Fin de semana rural con papá. 2
Sentía celos y estaba enfadado.
Cuando llegamos a casa eran las once de la noche, mamá nos recibió a papá y a mi con gran entusiasmo. Y su primera pregunta fue; ¿Hijo ya eres normal?
Me molesto muchísimo ese tipo de comentario, pero papá se adelantó a mi repuesta y respondió con gran ironía; No Sara, parecer ser que es crónico, lo hemos perdido.
Mi madre frunció el ceño ante el tono burlesco de mi padre.
"Pues algo hay que hacer con él." Dijo en sus trece.
"Si Sara, mañana lo llevamos a la iglesia y que lo metan en uno de esos seminarios donde le pinchan la vacuna antigay." Respondió mi padre.
"No te rías de mi." Dijo ella enfadada.
"¡Es que dices tonterías!" Respondió enfadado.
"¡Qué yo digo tonterías!" Respondió con el mismo tono de enfado.
"¡Tú hijo es gay, asumelo coño!" Hazlo la voz con tono fuerte y sonoro, que hizo crear un silencio.
"Echa la ropa a lavar, yo limpiare y guarde las cosas del campo." Me dijo a mi. Le di un beso a mi madre y fui al cuarto de la lavadora a poner la colada aprovechando que la lavadora esta vacía, mientras la llenaba llegó mi madre y en voz baja me dijo; Tranquilo hijo yo te voy ayudar. Sin decir nada más se marchó y cuando estaba poniendo el detergente y suavizante en la lavadora, llegó mi padre.
"Hijo tu ni caso a lo que acabas de oír, de tu madre me encargo yo." Dijo mientras cogía el detergente de mis manos y terminaba de depositarlo él en el tambor.
"Habla de mi como si fuera un enfermo." Dije molesto.
"No estoy justificandola, pero la han criado monjas ¿Qué se podía esperar?" Me dijo mientras escogía el programa de lavado.
"Vamos que me espera una convivencia bonita." Dije desanimado.
"Tú confía en mí." Me tocó la cara.
"No voy a dejar que vivas un infierno en tu propia casa mi vida. Yo lucho cada día porque tu estés bien, no porque te atormenten." Me miró los ojos y me agarró la cara suave, me acarició con sus pulgares.
"Gracias papá." Le abracé, él me respondió, le apreté fuerte, sentía que tenía todo su apoyo y que habíamos creado un vínculo irrompible.
Tengo el pelo muy corto por los lados y largo por la parte de arriba, mi padre me acarició con sus manos mientras yo le abrazaba y echó mi pelo hacía atrás, mirándome a los ojos.
"Te quiero, vete a descansar cariño el viaje a sido largo." Dijo sin soltarme.
"Vale papá. Yo también te quiero." Me agarré a su cuello y poniendome de puntillas e inclinandome sobre él, le dí un beso en la camisura de sus labios.
Cuando llegué a mi habitación fue cuando me percaté de que me había dejado el móvil, mi sorpresa fue enorme, yo hasta dormía con él, pero no lo extrañe en todo el fin de semana, tenía muchas notificaciones de mis redes sociales y en WhatsApp Tony me había mandado las fotos que había hecho el fin de semana, revisé todas y habían muchas que me gustaron mucho, fui en busca de papá para enseñárselas, pero buscándole me percaté de una discusión que venía del cuarto de mis padres, tenían la puerta cerrada y aunque no distinguía bien lo que decían se apreciaba con claridad que estaban discutiendo, volví a mi cuarto que también se sentía más levemente y me eché en la cama, mientras comencé a publicar en Facebook las fotos, al rato la discusión cesó, la casa estuvo un rato en absoluto silencio, ese silencio fue roto cuando comencé a escuchar los gemidos de placer de mi madre, los gemidos se escuchaban con más claridad que la discusión y aunque estaba claro que eso era lo más normal yo detestaba aquello, no podía dormir y sabiendo como era mi padre le queda mucho para correrse, así que puse en mi móvil música y los auriculares me aislaron de los gemidos de mi madre, fue entonces cuando comencé a pensar en todo lo vivido con mi padre, ya no me preguntaba si estaba mal o bien, sólo pensaba en ello como un recuerdo que me encantaba y que no se volvería a repetir muy a mi pesar. Me costó reconciliar el sueño y quedé dormido sintiendo unos celos que intentaba ignorar. Tenía que pensar en ella como mi madre, pero no podía soportarlo, tenía entre sus brazos al hombre que me había mostrado otro mundo del sexo, sus manos en esos instantes estarían tocando a ese dios griego que sólo yo quería adorar.
A la mañana siguiente, cuando bajé a la cocina mi madre prepara el desayuno, mientras mi padre la tenía agarrada por la cintura desde atrás a ella y ambos se besaban.
"Me voy ya que llegó tarde, me pilló algo en la cantina para desayunar." Dije desde la puerta de la cocina y antes de que mis padres pudieran decirme ni adiós salí de mi casa, mi padre salió tras de mi y en el rellano me dijo; Espera te dejó en el instituto antes de ir a trabajar." Sonrió.
"No hace falta, quédate un rato más con tu mujer." Acto seguido bajé las escaleras, cuando bajé a la calle mi padre salió tras de mí y me alcanzó en la cera.
"¿Qué significa esto?" Dijo mientras me agarraba del brazo e hizo que me girará.
"Pues que no necesito que me lleven al tuto, se ir sólito." Le respondí con rapidez.
"No me hables en ese tono ¡Soy tu padre!" Hazlo su dedo índice mientras hablaba.
"Pues este fin de no me trataste como a tu hijo." Dije dándole un golpe bajo debido a mi enfado, mi padre guardó silencio.
"Me voy al tuto." Le di la espalda y continúe caminando, mi padre ya no me siguió. El día en el instituto fue de culo y llevé un humor de perros, cuando llegué a casa me encerré en mi habitación y cuando mi padre llegó por la tarde yo ya había cenado para no tener que toparme con él. Así pase la semana y mi madre lo achacó que tenía mal de amores. El domingo por la mañana mi madre se fue a misa, yo me encontraba en mi habitación sentado sobre mi cama con el móvil, vestía el pantalón de pijama, descalzó sin camiseta, mi padre entró sin llamar a mi habitación.
"¿Por qué no llamas antes de entrar?" Dije molesto.
"¿Por qué no estás vestido? ¡Ya son las nueve de la mañana!" Respondió.
"¿Qué quieres? Dije sin apartar mi vista del móvil.
"¡Anda que me dices algo! He tenido que ver las fotos del fin de semana por tu Facebook" Dijo riendo, seguí mirando al móvil sin responder.
"Hoy hay partido ¿vamos a verlo alguna peña futbolera?" Preguntó.
"Ves tú, yo paso. Juega tu equipo no el mio." Mi vista no se apartaba del móvil.
"¡Hey! ¿Y si te enseño a conducir?" No respondí a su pregunta, continúe con el móvil.
"Quieres tener un poco más de educación y prestarme atención." Dijo quitándome el móvil de las manos.
"¡Devuelvemelo!"Dije enfadado.
"¿Quién coño es este tío?" Dijo mirando el móvil.
"Pues un chico con el que chateo." Le aclaré.
"¿Un chico? ¿Cuántos años te saca cuarenta?" Dijo malhumorado.
"Eso a ti no te importa es mi vida privada." Dije enfadado y con tono subido.
"Soy tu padre y tu un niñato que no sabe ni lo que quiere, tu vida privada como tú la llamas a de pasar bajo mi supervisión." Dijo sin devolverme el móvil.
"¿Crees que eres al único que le gustan jovencitos?" Levanté mis cejas mirando a mi padre a la cara, torciendo mis labios, si esperarmelo mi padre me dio un bofetada, llevé mi mano a la cara, mientras miraba a mi padre sin creerlo, era la primera vez que me golpeaba en toda mi vida, tras unos segundos que su mirada cambio me encerré en el baño de mi dormitorio, mi padre tocó la puerta varias veces.
"Cielo perdóname, no tenía que haber hecho eso." Me dijo a través de la puerta.
"¡Vete, no quiero saber nada más de ti nunca!" Dije desde dentro del baño, mientras estaba sentado en la taza del inodoro, con mis piernas también subidas y perdí la cara entre mis rodillas, rompí a llorar.
"Cariño abre la puerta por favor, perdóname." Insistió desde fuera, pero hice caso omiso.
Después de un largo rato, salí del baño, mi padre estaba sentado en mi cama en absoluto silencio.
"Vete" Le dije desde dentro del baño con la puerta solo abierta un poco, él se levantó y sin pasar al baño por ese hueco, me acarició la cara.
"Perdóname cariño, es normal que estés enfadado todas estas emociones no tienen que ser fáciles para ti." Dijo sin dejar de acariciarme con una mano, con la otra me mostró mi móvil.
"¿Todo esto es por despecho?" Preguntó, yo no respondí, solo dos lágrimas cayeron por mi cara, me miró a los ojos limpiandome las lágrimas con su mano. Se guardó mi móvil en el bolsillo y me acarició la cara con ambas manos.
"Mi amor no tienes que competir con nadie, ni si quiera con mamá, no hay nadie en este mundo que quiera más que a ti. Quiero que tengas eso claro ¿me oyes?" Dijo mirándome a los ojos, asentí.
"Yo quiero que vuelvas a tocarme." Le confesé.
"Y se que no va a volver a ocurrir y..." Guardé silencio apartando la mirada. Mi padre me miró y poniendo su mano en mi barbilla levantó mi cara con suavidad.
"¿Crees que yo no lo deseo también?" Hizo un gesto consecuente, salí del baño y fui hasta mi puerta donde eché el pestillo.
"Pues hazlo, estamos solos." Agarré sus manos.
"¡Te has vuelto loco aquí en casa!"
"Mamá tardará en llegar, no hay nadie salvo tú y yo." Puse mis manos sobre su pecho.
"Aquí en casa no, déjame pensar algo ¿Vale?" Me dijo agarrándome de la cintura. Le besé en la boca buscando su lengua con la mía.
"Cielo aquí no." Dijo apretando fuertes mis caderas.
"Lo necesito." Dije en un suspiro y volví a besarle, mi padre me respondió, nuestras lenguas se entrelazaron y mis manos se metieron dentro de la camisa de mi padre. Se separó unos instantes de mi y echó la cortina. Volvió donde estaba yo y sin parar de besarme me subió a su cintura, nos morreamos ansiosos, no podía creer que volvería a sentirle, sobre mi piel, entrando en mi interior, la excitación invadió mi cuerpo y el suyo. Me llevó hasta la cama donde me dejó con suavidad, comenzó a lamer mis pezones, me agarré fuerte a él disfrutando de su lengua, me besó el cuerpo con deseo. Me quitó el pantalón de pijama y el slip.
"No tenemos mucho tiempo mi vida." Dijo mientras me giró sobre la cama, enseguida sentí su lengua en mi agujero.
"AaaaH... Papá... " Gemí.
"Ssssshhhh... Que nos puedes oír los vecinos." Advirtió él, puse mi almohada bajo mi cara y la perdí en ella para que mis gemidos salieran ahogados.
Pasaba su lengua muy rápido por mi agujero dando cortos y constantes lametones, yo gemía sin parar contra la almohada. Notaba como su saliva caía hasta mis huevos, toda mi raja y mi agujero estaba lleno de su saliva, mi polla se restregaba tiesa contra la cama, se arrodillo en el suelo pegado a la cama y dejándome en el borde boca abajo, comenzó a chupar mi polla y mis huevos, daba unos lametones que parecía estar ordeñandome, las mejores mamadas de mi vida me las había y estaba dando mi padre. Yo sentía morir, desde el fin de semana que pasamos fantaseaba con esto, cuando sentí como iba a llegar mi corrida.
"Me corro." Dije entre jadeos. Cuando comencé a correrme mi padre metió mi polla por completo en su boca y recibió mi semen en su garganta, mientras metió un dedo por mi culo y acariciaba mis huevos, solté toda mi leche entre gemidos ahogados y sintiendo un placer único. Me giré sobre la cama, me miró sonriendo y se quitó la camisa, le ayudé a terminar de desnudarme entre morreos, nos revolcamos por la cama entre besos y caricias apasionadas. Yo quedé echado boca arriba, mi padre de rodillas frente a mi, pegó mis piernas a su cuerpo dejándo mis pies a cada lado de su cara, cogio mi tobillo y me besó la planta del pie repetidas veces terminado por chupar mi dedo pulgar, me miró de nuevo a los ojos agarrando mis piernas y colocó la punta de su polla en mi agujero, clavó sus dedos en mis piernas y comenzó a metermela, yo apreté mis dientes para evitar gemir lo máximo posible, a medida que la iba metiendo iba bajando acercando más su cara a la mía, quedamos a centímetros uno del otro y todo su rabo en mi interior hasta hacer tope con sus huevos.
"Mmmmm..." Me morreo.
"Estás dentro." Susurré gimiendo.
"¿Querías sentirme así no?" Me miró a los ojos entre beso y beso.
"Me moría por ello." Susurré.
"Yo también hijo mio." Dijo con su respiración entrecortada y comenzó a bombear con suavidad. Yo gemí, su mano tapó mi boca y continuó follandome, mis manos agarraban su culo duro, me encantaba esa postura porque sentía toda la presión de su cuerpazo sobre mi y cada embestida me producía un placer inmenso. Se comenzó a escuchar como el cabezal de mi cama golpeaba contra la pared, cada vez más rápido y más seguidos los ruidos, al igual que cada embestida y cada sensación de sus huevos apretandose contra mi agujero. Después de un rato así cambiamos de postura, mi padre se acostó boca arriba y dándole la espalda me senté sobre él, antes de meter su rabo en mi culo, arquee mi espalda y moví mi culo mostrándoselo, él me agarró fuertemente con las manos y me dio un azote que me encantó.
"¡¡AAH!!" Se me escapó un pequeño gritito.
"Sssshh..." Dijo mientras abría mi culo, abrí mis nalgas colocando mis manos sobre las suyas y en esa postura me senté sobre el pollón lleno de venas marcadas de mi padre, cuando al fin la había enterrado por completo en mi interior, mientras me mordía los labios conteniendome gemir, comencé a mover mi culo sobre él.
"Uuuuufff... ah..." Suspiró bajito, mientras metió un poco su pulgar en mi interior, al mismo tiempo que su polla, me apoyé con mis manos sobre sus piernas y comencé a subir y bajar por su polla a un ritmo frenético, mientras hacía sobre esfuerzos para no gemir, deseaba gritar de placer pero los vecinos podían escucharnos, escuchaba el ruido de mis cachetes cada vez que pegaban contra su cuerpo.
"Ufff...¡Qué culo tienes hijo mio!" Dijo mientras me agarraba el culo y disfruta de la follada. Después de varias embestidas seguidas me corrí de nuevo saliendo mi semen sin necesidad de tocar mi polla, pensé que eso era muy difícil de conseguir y papá ya lo había conseguido dos veces consecutivas.
Me agarró de la cintura y la sacó lentamente manejandome él. Me puse a cuatro patas sobre la cama y volví a ofrecerle mi culo, poniéndolo en pompa, apoyó una rodilla sobre la cama y la otra pierna la flexionó apoyándose con el pie sobre la cama, encaro su polla y continuó follandome de forma continua, nuestros cuerpos estaban empapados en sudor, me agarró del pelo tirando de él y me morreo desde atrás sin parar de follarme violentamente.
"¡Me vas a volver loco! ¡Qué cuerpecito tienes cariño!" Sus palabras estaban llenas de excitación y no paró de follarme ni un instante, el ruido a cada embestida de los fluidos y el olor a sexo embriagaba todo el dormitorio. Sus embestidas eran tan fuertes que me dejé caer sobre la cama, se quedó tras de mí, notaba sus respiración y jadeos contenidos en mi nuca, mientras continuaba abriendo mi culo, mordí mi almohada y disfrutaba de la follada que me estaba dando, después de un rato susurró en mi oído; ¡Me corro!
"Quiero beberme tu leche." Le dije con rapidez, me la sacó rápido y poniéndose de pie en la cama y yo de rodillas frente a él, con mi lengua sacada, me dio varios pollazos en ella y comenzó a correrse apuntando a mi boca, pero me llenó parte de la cara y mi lengua. Comencé a lamer su polla y sus huevos limpiandole después de la corrida, mi cama estaba también manchada de semen, había hecho que me corriera una vez más mientras me embestida por la espalda. Mi padre se sentó sobre la cama y comenzó a morrearme compartimos su lefa en nuestras bocas.
"Ha sido increíble." Le dije sonriendo.
"Si." Dijo mirándome a los ojos.
Se escuchó la puerta de casa.
"Tú madre." Se sobresalto y comenzó a vestirse rapidísimo.
"Yo limpio esto." Le dije.
"Esta bien amor." Dijo mientras se metía la camisa por el pantalón.
"¿Estoy bien?" Preguntó.
"Sí." Dije al revisarlo.
"Te quiero." Me dio un beso en los labios con rapidez y salió de mi dormitorio, yo volví a cerrar con pestillo. Cambie las sábanas y las dejé en el cesto de ropa sucia de mi baño junto a mi pijama hasta que los llevará a la colada, me di una ducha y salí del dormitorio aparentando normalidad.
Mis padres estaban hablando abajo, acerca de que mi madre quería ir a un retiró espiritual con más beatos hacer el camino de no se que santo descalza.
Gracias por sus valoraciones y por leer mi relato, espero sea de su agrado.