Fin de semana al desnudo (parte 3)
Fin de semana en la playa
Sábado. La playa de los muertos.
Esa mañana, no muy pronto, marchamos con una nevera con agua y unos bocadillos, unas sillas y un par de sombrillas a descubrir la playa de los muertos. No está cerca de Vera y tardamos un poco en llegar. El aparcamiento estaba con bastantes coches, pero encontramos buen lugar. Cogimos nuestros bártulos y bajamos por la pronunciada pendiente hasta descubrir esa maravilla de la naturaleza.
La playa es muy grande, con un agua clara y llena de peces, para amantes del buceo es un privilegio. En la parte derecha hay una pequeña cala con piedras en vez de arena, no es muy grande, pero ya había gente por allí, familias, parejas en topless, unos cuantos chicos juntos, un par de chicas, en fin lo normal en una playa. Toda esa costa permite el nudismo, pero nos cortamos un poco y solo las chicas se pusieron en topless. De nuevo pude apreciar las tetas de Sole, madre de dios y pensar que solo hacia dos días que me las había comido y casi me la había follado. En parte tenia mis quebraderos de cabeza con aquella idea y por una parte me sentía culpable, pero por otra deseaba tener otro rato así. De cualquier manera ese día solo teníamos agua pues no llevamos nada de alcoho.
Pasamos la mañana y tarde bañándonos y tomando el sol y como era el último día decidimos quedarnos hasta tarde en la playa. Habíamos llevado comida suficiente, bueno un par de bocadillos mas, así que pensamos que sería buena idea quedarnos hasta la noche, esperar que no hubiera gente y bañarnos en pelotas los cuatro para terminar el finde.
La gente se empezó a marchar y a eso de las nueve y media solamente estábamos nosotros y una pareja de chicos jóvenes que imaginamos eran gays. Adrián y yo no nos lo pensamos mucho mas, nos despelotamos y las dijimos a las chicas que hicieran lo mismo. Pusieron algo de resistencia pero al final, pensando que los chicos de al lado eran gays pues también se desnudaron.
Otra vez volví a ver el chocho depilado de Sole, su culo respingón y sus tetas. No me empalmé de milagro. Nos dimos cuenta que los dos chicos también se habían desnudado. Eran jóvenes, delgados, proporcionados y con un peazo de rabo de aquí te espero. Sole y Mariluz no podían parar de mirar aquellos rabos que se movían ritmicamente según iban andando al agua. Les pedimos que nos hicieran una foto en el borde de la playa para tenerla de recuerdo. El chico dijo “Mirar al pajarito” y el descojone fue generalizado. A partir de ese momento fue como si hubiéramos roto una barrera con los chicos y se juntaron a nosotros.
No recuerdo exactamente como ocurrió. Estaba bañándome con Adrián y salí del agua. Me encontré a las dos chicas al borde, sentadas, con las piernas abiertas, ofreciéndonos sus coños abiertos y bañados por el agua del mar cuando con un giro de cabeza me señalaron a los dos chicos. Quedaba algo de luz solar, de tal manera que se veía claramente como uno estaba tumbado y el otro le estaba comiendo la polla con una naturalidad y tranquilidad pasmosa.
En ese momento salió Adrián del agua, vio el espectáculo y se quedó tan pasmado como nosotros. No era desagrado, todo lo contrario, es que no habíamos visto en directo nunca a dos chicos practicando sexo. Aquello produjo una cierta excitación en los cuatro. Lo ví claramente porque Adrian estaba medio empalmado y los pezones de Sole y Mariluz se contrajeron y se pusieron erectos. Lentamente vimos todo el proceso como cuatro tontos. El chico se la metía profundamente en la boca, se la sacaba, la acariciaba y poco a poco fue cogiendo rapidez hasta que el que estaba abajo arqueó su cuerpo y vimos un chorro de leche que salia disparada a la boca y la cara del otro chico. En ese momento nos miraron y allí estábamos Adrián y yo tocándonos la polla y Sole y Mariluz pasándose el dedo por el coño. Los dos chicos se bañaron y rápidamente salieron del agua por donde nos encontrabamos.
Pasaron pegados a nuestro lado y notamos su polla tocándonos la piel. Se sentaron al lado de nuestras chicas y como en una coreografiá muy orquestada las pasaron el brazo por los hombros y agarraron sus tetas. Sin dar tiempo a reacción bajaron la otra mano al coño y mientras las besaban en la boca delante nuestra masajeaban sus tetas y pasaban su dedo por los labios hinchados y mojados de excitación de Sole y Mariluz.
Ellas no protestaron sino que abrieron mas las piernas y vimos como sus lenguas salían y entraban de las bocas de los chicos y de ellas. No dábamos crédito a lo que pasaba, pero estábamos totalmente empalmados y nos salia un liquido de la punta de la polla.
Recuerdo que las tumbaron boca arriba y las empezaron a chupar el coño a nuestras chicas. En ese momento nos decidimos y nos arrodillamos en sus caras y las metimos la polla en la boca. Mi mujer no paraba de gemir y en un momento pegó un grito apagado y me di cuenta que el chico se la estaba follando. En ese momento sentí otra boca que me chupaba la polla.
Era Sole que estaba a cuatro patas con Adrián metiéndosela por detrás y el chico chupándola el coño, estaba Sole de tal manera colocada que le chupaba unas mamadas al chico y luego se subía a chupármela a mi. Luego, recordándolo Adrián me comento que también le había chupado la polla el chico mientras se la metía. Un empujón en el coño, otro a la boca. Lo que tiene la calentura.
Por fin me la chupaba Sole y observé que le gustaba la situación pues también besaba a Mariluz que, por los gritos que daba ya se había corrido un par de veces. El chico se salió del coño de mi chica y se puso a horcajadas entre sus tetas y con el calibre de rabo que tenia podían chupársela las dos chicas a la vez. El se corrió en la cara de Mariluz y yo en la boca de Sole. No me lo ha dicho nunca Mariluz pero se que se tragó toda la corrida del chico mientras que Sole también se tragó la miá. En esto se corrió Adrián.
Pero no quedó ahí la historia. Los chicos se tumbaron intercambiados de parejas ahora y el que habia estado con Sole estaba dando por el culo a Mariluz. Yo pensaba que se la había metido por el coño pero no, se la había metido por el culo. Me metí debajo de ella y dirigí mi polla hacia el coño para una doble penetración. Las manos del chico me agarraron la polla y la metieron en el coño.
Yo sentía dentro la polla del otro chico, sus embestidas, los jugos que corrían por mis huevos. Estando así sentí el coño de Sole en mi boca. Se había puesto a horcajadas en mi cabeza y me ofrecida su coño abierto. Sabia a coño y a polla, a jugo de coño y leche agria. Podía saborear el agrio de la leche del anterior chico, pero me daba igual. Seguía follándome a Mariluz y comiéndole el coño a Sole y note que esta se echaba hacia delante. De repente apareció ante mi una polla que se metía en su chocho. Salia y entraba. Sus jugos los sorbía yo. Era grande así que deduje que era del chico. Yo chupaba todo, coño, polla, clítoris, huevos.
Un par de veces se salio el rabo y me lo metió en la boca. A mi ya todo me daba igual. De repente todos empezamos a acelerarnos. El chico que daba por culo a mi mujer se corrió con un gemido y un empujón de la ostia, lo cual hizo que Mariluz se estremeciera de placer. La leche luego la sentí yo que me bajaba por la polla y los huevos. Mariluz se había corrido con el chico y me sacó la polla de su coño. Luego sentí dos bocas que me chupaban la polla. Una de ellas raspaba un poco.
Me corrí otra vez entre sus labios. Sole también se corrió y el chico hizo lo propio en su coño, pero la sacó pronto y me calló toda en mi cara. Menos mal que Sole se dió cuenta y corrió a lamerme la cara y la boca. De Adrián no sabia nada, pero luego nos contó que le había dado una especie de pájara y se había tenido que sentar en una silla mientras nos veía. Ya era de noche, pero nos metimos en el agua para quitarnos los jugos. No hubo precauciones, ni condones ni nada lo cual ni es seguro y ni debimos hacerlo, aunque afortunadamente no tuvimos consecuencias.
El camino de regreso al coche era duro después de un día de playa, con el gasto de energía y sin ver ni un pijo, no se ni como llegamos. Nos despedimos de los chicos que nos dieron a todos un beso en la boca. Ya no estábamos como para decir que no.
En la vuelta no hablamos, aparcamos y nos fuimos a la habitación. Luego al día siguiente dejamos el hotel y en el coche, de vuelta a casa, yo saqué la conversación.
No teníamos nada de que avergonzarnos, no hicimos nada malo, disfrutamos del sexo en una playa y surgió lo que surgió. Me encantó haberme comido el coño de Sole y no nos arrepentimos de lo que hicimos.
Luego hemos tenido mas aventuras pero, lo que pasó en Vera, se quedó en Vera y en ese Fin de Semana al desnudo.