verdad” – Le respondo

-          “ Pues venga, pillamos unos botellines de agua, cogemos los coches y me sigues, que conozco el sitio “

Dicho y hecho… Tras unos 5 minutos siguiéndole con mi coche, llegamos a una pequeña arboleda donde hay varios coches estacionados. El aparca su coche y yo hago lo mismo con el mío.

-          “Desde aquí hay que ir andando. Solo son unos 100 metros. No te olvides el agua…” – me dice.

Caminando llegamos a una zona abierta del pantano, donde hay gente tomando el sol, bañándose…

-          “Me parece que no va ser posible…Esto está lleno de gente…” – le comento

-          “ Vamos un poco más adelante, a ver si encontramos un sitio más discreto” – me responde

La verdad, es que al poco de andar, encontramos un sendero medio oculto entre unos matorrales, lo seguimos y damos con un sitio alucinante. Una roca enorme y lisa que se inclina hasta introducirse en el agua, con una zona de sol y otra de sombra entre los setos, con unas vistas increíbles de todo el pantano.

-         “Este sitio es alucinante “ – le digo

-          “ Ya lo creo… aquí nos quedamos “ – me responde

Me quito toda la ropa, quedándome totalmente desnudo y sin fijarme en nada más, me dirijo hacia el agua. Al meter los pies la noto helada y lo que hago es tumbarme sobre la roca, de cintura para abajo dentro del agua y el resto del cuerpo al sol. Es una sensación de frescor increíble.

-          “Esta fría el agua pero se está de cine..” exclamo mirando hacia los lados para ver donde está David pero no lo veo. Giro la cabeza hacia atrás y le veo tumbado, en pelotas, boca arriba en la zona de sombra.

-          “ Si, se está de cine, pero yo huyo del sol. Prefiero la sombra “ - responde

Todavía tengo la mirada en él mientras responde y me fijo en su cuerpo desnudo. Nunca me han atraído los hombres, pero la verdad, que tiene un cuerpo muy bien proporcionado. Aún no siendo muy alto, su cuerpo es fino, fibroso, muy bien proporcionado pero lo que más destaca es su polla.

Pienso: “ Madre mía, eso no es normal…” Es una polla largaaa. No muy gruesa pero me parece muy larga, incluso es desproporcionada por su tamaño al resto de su cuerpo.

Había tenido alguna vez algún jugueteo en el campo de la homosexualidad y la verdad es que si no había tenido más experiencias quizá fuera o bien por falta de oportunidades o bien porque también me gustan las mujeres una barbaridad. De todas formas, noté que mi polla podría darme algún disgusto por lo que decidí quedarme en el agua, ya que con lo fría que estaba no me dejaría en vergüenza.

Y así estuvimos un rato, charlando de tonterías, incluso comentando lo bien que hubiera estado si se hubieran apuntado las chicas al baño, etc, etc…Yo, la verdad, procuraba no mirar su polla demasiado porque me ponía nervioso.

En un determinado momento, me apetecía fumar, por lo que saliendo del agua, me acerqué a donde había dejado mi ropa ( en los arbustos, a 1 metro de donde seguía tumbado David boca-arriba). Rebusqué entre mi ropa, sacando el tabaco y el mechero.

-          “Sabes lo que nos falta ? Nuestra amiga Marta, para que nos hiciera un trabajito sexual rápido. Estaríamos limpios, frescos y con las pelotas  descargadas… Perfecto para luego ir  a dormir ! “ – me dice

-          “Ja, ja, ja … Ya lo creo… Sería alucinante “ – respondo

-          “ Hombre, o si no siempre nos queda la opción de “ aliviarnos “ entre nosotros “ - exclama

Titubeo unos segundos… estará hablando en serio? Pues no se que decir… La verdad es que su polla me tiene alucinado…

-          “ Al final, para que están los amigos sino para ayudarse mutuamente “ – sonrío.

Es una frase hecha, que me sirve para ver si da algún paso. Yo la verdad es que no me atrevo… Sonríe, y dirigiendo su mano hacia su polla comienza a acariciársela, descaradamente , mirándome con una sonrisa…

-          “ Venga, ponte aquí al lado que voy a echarte una mano…” – me dice

Y ya no dudo más… Me siento a su lado y soltando su polla agarra la mía que ya estaba comenzando a ponerse morcillona. No me quedo atrás y cojo su polla, que no puedo más que decir es una preciosidad. Comienzo a pajearle y noto como se endurece en mi mano.

--- parte 1 ---