Fin de semana en Sevilla

Juan el profesor de CCPP se va un fin de semana a Sevilla para vre un partido de baloncesto y alli encuentra varios ligues, incluso con los jugadores de baloncesto.

Era el primer fin de semana de primavera y en Sevilla se había anunciado, hacía tiempo, un encuentro de baloncesto entre un equipo hispalense y otro de la NBA, como que a mi me gusta bastante el baloncesto había reservado con tiempo las entradas y el billete de AVE Madrid-Sevilla.

El jueves por la tarde me llamó mi querido y wpo amigo Juan, el chico de Castellón que estudia tercero de medicina, diciéndome que le había surgido un inconveniente y que de ninguna manera podía acompañarme.

Me olvidaba deciros que soy Juan el joven profesor de derecho constitucional que os ha contado otros casos, para los que no me conozcan os diré que mido 187 , peso 74 k, ojos marrones pelo castaño, tengo un cuerpo que esta bien a pesar de no practicar mucho deporte, (quiero decir que no voy mucho por el gym, pero sí juego al futbol y a baloncesto con los amigos) vaya, en una palabra que estoy muy bueno dicen todos, chicos y chicas, soy bisex, pero con lo que sueñan todos los que se han acostado conmigo es lo bien que manejo mis 22 cm de polla. Esto los vuelve loc@s.

El viernes por la tarde emprendí viaje hacia la capital andaluza, anulé el billete de tren y la entrada para el partido la revendería, seguro. En el hotel tenía reservada habitación doble y no la anulé, por si encontraba ligue.

Llegué a ultima hora de la tarde, me instalé y cené en el mismo hotel y después subí a mi habitación, estaba cansado, tomé una copa del minibar y encendí la tele. Sobre las tres de la madrugada me desperté, el vaso estaba en el suelo y la tele seguía encendida, recogí el vaso y apagué la tele y volví a dormirme.

El sábado me desperté temprano, bajé al comedor a desayunar, después cogí mi cámara de fotos y como un turista mas decidí salír a pasear. El día era maravilloso, siempre que vengo a Sevilla hace sol y a veces es demasiado caliente.

En la recepción había una chica que además de simpática era muy guapa. Aunque no era la primera vez que visitaba Sevilla, le pedí consejo para una visita turística. La chica , de unos veinticinco años, me miró de arriba abajo, supongo que le gustó mi cuerpo, pero sobre todo miró si llevaba zapatillas para andar, si claro que las llevaba, entonces me indicó en un plano de la ciudad el recorrido. Como que el hotel estaba cerca lo primero que visité fue la catedral y todo el barrio antiguo, de verdad que es bonito. No tenía prisa. Pase por el barrio de Triana y de la Santa Cruz, el Arenal y no se por cuantos sitios mas, visite la Catedral, subí a la Giralda, paseé por el parque de Maria Luisa, una pareja de recién casados me fotografiaron en al plaza de España. Empecé haciendo tapas en la plaza de Santa Maria la Blanca, calle del Almirantazgo, de Julio Cesar, paseo de Colon, etc... . Todas estaban buenas, empecé acompañándolas con cerveza y terminé con vino. Donde disfruté de verdad fue en el establecimiento situado en al calle de Canalejas esquina González Abreu.

Tapas para todos los gustos: buen jamón, pescaito frito, tortillas de camarones, queso, pulpo en vinagreta, salmorejo con boquerones y unas croquetas caseras.

Regrese al hotel, dormí un rato, me duché y salí para ver el partido, que era para lo que había venido a Sevilla.

El partido estuvo bien, pero quizá yo esperaba mas del equipo americano.

Otra vez al hotel, de nuevo ducha y me vestí para salir a cenar, pero sobre todo lo que me interesaba era ligar, ya que había tenido que venir solo y tenía una habitación para dos.

En el restaurante me sirvió un chico de unos veinte y dos años que estaba muy bien. Yo me insinué varias veces, incluso le rocé varias veces la mano al servirme, pero él no me hizo ni puñetero caso, o no era gay o le daba vergüenza. Sigo pensando que sí era gay. Pues como he dicho le rocé varias veces la mano incluso una vez le deje mi mano encima de la suya demasiado tiempo y no se movió y en otra ocasión que me sirvió vino y yo le puse la mano en la entrepierna, no hizo ningún gesto de querer apartarse.

En el mismo restaurante y en una mesa próxima, cenaban dos mujeres , madre e hija, la hija tendría veinte años máximo y la madre unos cuarenta y cinco, no dejaron de mirarme en toda la noche , sobretodo la madre. Varias veces le guiñé un ojo y con disimulo le mande besitos, ella parecía sonrojarse cada vez y apartaba la mirada. No ligué con ellas y me hubiera gustado llevármelas al hotel a las dos, o incluso ir a su casa. Y me daba igual si estaba el marido, se hubiera podido juntar con nuestro trío , yo nunca he sido celoso.

Había pasado la medianoche cuando terminé de cenar, yo no tenia prisa, en un último intento, ya que las chicas no me hacían caso, le pregunté al muchacho donde había una disco que estuviera bien, me lo indicó y no quedaba lejos a allí.

"quieres acompañarme ". Pregunté

"mañana tengo que trabajar". Se excusó.

No insistí. Pero el muchacho estaba bien, me hubiera gustado llevármelo a la cama.

La disco estaba cerca de la Isla de la Cartuja, entré en una pero solo había parejas, tomé un trago, miré por si algo podía interesarme. No, no había nada interesante. Salí, serian cerca de las dos de la madrugada y la noche era fresca y yo iba vestido para ligar, (llevaba ropa ajustada, unos jeans que marcaban un buen paquete en la entrepierna y un "Calvin" negro de cuello redondo y mangas largas que se pegaba al cuerpo y aunque no tengo los abdominales marcados, dejaba ver un cuerpo sin un gramo de grasa de mas) pero no para el frío, menos mal de la cantidad de alcohol que llevaba en el cuerpo. Entré en otra, allí no se notaba el fresco. Había poca gente, dos parejas y cuatro chicos jóvenes de no mas de veinte años.

Me dirigí a la barra

–"Ponme un wisqui, con poco hielo"- me lo bebí de un trago,

-" Ponme otro en el mismo vaso y que sea doble esta vez"-

Al girarme sobre el taburete me topé con un chico guapo de verdad que le decía al camarero

–"Esto me lo cargas a mi cuenta"- y dirigiéndose a mi, se me presentó

–"Hola me llamo Daniel, Dani para los amigos y soy el encargado. No te había visto nunca antes por aquí".

-"No, estoy de paso, he venido el fin de semana para el partido"

-"Estas solo"

-"Si"

Yo estaba sentado en un taburete alto y recostado con los brazos en la barra y mirando hacia la pista con las piernas bien abiertas, me di cuenta que me estaba mirando el paquete y antes de terminar de decir "si" ya me estaba tocando el paquete y lo próximo que noté era que lo tenia en medio de mis piernas y besándome en la boca.

-"Esto empieza a ir bien", pensé y también lo besé.

Lo aparte un poco y lo miré bien de arriba abajo, era un chico guapo y bien plantado, de unos veinte y cinco años, algo mas alto que yo, sobre 190 y unos 75 k. pelo y ojos oscuros.

Se acercó nuevamente y sin ninguna vergüenza empezó a restregarme su paquete contra mi paquete. La verdad a mi tampoco me importaba si alguien nos miraba, nunca me ha importado. Nos besamos nuevamente.

Lo separe nuevamente y bebí un trago del vaso. Aproveché para mirar a la sala, solo quedaba un chico de todos los que había antes. Me puso la mano directamente en el paquete y fue palpando la polla a todo lo largo, que empezó a crecer. Sin dejar de besarme en la boca, me desabrochó el cinturón y bajó la cremallera de los vaqueros. Me los quería sacar y le ayudé apoyando los pies y levantando un poco el culo. Aprovechó el movimiento y me bajó también los slips.

En el momento que iniciaba el movimiento de agacharse para chupar la polla, entraron ellos.

Eran tres negros altos (todos median mas de dos metros) y grandes como tres armarios, a dos de ellos los reconocí enseguida, eran jugadores del equipo americano de baloncesto que había visto esta tarde. Vinieron directamente hacia nosotros, como si ya supieran lo que buscaban. No se de donde aparecieron las cuerdas, pero a mi me ataron las manos (en cruz) a la barra de acero que tenia la barra del bar y a Dani lo arrastraron hasta una mesa cercana para que yo lo pudiera ver y le arrancaron la ropa, desnudo sí que estaba bien el chico. Mi ingles es malo y no sé exactamente lo que decían , pero la cosa fue mas o menos así.

En estos momentos en la sala ya solo quedábamos nosotros seis, lo tres negros, Dani, yo y el camarero al que ordenaron cerrar las puertas con llave.

Los tres se desnudaron, vaya unos cuerpos de gimnasio que tenias los tíos y que pollas, hasta yo me asuste, solo de pensar que me pudieran meter aquello, iban con los cuerpos, ya ninguna bajaba de los 26 cm y tenían un buen grosor.

Tumbaron a Dani en la mesa y le levantaron las piernas, y uno acopló su polla a la entrada del culo y empujó. Aquel pollón fue penetrando y con dos embestidas la tuvo toda dentro, no se quejó, aquel aparato encajaba perfectamente en el agujero. el tío empezó un mete-saca salvaje, Dani no solo no se quejaba sino que parecía disfrutar. Mientras otro de los jugadores intentaba meter la polla en la boca que no entró, era imposible que aquello tan enorme cupiera en aquel lugar. Desistió, pero si le hizo chupar un huevo a lo que Dani reaccionó con fruición y deleite, después también le lamió el capullo.

El primero, al llegar al orgasmo gritó salvajemente y sacando la polla se corrió encima de la barriga, el otro le restregó el semen con la mano.

Y así fueron cambiando de sitio los tres, gozando y corriéndose una vez en el pecho y otras en la cara de Dani. Este también gozaba, no podía negarlo ya que se le notaba en la cara que estaba disfrutando como un cosaco. Al camarero, que se estaba pajeando detrás de la barra, le hicieron limpiar toda la leche con la lengua. Cuando hubieron terminado todos, uno de ellos fue hacia el baño y regresó con jabón liquido, se untó el puño y la entrada del ano de Dani y fue empujando poco a poco y el puño entro, vaya sí entró. Dani parecía disfrutar con todo aquello pues desde el principio solo gritaba mas fuerte, mas, mas adentro.

Cuando le secaron el puño, pidieron al camarero si tenia limones y hielo, claro que tenía, le metieron dos limones grandes bien dentro del intestino y después con el hielo por la parte de afuera le cerraron el ano.

Uno de aquellos armarios vino hacía mi que parecía me tenían olvidado, pero que había disfrutado del espectáculo.

Mientras un tipo de aquellos seguía frotando con hielo el culo de Dani para que cerrara los otros dos se me acercaron, yo estaba medio desnudo, tal como me había dejado Dani y además atado con lo que no me había podido mover, pero eso sí tenía la polla empalmada a mas no poder y uno de ellos se arrodilló delante de mi y empezó a acariciarme los huevos y besarme la polla, después se la tragó, primero un poco y después toda entera. Mientras el otro se dedicó a lamerme y pellizcarme los pezones, el tío no lo hacía nada mal. Y al poco rato y sin poderlo evitar, me corrí de una manera brutal. El tío se tragó todo mi semen. La polla no se me bajó y pusieron al camarero para hacerme una mamada, mientras ellos dos se dedicaban a mis pezones, lamían, pellizcaban, y retorcían de manera que no me hicieran daño sino para darme placer. Cuando al cabo de un rato me corrí de nuevo, le dijeron al camarero que aguantara el semen en su boca y después lo compartiera con Dani. Así lo hicieron los dos, se besaron y mezclaron mi semen en sus bocas. Todavía no me desataron, me quedaba otro espectáculo por ver.

Pusieron a Dani de rodillas y enseñándome el culo delante de mi y le ordenaron que expulsara los dos limones que todavía guardaba en el intestino. Tenia el ano bien cerrada a cusa del hielo, por lo que le costó bastante que salieran, con mucho esfuerzo pero lo logró.

Yo estaba viendo aquel culo como se abría poco a poco y empezaba a asomar primero un limón que cuando estuvo a la mitad, "plof", y salió disparado, después salió el otro. Aquel culo palpitaba, se cerraba y se abría, volviendo a su estado primitivo (le había costado sacar los limones) y después que salieran, quedó un rastro de semen oscuro, hicieron que el camarero se lo limpiara con la lengua.

Mientras había estado lamiéndome los huevos y mi verga estaba otra vez en posición de firmes. Antes de desatarme los muy cabrones de americanos me besaron en la boca con lengua y todo, al tiempo que sobaban mi entrepierna.

Me desataron y nos vestimos todos.

Al acabar me preguntaron:

Te ha gustado

Claro que si

Si quieres mañana a la noche repetimos

Lo siento mañana estaré lejos de aquí

Pues nosotros el lunes volamos hacia América

Se despidieron de nosotros deseando que lo hubiéramos pasado bien.

El camarero lo arreglo todo y yo le pregunte a Dani que si se quería venir conmigo al hotel, sin pensárselo contestó que si.

Llegamos al hotel sobre las cinco de la madrugada, me acerqué a recepción , había un chico joven, de unos veinte y cinco años, medio dormido. Al mismo tiempo que le pedía la llave de la habitación le puse encima de la barra un billete de 50 euros y cogí la llave.

Es posible que mañana no nos molesten hasta mas allá de las doce.

Descuide señor, me encargaré de que así sea, no se preocupe.

Efectivamente, al día siguiente nadie nos molesto hasta que bajamos listos para partir.

Lo primero que hicimos al llegar a la habitación fue ducharnos, primero yo, después Dani. Estábamos demasiado cansados y nos dormimos enseguida.

Cuando me desperté Dani ya estaba despierto y miraba mi cuerpo desnudo (nunca llevo nada para dormir, duermo siempre desnudo, tal como vine al mundo), él llevaba un boxer gris.

Buenos días

Hola, ¿ que hora es?

Son las once y media, ¿qué tal anoche, bien?

Estupendo, me encantó, ¿ya te has repuesto?

Si, ¿quieres que tengamos sexo, ahora?

No le pude contestar pues ya estaba besándome en la boca. Nuestra vergas reaccionaron al mismo tiempo. Se puso a horcajadas encima de mi y mientras sus manos aguantaban las mías, su culo buscaba mi polla tiesa. La encontró y fue clavándosela poco a poco, bajó hasta que la tuvo toda dentro y después empezó un movimiento de vaivén hacia arriba y hacia abajo. Me besaba, me mordía los pezones, me lamía las orejas y la cara, ese chico es un volcán, nunca tiene suficiente. Me gustaba, vaya si me gustaba. Cuando notó que yo me iba a correr, enderezó su torso y se hizo una paja encima de mi pecho, yo me corrí al mismo tiempo en su culo. Fue fenomenal, exquisito, excelente.

Me cogió, me dio la vuelta y me levanto el culo:

Cuidado, no quiero que me metas tu polla, mi culo es virgen y por muchos años.

No si no te iba a follar , a mi no me gusta, yo soy pasivo, solo quiero lamerte el ano y meterte la lengua.

Vale así, sí.

Durante un rato estuvo lamiendo y chupando mi culo, fue fabuloso, el chico lo hacía de maravilla se veía que no era la primera vez.

Al cabo de un rato de placer ya tenía la verga otra vez a punto, me giré y lo tumbé de espaldas, le levante las piernas y apunté con mi polla a su culo, de una solo empujón se la metí toda dentro (que culo tiene este chico) y gozamos otra vez los dos, antes del orgasmo, la saqué y me corrí en su pecho, le cogí la polla y le hice que también se corriera en su pecho, con la mano mezcle las dos leches y después con un dedo se las hice probar.

Era tarde, no duchamos y vestimos y salimos para comer. Me enseño un par de bares de tapas que no había visitado el día anterior. Estuvo muy bien. Siempre recordaré las tapas de Sevilla. Y sus chicos. También hay chicas guapas y muy simpáticas en Sevilla. Algún día volveré solo para probarlas ( a las chicas) y repetir de tapas.