Fin de semana

Un fin de semana, donde la erotica se dispara,con el novio de mi hija como objeto de deseo.

Supongo que fueron las miradas, el deseo que genera el calor recién llegado, o la fantasía de una mujer madura, no diferente a la de un hombre maduro.

Julian llego a mi vida a través de mi hija adolescente, era, es, su novio, guapo, atlético, algo arrogante como cualquier joven de 18 años. Al principio Julian se limitaba a llamarla, salían, y ya esta… pero pronto empezó a venir a casa, a comer, luego a cenar, luego a pasar el día. Mi marido se sentía cómodo con aquel chico, y a mi siempre me pareció interesante para mi hija.

Fue durante la liga de futbol juvenil, mi hija me pidió que la llevara a un partido donde Julian actuaba en un puesto ¿delantero?, me quede con ella a ver aquel deporte donde 22 chavales pateaban un balón… no era que me llamara especialmente la atención, pero me había comprometido a llevarlos de vuelta, ya que el coche de Julian se había averiado. Al finalizar el partido se acerco a nosotros y beso a mi hija.. sin camiseta observe aquel cuerpo torneado, musculoso, y por un breve momento me sentí excitada y estar en el lugar de ella. No soy una mojigata, sabia que hacían el amor,  ella  acababa de cumplir los 18 años. No me importaba, de hecho, no tenemos secretos.

Somos muy parecidas, físicamente salvando las distancias claro. Mi pecho es mas grande, y, ciertamente menos firme.ambas tenemos el pelo entre rubio y castaño, ella es algo mas baja, y las dos, sin ser unas bellezas exorbitantes, `podemos considerarnos atractivas. No ignoro que la juventud es un baluarte del que yo ya carezco, pero tengo otro, la veterania, que dicen, es un grado. Se perfectamente como puedo atraer la atención de un hombre…

Julian se cambio, y nos fuimos… ellos iban parloteando en el coche, ella se había sentado detrás, a su lado,y de vez en cuando se besaban. No pude evitar ver como Julian sobaba su muslo, o su mano perdida debajo de la falda…. Bueno, nada raro.

Paramos a tomar un café. Mi hija llevaba un vestido suelto, con un escote ligero. Yo un pantalón vaquero y una blusa estampada abierta. Ella se fue un momento al aseo, y Julian y yo quedamos solos… nunca habíamos estado solos.

  • Buen partido -le dije

  • ¿le gusta el futbol?

  • jajaja...en realidad, no tengo ni idea. Y no me trates de ud.

  • Gracias ¿Laura?

  • Si, Laura esta bien. Veo que estáis bien.

  • Si, me gusta mucho. Ademas, es preciosa.. bueno, como su madre.

  • Gracias por el cumplido.

  • Solo es la verdad. Eres muy atractiva, si no te molesta.

  • Eh…

En ese momento llego mi hija… Pero repare que en la conversación Julian no había dejado de apreciar mi escote… me sentí entre avergonzada, orgullosa de que mis pechos le parecieran interesantes y excitada… algo verdaderamente extraño.

  • Oye mama, ¿te parece que este fin de semana lo pasemos en la aldea y que este Julian?.

Tenemos una casa de campo que era propiedad de mis padres, en una zona rural. Solemos pasar alli los fines de semana, la naturaleza siempre me gusto, y ademas, teníamos una excelente piscina ademas de unas calas cercanas a las que siempre solíamos ir las dos a tomar el sol, siempre que el tiempo acompañaba. Nos gustaba ir a esas calas porque eran de difícil acceso, solitarias, intimas, y estábamos generalmente solas, cosa que no sucedía en la casa donde siempre teníamos visitas. Al calor de aquella intimidad podíamos tomar el sol desnudas, después de cerciorarnos de que nadie nos veía, claro.

  • Bueno, no se tu padre que dirá, por mi no hay problema.

  • Prometo portarme bien – Incidió Julian riéndose.

Tomamos el café, ellos estaban hablando, se besaban ligeramente alguna que otra vez… un par de veces observe que me miraba mientras la besaba… pero nada tenia que decir.

Jorge, mi marido, no puso problema. Le dio el habitual discurso de padre y sexo… como si ella fuera una inmaculada virgencita. Las dos nos miramos y nos sonreímos. Mi marido no es ningún dechado de imaginación ni desde luego es capaz de ver a su hija como lo que es ya, una mujer.

El viernes, Lucia, mi hija, decidió ir con Julian, yo iría con Jorge. Este había ademas invitado a un par de amigos, solo a tomar algo la tarde del sábado, negocios, decía… o sea, el típico rollo donde yo sobraría.

Cuando llegamos, ellos no habían llegado. Mi marido se puso a cortar el césped, yo decidí darme un baño en la piscina, me puse un bikini negro y nade un rato, luego me tire al sol. Mi hija y Julián llegaron a mediodia, por las risas de ella, su actitud, comprendí que habían hecho algo mas que pasar el rato viendo el paisaje mientras venían. Mi hija me dio un beso en la mejilla...Julian hizo lo propio.

  • Voy a cambiarme...me apetece nadar. ¿Julian?

  • Ire ahora, supongo que tendre que llevar las cosas – me miro- ¿supongo que no dormire con Lucia? Jajaja.

  • No, claro..

  • ¿y contigo?

Me ruborice…

  • Desde luego que no. Sonreí.

  • Ay Julian que cosas tienes, tonto – a Lucia le pareció divertido - Bueno ¿le enseñas la casa mama?.

  • Eh, si,claro.

Entramos los tres, las habitaciones estaban en la planta alta, en la baja teníamos el salón comedor y cocina, ademas de un aseo. Lucia fue a cambiarse yo lleve a Julian ala habitación de invitados, justo al otro lado del pasillo. Mientras caminaba delante de el, notaba su mirada en mi cuerpo.

  • Bueno, este es tu cuarto. Tienes un aseo justo enfrente.

  • Agradable… - miro por la ventana y luego a mi – Te queda muy bien

  • ¿El que? -sabia a que se refería.

  • El bikini… estas… sexy.

  • Bueno, gracias...

Se quito la camiseta… su cuerpo, torneado, quedo a la vista. El me miro.

  • ¿Te gusta?

  • El que.

  • Lo que ves.

  • No entiendo que quieres decir.

  • Yo creo que si.

Paso a mi lado y cerro la puerta… se desabotono el pantalón y un slip ajustado quedo a la vista… lo que había debajo era muy notorio… y muy notable.

  • Que haces… estas loco… Lucia esta al otro lado y mi marido.

  • ¿Y si no estuvieran?¿me lo quitarías?

  • Estas loco…

Salí de la habitación prácticamente en estampida… estaba azorada, y nerviosa. !que descarado! !que cerdo! ! Cabrón! !el novio de mi hija intentando seducirme!… Pero, a pesar de mis casi 50 años, no podía evitar sentir mis pezones endurecidos, mi cuerpo excitado… me tire de cabeza al agua intentado que aquel calenton se pasara.

Lucia llego y detrás Julian. Ella llevaba un bikini absolutamente mínimo, estaba preciosa, encantadora. Julian estuvo educado, cortes, elegante, servicial… todo lo contrario de lo que había visto en aquella habitación. Llevaba un bañador amplio, pero la imagen de su miembro marcada en el slip no se me iba de la cabeza, ni podía dejar de mirar su cuerpo joven… ellos jugaron en el agua, tomaron el sol… Pedimos de comer al pueblo y nos trajeron unas pizzas… al terminar el almuerzo, mi marido me pidió que me cambiara que vendrían sus amigos… Mi hija me miro comprensiva.

  • Bueno, si os parece, nosotros dos nos vamos a la cala, no nos apetece estar aquí con vuestros rollos.

  • Si, si, -dijo mi marido distraídamente mientras ojeaba unos papeles-

  • Claro, ir, pasarlo bien… a cual iréis…

  • Ah, pues a la de Santalla.

  • No suele estar nadie

  • Lo se, contesto con cierta picardia sabiendo que la entendería.

  • Bueno, pues ir y pasarlo bien

  • Seguro que lo pasaremos muy bien -Julian me sonrió al decirlo- Quizá puedas venir también, luego.

  • No creo...-esquive sus ojos-

No pasaron diez minutos desde que mi hija y su novio salieron cuando llegaron los dos amigos de mi marido. Sesentones, como el, fumadores, rápidamente entraron en sus cosas después de los habituales saludos de cortesía, y alguna mirada a mi escote y a mis piernas. Había decidido ponerme un conjunto de sandalias con un pantalón corto y un top. No descocada, pero tampoco seria. Al fin y al cabo, estábamos en el campo.

  • Jorge, si no te importa, me voy a dar una vuelta, os dejo con vuestras cosas.

  • Claro, claro, vete, no tengas prisa. Tenemos para un rato, creo.

  • Una pena privarnos de su presencia, lamentablemente -dijo uno de ellos-

  • Gracias, conteste a “ojos de cerdo” como le había apodado nada mas verlo.

Salí de la finca y camine en dirección a la cala de Santalla. Es una cala de difícil acceso, tienes que atravesar un campo con silvas y tojos. La cala se ve bien cuando ya te estas acercando. Mi hija y yo acudíamos muchas veces a ella si queríamos estar tranquilas. No había nadie, o casi nunca había nadie, pocas veces encontramos alguna persona. Cerca esta el pueblo, y los lugareños si conocen como acceder, y alguno si podía ir, aunque eran gente de edad ya elevada, y solo ahora, cuando se acercaba la temporada de verano, podía darse el encontrar gente mas joven que veraneaba con sus abuelos.

Cuando tuve la cala a la vista los busque con la mirada. Absurdamente, no quería que me vieran, así que me escondí en un lugar donde podía ver la cala, que era muy pequeña, tanto que casi desaparecía cuando subía la marea. Estaban en el agua, parecían jugar, entretenidos. Cuando salieron observe que estaban desnudos… y como imagine, el estaba dotado muy correctamente, al menos, es lo que podía apreciar desde aquella distancia… se dirigieron a las toallas...se tumbaron de espaldas, el acaricio la de ella. Pude ver como acariciaba su culo...se besaron...ella puso su mano en el miembro de el...aquello me turbo, me excito...el la besaba y tocaba sus pechos...no pude imaginar ser yo...sentí que me humedecía, algo que hacia mucho que no me pasaba...el se tumbo y ella comenzó a besar su cuerpo… su intención era clara… la felacion que vino a continuación me turbo de forma definitiva.

Un ruido me alerto… me moví un poco y pude ver un hombre, mayor, seguramente un lugareño, y estaba contemplando la escena… pensé decir algo… pero me calle...observe...me di cuenta de que se estaba haciendo una paja mientras observaba la escena...mi humedad aumento notablemente. Era algo que nunca habría imaginado. ¿el me había visto?¿`podía verme?...deseaba tocarme...mi mano acariciaba la tela por encima de mi pequeño pantalón. La metí dentro y comencé a tocarme. Gemi un poco. Cerre los ojos y seguí tocándome. Me imaginaba a Julian forzándome y volviéndome loca de placer...no podía controlarme… me quite el pantalón… la braguita del bikini… el top...el sujetador...nunca había estado a ese nivel de lujuria. Con mis ojos cerradas empece a fantasear con Julian, con mi hija, con el mirón… gemía.