Final de Suspiros completo

Final de suspiros despues de tanto tiempo...

Contactame ^^ en https://www.facebook.com/wind.whisper.9

Contenido adicional y sigueme n.n en http://generandoelkaoz.blogspot.com/ mas historias mias n.n

El Ultimo Suspiro

Pronto, se formó un gran vacío en el corazón de Alison; pero ella intentó no ponerle atención pues era algo que no podía entender, observó a Laura fijamente a los ojos y ésta se notaba igual de confundida que ella.

Amy se había ido, y pronto su rostro se borro de las memorias de todos aquellos que alguna vez le vieron: para el que le había contratado en su trabajo en el que repartía volantes con un traje de pollo, aquellos meseros que les servían cuando iban a comer comida rápida, aquellos chicos que le habían visto en el bus escolar, aquellas parejas que frecuentaban el parque, para Laura, para Alison... para todos, Amy se había ido como un suceso que nunca debía haber ocurrido.

Cuando Alison se despidió de Laura caminaba lentamente sin estar segura a dónde se dirigía realmente, instintivamente sus pies le conducían a su casa; pero la sensación de vacío en el pecho le acompañaba en cada paso. No podía evitar sentir que había olvidado algo... algo importante. Entre sus muchos recuerdos estaba el rostro de su hermano Oscar que había fallecido, se entristeció aun más y el hueco en su pecho no hizo más que ahondarse.

Al llegar a casa, se encontró con sus padres que habían vuelto del cementerio, se comportaban fríos y apagados, era natural pues nunca se recuperarían dar perdida de su hijo. Alison solamente se metió a su cuarto y se acostó en su cama en silencio, pensando en su hermano, pensando en el hueco que llevaba en el corazón. De repente, tocaron la puerta y ésta se abrió, entraron sus padres con una expresión de tristeza.

-Hija, ¿como estas? - preguntó la madre sentándose a su lado en la cama, el padre se sentó en la silla del escritorio.

-No me siento bien - musitó Alison en voz baja - siento un gran vacío en mi corazón - suspiró.

-Sé cómo te sientes - comentó el padre mirándole con tristeza – Oscar siempre nos hará falta, era tan buen muchacho… pero no te preocupes hija, haremos investigar el asesinato – frunció el ceño con una expresión de ansias de venganza – esos malditos se pudrirán en la cárcel – suspiró y de nuevo se tornó triste – espero que el proceso no dure demasiado, ya es muy doloroso tener que arreglar los papeles en el cementerio.

-Queríamos hablarte de eso – comentó la madre con la voz apagada – terminada tu escuela, irás a vivir con nosotros a la ciudad donde trabajamos, estudiarás la universidad allí, no queremos dejarte sola de nuevo.

-Y no nos parece lógico cambiarte de escuela a estas alturas, así que esperaremos a que te gradúes… - complementó el padre.

Alison se confundió, por un momento pensó en Laura y el hecho de que en un año acabarían la escuela, a pesar de todo lo que había pasado, todo el proceso escolar llegaría a su final, todo aquello al final, solamente sería un tenue recuerdo dentro de sus memorias. ¿Qué podía decirles a sus padres como negativa? “Aquí están mis amigos”: no tenía más amigos que Laura e incluso tenía dudas acerca de ella, “ya me acostumbré aquí”: empezaría una nueva etapa de su vida y un nuevo inicio siempre sería bienvenido, “este lugar me recuerda a... a… ¿a quién?”: una parte de ella no dejaba de sentir la ausencia de algo; pero no lograba definir qué sería. Sin dudar más, asintió con la cabeza, dentro de un año se iría a otra ciudad a vivir con sus padres.

Los días pasaron así, extraños, vacíos, sin sentido. Hacía mucho que no sentía aquello y su cuerpo lo sabía, sentía como si algún tipo de felicidad le hubiera invadido durante un tiempo; pero ahora ya no quedaba ni sombra de ella. Durante las horas de descanso, se encontraba con Laura; sin embargo, en aquellos últimos días su tiempo de platicar se había reducido a diez de los treinta que tenían de receso, pues la susodicha debía ir a encontrarse con su maestra. Alison veía cómo su amiga recibía las insistentes llamadas y mensajes a su celular y acto seguido se levantaba resoplando con la mirada caída.

Aquél receso, el sol calentaba de manera agradable y la tibia brisa acompañaba sus suspiros, el sonido de las hojas de los árboles siendo acariciados por ésta, era tranquilizador. Entonces Alison se animó a preguntar.

-¿Por qué siempre te vas así desanimada? Es decir, ¿acaso no quieres a la maestra? – pensó – creo que yo estaría emocionada si pudiera ver a… - se estancó – a alguien de mi interés.

-Es que… no sé… - resopló Laura dudando un momento, entonces giró la vista a su amiga – antes usabas gafas – comentó, Alison solamente asintió con la cabeza bajando la mirada, últimamente lo único que podía recordar era todo lo que había pasado con Laura; pero llegaba a un punto en que había una especie de abismo en sus recuerdos: no recordaba haber vivido los últimos dos meses – Alison – le llamó la chica – nunca… nunca te pedí perdón por lo que te hice…

-Prefiero no recordarlo – rió la otra – prefiero no recordarlo porque… nunca te perdonaría.

-Perdona eso que pasó, me porté como una idiota y hoy puedo ver mi error – Laura parecía nerviosa – es por eso que, no me gusta ir con la maestra – titubeó – nunca he dejado de pensar en ti, Alison…

-Pues es un poco tarde para eso, ¿no crees? – la susodicha levantó la vista y le miró fijamente, entonces el tono de un celular interrumpió el silencio. Su amiga frunció el ceño, sacó el aparato del bolsillo del uniforme, Alison negó con la cabeza y alejó la mirada posándola en un punto cualquiera en la pared del frente. Entonces Laura cortó la llamada con molestia y apagó el celular.

-Alison no es tarde, nos queda un año todavía, pronto serán las vacaciones, podemos aprovechar ese tiempo, ¿recuerdas que dijiste que tú también me querías? – insistió.

-No sé, Laura – le miró con el ceño fruncido – no me gustaría estar ocultando algo entre las dos sabiendo que estás con la maestra, además estamos en los exámenes finales, no quisiera que influya en mis calificaciones.

-Alison, todavía no es tarde…

Pero era extraño, algo en su interior ya no sentía nada cuando Laura le decía todo esto, antes solía ponerse nerviosa y su corazón latía de emoción, ahora sentía como si sus sentimientos se hubieran esfumado de la noche a la mañana.

-Sólo déjame intentarlo y no volveré a molestarte…

-Estás con la maestra…

-¿Y si no estuviera la maestra? – la chica se notaba desesperada, entonces se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro frente a Alison, quien le seguía con la mirada – he estado pensando en ti todo este tiempo, no he dejado de pensar en lo que te hice, en que yo arruiné nuestra amistad, en que yo arruiné lo que pudo haber sido, por favor déjame corregir ese error, ¿ya no sientes nada por mí? Deja que intente hacértelo sentir de nuevo… deja que intente corregir todo lo que te hice estos años en que creía que estaba haciendo lo correcto... ¿no me ves? Estoy desesperadamente arrepentida! – se tapó el rostro – fui una idiota… - entonces Alison se levantó, apartó las manos de Laura y le besó sin más, sin siquiera entender bien por qué lo hacía, solamente lo hizo, pues su adolorido corazón intentó encontrar refugio en el corazón de otra persona. ¿La maestra? De pronto ya no existía para ella, sus calificaciones, sus padres que querían llevársela a otra ciudad: todo eso desapareció en ese momento. Fue correspondida al instante con desesperación; pero algo ocurría, no sentía nada parecido a lo que ella siempre había imaginado cuando pensaba en aquél primer beso que se había dado hace tiempo con aquella chica, era como si fuera demasiado común, demasiado torpe incluso.

Se separaron y sonrieron, pues de todas maneras fue una sensación muy agradable. Laura se notaba confundida; pero Alison solamente frotaba sus brazos cariñosamente, intentando calmarle, prometiéndole que al menos lo intentarían. Recordaba como si hubiera sido el día anterior, aquella fea… ¿broma? ¿Situación? ¿Abuso? ¿Qué había sido eso? Lo único que sabía es que no había podido olvidarlo, de pronto comenzaba a revivirlo en su interior, pues lo que sea que le hubiera hecho olvidar aquello también había desaparecido. Ahora estaba vacía y Laura parecía ser la única que pudiera llenar aquel espacio.

Pasaron los días, pasaron las semanas, la maestra se notaba cada vez más recelosa con Alison pues sospechaba que había algo entre ella y Laura; pero éstas, como temerarias alumnas intentaban ocultarse a sus ojos. De alguna manera, esta situación le agregaba “emoción” a su relación clandestina; pero Alison siempre que estaba con la otra chica, sentía que algo no estaba en su lugar. Recordó por un momento que antes solía escuchar algo parecido a voces, de las que ahora mismo no había ni rastro.

No podía quejarse de Laura, ella se esforzaba por mantenerse alejada de la maestra y ya no había vuelto a verse con ella, siempre estaba con Alison, siempre le trataba con el mayor de los cariños, le compraba peluches, le compraba golosinas, siempre estaba abrazándole cálidamente, siempre le sonreía y Alison le correspondía; pero algo faltaba e incluso Laura se dio cuenta: su relación había sido tan maltratada, que ya no funcionaba.

-Ali, ¿qué pasa? – Le preguntó un día – te noto aburrida, cansada y hasta inexpresiva… - bajó la vista, entristecida – aun no has podido perdonarme, ¿verdad?

-No lo sé, no estamos haciendo lo correcto – rió avergonzada – creo que, realmente es tarde para nosotras…

-Lo… - Laura limpió una lágrima que se aventuró a salir por su mejilla – lo sé, hago lo que puedo; pero… - rió – tampoco puedo dejar de pensar en cosas… ojalá… - se levantó y le dio un beso en la frente a Alison – ojalá hubiera detenido aquello que pasó…

-También fue mi culpa…

-Sí, también lo fue – asintió Laura bajando la mirada, dio media vuelta y estuvo a punto de alejarse; pero la otra le habló.

-Laura, pronto viajaré a otra ciudad, ya hablé con mis padres, terminado el año escolar dejaremos la ciudad… - comentó – terminaré el bachillerato en otra escuela.

-¿Por qué? – la chica solamente se detuvo sin voltear.

-No me siento cómoda en la escuela, con Verónica y las demás… con aquella maestra, mi hermano ya no está, sólo espero que termine el año – bajó la vista y buscó en su interior – debía haberme ido antes; no sé cómo había aguantado hasta ahora – resopló – ya no puedo seguir con esto y ahora tú, de verdad lo siento… pero al menos lo intentamos…

-Al menos lo intentamos…

-¿Alguna vez has sentido como si una parte de ti faltara y nada puede remediarlo? – le preguntó Alison mientras una lágrima paseaba en descenso sobre su mejilla – no sólo siento la pérdida de mi hermano, siento que algo… olvidé algo que… no sé… ni siquiera sé por qué ya no uso gafas, me siento frustrada… si estoy así, no tengo nada que ofrecerte Laura…

-Lo entiendo y… - se dio la vuelta y fue a abrazarle – te voy a extrañar demasiado; pero lo superaré – rió divertida y al no sentir los brazos de Alison rodearle, ella misma se rodeó con ellos, como siempre hacía.

-Jaja, siempre haces eso…

-Tú siempre olvidas hacerlo – Laura le sonrió dulce y sinceramente – si alguna vez me necesitas, aquí estaré…

-¿Qué harás con la maestra?

-La dejaré y… también me cambiaré de escuela – rió – también estoy esperando a que acabe el año, quisiera pasar un año tranquilo en otro lugar, después entraré a la escuela de medicina, bueno,  todo eso ya lo sabes – le abrazó más fuerte aun – me harás falta; pero si crees que es lo mejor para ti, siempre tendrás mi apoyo – suspiró mientras se separaban – espero encuentres eso que llene el vacío que sientes.

-Con esas palabras – sonrió Alison alegremente por primera vez en tanto tiempo – ya has llenado un poco de ello, gracias por ser mi amiga, aunque sea al final – rió.

-Aunque sea al final – asintió Laura.

Se quedaron abrazadas por el resto del descanso.

Las últimas tres semanas de clases pasaron rápido. Después de dejar a la maestra, Laura se veía mucho más tranquila, según ella había sido difícil; pero ahora podía respirar con más tranquilidad aunque se negaba a contarle a Alison la verdadera causa de su separación. Había recesos en que el tiempo parecía detenerse entre sus risas y amenas pláticas, las dos olvidaban que pronto el año acabaría, dejando atrás todo aquello que les preocupaba en ese momento. Llegadas las calificaciones finales, por más que reprobó los últimos exámenes de Filosofía, Alison logró pasar sin arrastrar materias pues siempre tuvo buenos récords, al contrario de Laura, quien sí se quedaría en cursos de verano a repetir la materia con otro maestro.

Aquél último día de clases, ninguna de las dos quiso despedirse, pues sabían que seguirían viéndose en los cursos de verano de Laura, Alison prometió que le visitaría. Se despidieron normalmente como si fueran a verse al día siguiente, como siempre; pero en el bus escolar, Alison no hizo más que derramar silenciosas lágrimas, pensando en qué hubiera pasado si su relación hubiera funcionado. Suspiró hondo para calmarse cuando llegó a su casa, sus padres seguían empaquetando las cosas necesarias en cajas para el traslado final de su hija a la otra ciudad. Ella sólo saludó con una sonrisa, diciéndoles que no tendría que quedarse a cursos de verano en ninguna materia. Los dos se mostraron entusiasmados, pues le dijeron a su hija que ya habían comprado pasajes para el lunes de la siguiente semana, Alison levantó las cejas, angustiada, pues le había prometido a Laura que iría a visitarle…

Resopló y subió a su habitación, comenzó a alistar sus cosas en las maletas, sacando su ropa del armario a la cama para doblarla más fácilmente. Abrió la última puerta de la izquierda, sintió una especie de calidez emanar de ello, se quedó estática por un momento; pero sólo era su imaginación o al menos eso creía. Vio al fondo una mochila vieja que solía usar en primaria, la levantó y con sorpresa comprobó que tenía contenido, bajó los cierres y frunció el ceño al observar la extraña ropa que tenía dentro, por un momento se vio su misma caminando con esa mochila por el centro comercial: sola. Sacó las prendas que seguramente le quedarían grandes y las acomodó en su cama para poder doblarlas y guardarlas en su maleta; sin embargo, al sacudir la playera, un objeto salió volando suavemente de ella, cayendo al piso delicadamente.

Alison se acercó a ella y se agachó para levantarlo. La calidez que emanaba esa pequeña blanca pluma, era extraña; la acercó a su rostro y cerró los ojos, parecía llenar solamente un pequeño pedazo del vacío que sentía en su interior. Frunció el ceño y suspiró…

Ciertos humanos logran arrancar una parte del Ángel que les protege, son muy pocos en toda la historia de la humanidad los que se han materializado; pero cuando se quedan incompletos al regalarle una parte de sí al humano que protegían, no pueden volver a su lugar de origen, se ven condenados a vivir en el vacío existente entre el mundo terrenal y su mundo de origen. Ningún Ángel que se haya materializado, a pesar de combatir eternidades enteras contra el vacío, ha logrado liberarse de él…

La chica de al menos veintidós años de edad terminaba de dibujar los planos arquitectónicos de su proyecto de grado para escuela de arquitectura. Sus gafas algo sucias fueron quitadas y limpiadas por sus nerviosas manos que pronto, guardaron el objeto en su estuche y enrollaban los planos tamaño resma y los metían en aquél porta planos que colgó en el brazo. Su docente le había pedido que rehiciera el bosquejo del modelo del edificio que planeaba construir.

Alison suspiró y, vestida con su ropa de diario: una playera color blanco y pantalones de mezclilla, se dirigió a la puerta de salida mientras se colgaba al cuello una cadena de donde colgaba una pequeña pluma blanca que le mantenía tranquila. Se despidió de sus padres y se dirigió a la universidad.

Las calles atestadas de gente a las cuatro de la tarde se notaban sombrías por el cielo nuboso que pronto, se disponía a dejar caer las suaves gotas de lluvia. Su celular vibró anunciando la llegada de un mensaje, la chica sacó el aparato del bolsillo y leyó el mensaje. “¡Ánimo hoy Ali! Estoy segura que esta vez aceptarán tu proyecto : ) Laura.” A lo que la chica respondió “Eso espero, es la tercera vez que lo rehago, me pregunto qué estará yendo mal, gracias amiga : )”. Después de esto, guardó el celular y se detuvo en la esquina, el semáforo rojo dio lugar al verde, entonces tuvo que esperar.

De repente lo sintió, una suave brisa cálida le rodeó, parecida a la calidez que emanaba del collar que solía ponerse; pero mucho más fuerte. Se quedó paralizada. La chica de cabello negro, largo y liso hasta la cintura, profundos ojos negros y piel blanca pasaba por detrás de ella; pero a medio camino se detuvo con el ceño fruncido, entonces sacó de su chaqueta negra una foto de ocho por cuatro: de fondo un tranquilo parque donde estaban una chica de al menos dieciséis años, cabello castaño y la sonrisa tímida…

La chica observó la foto y se dio vuelta para mirar a Alison, volvió la vista a la foto y luego a Alison. Entonces Alison volteó y se miraron por lo que parecieron ser horas.

Ningún Ángel que se haya materializado, a pesar de combatir eternidades enteras contra el vacío, ha logrado liberarse de él…

Excepto uno.

Alison volvió la vista de nuevo al semáforo que cambió de verde a rojo, pensando en su proyecto de grado y en que tenía que presentárselo a su catedrático. Comenzó su camino para cruzar la calle.

Amy sonrió y caminó tras ella.

FIN