Fin de semana de chicas

Elena después de conocer un secreto de Julia les reta a jugar y ser sus obedientes pupilas cosas que acceden pero Nuria que no puede acudir se toma una pequeña licencia con Aitor

FIN DE SEMANA DE CHICAS

Lunes de primavera. Estaban en la máquina de café Julia, Ana, Nuria y Elena. Las cuatro tomando un café. Julia se retira un poco para confesar a Ana que se ha follado a Aitor, un compañero de trabajo. Más bien lo ha cabalgado en una silla del almacén. Pero, en uno de esos momentos en que todo el mundo se queda en silencio y hasta un susurro parece un grito, Ana dice:

Que Aitor te ha zumbado……. joder tía…

Pero antes que Julia le pueda recriminar nada Nuria le dice:

Que Aitor te ha pegado…..

No, joder, que se la ha follado…… dice Ana.

Elena la miró con una expresión pícara y la dijo:

Este no es el lugar más adecuado para hacer semejante confesión. Por qué no vamos a la habitación de descanso y así charlamos más tranquilas que todavía falta para volver a currar.

Todas aceptaron y decidieron ir a esa sala. Allí Elena tomó la palabra:

¿Y qué? ¿Lo montaste como una bella amazona?  ----- preguntó con un mohín de ironía.

Julia que normalmente es discreta y muy reservada para sus cosas le responde que sí y que fue un momento mágico. Luego confesó que por último la sodomizó mientras ella se masturbaba y que hacía tiempo que no terminaba con un orgasmo tan brutal. Elena sonrió mientras Nuria preguntó:

¿Tan bien te dio por detrás?  ----- preguntó.

Si, es un caballero fuera del sexo, pero cuando folla se transforma en un animal pero que a su vez se preocupa por tus gustos, etc para repetir.

Elena observaba la mirada de Ana y solo por provocar, por el único placer de provocar le soltó:

Ana, tu pareces muy interesada en Julia, entiéndeme, más allá de como amigas, en un terreno sexual. ----- Elena se había tirado el farol, había tirado la caña y quería ver que pez pescaba.

A Ana se le cambió la cara, tenía ganas de responder con un insulto, pero esa compañera se había convertido en una íntima amiga. Era cierto, hacía poco que sentía atracción por las chicas y con esas compañeras, sobre todo, con Julia tenía una gran confianza. Y lo más importante, a Julia le pasaba lo mismo.

Elena, eres una put……, perdón lo digo en el buen sentido. Pero sí, además lo hemos hablado alguna vez y queremos encontrar el momento para probarlo por primera vez.

Elena que estaba soltera, aunque tenía novia, observaba divertida a Ana y a Julia. Ana se mostraba desvergonzada y sin pudores mientras que Julia se mostraba tímida y recatada.

Viendo que por lo que veo no sois nada remilgadas os quiero plantear una cosa. Si aceptáis, evidentemente la propuesta se realizará, por supuesto, con muchísima discreción. Si no aceptáis nuestra amistad continuará y nuestro compañerismo como compañeras de trabajo como hasta ahora y todas olvidaremos lo que hoy hemos hablado. Ahora os comentaré la propuesta. Pasaremos el fin de semana en una casa rural que conozco, seremos nosotras cuatro, quizás mi novia y quizás algunos amigos varones que conozco. Pero habrá una condición aparte de la evidente que podremos tener sexo entre nosotras o con mis amigos. Evidentemente podréis rechazar las veces que queráis porque no os gusta el chico o la chica o porque no estáis cómodas o el motivo que sea. Esa condición es que desde el momento que os montéis en mi coche mando yo en todo. Si os digo, desnudaros, lo haréis. Pero no quiero dramas ya que sé que las tres sois casadas. Por tanto, si todo lo que ocurra fuera a ser un problema, paramos aquí. ¿Qué opináis? ------ preguntó Elena.

Julia tomó la palabra:

Yo, por mi parte, no tengo ningún problema porque desde hace unos meses tengo una relación abierta con mi marido en que cada uno puede hacer en materia sexual lo que quiera si se hace de forma discreta y sincera.

Ana, por su parte añadió.

Yo, no tengo relación abierta, pero nuestro matrimonio no anda muy allá porque se que él tiene alguna amiga y entonces yo decidí hacer cosas por mi cuenta.

Nuria alucinaba con sus compañeras:

Yo, no voy a poder quedar este fin de semana, pero la verdad es que me he planteado alguna vez hacer alguna travesura.

Elena asintió con la cabeza antes de añadir:

Pues, es una pena Nuria que no puedas venir y si quieres travesuras puedes follarte a Aitor que parece que le gusta jugar. ¿Vosotras dos aceptáis todas las condiciones?

Julia asintió antes ponerse de pies y en tono jocoso llevarse la mano a la cabeza y decir:

A sus órdenes.

Ana hizo lo mismo antes de sentarse muertas de risa. Elena añadió:

El viernes a las siete de la tarde os quiero esperándome con la maleta, por cierto, no necesitaréis ropa, solo alguna cosa para el camino, neceser y poco más. Son dos días, así que una maleta pequeña por persona. Lo que he dicho, a las siete de la tarde en la estación de tren del centro. Os pasaré a recoger con el coche. En el momento que montéis en el coche, lo que hemos comentado, seréis mías.

Volvieron al trabajo y en toda la semana no volvieron a hablar de ello, pero Nuria que no iba a ir quería probar si Aitor follaba tan bien como le había dicho Julia y el jueves lo intentó. Le pidió ayuda para subir archivadores al archivo. Cuando ya habían dejado los archivos en las baldas y Aitor se giraba Nuria aprovechó para ponerle una mano en la polla por encima del pantalón y decirle:

Veo que Julia no mentía por lo menos en el calibre.

Después de eso le cogió del cuello con la mano derecha y le besó en los labios apasionadamente. Aitor se quedó, un poco alucinado, pero respondió con más vehemencia de la que Nuria esperaba, pero en lugar de recular, se lanzó a una mayor lujuria. Aitor siempre se había fijado en el culo de Nuria. Usó Aitor una mesa cercana y la apoyó contra la misma. Colocó su torso contra la mesa y con una mano bajó las mallas que vestía la mujer. Luego retiró el tanga y la penetró de una sola vez. Ella estaba tan cachonda que recibió la polla sin dificultad. La follaba con ganas. Ella sentía sus embestidas cuando sus huevos golpeaban sus nalgas. Ella le dijo que Julia tenía razón cuando dijo que era un buen empotrador, pero Aitor respondió que no le había contado todo si solo decía eso y Nuria sintió como parecía que la partían por la mitad cuando la sodomizó casi de un golpe. Ella se masturbaba con ayuda de la mano de Aitor cuando sintió venir su orgasmo y le pidió más y más. Aitor también estaba a mil y no tardó en sentir como la eyaculación venía y la sacó eyaculando fuera de Nuria.

Fueron al servicio y se adecentaron. Nuria le pidió los bóxers a lo que Aitor divertido accedió. Volvieron a sus puestos de trabajo. Nuria fue al de Elena y abriendo el cajón de su mesa dejó el bóxer en el cajón haciendo que Elena viera la prenda.

El relato continuará. Es un relato imaginario, pero espero conocer vuestras opiniones. Hacerlo a:

Picante100@hotmail.com