Fin de semana en la playa

Tio y sobrino, disfrutan el uno al otro...

Fin de semana en la playa

El jueves llegó Tío Miguel, yo regresaba de casa de unos amigos bien entrada la tarde, cuando al entrar en la casa vi la camioneta que él siempre usaba. Miré alrededor y al no verlo pregunté a mi hermano:

  • ¿Llegó tío Miguel?-
  • Si, hace como media hora, debe estar en su cuarto, porque dijo que se daría una ducha antes de cenar.

Con urgencia, me dirigí a la habitación y entré, no estaba en ella pero escuché que el agua corría en la ducha

  • Miguel, llamé.. ¿Estás ahí?
  • Hola Jean Manuel, respondió, alcánzame una toalla… porfa

Tomé la toalla que estaba sobre una silla y entré al cuarto de baño. Miguel estaba dentro de la ducha, afeitándose mientras dejaba correr el agua de la regadera que daba sobre su trasero, le observé largamente a lo que Miguel volteando la cara replicó.

Coño, ¿te vas a quedar allí parado como un pendejo?, desvístete y báñate conmigo para que lleguemos a tiempo a la cena.

Ni lo pensé, en segundos me desvestí y entré en la ducha cerrando la puerta de vidrio, el agua estaba tibia. Miguel me abrazó y besó en la boca, hasta con cierta pasión, - te extrañé -, dijo. Sus manos sobre mi trasero apretándome las nalgas y haciendo presión hacia el, mi miembro ya erecto contra el suyo. Bajé mi mano derecha y lo agarré mientras que con la otra tomaba sus enormes bolas. - Yo también te extrañe. ayer me masturbé pensando en ti -, respondí. Su respuesta fue otro largo y profundo beso,

-¿Has comentado con alguien lo que hicimos?.

-No, como vas a creer -, fue mi respuesta.

  • Nadie debe saber nuestro secreto, por el momento, entiendes… dijo mirándome directamente a los ojos.

El agua corría sobre nuestros cuerpos, mientras nos abrazábamos, tocábamos y nos explorábamos mutuamente. Caí de rodillas y manteniendo con una mano el inmenso guevo lo mamé a mi entera satisfacción. Con la lengua bordeaba la cabeza del glande y lo introducía en mi boca retrayendo mis dientes y trabajando con los labios.

  • Que rico bebé…. Hazme acabar estoy cansado y necesito dormir bien.

Por lo que intensifiqué el ritmo y la succión, tras un minuto sentí que Miguel eyacularía, así que me dispuse a recibir en la boca su jugo… como ocurrió… su semen llenaba mi boca y por primera vez tragué su semen, que después corría por mi cabeza. Miguel me levantó de la posición en que me encontraba, tomando delicadamente mi pene con su mano me masturbó mientras que con la otra introducía un dedo en mi ano, al poco rato, debido a la gran excitación que tenía, llegué al orgasmo eyaculando mientras sentía que mi cuerpo se contraía.

Terminamos de bañarnos, y ambos salimos de la ducha. Miguel tomó la toalla y me secó todo el cuerpo, como si yo fuera su niño pequeño.

¿Te gustaría acompañarme este fin de semana a Margarita?, preguntó, - Hay una convención y si quieres me acompañas, podrás estar en la playa y hacer algunas compras

  • Claro que si, ¿cuándo nos vamos?

  • Mañana en la tarde y regresaremos el domingo, pero no comentes nada a tu hermano y primos, no sea que quieran ir también- dijo mientras sonreía con un toque de complicidad.

En la tarde tomamos el avión rumbo a la isla. Al llegar al hotel, no pude dejar de advertir que gran parte del personal conocía a Miguel, y me presentaba a todos con mucho orgullo, como su sobrino que era. Algunas personas nos miraban con cierta duda hasta que notaban el parecido entre ambos. Subimos al cuarto y Miguel dijo… deja la maleta y vamos, te haré un tour para que conozcas la ciudad en la noche. Después de cenar en un Restaurant cerca del hotel, visitamos varias Discos, en donde Miguel fue recibido como se recibe a un buen cliente, en cada uno pedía Vodka en las rocas, la cual tomaba como agua, al cabo de 3 horas Miguel había tomado mas de 15 tragos y estaba como si nada. Yo por mi parte tomé 4 ó 5 cervezas toda la noche.

En el último sitio que visitamos, un hombre joven como de 26 o 27 años, pelo rubio, 1,80 m, cuerpo atlético y dorado por el sol tropical. Su cara no era muy agradable, no era feo, pero tenía una forma de hablar y mirar como de matón de pueblo. Miguel me presentó. Ricardo, que era su nombre, tomó mi mano y apretó tanto que me hizo daño. Yo observaba a las parejas bailando, mientras Miguel y Ricardo hablaban y tomaban sendos vasos de Vodka. Como a los 15 minutos, Miguel dijo, - Nos vamos - e inició el camino a la salida.

Ya afuera busqué con la mirada la presencia de un taxi pero rápidamente se acercó al frente un carro tocando la corneta, Miguel se dirigió a él, y por supuesto le seguí, abriendo la puerta trasera me hizo entrar, mientras él, por su parte, entraba adelante. No me sorprendió al ver que el que conducía era Ricardo. El carro arrancó rumbo a nuestro hotel, la música de la radio sonaba alto, por lo que me era difícil escuchar lo que mis dos acompañantes hablaban entre ellos. Al llegar al hotel, Ricardo dirigió el auto hacia el estacionamiento de huéspedes y aparcó apagando el carro, todos salimos, por lo que supuse que nos tomaríamos otra bebida en el bar del hotel. Ya en el lobby, Miguel y Ricardo se adelantaron camino al ascensor, por lo que los seguí imaginándome ya entonces que Ricardo subiría con nosotros a la habitación. No es que la idea me desagradaba, pero en verdad Ricardo no me había caído bien, intuía algo de maldad y prepotencia por la forma en que se dirigía a tío Miguel.

Al entrar a la habitación Ricardo divisando el baño se dirigió hacia el, por lo que Miguel me dijo - No temas nada y déjate llevar por mí, ya veras que la pasaremos bien -, y sacando de la nevera sirvió dos tragos de vodka, tomando de uno mientras se desnudaba, cosa que imité según sus indicaciones. Al rato salió Ricardo ya desnudo completamente. Como había imaginado poseía un cuerpo de gimnasio, demasiado hecho para mi gusto, pero bello en verdad. Su miembro flácido mediría como 15 cm y lo que me llamó la atención fue que estaba totalmente rasurado.

Aproveché para ir al baño, puesto que las cervezas ya me estaban produciendo mucha diuresis.

Cuando salí encontré que Miguel estaba sentado en el sillón con las dos piernas abiertas y extendidas, la cabeza atrás, los ojos cerrados, mientras Ricardo le mamaba ruidosamente. Miguel abrió lo ojos y me hizo una seña para que me acercara. Al llegar a su lado, tomó mi pene con la boca y comenzó a chuparlo y succionarlo mientras yo le ayudaba con mis movimientos y agarraba con mis manos sus tetillas. Ricardo, retirándose el guevo de Miguel, subió la cara hacia el mío mientras besaba alternativamente en la boca a Tío Miguel. Eso me excitó mucho, ver a esos dos hombres pegados a mi guevo fue lo máximo. Al rato ambos se pusieron de pie y nos abrazamos juntos acariciándonos, besándonos y pellizcándonos. Mirando a Ricardo observé el tamaño de su miembro erecto. Como de 20 cm y grosor normal, pero parecía más grande al estar rasurado el pubis y las bolas. Así que por primera vez tomé en mis manos y boca un pene y bolas rasuradas. Fue una buena sensación, o por lo menos diferente. Lo chupé, mame y succioné completo, tragándolo, a lo que Ricardo mencionó:

  • coño con el chamo, y que es nuevo en esto -,

Miguel se rió mientras besaba a Ricardo en la boca. De esta forma tenía dos guevos frente a mi boca, uno en cada mano, por lo que no quedaba más que alternar uno y otro. Al rato Miguel me levantó y me besó en la boca, sentí su hedor fuerte a licor, pero más que desagrado lo que hizo fue excitarme más, quería que esos dos carajos me dieran por el culo… quería que me partieran en dos... y así lo solicité: - si ambos no me cogen en estos momentos saldré desnudo afuera a que otro lo haga -.

Y me puse reclinándome sobre la cama, Ricardo tomó la iniciativa y tomando un condón se lo puso, Miguel tomó lubricante de un tarro y lo puso sobre el pene de Ricardo y mi culo ya abierto totalmente. Sentí como entraba Ricardo en mi interior lentamente pero sin pausa, lo que me permitió ir amoldándome a su tamaño. Cuando lo tuvo adentro y acomodado comenzó las envestidas de abajo hacia arriba y de atrás para adelante, mientras Miguel le ayudaba abriéndome las nalgas, acariciando mi cuerpo, besando a Ricardo. La última penetración... y sentí el orgasmo de Ricardo cuando eyaculó; inmediatamente Miguel le apartó y ocupó su lugar introduciendo su miembro en mi, continuando con las envestidas, mientras que yo por mi parte respondía con gritos del placer que me embargaba y sentí en mi mano como mi miembro, respondiendo, eyaculaba. A la tercera Miguel acabó no sin antes y como ya era costumbre besarme con cariño y pasión. Ricardo se levantó y dirigiéndose al baño pidió permiso para tomar una ducha. Al rato salió y con un gesto se marchó.

-Está enamorado de ti

  • Tu que sabes coñito de estas cosas, respondió Miguel. - Vamos a dormir, ya es tarde -.

El resto del fin de semana fue fantástico, el Domingo en una playa muy concurrida conocí a JP, quien fue mi gran amor y pareja durante tres años. Miguel nunca se casó y siempre vivió solo, recorrió el mundo y en cada ocasión en que nos hemos encontrado, nos tratamos con mucho cariño y amor real… de tío a sobrino… de hombre a hombre… de persona a persona… En dos o tres oportunidades después de ese fin de semana hemos tenido sexo, y siempre ha sido satisfactorio. Siempre pensé que estaba enamorado de Tío Miguel, ¿ustedes que creen?.