Fin de semana de esparcimiento (1)
Cuando uno esta agotado del trabajo y el clima es muy frio que mejor un viejo amigo para que te saque el stres y te de calor...
Fin de semana de esparcimiento 1
Hola amigos, ya se que hace tiempo que no escribía es que mi trabajo me ha tenido muy ocupada, pero acá estoy y voy a contarle algunos encuentros en un fin de semana de cacería.
Todos han tenido una temporada en que su trabajo los agobia y necesitan descargarse y salir a compartir tiempo con amigos y en un lugar lindo y cómodo. Bueno la gente que me ayuda a distenderme es mi amiga Carina y el lugar lindo y como es mi amada Mar del Plata.
Con una falsa excusa de un curso que se realizaría un fin de semana en dicha ciudad tome tiempo de mi trabajo. Con algunas invitaciones de chicos conocidos allá y con una pena a sanar de un desamor sufrido no dude armar el bolso y llegar el viernes por la mañana.
Mi amiga me esperaba con su familia, luego de desayunar y organizar las actividades y visitas comenzó el fin de semana.
A la tarde me encontraría con un viejo conocido, aquel profe desconsolado que ha sido participe de otros de mis relatos, bue, con el.
Nos encontramos a la tarde y con una tonta excusa, bastante infantil me llevo a un departamento de una tía que esta para alquilar.
Allí, comenzamos a charlar, el prendió la estufa ya que hacia bastante frió. Yo lo veía que calentaba sus manos muy insistentemente. Hasta que comprendí por que lo hacia. En un momento que yo pase cerca de el mientras charlábamos me tomo del brazo, me arrastro hacia el sillón de la sala y allí tomándome por la cara me beso
Sabrán que los besos son una cosa a las que no me puedo resistir así que no me negué demasiado.
Me hizo recostar sobre el sillón y el se coloco sobre mi mientras comenzaba a recorrer mi cuello con sus labios y sus manos no se quedaron atrás, y mucho menos quietas.
Sus manos comenzaron a escurrirse por debajo de mi ropa y ahí comprendí porque ponía tanto énfasis en calentarlas, era para que yo no me pudiera negar a que me tocara por tenerlas frías
Pero yo si las tenía fría y en cuanto lo toque tuve una cierta reacción de negación a que lo toque. Desde ya, lo sujete con fuerza y eso hizo que se excitara mas y se olvidara del frió.
La situación era muy suave, entre besos, caricias con los labios en mi cuello primero y luego en el suyo, muchas caricias que todo eso desemboco en una reacción contraria de mucha excitación de tipo mas instintiva.
Las caricias se tornaron manos que sujetaban los cuerpos mas pegados, los besos eran mordiscos y la ropa ya molestaba así que fue arrancada.
El se coloco debajo y así termino de sacar mi ropa de arriba, mientras yo busque ansiosamente su pene, que ya había notado que estaba más que duro y listo para que mi vagina lo devorara.
Una vez que estuvimos desnudos, ubicados listos para disfrutar del mayor placer del sexo, volvieron a aparecer los besos suaves, la ternura, la dulzura, pero sin dejar de olvidarnos que queríamos los dos y porque estábamos ahí. Yo que estaba sobre el ubique su pene en la puerta de mi vagina y comencé a introducirlo despacio y suavemente
Mientras entraba, abriéndose paso dentro de mí se acompañaba la sensación con un suave gemido de placer por parte de ambos.
Cuando estuvo completamente dentro se quedo unos segundos para disfrutar de mi humedad, de mi presión y de mi calor.
Una vez que pasa ese momento surge nuevamente ese sentimiento instintivo y animal que nos lleva a niveles muy altos de excitación que provoca que comenzara a penetrarme con mucha fuerza, con un ritmo cada vez mas acelerado.
Ese ritmo que responde a los niveles de gemidos de placer que me arrancaba, y tratando de que cada envestida sea mas fuerte, mas onda y gozosa.
Pero la posición ya nos alcazaba así que cambiamos y se levanto y poniéndome en cuatro patas apoyada en el sillón y el parado detrás de mi, me volvió a penetrar con fuerza.
Esta vez se sentía muy adentro y eso provocaba que yo no dejara de gemir y de pedirle a viva voz que no dejara de cogerme así, que me encantaba como lo hacia
El como siempre cumplía y no dejo de penetrarme con fuerza, tomándome de las caderas para mejor empuje y dejándome los dedos marcados en mi piel me aviso que ya no aguantaba mas y que pronto su leche caliente me inundaría.
Yo le pedí que lo hiciera, que quería tener su leche caliente bien adentro de mí.
Pasaron unos segundos y comencé a sentir al mismo tiempo que su respiración se agito y sus quejidos se hicieron notorios de que su leche entraba en mi es una de las sensaciones mas placenteras; eso ayudo a que mi orgasmo fuera también intenso y al mismo tiempo que el suyo.
El exhausto se recostó sobre mi y yo sobre el sillón y quedamos unos minutos disfrutando de esa cogida animal espectacular, con los cuerpos sudados y el pelo mojado a pesar de las bajas temperaturas que hacia ese día. Nos vestimos y me acompaño a la para del colectivo que me llevaría a lo de mi amiga que me esperaba para prepararnos para la noche que saldríamos. Pero eso se los cuento en el siguiente relato.