Fin es comenzar otra vez (04)

Yo andaba con Ángel, mi Kike con Javier... bueno, en realidad era "Kika" quien andaba con Javier, como su amante, esposa, en fin, como su mujer.

Fin es Comenzar otra Vez 04

Ya saben parte de lo que ocurrió conmigo luego de que me separar de Kike durante ese mes. ¿Quieren saber qué fue de el?

Kike pasó a convertirse en una especie de mujer para Javier, en su esposa. Bueno, en realidad fue Kika la que se convirtió en eso. Luego de que lo vio vestido como Kika en aquel bar, el viejo quedó tan impresionado, que la obsesión que en un principio sentía por mi esposo, se desvió hacia ella. Le compró ropa, muy bonita por cierto, lencería, y se llevó a su casa. Allí Kika se convirtió en su mujer, haciendo todos lo quehaceres del hogar como una mujer de verdad.

Durante el día limpiaba y cocinaba, por las noches hacía las delicias del viejo ese, que no dejaba oportunidad de saciar su inmenso apetito sexual con el. Lo hicieron todas las noches y todas la mañanas, el ano de mi Kike quedó más abierto y flexible que nunca, les juro que le cabía hasta mi mano adentro.

Y no solo era una mujer para Javier, también lo era de los amigos de este. Javier resultó ser más pervertido de lo que nos imaginábamos, tenía un grupo de amigos con los que compartía mucho más que una simple amistad, incluyendo muchas "aficiones" bastante peculiares.

Una semana después de irse a vivir con Javier, casi el mismo día de la cogida que les relaté en el capítulo anterior (la que tuvo lugar en el chalet del lago de Izabal de Ángel), Javier se la llevó a la terminal de buses del pueblo.

Mija, arréglese que vamos a traer a un amigo al bus.

¿Al bus? ¿A quién?

A un amigo "muy bueno". – dijo arrastrando las palabras – El la quiere conocer.

¡Cómo! ¡Pero es que!… ¡No, eso no puede ser!

Tranquila Kika, tranquila, el ya sabe todo… está al tanto de mis inclinaciones y de las suyas… ahora váyase a poner algo bonito, ¿oyó?

Se puso un vestido floreado, celeste pálido, que Javier le compró, una coquetas braguitas, no de hilo dental ni muy sensuales, pero si bastante "presentables". Zapatos de tacón, de mediata talla, una peluca rubia que le sentaba muy bien, maquillaje… y listo, ya estaba convertida en toda una beldad.

Se fueron a la terminal a esperar al amigo de Javier, no tardaron mucho para verlo bajar de un autobús, Kika se quedó muda. Rafael se llamaba, un hombre de no más de 30 años, pero que aparentaba muchos menos. Alto, tez tostada por el sol, ojos almendrados, peludito como un osos de felpa (tal y como le encanta a Kika), de complexión fuerte y mirada aniñada, un adonis con apariencia de salvaje… o, ¿sería mejor decir un salvaje adonis? Era todo un ejemplar de las bondades que el oriente de mi Guatemala ofrece.

¡Rafa, compadre!, le quiero presentar a mi señora, Kika Estrada

Mucho gusto. – le dijo el amigo campirano.

El gusto es mío. – le respondió Kika.

Pasaron a una cafetería a comer algo y empezaron a correr las cervezas, Kika no tomaba mucho, en parte porque no le gustaba, en parte porque Javier decía que una mujer decente no debía estar bebiendo a la par de los hombres, sobre todo }si estos eran unos borrachos. En cierto momento mi esposo/esposa se levantó al baño, no se dio cuenta de que Rafa iba tras de ella. Kika entró al baño de mujeres, Rafa tras de ella, mucha fue su sorpresa cuando lo vio abrirse la bragueta del pantalón y sacarse un hermoso pene, estaba muy bien dotado ese tipo.

Siembre quise orinar en un baño de mujeres… me dijeron que eran diferentes. – y con esa patética excusa se metió a un cubículo y comenzó a orinar con fuerza.

Kika se quedó sin saber qué pensar, ¿sabría Javier que el se metió al baño de mujeres? ¿Ella se lo debía contar? Y, ¿por qué se metió al baño de mujeres detrás de ella? Concluyó que todo aquello había sido una insinuación (¡perdió la mitad de las neuronas en eso!), pero no sabía si decirle a su "marido", después de todo, Rafael era su compadre, un hombre muy estimado. Sin embargo, pronto se daría cuenta de la verdad.

Cuando Kika regresó a la mesa, Javier, con una sonrisa de oreja a oreja le dice:

Está bien dotado mi compadrito, ¿verdad amor? – Kika se quedó muda y pálida – Está bien armado el cabrón

A sus órdenes señora. – agrega cortésmente Rafael.

Bueno, bueno, ya no perdamos más el tiempo aquí – volvió a decir Javier – Nos vamos al rancho… le prometí a mi compadre que te presentaría y que te conocería "muy bien" mi Kika preciosa. – ya estaba todo claro, estaban confabulados para cogérsela entre ambos.

Kika no opuso objeción alguna, ¿de qué le iba a servir? Además, ella andaba igual que yo, confundida, extraviada, solo actuando por instinto e impulsos, como yo estaba haciendo.

Se subieron al pick up de Javier, ella en medio de los 2, y se fueron. A mitad del camino, Javier le sugirió a Kika que, "¿por qué no empieza a calentar el ambiente, amor?". Kika no se hizo del rogar y empezó a acariciarles simultáneamente los ya notorios bultos, que protuían de sus pantalones. Pronto estuvieron en la entrada del rancho, más calientes que una brasa.

Ni tardos ni perezosos, los 2 machos comenzaron, besándose profundo, mientras Kika los veía al lado.

Hay compadres, que bien me conoce usted… y qué buen gusto tiene. – eso último, Rafa lo dijo mirando a Kika.

Usted ya sabe compa, para los amigos… todo de todo… - ¡y se lo tomaba demasiado en serio!

Se despojaron de los sombreros, las botas y las camisas, y ante una señal de Javier, Kika procedió a despojarlos de lo demás. Arrodillada en el suelo, desabrochó las hebillas de sus cinturones, y luego los cierres de las prendas, bajándolas al mismo tiempo. Por último, les bajó los calzoncillos, dejando a la vista un impresionante par de vergas. La de Javier ya la conocía bien, 20 cm de dura carne, gruesa y con un glande en forma de hongo que la hacía berrear. La de Rafa, unos 2 cm más larga, pero menos gruesa y dura, digna de ponerse en exhibición permanente.

Los 2 hombres quedaron desnudos, todo un espectáculo para la calenturienta mente de Kika: altos, fuertes y robustos como osos, pechos peludos, hombros anchos, brazos fuertes y lo principal, testículos grandes y pesadamente colgantes bajo sendos penes erectos cual mástiles horizontales, listos para la batalla… ¡el tipo de hombre que la vuelven loca!

Kika ya no se pudo contener, inmediatamente se puso a lamer el peludo pecho de Rafa, como leyéndole el pensamiento a Javier. Pasó lengüeteando sus tetillas, pasó lengüeteando su vientre, bajó más, lamiendo sus muslos por ambos lados. Le lamió las piernas hasta llegar a sus pies, en donde, postrada, se entretuvo un buen rato bajo la atenta y ardiente mirada de sus 2 machos. Ella nunca había lamido pies, pero esa sensación de verse como una esclava idolatrando las extremidades inferiores de sus amos la hizo sentir esa cosa en el estómago, de ser no más que una cautiva sumisa a merced de esos 2 titanes.

Rafa, mientras tanto, aprovechaba para frotarle la verga a su compadre, por todo lo largo, deteniéndose un momento a describir círculos sobre su glande con el pulgar cuando llegaba con su mano hasta el. Ese pene ya mostraba gotas cristalinas de líquido lubricante. Por su parte, Javier le subió la falda a su mujercita y le bajó la braga, sobándole el ano que pronto alojaría a 2 miembros de primerísima calidad. También le acarició las nalgas y los muslos.

Kika se sintió en la gloria, atrapada por esos 2 terribles machos, sin salvación, su pene estaba que quería estallar. Levantando un poco la cara, le pidió permiso con los ojos a su señor, y este asintió, por lo que la chica se llevó a la boca la verga de Rafael. Rápidamente se encontró con ambas vergas sobre sus labios, y ella se puso a lamerlas alternadamente.

Luego Rafa se pasó detrás, hincándose y dejando la boca de Kika solo para la verga de su marido. Se puso a lamerle el culo a su nueva comadre, metiéndole la lengua hasta el fondo y moviéndola en círculos. Y yo, que sé como es de sensible el ano de mi esposo, supe que lo llevó varias veces al borde del clímax.

Compadre, comadre… con su permiso

El propio. – le respondió Javier cuando vio que Rafa estaba a punto de penetrar.

A pesar de no ser nada pequeña, la paloma se deslizó suavemente por el apretado agujero de Kika, que gimoteó un poco al sentirse atravesada y su culo repleto de carne. Esa verga le abrió el conducto anal con tal maestría que la dejó deseando ser partida por la mitad. Empezó un vigoroso mete y saca que la hacían meterse involuntariamente la talega de Javier hasta la garganta, siendo así cogida por ambos lados.

Se las dieron duro, entrando ambos palos al mismo tiempo, y saliendo de la misma manera. Kika, puesta en 4 patas, no podía pedir más, estaba fuera de si, extasiada, perdida en el calor de ese momento increíble. Tanto, que pronto se derramó en el suelo.

Rafael la siguió minutos después, inundándole el ano en medio de un largo y poderoso alarido.

¡¡¡¡¡AAAAAGGGGHHHHH!!!!! ¡¡¡¡COMPADREEEEEE… QUÉ MUJER MÁS RICAAAAA!!!!

¡Aprieta rico, ¿verdad?

¡¡¡¡¡AAAAAGGGGHHHHH!!!!! ¡¡¡¡¡UUUUUGGGGGMMMMMM!!!!!

Javier, quien nunca terminaba tan rápido, pronto se encontró hundiéndole hasta el cogote su larga verga a Kika, expulsando copiosas cantidades de semen que ella apenas logró tragar. Así, quedó sentado en el sofá, junto a su compadre, los 2 veían a su trofeo en el suelo, sudorosa y entregada, con ganas de más.

¡Qué rico aprieta la verga su mujercita compa!

Si, lo tiene bien estrecho… ¿verdad que es preciosa?

Preciosísima es… seño, yo creo que a usted todavía le falta y yo no puedo ser tan malagradecido luego de esta cogida tan buena

Rafael la tomó de la mano y la sentó sobre el sofá, se puso a acariciarle el arma. Luego acercó su boca y se puso a darle una mamada de campeonato. Tanto, que pronto Javier estuvo duro de nuevo, poniéndose a lamer el ano de su compadre hasta dejarlo preparado. Apunto y lo ejecutó, Rafa pegó un fuerte mugido cuando se sintió atravesado por esa gruesa verga, con un glande gordo como ariete.

Pronto, el poderoso macho de Rafa estuvo gimiendo como un loco mientras era embestido con fuerza por Javier desde atrás, que lo abrazaba del pecho y le lamía el cuello. Imagínense aquella vista, 2 poderosos y musculosos osos como esos, cogiéndose el uno al otro como un desesperado, y el otro recibiéndolo feliz, Kika estaba alucinando.

Javier tomó el arma de un emocionado y ruidosos Rafael, y la colocó en la entrada al ano de Kika, ya dilatado y aun repleto de semen. En medio de un fuerte empellón de sus caderas, hizo que Rafa la penetrara hasta el fondo, y tomándola de las piernas, se las puso al segundo en los hombros y lo echó encima de ella. Así, Rafael se chimaba con fuerza a Kika gracias a la potencia que las penetraciones de su compadre hacían sobre su ano.

Rafa y Kika gemían enloquecidos, con los ojos en blanco y moviéndose como si estuvieran convulsionando. Y así, apenas unos minutos después, Rafael volvió a llenarle de leche el ano a su comadre y esta bañó su pecho con el propio. Y en cuanto a Javier, luego de varios minutos de darle y darle duro a su compadre, Kika y este último lo sentaron en el sillón, y entre los 2 le chuparon la verga hasta hacerlo explotar. Mientras ella le lamía el glande, el chupaba sus testículos y ano, para luego subir a lengüetazos mientras ella bajaba de la misma manera.

Obviamente, ni siquiera Javier iba a poder soportar este trato, y les llenó la cara de su leche color blanco hueso. Rafa y Kika se tomaron esa leche como su néctar divino, y luego se lamieron las caras para recoger lo que allí tenían impregnado.

Ese fue el inicio de un intenso fin de semana… muy intenso realmente… y yo no me quedé atrás tampoco… mientras, pueden enviarme sus comentarios a mi correo electrónico, los leeré con mucho gusto, besos y abrazos. ( garganta_de_cuero@latinmail.com ).

Continuará

Garganta de cuero.