Fin es comenzar otra vez (09)

Último capítulo, por fin todo llega a su fin, pero no sin que mi hermano pague con un oscuro secreto suyo. (amor filial transexual).

Fin es Comenzar otra Vez 09

Se suponía que iría a hablar con Kike rápidamente y arreglar las cosas de una buena vez… se suponía. Lo cierto es que no tuve el valor, no sabía qué decirle y tenía mucho miedo a su respuesta. Arturo ya estaba desesperado de mi inoperancia, Lucía también, me decían que mi matrimonio se estaba terminando porque yo no tenía el valor.

¡Se huevuda Laura, por la vida de las mil putas! – me decía Lucía.

¡Andá, ¿qué más podés perder?! ¡Perdés más no yendo! – me repetía Arturo.

Pero no, no me atrevía, y cuando por fin tomaba la determinación, Kike no aparecía por ningún lado. Hasta me dijeron que de ser necesario, irían conmigo a sacarlo de donde Javier.

Y el, el tampoco hacía nada, se limitaba a dejarse hacer por su "marido" (como Kika, claro) y atenderlo como la más eficiente y sumisa de las esposas. Tampoco sabía qué hacer, ser Kika y permanecer al lado de ese viejo le daba algo de seguridad, pues también, al igual que yo, sentía un miedo horrible de escuchar como mi respuesta, "no Kike, ya no, me quiero separar de ti para siempre". Lo que fuera a pasar, no importando qué, nosotros tan solo lo estábamos posponiendo.

Así pasé 3 días completos donde mi hermana, y el 3 días más al lado de Javier. Pero a veces la vida se desespera cuando nosotros no hacemos las cosas y ella las precipita, eso fue lo que nos pasó

¡No´mbre, si la seño es más tragoncita que saber ni qué!

¡Ja, ja, ja, ja!

Yo creo que, si se lo propone, hasta un brazo le cabe.

¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! – los amigos de Javier se reían burlonamente, tratando de provocar a Kika, para que aceptara un reto, ella estaba reticente.

Vamos Kika, ya Javier dijo que si, que no hay clavo, ¿usted por qué no se anima?

Es que… no sé… no sé

Mire, ya aguantó a Javier, a Armando, a Carlitros y a mi, ¿qué más le falta? – ese era Rafael.

Al final y sin saber bien por qué, aceptó la apuesta. Esta era, dejar a Javier, a Rafa, a Armando y a Carlos, fuera de combate en una orgía de dimensiones épicas. Pero ella no iba a estar sola, a su lado iba a estar otro hombre, amante de las vergas también, ya estaba llegando en ese preciso momento.

Kika pasó a la recámara, se iba a poner un atuendo más atrevido, mucho más erótico y vulgar, querían que se vistiera como una auténtica ramera. Se colocó una falda negra muy ceñida a su abultado trasero, una blusa blanca apretada, con un brasier relleno de algodón debajo. Tanga, no llevaba. Se vio al espejo y contempló la estampa de una prostituta de barrio, desesperanzada y marchita, desesperada pero sin poder ver la salida a su insoportable situación. Me quería a mi, quería a sus hijos, quería volver a su hogar, pero no sabía como, era como si se hubiera internado en un bosque oscuro, muy oscuro, y no hallara el camino de regreso, pues se hallaba perdida. Ataviada así, salió

Kika te quiero presentar a Felicia

Mucho gusto.

Mucho gusto. – respondió Kika, era obvio que Felicia era un hombre vestido de mujer, aunque Kika debía admitir que se veía muy femenina y atractiva.

Bueno, ¡a lo que te truje chencha! – gritó Carlitros, y la orgía empezó.

Todos se desnudaron y se fueron a la sala. Felicia parecía ser una chicho/chica agradable, le fue preguntando cosas a Kika de ella, quejándose que esos "machos salvajes" ni siquiera las habían dejado conversar antes. Ellas iban a llevar la iniciativa, así que ellos debían obedecer en todo o se quedarían sin participar. Felicia traía puesto un vestido azul, ceñido, mostrando un cuerpo delgado, pero atlético, además de un trasero muy rico. Impecablemente maquillada como Kika, también estaba para comérsela.

Se arrodillaron en el suelo, al lado de cada una se pusieron 2 hombres con las vergas paradas. Ellas se las llevaron a la boca y se las chupaban alternándolas cada vez. Cuando uno trataba de agarrarlas de las cabezas, estas protestaban y amenazaban con echarlos del juego, ellas iban a manejar la partida esta vez.

Kika Tumbó a Javier en la cama, mientras empinaba el culito para dejar que Carlos se lo preparara bien con los dedos. A su lado, Felicia estaba acostada boca arriba con las piernas abiertas en el aire, con Rafael chupándole la verga y jugando con su ano. Sobre su cara estaba Armando, a quien le hacía una excelente felación.

Las 2 beldades mamaban hasta la garganta, parecían estar compitiendo para ver quien tenía la garganta más profunda. Los 4 hombres estaba ardiendo del calor, no siempre podían tener 2 bellezas como esas a su disposición. Ellas, por su parte, poco a poco iban cediendo cada vez más terreno, preparándose poco a poco para alojar en su interior a las hambrientas vergas de esos 4 machos.

Kika se fue trepando sobre la cama poco a poco, poniéndose en 4 patas bien abierta, mientras no dejaba de mamársela a Javier, lamiéndole los huevos, recorriéndola con la lengua y metiéndosela hasta el cogote. Felicia se entretenía succionando, jugando con la lengua mientras bajaba y subía la cabeza del pene de armando, llegando hasta la puntita para bajar otra vez. Luego se lo metía hasta el fondo hasta que su nariz rozaba con su estómago. Mientras, Carlitros hacía círculos con su lengua en el ano de Kika, le provocaba escalofríos, trataba de metérsela, de cogerla con ella. Rafa hacía un trabajo similar con la verga de Felicia, metiéndose hasta donde le cabía.

Felicia, de piel morena y complexión delgada y menuda, extrañamente le recordaba mucho a Kika a cierta persona que ella quería con el alma: yo. Su carita fina y delicada era parecida a la mía, si, definitivamente me extrañaba mucho… mucho

Estuvieron así, mamándose unos a otra por unos 10 minutos, hasta que ellas decidieron que sus anos ya estaba listos para misiones más duras:

Si quieren… pueden partirnos ya… – dijo Felicia, "si quieren…", ¡se morían de ganas!

Mientras Kika continuaba besando y adorando la verga de Javier, Carlos se puso de rodillas detrás de ella y dirigió la punta de su ariete a las puertas de su ano. Su trabajo de dilatación había sido tan bueno que no le costó mucho trabajo hacer que este cediera al empujar. Kika pegó una largo suspiro cuando se sintió atravesada, y lo volteó a ver con ojos combativos, deseando se cogida de inmediato.

A su lado, Felicia pegó un leve gritito y detuvo por unos segundos la mamada que le estaba dando a Armando, pues en ese momento Rafael le empezaba a dar por el culo. El placer de sentir una verga tan impresionante como esa, entrando a través de su redondo y moreno culito era algo que siempre la estremecía.

¡¡AAAAAYYYYY!!… ¡¡MMMMMMM!!… siiii, asiii rafa, asíiiii… sabés cómo me gusta esto… ¡¡MMMMMMM!!, tu verga siempre me vuelve loca… así, así… – le decía Felicia entre gemidos.

Felicia y Rafael se conocían desde hacía tiempo, por el fue que ella conoció a Javier y a los otros 2 tipos que se hallaban cogiéndoselas como locos. También fue el quien la invitó a esa fiesta, luego de que ella perdiera una apuesta.

El largo miembro de Rafael se abría paso despacio, sin detenerse, dilatando ese culito apretado, a pesar de ser tan arduamente usado normalmente. Como siempre, algo de dolor se hacía presente durante un acto de sodomía, pero la exquisitez de la sensación de ser poseída por un macho viril acallaba cualquier duda.

La orgía continuó con su marcha, ya perfectamente montada. Estuvieron cogiendo por un buen rato, hasta que ellas notaron a sus machos acelerar mucho. Temerosas que hacerlos acabar muy rápido, pararon de chupar y cambiaron de posiciones. Javier se arrodilló detrás de Kika y la empaló mientras que Carlos, arrodillado a su lado, le daba la verga en la boca. Felicia a su vez, hizo que Rafael se colocara en la cabecera de la cama, arrodillado sobre su cara para que le pudiera mamar los huevos y el culo, mientras Armando le daba por abajo. Ellas no querían que sus machos terminaran tan rápido.

Javier se cogía a su mujer a lo bestia, estaba totalmente desbocado, cada caderazo se escuchaba como un aplauso. Sus amigos a veces volteaban a verlos, algo impresionados. En ciertos momentos creyeron que estaba lastimando a Kika, pues esta gemía como una desesperada sin soltar la verga de Carlos de sus labios.

¡¡¡¡MMMMMMM!!!! ¡¡¡¡MMMMMMM!!!! ¡¡¡¡MMMMMMM!!!!… ¡¡¡¡AAAAYYYYYYYGGGHHHH!!!!

Javier le sacaba el pene casi totalmente para volver a metérsela hasta el fondo de un potentísimo golpe, estrellándose contra sus lagas. Y a cada uno de esos tremendos golpes, la verga de Carlos se enterraba muy profundamente a Kika entre la garganta y no la dejaba respirar.

¡Uno doble muchá! – gritó Rafa, Felicia lo volteó a ver con una pícara mirada de reproche.

Las 2 perritas fueron puestas en posición, Javier tomó a Kika desde atrás y, suavemente y despacio, la depositó sobre el cuerpo de un Carlos que ya estaba boca arriba. Al lado, Felicia besaba apasionadamente a Armando mientras este sostenía una de sus piernas, para así dejarle espacio libre a Rafael desde atrás.

Las travestis, con una verga aun adentro, fueron penetradas despacio, sin prisas, pero con inexorable paso. Y las 2 gemían y bramaban desesperadas, con una intensa mezcla de dolor, morbo y placer. Y así, Kika en 4 sobre Carlos y con Javier atrás, y Felicia de pié en medio de Rafael y Armando, comenzaron a ser partidas por la mitad. Ahora si gritaron las 2 como una infelices siendo torturadas.

¡¡¡¡¡AAAAGGGGHHHHH!!!!! – gritaba Kika.

¡¡¡¡¡ME MATAN!!!!! ¡¡¡¡¡ME MATAN!!!!! ¡¡¡¡¡ME MATAN!!!!! – gritaba Felicia.

Así se las cogieron por casi 10 minutos, antes de que dieran señal de cansancio. Entonces, las desesmpalaron y las arrodillaron en el piso, y los 4 tipos, casi simultáneamente, les dieron un baño de semen que las dejó empapadas. Y al final, todavía las hicieron compartir ese semen entre besos y abrazos solo por el gusto de verlas.

Bueno, bueno, vamos por la segunda ronda. – dijo Carlitros.

¡Nada, nada!, no somos de plástico. – protestó Felicia.

¡No se haga que les encantó! ¡Te conozco muy bien! – le contestó Rafa, Kika permanecía en silencio y mirando hacia… cualquier sitio.

¡Claro que me encantó!, pero tengo que descansar… ¡tenemos que descansar!, si es que quieren seguir jugando. – dijo, poniéndose de pié, tomando su bolso y agarrando a Kika de la mano, se la llevó al baño.

Allí pasó lo que ni ella no yo nos imaginamos… mientras los hombres se ponían tan solo bóxers y se iban a la cocina por más cerveza, Felicia y Kika estaban en el baño, Felicia se acicalaba y limpiaba mientras Kika solo veía desde atrás, aun con la mirada perdida e ida.

¿Te sentís bien?

-

¿Te sentís bien?

¿Ah, qué?… ¡Si, si, estoy bien, estoy bien!

¿Es la primera vez que participás en algo así? – preguntó Felicia, algo preocupada por la otra.

No… no

¿Ya habías estado en orgías antes?

Si… si

Felicia solo asintió con la cabeza, no muy convencida. Mejor decidió cambiar la conversación.

¿Y desde cuándo andás con Javier?

Hace… bueno… como 2 semanas

¡Eso es poco para estar metida desde ya en estas cosas!

Es que lo conozco desde antes

A bueno… ¡pero manita, cambiá de cara, si sos bonita! A ver, venía, lavémonos las caras y arreglémonos nuevamente, que esos desgraciados no nos vana a dejar ir hasta que se sacien… ¡cómo fui de animal al apostar con Rafa!

Felicia y Kika se pusieron frente al espejo del lavamanos y, luego de untarse una crema removedora de maquillaje, se enjuagaron con el cristalino líquido, comúnmente conocido como agua. Y cuando se enderezaron para verse al espejo nuevamente, ya sin maquillaje, descubrieron quienes eran realmente.

¡¡¡¡KIKE!!!!

¡¡¡¡JUAN CARLOS!!!!

¡Eran mi esposo y mi hermano! ¡Mi hermano era gay! ¡Mi hermano tan machote y varonil era gay! Los 2 se quedaron mirándose a las caras con gesto de idiotas y sin poder dar crédito a lo que veían. Nadie decía, o mejor dicho, nadie atinaba a decir algo coherente.

Al fin empezaron, los 2 casi al mismo tiempo trataban de explicarse, trataban de decirle al otro… algo, no sé qué. Al final, ya un poco más calmados, Juanca recordó que yo aun estaba casada con Kike y lo interrogó sobre mi. Y mi Kike, llorando (recordemos que aun era Kika) le contó todo lo que nos había sucedido, desde el día en que el se reencontró con Javier hasta la fecha. Juan Carlos no podía creerlo, no le cabía en la cabeza que fuéramos una pareja tan puta. Pero luego, sobreponiéndose a su sorpresa inicial, recobró el uso de su razón.

Kike, ¿te das cuenta que aquí vas a terminar perdiendo a mi hermana?

Pero, ¿y qué puedo hacer?… ella está en Cobán con su hermana… de seguro me odia

No creo, yo la conozco bien… además, estando aquí, dándole el culo a ese montón de cerotes tampoco vas a arreglar algo. Vení

Juan Carlos abrió la ventana y salió por allí, Kike lo siguió. Ambos iban medio desnudos y con ropa de mujer, pero aprovechando que mi hermano aun tenía las llaves de su carro entre su bolsa, corrieron hacia ese y se fueron de la finca. Afortunadamente para ellos, los 4 hombres les estaban dando su tiempo, con la excusa de que "las mujeres se tardan demasiado".

Se fueron directamente hacia Cobán, tan solo pasaron por algo de ropa a nuestra casa para no llegar vestidos de mujer. Y cuando llegaron, Arturo casi me tiene de llevar cargada para que le hablara a Kike, yo también me moría de los nervios y no sabía ni qué decir. Nos confesamos lo que habíamos hecho, de mi viaje con Ángel y como el me usó como una puta. El me habló de las orgías que tuvo con Javier y sus amigos, y de cómo, prácticamente, se había convertido en su mujer. Y lloramos, lloramos como tontos. Pero al final, decidimos darnos una segunda oportunidad. Claro, lo putos y calientes no nos lo vamos a poder quitar, pero el amor que sentimos el uno por el otro nos volvió a reunir.

Lo siguiente fue difícil, Ángel y Javier no nos dejaban en paz, ambos querían que volviésemos con ellos, y nos pedían perdón por todo lo que nos habían hecho. Nosotros tratábamos de ignorarlos, aunque ya sabíamos que tarde o temprano ellos volverían a meterse adentro de nuestras vidas. Pero cuando pasó, ya estábamos preparados.

Ángel ahora no es más que un amante mío, al que veo cuando yo quiero y en donde yo quiero. Y si a el no le parece… que coma mierda. Y Javier, muy a su pesar tuvo que conformarse como el "otro" de Kika, a la que ve solo cuando tiene tiempo… y yo estoy de acuerdo.

Pues bien, mi amigo lector, como verán, mi matrimonio con Kike está muy lejos de ser convencional, incluso sencillo, pero ambos nos esforzamos por que nuestro amor no se muera. Han de saber que el amor es como un árbol, entre más alto y robusto, más fuerte y profundo es el amor. Pero ese árbol hay que regarlo para que no se seque. Nuestro árbol, de Kike y mío, es alto y robusto… aunque lleno de enredaderas de otras plantas. Y sobre mi hermano, de el les hablaré otro día… ¡hay mucho que contar!

Fin.

Garganta de Cuero.

Mándeme sus comentarios a mi correo electrónico, besos y abrazos, gracias por su atención:

garganta_de_cuero@latinmail.com