Fin de semana de terror- primer dia

Estaba con mi marido y mi hija recién nacida tres tipos armados. Viernes

FIN DE SEMANA DE TERROR

EL PRIMER DIA

Mi nombre es Jazmín, hoy de 34 años, l.70, rubia pelo largo hasta la mitad de la espalda, ojos verdes y silueta bien estilizada. Esto que les contare ocurrió hace 3 años y me costo recuperarme.

Siempre fui una mujer de buen carácter, hoy he perdido. A los 22 años me fui a vivir con Pedro, mi novio de la infancia casi. El tenía 23 años. Fuimos muy felices y decidimos casarnos cuando yo tenía 29. Muchos creían que nos casábamos porque había quedado embarazada pero no era así. Realmente nos casamos porque nos amábamos. Después de cumplir los 30 le di la noticia a Pedro de mi embarazo y cocho de contento me llevo de viaje en una petit luna de miel. Vivíamos en una casa a unas diez cuadras del centro comercial y había pocos vecinos. El mismo día que cumplía 31 años nació nuestra hija María Gabriela. Entre la algarabía de nuestro familiares y amigos volvimos a nuestro hogar. A los 20 días del parto, estábamos felices cenando con Pedro y con niña a nuestro lado, cuando se abrió la puerta de entrada violentamente y entraron tres delincuentes armados. Salte de la silla y tome a mi hija en brazos para protegerla, mientras dos de ellos tomaban a Pedro y el tercero apuntaba su revolver en mi cabeza. Mientras yo estaba paralizada y con el revolver apuntando a mi cabeza, llevaron a Pedro  la habitación para que les diera todo lo de valor que teníamos. Se armaron de más de 5.000 pesos y alguna pequeña alhajas mías, que tenían más valor sentimental que material. Al pobre Pedro lo vapuleaban para todos lados amenazándolo de matarme a mi y nuestra hija. Pero en casa no había mas nada. Se llevaron a Pedro en un coche hasta un cajero automático y sacaron la plata disponible por cajero, más el efectivo de una tarjeta de crédito. En resumen se armaron de otros 5.000 pesos. Regresaron ante la angustia de Pedro por ver si estábamos bien y nos juntaron a los dos con la nena en mis brazos.

Siempre con el tipo amenazándonos de matarnos, mientras los otros datos vaciaban el armario donde se guardaba como manteles, platos, cubiertos y tiraban todo al suelo. Luego hicieron lo propio con la biblioteca. En pocos segundos mi casa estaba revuelta y todo en el suelo. El que nos controlaba a nosotros dos era la voz cantante del siniestro trío, saco una bolsita con cocaína y puso sobre la mesa, para luego aspirarla. Luego lo hicieron los otros. Se pusieron más locos que antes. El jefe le dijo a Pedro que tomara la niña y yo temí lo peor. Me agarro de los pelo y me arrastraba hacia el dormitorio mientras yo gritaba que debía darle de mamar a mi hija.

JEFE: veni acá hija de puta, que me vas a dar de mamar a mi primero.

JAZMIN: no por favor, no me hagan daño, hace 20 días parí, por favor.

JEFE: no te voy a hacer daño primor, solo te voy a dar placer.

Me empujo dentro del dormitorio, mientras les daba plata a los otros dos y los enviaba a comprar, entre otras cosas. Yo trate de escapar creyendo en un descuido de él, pero me volvió a meter en mi dormitorio. Dejaron a la nena, después lo supe, en la cunita en el comedor, llevándose a Pedro nuevamente.

Solos en aquella habitación me fue arrinconando y cuando no tenia escape, con su mano derecha me arranco de cuajo el vestido de verano que tenia, dejándome solo con el sostén y la tanga.

JEFE: vaya que linda yegua nos vamos a comer este fin de semana.

Me quería morir dijo fin de semana y hoy era viernes, se pensarían quedar hasta el domingo.

JAZMIN: se lo ruego por favor, ya tienen todo nuestro dinero, no nos hagan más daño.

JEFE: falta el postre y ese eres tú. Escucha por el bien de tu hija primero y de tu marido y vos, no te hagas la loca. Entendiste!

Temblando asentí con la cabeza, mientras se humedecían mis ojos sabiendo lo que venia.

JEFE: sácate la tanga y el sostén.

Tuve que obedecerle y llorando me desnude totalmente. Quise cubrir con las manos mis tetas y mi concha y me pego una cachetada que me dio vuelta la cara. Quede parada inmóvil y el tomo mis tetas en sus asquerosas y rugosas manos.

JEFE: que hermosas están, rebosantes de lechita y listas para ordeñar.

JAZMIN: por favor son para mi hija.

JEFE: (tomándome fuertemente del pelo y gritándome al oído) calla ya puta! Por sino te sacare hasta la ultima gota.

Me empujo y caí sobre mi propia cama, esa que solo usábamos Pedro y yo desde hace años. Se tiro encima de mí. Grite y todo era inútil, con suma violencia mamo mis tetas, mordiéndolas. Mis pezones me dolían en su boca. Me hizo abrir de piernas e introdujo su pija en mi concha brutalmente. Empezó a moverse su pija dentro mío, en un ir y venir. Una cachetada y un grito para hacerme mover. Tuve que hacerlo pese al dolor por los puntos que me dieron en mi concha después del parto. Gozo y gozo conmigo hasta más no poder y yo me debatía en un mar de lágrimas. Trate de no entrar en su juego y gozar. Me mantuve fría dejándolo que hiciera lo que quisiera. Cuando acabo me obligo a limpiar su pija con mi boca. Me produjo asco, pese a que con Pedro solía chuparsela, pero este era un delincuente.

Cuando termino quede tendida en la cama, pero recordé a mi hija y quise salir, pero me lo impidió. Llegaban justo los otros dos con Pedro, Traian paquetes de comida, bebidas y cigarrillos. Inmovilizaron a Pedro en una silla, atándolo como un matambre.

JEFE: (dirigiéndose a mí) ahora va a ir otro por tus servicios, porte bien, si alguno de los dos se queja, pobre de vos y este infeliz. (y dirigiéndose a uno de ello) anda y móntate esta yegua y después decime como se porto.

Tendría unos 22 años, el otro 25 y el jefe unos 40 años. Me empujo hacia adentro. Me tire en la cama y lo deje hacer los que quisiera. Cuando termino salio y entro el tercero e hice lo mismo. Una vez que acabo, el jefe me hizo salir, así desnuda. Toda mi vergüenza de mi desnudez delante mi marido atado en una silla y mi hija en su cuna. El jefe sentado en una silla al costado de Pedro, saco su pija afuera y me ordeno ir en cuatro patas hasta él para chuparla. Pedro miraba con la cara desencajada, pero amordazado como estaba no podía articular palabras. Sus ojos parecían saltar de sus orbitas y sus lágrimas caían en su rostro.

No tuve más remedio que chuparle la pija al jefe con la mirada de mi marido clavada en mí. A medida que yo chupaba Pedro hacia incansables esfuerzos para soltarse, pero era imposible. Tuve a que hacerlo a fondo y cuando acabo en mi boca y mi cara me tomo del pelo y me hizo mirar a Pedro con mi cara embadurnada de semen del jefe.

No me dejo ni lavar el semen de la cara que me volvió agarrar del cabello y volcó mi rostro sobre la mesa donde había volcado nuevamente cocaína. Me puso un tubito en mi nariz y me hizo aspirar el polvo, por ambos orificios de la nariz. Pedro atado lloraba de impotencia, al ver lo que hacían conmigo.

Yo ya estaba descontrolada y reía de nada, me tomo del pelo y me hizo mirar a Pedro, yo reía mirándolo, me llevo hacia la pieza palmeando mi culo y yo lo dejaba y reía.

JEFE: que lindo culo tiene tu hembra Pedro, se lo hiciste alguna vez? No te preocupes yo se lo haré por ti ahora.

Me llevo dócilmente adentro, no estaba yo en mis cabales ya. Me dejaba llevar y hacer cualquier cosa. Me puso en cuatro y violo mi aun virgo culo. Grite de dolor y el se río. Bombeo dentro mío hasta alcanzar acabar dentro de mi, que me dolía enormemente.

Luego tuve que aguantar a los otros dos sujetos que hicieron lo mismo que su jefe. Destrozada quede sobre la cama. Me ato formando con mi cuerpo una equis, dejándose un lugarcito para acostarse el y nos dormimos. Cuando desperté creí que era un sueño lo que había vivido hasta allí, pero al verme atada y el a mi lado supe que no era un sueño sino una calvario para mi y mi familia.