Fin de semana con unos amigos, segundo dia.
Me desperte totalmente en bolas en la cama con Gustavo el mejor amigo de mi marido.
Fin de semana con una pareja amiga, segundo día.
Eran como las 10 de la mañana, entreabro los ojos y veo a Gustavo con una toalla en su cintura abriendo la puerta de la habitación, en el pasillo Guillemo mi marido tratando de mirar dentro la pieza, Gus lo toma del brazo y lo invita a pasar, imagínense la situación, yo totalmente en bolas tirada en la cama, destrozada, yo y la cama, ni fuerzas para levantar una pestaña, semitapada por las sabanas, tenia solo la cintura oculta, medio de costado Guillermo podía verme al igual que nuestro amigo, el culo, las piernitas abiertas, tal cual me las había dejado Gus después de haber lamido mi colita desde las 8 de la mañana, los pelos, una maraña y los brazos extendidos sobre la cama. Gustavo y Guillermo los dos con los ojos puestos en mi, recorriéndome de lado a lado, me di vuelta y ni los miré solo quería dormir un ratito mas. Gus le propone darse una ducha, conmigo por supuesto y después ir los cuatro a desayunar al salón del hotel.
Media hora más tarde, los cuatro llegábamos juntos a la mesa, Caqui mi amiga con unas ojeras como si la hubieran cogido entre diez, y es mas o menos lo que le paso, se noto que mi marido no le dejo un agujero sin perforar, la pobre no se podía estar en pie. Nos pusimos a tomar el café todos muy cachondos y contentos, en un momento Gui saca de su bolsillo una tanguita blanca diminuta y mostrándosela a Gustavo le pregunta si se la puede guardar de recuerdo, por supuesto que si le dice y a su vez muestra la mía, una leopardina nuevita que me había regalado mi marido para ese viaje, bueno los dos contentos con sus trofeos se pusieron a comentar de cualquier cosa menos de lo que había pasado la noche anterior como si fuera lo más común del mundo. Para nosotras había sido una de las noches más emocionantes de nuestras vidas, cojernos dos tipos sin miedos y sin culpas, cambiar de monta sin prejuicios, y sin que después como siempre te rompan las pelotas para volver, o cuando joden, de cómo lo pasaste, si fueron lo mejor, si nuestros maridos lo hacen parecido, o etc. Etc.
Salimos a caminar muy tranquilos, siempre con las parejas cruzadas, como si nada, despacito llegamos como a las 14.30 al puerto, un almuerzo frugal, y de vuelta un colectivo al centro.
Por la peatonal caminando los cuatro, muy distendidos, como si fuera así de toda la vida, hicimos compras, nadie rompió las bolas con nada, ni una discusión, era tocar el cielo con las manos, de paseo con nuestros maridos sin discusiones ni reproches, gastar a dos manos, yo pedía Gus compraba, Cocó quería, mi marido gastaba y todo nos parecía bien.
Llegó la noche y nos encaminamos al hotel, cada uno con su pareja ocasional, cuando entramos a la habitación, Gustavo rápidamente se mete en el baño para darse una ducha, yo comienzo a elegir la ropa, no tardo mucho ya casi lo tenia decidido todo, muy sensual y provocativa, ese era mi look para esa noche, termino y Gus que no sale, se hace tarde, no quiero perderme nada de esta noche, entro al baño, se está duchando todavía, y decido desvestirme, corro la cortina y me meto en la bañera, imagínense Gus al palo, dejame que te ayude así no perdemos tiempo, y me froto el jabón en las manos y comienzo a enjabonarle la pija, los huevos, le tiro la pielcita para atrás, bien enjabonado todo el miembro, lo empujo un poquito para atrás y comienzo a enjuagarlo, cuando esta listo, me arrodillo, lo miro a los ojos y le digo, si me prometes quedarte tranquilo, lo lustramos un poquito, no es muy común este vocabulario en mi, Gustavo agarrado de las manijas solo atina a mirar, un besito en la puntita, otro más , un poquito de lenguota en la cabecita, ahora se la aprieto con los labios, un poquito adentro, la muerdo suavemente, y otra vez afuera, así una y otra vez, le clavo la mirada en sus ojos y toda adentro, dos, tres, cuatro y a la quinta, un borbotón de leche me inunda la boca, salpica mi cara cuando la saco y un enjuague urgente para mis pelos, cuanta leche había juntado desde la mañana. Nos terminamos de lavar, nos ayudamos a vestir y las 10 estábamos en el hall del hotel esperando a nuestras respectivas parejas.
Pasaron diez, veinte, treinta minutos y decidimos ir en busca de los dos, llegamos a la habitación, y como Gus pidió las llaves, pudimos entrar sin llamar, los dos ya se habían vestido para salir, pero parece que cuando Coqui se fue a peinar, Guillermo quiso hacer lo mismo parándose detrás, nos imaginamos como se la abra apoyado, que ninguno de los dos pudo rechazar el impulso, y estaban los dos abotonados frente al espejo, ella con la falda levantada hasta la cintura y mi marido poniéndosela como perrito por detrás, que vamos a decir si 30 minutos antes habíamos hecho algo parecido con mi amigo. Se terminan de vestir y arreglar y salimos.
Primero una buena comida, muy buena por cierto, después al casino, otra muy buena noche no tanto por el resultado económico, que fue magro, pero un par de veteranos los pusieron fuera de si, tratando insistentemente de levantarnos a las dos, que por casualidad estábamos como diosas, una más sensual que la otra, yo con un vestidito no tan corto, pero que dejaban ver las piernas que tengo, y que además me levanta aun más el culito parado que poseo, como siempre medias negras y unos zapatos de taco aguja. Coco por su parte una pollerita muy corta, tiene también muy lindas piernas, un poco flacas pero muy buenas al fin, medias negras también, zapatos de piel y una blusita transparente con un corpiño de encaje transparente que dejaba ver sus pezones que son oscuritos y se ve que estaba o muy caliente o con frío porque resaltaban bastante de su busto.
Por fin como a eso de las 3 de la mañana decidimos irnos al hotel, nada cambio yo con Gustavo a nuestra habitación y Guillermo y Coco a la suya después de quedarse los dos en el bar a tomar algo.
Cuando estamos en la habitación con Gus, nos empezamos a besar, jugueteamos como adolescentes, o sea me metió mano por todos lados, cuando ya estábamos desnudos y muy calientes nos metemos en la cama, él de espaldas en la cama, lo destapo y me propongo hacerle una meme de aquellas, se la tomo con mi mano, comienzo una pajita lenta, me toma del cuello dulcemente y con un poco de rigor hace que me la introduzca en la boca, aunque ganas no me faltaban, cuando ya la tengo hasta la garganta, otra vez la puerta, pero esta vez abren, son Coco y Guillermo. Sigan como están nos dicen, yo les hago caso pero igualmente levantó la mirada para ver que se proponen, Caqui se arrodilla, empieza a desabrochar la bragueta de mi marido, cuando lo logra, introduce su mano y comienza a buscar su pija, la encuentra, la saca ya al palo, a diferencia mía no la besa, unos lenguetazos lentos y acompasados, parece que dan efecto en su compañero, Guillermo da unos gemiditos de placer, sigue con lo mismo, conociendo a mi esposo, ya a esa altura la quería meter hasta la garganta, pero se contiene, ella sigue, lengüetazo y besito en la punta, le quita el cinturón y el último botón, baja su pantalón y su calzoncillo, ahora juega con sus huevos, le quita completamente los pantalones y el bóxer, abre las piernas de el y comienza a un juego frenético de sus manos, siempre con la pija de mi marido en la boca, con las piernas y el culito, noto que hasta llega a meter un poquito de sus dedos en el culo de Gui, cosa que nunca se me había ocurrido, como ven estaba mas pendiente de mi amiga y mi esposo que de la poronga de Gus que tenia en mi boca. Guillermo hace que ella se incorpore comienza a desnudarla sin dejar de besar cada parte de ella que queda al descubierto, hooo, como me esta calentando mi marido con otra y no se imaginan como estaba Gustavo viendo tan caliente a su mujer.
Cuando están los dos completamente desnudos, yo ya estaba abrazada por detrás de mi compañero, los dos tirados en la cama contemplando el espectáculo de nuestros respectivos.
Gustavo muy dulcemente pasa su mano para atrás y comienza a jugar con los labios de mi concha, para que tenga más comodidad y para mi mayor placer, no nos engañemos, abro mis piernitas, y cuando esto no es suficiente para que meta dos o tres deditos en mi concha paso una de las piernas por arriba de su cintura.
De mientras Coqui y Guillermo ya están en la cama contigua, esas de una plaza, por si uno lleva los chicos, los dos abrazados a los besos, en un momento ella se levanta, y ubicándose en posición inversa, se acuesta sobre el, estábamos por presenciar un 69, acomoda su entrepierna en la boca de mi marido, que ya sacaba la lengua cuando faltaban por lo menos 20 cm. para que llegara a su boca, Cocó se recoge el pelo y con la otra mano quiere terminar una meme que había comenzado hacia un rato. No me pregunten como minutos después estábamos con Gus en posición similar, un ratito bastante largo, luego me incorporo y me acuesto sobre él, con las piernas como jockey, y comienzo a cabalgarlo, ellos en la misma posición, era que jugara con mis pechos y Guillermo con los de ella, mi esposo besaba sus pezones los mordía y lo mismo hacia Gus conmigo, cada gesto se copiaba, cada gemido tenia un eco en la otra cama, todas las caricias se repetían era todo una copia fiel y cada vez mas excitante, media hora después, yo debajo de Gus y Coco de mi marido, era como un valet acuático, con un ritmo parejo y sensual, mis ojos en los de mi marido y los de Coco en el suyo, estaba yo acabando con otro pero con la cabeza en mi marido y Coqui acababa con mi Guillermo pero con los sentidos en su marido.
Acabamos mirándonos pareja con pareja, éramos un espejo, y el orgasmo fue de cuatro entre quejidos, gemidos, y jadeos, .nos quedamos las parejas abrazadas hasta recuperar el aliento y se pasaron Coco y Guillermo a nuestra cama, los cuatro desnudos en las mismas sabanas, no teníamos ya fuerzas para nada, así me quede dormida en los brazos de mi amigo y mi esposo haciendo cucharita con mi mejor amiga.
La mañana siguiente fue algo muy especial... Coco. Gustavo. Guillermo y Viviana