Fin de semana en Puerto La Cruz

Un fin de semana planeado para el sexo al fin me veía con mi amiga.

FIN DE SEMANA EN PUERTO LA CRUZ

Con piel suave sin un solo vello, divina, excitada, con sus labios menores sobresalientes, grandes prominentes, indicándome que estos eran una segura fuente de placer para ella

Había pasado varias semanas esperando este día, programándolo y aclarando muchos puntos y dudas con Janeth, me costó convencerla, pero las bajas pasiones dieron paso a nuestros placeres y acordamos un encuentro. Ella había aceptado, pero solo si nos veíamos en una zona neutral, iríamos a Puerto La Cruz.

Ese día salí de mi trabajo a eso de las 2 de la tarde, los últimos días habían sido de verdadera euforia, al fin esa chica tan deseada por mi y que tantas fantasías habíamos compartido en la distancia seria mía, estaría a mi alcance, podría tocarla, besarla, cojerla, tenerla a mi entera disposición, sería algo divino.

Antes de este viernes, ya habíamos charlado bastante, ella nerviosa, no sabía como iba a reaccionar en cuanto me viera, después de todo llevábamos varios años conociéndonos, era el esposo de su mejor amiga, de su amiga de la infancia, estaba muy nerviosa y renuente, pero al final había cedido.

Yo, con bastante morbo, siempre que conversaba con ella buscaba llevar la conversación a algo netamente sexual, excitarla seducirla con el placer, habíamos conversado bastante y ya sentía que la conocía, que sabia sus gustos, conocía los lugares de su cuerpo que le causaban mas placer, e igual ella en mi; le había comentado de mi fascinación por los hilos dentales y que por el contrario a mi esposa le desagradan un poco.

Bueno, continuo en ese viernes 2 de la tarde, salgo en dirección al Puerto y me esperan 3 horas de camino, ella tenia su pasaje comprado para las 5 de la tarde asi que llegaría después que yo, el viaje pasó sin novedad, llegué a eso de las 5 de la tarde y ella estaba saliendo, llegaría hasta 3 horas después, asi que me fui a buscar nuestro nido de amor, a buscar un hotel y encontró uno bien chévere, frente al paseo colon, con buen servicio y buen precio, subí a la habitación, y en cuestión de segundos pasaron las 3 horas de viaje y ella ya estaba llegando. Me fui al terminal, nervioso, no sabía que pasaría, la vi esperándome en un banco, y me acerqué a ella, la saludé como un par de amigos, hola que tal, ¿como estuvo el viaje?, bien, bien,… ¿nos vamos?....

Íbamos en el carro charlando de cosas comunes, del viaje, de ella, de cómo se sentía, llegamos al hotel, subimos directo a la habitación, teníamos hambre y habíamos quedado en que iríamos a comer, ella me dijo que primero se quería bañar y asi lo hizo, yo sin molestarla esperaba en la cama, lista, ya nos vamos…, en eso fue que ya estaba a no más y le dije, ¿y no me das un beso?, estaba sentado en la cama, ella se inclinó hacia mi y me dio un beso en mis labios, nos besamos, la tomé por la cintura, la llevé a la cama, y nos fusionamos en un largo de beso de varios minutos, tocándonos muy apasionados, como dos novios en su luna de miel, fue más que un simple beso, estaba lindísima, vestía una minifalda negra, seguramente con un hilo dental rojo o porque asi habíamos acordado, nos tocamos pero sin propasar los limites de la ropa, hasta que volvimos en si y nos fuimos a comer.

Comimos, cenamos, creo que pizza, ya de regreso al hotel, los ánimos estaban más tensos de seguro ella estaba sobresaltada, por no decir excitada, subiendo a la habitación en las escaleras del hotel la tomé contra la pared y de espaldas a esta, nos besamos y con una de mis manos subí su falda por arriba de la cintura mientras que con la otra tocaba sus hermosos senos, me sentía en el cielo, era divina sencillamente, nuestras leguas jugaban y tocaba su bikini, divino, sexy, entramos a la habitación y nos dedicamos el uno al otro.

Tumbada sobre la cama me dediqué a besar todo su cuerpo, milímetro a milímetro, a desvestirla despacio dulcemente, hasta que solo quedó su hilo y su sostén, me deleitaba viéndolos y viendo como Janeth se estremecía de placer, a cada beso mío ella me respondía con un profundo suspiro, su placer aumentaba, el mío me sentía en el cielo, hasta que quise ver lo que escondía este pequeño pedazo de tela que llevaba cubriendo sus vagina, lo moví hacia un lado con cuidado y suspiré, el divino perfume que emanaba, lo bajé hasta sus rodillas y después fuera todo, estaba aun con sus sostén y sin nada abajo, solo su vagina, sus labios rasurados, con piel suave sin un solo vello, divina, excitada, con sus labios menores sobresalientes, grandes prominentes, indicándome que estos eran una segura fuente de placer para ella y por consiguiente para mi, la quería besar, quería comerme su coño, su cuquita, su cuca, ella solo gemía y excitada se tocaba los senos, ¡¡que delicia, una verdadera delicia !!, pasé horas dándole sexo oral divino excitante, ella como con movimientos involuntarios en ocasiones erguía su torso, y me tomaba por mi cabello con sus manos, me apretaba contra su vagina, la despojé de sus sostén, y ya la tenía completamente desnuda para mí, para cojérmela, para penetrarla y ella ya tenia una cara de puta magistral, me excitaba verla, los ojos de deseo, era mi puta, de mas nadie, solo mía... Autor: Apocalipsis528 apocalipsis528@hotmail.com