Fin de semana con Alicia y Sonia (1)

Por fin llega mi esperado día, Sonia y Alicia me dejan ser parte de su fantasía lésbica tras la que recibo una recompensa que se transformará en un fin de semana.

Una llamada de teléfono siempre puede alegrarte o fastidiarte el día, y más cuando es una llamada inesperada.

Hacía ya bastante tiempo de mis escarceos con Alicia y Sonia, así que cuando recibí una llamada de Alicia sin esperarla, se me iluminó una sonrisa en la cara.

Como hace tiempo que no publico ningún relato, haré un pequeño resumen:

Yo soy Julio, 19 años en el momento del relato. Siempre he sido un chico más bien delgado pese a que paso tiempo en el gimnasio. Me suelen decir que soy alto (1,83m). No soy superdotado, pero las chicas con las que he estado me han dicho que mejor que la media.

Alicia

es la prima de mi mejor amigo, la mujer que me hizo descubrir el sexo con 19 años. Es 8 años mayor que yo, pelo negro, largo y ondulado, con una cara preciosa y un cuerpo perfectamente equilibrado grandes pechos y un buen culo firme.

Por otro lado Sonia

, la cuñada de mi mejor amigo. Yo conocía a Sonia desde que empezó a salir con el hermano de Javier, mi mejor amigo. Es más bien bajita, no creo que llegue a 1,60 metros. Es también de constitución delgada, pero tiene unos pechos increíbles y culito pequeño y respingón.

Estas dos mujeres se descubrieron ante mi como unas amantes del sexo y aprovechando que notaba cierta tensión sexual entre ellas intenté propiciar un trío del que había perdido las esperanzas. Acabado el resumen, continuamos con la historia.

Dudé un segundo antes de contestar: ¿Cómo debía actuar? ¿Era la llamada para hacer un trío? ¿Había cambiado definitivamente de opinión? ¿Se había enterado alguien de lo nuestro? Joder, alomejor sólo era para hacer algo en el cumpleaños de su primo. Fuese lo que fuese tenía que contestar y eso hice. Al descolgar, oí la voz de Alicia susurrando:

  • Escúchame, soy Alicia. Te llame quien te llame, le dices que el fin de semana trabajas, ¿me has oído? Sin excepciones, trabajas.
  • Espera, espera Ali, ¿qué dices?
  • ¿Quieres tu premio? Pues tú dí que trabajas.

Sin opción a réplica, colgó. Yo no sabía si estar nervioso, excitado, contento o asustado, sí, había dicho “tu premio”, ¿eso significaba el trío con Sonia? Pocos segundos después de la llamada, mi móvil volvió a sonar, asustandome horriblemente, sin ver quién era, lo cogí:

  • ¿Sí?
  • Tú, cabronazo, ¿qué haces el sábado? - Era Javier, mi mejor amigo
  • ¿Javi? - Continuaba aturdido de la llamada anterior.
  • No, si te parece el Dalái Lama. ¿Qué haces el finde?
  • ¿Este finde? Trabajo - No sabía lo que pasaba y eso me asustaba
  • Me estás vacilando.
  • No, me acaban de llamar ahora
  • No me jodas tío. ¿De verdad? Te ha dicho algo mi hermano
  • ¿Algo? ¿Qué pasa? - En ese momento me asusté. Si su hermano se había enterado de lo de Sonia o lo de su prima, estaba muerto.
  • Tenía un trato en Madrid y he conseguido entradas para el Madrid... ¿de verdad no puedes cancelarlo?

Después del susto que me había llevado, oír aquello me destensó los músculos por completo. Era lógico. Javier había sido siempre el más listo de la clase y trabajaba en una empresa que aún estando en prácticas ya le daban responsabilidad.

  • Ni de coña, para lo poco que me queda de contrato, trabajar un festivo es dinero extra.
  • Joder, putada, intenta cambiarlo y me avisas.
  • Oye, por curiosidad, ¿quién va?
  • Mi padre, mi hermano, unos del curro, el hermano de Sonia y no sé si mi prima y el novio, pero estoy llamando ahora. Te guardo tu entrada, dime algo antes del viernes ¿vale?
  • Vale tio, muchas gracias.

Me tuve que sentar, sin poderme creer lo que estaba pasando, y para más inri, al mirar el móvil, un mensaje de Alicia.

A: Trabajas el finde?

Yo: Sí, me ha llamado tu primo y le he dicho que no puedo ir

A: Que pena, yo creo que tampoco

Sintiéndome victorioso, pasé los dos días siguientes preparándome a conciencia, hasta que el jueves recibí un nuevo mensaje de Alicia recordándome la cita como si hubiese dejado de pensar en ella, también me dijo de llevar ropa y algún que otro “juguete”, que el fin de semana se presentaba divertido. Preparé la mochila con los nervios y la ilusión de un niño que va de acampada por primera vez.

El viernes, cuando mi amigo me avisó de que ya salía, me fui directo a casa de su prima. No piqué al telefonillo por si acaso y en su lugar mandé un mensaje a Alicia, quien directamente me abrió la puerta. Subí las escaleras nervioso y al llegar al rellano, la puerta estaba abierta, tenía el corazón a mil. Entré empujando la puerta un poco y allí estaban Alicia y Sonia, sentadas en la mesa del comedor como si nada pasara. En cuanto Alicia me vió dió un salto y vino hacia mí, empujándome contra la puerta y cerrándola. Sin tiempo a decir nada, me empezó a comer la boca de manera exagerada. Agarré fuerte sus nalgas e hice que se frotara con mi incipiente erección. Estábamos los dos tan excitados que nos habíamos olvidado de Sonia, quien hizo ruido al servirse hielo en el vaso, momento en el que Alicia y yo nos separamos y ella se empezó a reír; me acerqué a Sonia para besarla también, pero recibí un pico en los labios y nada más.

  • Desnúdate - Dijo Alicia acariciándome la nuca
  • ¿Tan pronto?
  • Es lo que querías, ¿no? - Sonia no parecía estar de muy buen humor por el tono que utilizaba, pero al fin y al cabo los tres estábamos allí y no había otra manera de acabar aquello
  • Muy bien. - Bajé de golpe mis pantalones y calzoncillos, dejando salir mi polla a la altura de Sonia, que mirándome a los ojos dio un trago de su vaso - ¿No es muy pronto para beber?

Alicia me rodeó con sus brazos desde mi espalda y empezó a besarme el cuello, parando en mi oreja para decirme <<¿No ves más raro que ella beba?>>

  • ¡Coño! ¡Es verdad! ¿Qué haces tú bebiendo?
  • Eso, Sonia, dile por qué dejaste de beber
  • Esto no puede acabar bien, Ali, me voy. - Alicia la ignoró y siguió besándome el cuello y quitándome la camiseta, Sonia por su parte no hizo ni el amago de levantarse. La prima de mi amigo me giro, me besó e hizo que me apoyase en la mesa. Con una sonrisa maliciosa se acercó a Sonia
  • Levanta cariño.
  • No
  • Vamos, levanta.
  • No...sí. Me levanto pero para irme. - Esta vez sí que se levantó
  • ¿Y entonces para qué has venido?

Sonia la ignoró y emprendió el camino hacia la puerta, pero al darle la espalda a Alicia, esta le dió una palmada en el culo. Sonia se giró intentando parecer enfadada, pero le delataba  una ligera sonrisa. Alicia se apoyó en los hombros de su prima política y la besó mientras yo admiraba aquella escena sentado en la mesa del comedor, a menos de un metro, desnudo. Tras el beso, Sonia se relamió y mirando a los ojos a Alicia le dijo:

  • S: Eres una puta - Lo que solo hizo reír a Ali, que le miraba con la superioridad que le daba la altura
  • A: ¿Yo? ¿Por? - Todavía con una sonrisa, volvió a besar a Sonia, quien acabó por rodearle la cintura con los brazos.
  • S: Solo me usas porque te lo quieres follar. - Esta vez fue ella quien buscó el beso de Alicia
  • A: Tú también te lo follaste.
  • S: Ya, pero sabes que ni de coña lo hubiese hecho. - Cuando Sonia fue a buscar el beso, su amiga se retiró
  • A: Pero lo hiciste.
  • S: Ya, pero no… No es mi tipo.
  • A: Ni el mío, ya lo sabes.

El día más esperado de los últimos meses y me empecé a deprimir con sus palabras. Me sentí avergonzado estando allí desnudo con dos mujeres diciendo que no era su tipo, sintiendo hasta ganas de llorar al pensar que aquello sólo se había orquestado para mofarse de mí.

  • Y: Estoy aquí. - Dije en un tono seco que reprimía mis ganas de llorar. Alicia se giró con lujuria en sus ojos, acarició mi pene que empezaba a venirse abajo por la situación y me dijo: <>

Por alguna razón obedecí, pero empecé a pensar en todo lo que les iba a decir, que no pensaba dejarme pisotear por ellas y otras mil cosas que en mi cabeza sonaban apropiadas, así que al llegar ante ellas, me planté y para empezar mi preparado discurso les dije:

  • Y: Pues para no poneros cachondas, bien que me follasteis. Las dos.

Sonia se rió, mi frase le había pillado desprevenida, pero aquello sólo hizo que me diese más rabia aún. Iba a soltar una retahíla de insultos y amenazas, pero antes de hacerlo, Alicia habló:

  • A: No te equivoques, a mi me pones cachonda, pero no eres mi tipo. - Aquellas palabras me desarmaron por completo, estaba confuso y ya no sabía qué decir. - No te preocupes, si pienso follarte hasta agotarnos - Tomó un segundo para dar un sorbo de la pajita y apartarla con la lengua mientras me miraba a los ojos, claramente provocativa - pero no eres el típico novio que he tenido.

Más relajado ahora, me senté en un sillón frente a ellas dos, que estaban en el mismo sofá. Me empecé a servir una copa, pensando en lo que me acababa de decir, pero no me salían las palabras, como siempre, solo me salían estupideces:

  • Y: ¿Entonces? - Nada más abrir la boca, ya me arrepentí de aquello.
  • A: Entonces… Pues ya sabes… Quiero decir, a los tíos os va el rollo ese de “la vecinita de al lado”, ¿no? -Asentí- Pues a nosotras nos pone el rollo “Amigo de mi hermano pequeño”
  • S: A ti. - Se molestó en puntualizar Sonia rápidamente
  • A: A mi. - Confirmó Alicia con una mirada cómplice a su amiga, que les hizo reír de nuevo. - Pero vamos, que yo te follo y esta te folla. - Ahora volvía a estar contento y con ganas de empezar.
  • Y: Pues vamos… - Me levanté y aparté la mesita que nos separaba
  • A: ¡Espera, espera, espera! ¡No tan rápido! Vamos a jugar un poco, acerca el sillón. - Sonia la miró curiosa mientras yo movía el sillón. - Jugamos a las preguntas
  • Y: ¿A las preguntas? ¿En plan trivial?
  • A: No, personales, ya veréis, será divertido… Empiezo preguntando yo… Julio, ¿Te has pajeado pensando en nosotras….?
  • Y: Sí - Dije sin pensarlo y sin darme cuenta de que la pregunta continuaba, lo que hizo reír a Alicia y sonreír a Sonia
  • A: Jajajaja vale, bien… Sonia… Para ti una fácil que no te enfades, ¿como te gusta que te follen? Postura digo - Sonia dió un pequeño trago a su bebida, se le notaba que pensaba en si contestar, pero por suerte parecía que aquel cubata le hizo animarse al instante
  • S: Perrito. - Todos nos miramos y sonreímos, percibiendo la contestación como una victoria - Y no me enfado…
  • A: Vale, pues te toca preguntar a ti
  • S: Ok, Ali, ¿y a ti como te gusta?
  • A: Joder niña, que poco original…. A mi me gusta encima, no sé como se llama jajajaja… encima, cowgirl en el porno
  • S: Julio, ¿le has contado a alguien esto?
  • Y: No.
  • A: Joder Sonia eres una aburrida haciendo preguntas, que no lo ha contado, confía un poco
  • S: Sólo he preguntado, no vaya a ser…
  • Y: A ver, Sonia - le corté intencionadamente - ¿tengo la polla más grande que tu novio? - Se hizo un pequeño silencio y Alicia me miró sorprendida, para presionar la respuesta, me agarré el miembro con la mano y lo empecé a mover mirando a Sonia a los ojos
  • S: Sí. - Dijo con la mayor resignación posible tras unos segundos de mirada de puro odio
  • Y: ¿Y tú Alicia, has dejado que otro te folle el culo?
  • A: No, es sólo tuyo. - La sonrisa de Alicia mostraba maldad y excitación a partes iguales, me guiñó el ojo y se acarició el pelo pensando que preguntarme - ¿Después de tantos años, te imaginabas que esta enana fuese tan puta? - Dijo señalando a su amiga

Joder, tenía razón. Conocía a Sonia desde hacía mucho y al principio ni me atrevía a mirarla por el respeto que le tenía… y ahora le hablaba de aquella manera, pero puede que por eso Alicia me hiciese esa pregunta, así que la respuesta estaba clara:

  • Y: No.
  • A: Vale, ¿y tú, después de tantos años pensabas que escondía esa polla ahí? - La cara de Sonia era de cabreo total, aquello había pasado de ser un juego a un ataque personal.
  • S: No. - Ni le dió importancia a la respuesta porque pensaba en que ahora era su turno. - ¿Cómo llevas el que prefieras follarte a un niño que a tu novio? ¿Y tú cómo llevas que ninguna mujer te tocase hasta los 19?

Por un segundo aquello perdió toda la gracia, dejó de ser un juego para ser la guerra, pero mi mentora pronto le dió toda la vuelta tras una carcajada.

  • A: Jajajajajaja. Joder, ¡dos preguntas muy buenas! Como premio puedes pedir prenda o atrevimiento - La cara de Sonia cambió de nuevo. De la cara de plena satisfacción que había obtenido a la de confusión
  • S: ¿Qué?
  • A: Son las normas, ¿quieres que me quite algo, que hagamos algo…? - Había sido una contraofensiva absurda, pero había funcionado porque por primera vez en mucho tiempo Sonia estaba desarmada y sin saber qué decir, algo que siguió aprovechando Alicia - Lo justo es que me quite el pantalón y puedas pedir otra cosa.

Alicia se levantó del sitio, quedando de pie ante la muda Sonia y empezó a contornear su cintura mientras me miraba a los ojos, desabrochando uno a uno los botones de su pantalón. De vez en cuando veía la cara de su prima, que no podía dejar de mirar ese culo que no paraba quieto. Cuando empezó a bajar la prenda, una sonrisa completó la cara de Sonia. Yo disfrutaba de aquel espectáculo tanto como Sonia, pero no tanto como Alicia, a quien le gustaba exhibirse. Miraba hacia atrás y ver a su amiga le provocaba para mover más sus caderas y mientras ellas jugaban, yo empecé a masturbarme lentamente. Ali se inclinó para ofrecer a su compañera una mejor visión del movimiento rápido con sus talones que hacía que su culo botase prácticamente en la cara de Sonia.

Dejando atrás la estricta moralidad sexual que se había molestado en mostrar, Sonia agarró bien fuerte las nalgas de Alicia, apretandolas y separándolas una y otra vez mientras estas seguían moviéndose. Alicia agarró sus muñecas y las apartó de su pandero, girándose y sentándose sobre Sonia. Se miraron a los ojos un segundo y se fundieron en un beso apasionado. Las manos de Sonia buscaron de nuevo el culo de su prima y las de Alicia se apoyaron en los pechos de la otra, donde empezó a masajearlos por encima de la camiseta.

En la casa sólo se oían los besos, suspiros y las pequeñas risitas que emitían las dos. Alicia intentó separarse para quitar la camiseta de Sonia, pero esta no se dejó, aferrando sus dientes al labio inferior de su amiga e incorporándose para continuar el beso, hasta que la otra desistió y se conformó con subir la camiseta lo suficiente para destapar un apretado sujetador rosa bajo el que coló sus dedos.

Las manos de Sonia empezaron a subir también, recorriendo la espalda de Alicia con caricias a la vez que la desnudaba y deteniéndose también cuando descubrió el sujetador. Dejó una mano en el cierre y bajó la otra de nuevo para seguir masajeando aquellas nalgas, pero tras varios intentos se percató de que se resistía a ser desabrochado.

Viendo mi momento de pasar a la acción, me levanté, desabroché aquel sujetador y me incliné para besar el cuello de Alicia, pero ambas me apartaron sin tan siquiera mirarme, por lo que volví a quedarme como observador.

Con los pechos de Alicia liberados, Sonia se vió obligada a empezar a lamer los pezones de su compañera mientras sus ojos mantenían una constante conexión. Por su parte, Ali se limitaba a acariciar el pelo de Sonia y emitir pequeños gemidos. Con un pecho en cada mano, Sonia empezó a alternar entre ellos, metiéndoselos en la boca. Alicia se recogió el pelo con ambas manos en una especie de moño y lo sostuvo con su mano izquierda mientras que, ahora sí, me buscó con la mirada y me hizo un gesto para que me acercara.

Me senté en el sofá junto a ellas y me fundí en un increible beso con Alicia.

  • Quítale el sujetador

De nuevo obedecí y desabroché el sujetador de Sonia, dejando aquellos increíbles senos al descubierto bajo la todavía intacta camiseta. Alicia se rió, resopló un poco y agarrandolos con sus manos, se fundió en un beso con Sonia, tras el que se deslizó hacia abajo, quedando de rodillas frente a su prima política.

Entre las dos se deshicieron de ese pantalón, sabiendo lo que tocaba ahora, y mostraron unas bragas claramente húmedas, a las que Alicia les dedicó especial atención, bajándolas muy lentamente y dejando ver un pubis poco arreglado en el que empezó a recibir besos mientras el resto de su ropa era removida. Alicia se encaró por fin ante aquel coño que ansiaba ser saciado y miró a Sonia a los ojos por última vez antes de dar aquél paso.

  • S: Espera. No. ¿Segura?
  • A: Es mi primera vez, no me lo tengas en cuenta.

Tras esas palabras, sacó su lengua y dió el primer lametazo a su amiga, que lo recibió tirando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, con las manos sobre su prima postiza.

Ver aquello a centímetros de mi era un gozo. Alicia se había tomado en serio su papel y daba continuos lametones que a juzgar por la expresión de Sonia, estaban a otro nivel de placer.

Ali me miró a los ojos como una indicación de que pasaba al segundo nivel; sin parar aquella comida de coño, me mostró su dedo índice como el mago que enseña una moneda y lo introdujo lentamente dentro de su amiga, quien soltó sus manos y puso una a cada lado de su cuerpo, topando una de ellas con mi pierna. Al principio se sorprendió, había estado totalmente evadida en otro mundo, pero me miró y asintió sin parar de dar pequeños suspiros, por lo que la besé y por cómo fue aquél beso, pude notar lo excitada que estaba, su lengua se movía torpe y nerviosa dentro de mi boca. Pasé directamente a chupar uno de sus pezones mientras aquello continuaba y ella se agarró el otro pecho con la mano. No tardó mucho más en tensar todo su cuerpo en una increíble corrida que Alicia prolongó todo lo posible.

Sonia se quedó exhausta sobre el sofá y Alicia volvió a sentarse a horcajadas sobre ella, volviendo a fundirse en un morreo apasionado en el que sus lenguas se dieron un banquete. Jadeando y con las manos sujetando la cara de Sonia, Alicia le dijo:

  • A: Me encanta como sabe tu coño
  • S: Es mejor como sabe en tu boca

Tras lo que volvieron a ese beso sensual. Mi polla iba a explotar y todavía no me habían tocado, así que reclamé atención poniendo una mano sobre cada una de ellas, quienes me miraron con una enorme sonrisa.

  • A: Todavía no te toca, ahora me toca a mí… - Dijo dando un pico a Sonia y dejándose caer hacia el lado donde yo estaba, recibiéndola entre mis brazos y con otro beso
  • Y: No me seáis así…
  • A: O te das dos sacudidas ahora o te esperas y ya lo haré yo. - El poder que había logrado Alicia en esa situación me hizo cerrar la boca inmediatamente.

Sonia rodeó con un brazo a Alicia, advirtiendo que ella nunca lo había hecho y que no sabía si podría, pero la dueña del momento le confesó que tal y como estaba, poco le hacía falta para acabar, con mayor seguridad, Sonia bajó ante el coño completamente depilado de Alicia y sin preámbulo alguno, se lanzó sobre él para devorarlo de manera salvaje, pasando su lengua de manera rápida por la raja de su amiga y atrapando su clítoris con la boca para dejar paso a dos de sus dedos, que entraron y salieron de manera furiosa de la encharcada cueva.

Alicia tenía razón, poco le hizo falta para explotar de placer en la cara de su amiga, fue tan rápido e inesperado que no me dió tiempo a interactuar en aquél espectáculo que Sonia no terminó hasta que Alicia le agarró de la cabeza y tiró de ella para de nuevo fundirse en un beso con una pasión animal, ambas estaban desatadas como nunca antes, entre beso y beso pude distinguir susurros “¿Te ha gustado?” “Como me pones” e incluso algún “Te quiero”, pero no podía distinguir de boca de quien salía.

Cuando la intensidad del magreo disminuyó, ambas se rieron con una sonora carcajada. Con sus rostros colorados, pusieron su mirada en mi, levantándose y arrodillándose. Por fin el momento que había estado esperando.

De nuevo, Alicia era la que dominaba la situación, siendo la primera en agarrar mi pene por la base, con fuerza. Lo dirigió hacia su boca y se introdujo únicamente el capullo, haciendo círculos a su alrededor con la lengua. Sonia se limitó a acariciar el cuerpo de su amiga, quien pronto soltó su mano y miró a su prima. Se sacó mi pene de la boca y se volvieron a besar. Esta vez acerqué mi mástil a sus caras y Alicia lo agarró de nuevo, metiéndoselo en la boca y volviendo al beso. Lo hizo un par de veces hasta que lo dirigió a su amiga, quien la imitó.

Alicia la obligó a continuar con el trabajo que ella había empezando sujetando la cabeza de Sonia, quien también empezó a jugar con mi capullo y su lengua, mientras que Ali sacó su lengua y la repasó por mi tronco, de arriba abajo y de abajo arriba, llegando siempre a lamer la mejilla de Sonia. Esta empezó a actuar con mayor libertad y pasó a una mamada completa, por lo que chocaba con la lengua de su amiga con más frecuencia. Alicia por su parte empezó a masajearme los testículos y ante aquella situación, avisé que no aguantaría.

  • A: Te enseñaré como se hace.

Alicia tiró de mi polla con fuerza para levantarme y tuve que hacerlo o me la arrancaba. Cogió mis manos y las situó en su cabeza. Dejó abierta su boca con mi polla dentro y sus manos se agarraron fuerte a mi cadera. El mensaje era claro, así que aparté su pelo y me agarré a él. Miré firmemente a Sonia y empecé a follarme la boca de Alicia con fuerza, quien se dejó hacer en todo momento. Apretando los dientes intentando prolongar aquel placer todo lo posible, desistí y cerrando los ojos grité “¡Voy!”, derramando todo mi semen en la garganta de Alicia, quien esta vez sí se apartó con una pequeña arcada, pero rápidamente se recompuso con una enorme sonrisa, tras lo que miró a Sonia, quien estaba visiblemente sorprendida y que por inercia respondió al beso de Alicia, quien finalmente se levantó.

  • A: Bueno, ¿cenamos y continuamos?