Fin de semana de locura (4)

Final de la historia.

FIN DE SEMANA DE LOCURA (Parte IV)

Nota: Esta es básicamente una historia real, ocurrida en la década del 90 en algún lugar de los EEUU, en lo esencial, es lo que surgió de las investigaciones oficiales y de las confesiones realizadas por uno de los personajes, el lugar y los nombres han sido modificados).

SOBREMESA DE JOANA

El espectáculo de Juan y sus amigos lo único que hizo fue despertar con más intensidad el odio y el desprecio de Joana hacia su marido, además de excitarla tremendamente, asi que lo que hizo fue mientras permanecía sentada estiró la mano y empezó a acariciar la verga del Burro, primero a través del pantalón, pero luego con la verga del negro al aire. El Burro no se hizo rogar demasiado asi que empezó a sobarles los pechos a Joana, mientras la iba desnudando para dejarla desnuda en medio de la sala.

Joana tomó la verga del negro y empezó a chuparla de una manera alevosa, perdidas ya las últimas defensas de una falsa moral o ética, empezó a acariciar los huevos del negro mientras volvia a tocarse el clítoris y conseguía rápidamente un orgasmo.

El negro la acostó sobre la mesa y empezó a trabajarla como en el dormitorio chupándole toda la concha de una manera asombrosa, los orgasmos de Joana venían uno detrás del otro mientras su cabeza giraba de lado a lado y sus manos aferraban la cabeza del negro enterrándola más dentro de su concha.

El resto de la gente se quedó mirando el espectáculo. El negro cuando consideró que estaba a punto la empaló con su gran verga, mientras Joana solo de recibir semejante verga empezó a tener orgasmos interminables, además de haber perdido el control de si misma, se mocía salvajemente para recibir toda la verga del Burro, insultaba, gemía, puteaba, gritaba, de una manera increíble.

El Campeón sintió su verga dura de nuieva asi que mientras el negro la cogía él se acercó y le puso la verga en la boca a Joana, quien empezó chuparla como si en ello le fuera la vida.

El negro lejos de terminar siguió bombeando un rato más hasta que la dio vuelta y se la puso por el culo, Joana ni se dio cuenta de lo que pasaba, estaba totalmente transtornada, siguió chupando la pija del Campeón como si en ello le fuera la vida y cuando el negro la empaló por atrás lo único que hizo fue provocarle más orgasmos intensos, y cuando el Campeón le llenó la boca de leche y el negro las entrañas ella empezó a temblar convulsivamente mientras los orgasmos prácticamente la hacía perder el sentido.

Por último Carlos también se acercó a Joana y se la cogió por delante dándole unos bombazos rápidos y profundos logrando que Joana a pesar de la intensidad de lo que había gozado volviera a acabar como una yegua, mientras Carlos le llenaba la concha de leche.

DESCANSO DE JOANA

Luego de la sesión de sexo mantenida por los habitantes de la casa, se tomaron un descanso donde volvieron a beber en cantidad, ya todos sin ningún tipo de control y siguieron fumando yerba

Con todos los frenos liberados la gente se movía con total desparpajo, sin ningún reparo ni tapujo, todos mostraban su verdadero yo en esta noche de sexo, drogas y alcohol. Juan totalmente desnudo y desinhibido tocaba descaradamente a Carlos y al Campeón, Joana mientras tanto sin perder tiempo acariciaba la pija del negro, la que muerta y todo alcanzaba un tamaño descomunal. En algún momento Joana fue a la cocina y volvió con un pote de crema y sin perder tiempo untó toda la verga del negro y la empezó a chupar descaradamente hasta lograr que se ponga dura de nuevo. Lo sentó al negro en el sofá y se le puso encima clavándose la estaca del negro encima empezó a cabalgar despiadadamente mientras lenguetaba con la boca del negro.

Carlos logró que a Juan se el empinara de nuevo y se hizo encular rápidamente mientras el Campeón le metía la verga en la boca al jefe.

La noche se hizo interminable, descansando solo lo necesario para fumar un poco de hierba y seguir la fiesta de locura.

Joana fue cogida de nuevo por el negro quien se la dio tanto por adelante como por atrás, el Campeón y el jefe también gozaron de ella, mientras que Juan se la pasó recibiendo las vergas de los tras hombres, porque hasta el burro se dio el gusto de llenarle la boca de leche.

A media mañana unos bocinazos advirtieron a los delincuentes que era hora de marcharse, dejando a los habitantes de la casa atados y amordazados para que no dieran aviso a las autoridades.

Nota del Autor: El holandés les tendió una trampa a los delincuentes, porque cerca de la frontera fueron atrapados, muriendo en el tiroteo el Campeón y el Jefe. El Burro fue herido pero se recompuso y terminó sus días en la cárcel donde fue asesinado por cuestiones raciales.

Juan y Joana se divorciaron al poco tiempo de los acontecimientos narrados aquí.

Esta historia fue obtenida por las declaraciones del burro, quien contó todo con lujo de detalles.

Juan y Joana nunca presentaron acusaciones a los delincuentes.