Fin de semana al desnudo (parte 2)

Fin de semana en la playa

Tarde del Viernes.

Por fin nos pudimos levantar, pero con una resaca de impresión. Esa tarde decidimos tomárnosla de relax en el hotel. Sin haber desayunado ni haber comido nos pasamos hasta la hora de la cena en la piscina, tomando la sombra, bañándonos y bebiendo litros y litros de agua. A eso de la hora de la cena ya estábamos recuperados y decidimos después de cenar ir a La Garrucha a dar una vuelta y tomar un helado. Aquello fue un reconstituyente, sobre todo el helado que nos lo tomamos en el paseo marítimo en una terraza.

Durante todo el día habíamos callado lo que pasó la noche anterior. Había un tupido velo respecto a la borrachera y demás actuaciones de la noche anterior. Yo intenté sacar el tema de la borrachera, pero con la intención de exponer lo que pasó después. No pasé de “vaya pèdal eh”, “a ver, como no estamos acostumbrados al alcohol”, “os juro por dios que no vuelvo a beber” y rápidamente Sole propuso que íbamos a hacer al día siguiente. Yo entendí que no quería que se supiera que estuvimos en un tris de algo más que beber alcohol en las tetas. Así que entre todos tomamos la decisión de ir al día siguiente a la Playa de los Muertos. Como estaba a un rato en coche y si no vas pronto se llenan los aparcamientos pues volvimos al hotel a descansar y poder madrugar al día siguiente. Nuestras habitaciones eran contiguas y no había mucha gente en el hotel en aquella época.

Al cabo de un rato me di cuenta que no teníamos agua y Mariluz me dijo que saliera a ver si encontraba algún sitio para comprar agua. Estaba esperando el ascensor cuando apareció Sole con un pantaloncito corto que marcaba coño, culo y todo lo que se pueda marcar. Ella iba al coche a por un inhalador para el asma. La acompañé únicamente pensando en el magreo del día anterior, en su culo, en sus tetas……

  • Anoche lo pasamos bien – me dijo mirándome con ojos de pilla- yo, de lo que me acuerdo, si lo pasé muy bien. Lástima la vomitona que nos dio. No estamos acostumbrados al alcohol y esto es lo que pasa.
  • Si claro. Nos reímos mucho y más….-dije con picardía-
  • Si sé a lo que te refieres. –mientras lo decía se iba acercado a mi- a mi me encantó que me chuparas las tetas y los pezones. Me encantó que nos morreábamos como si no hubiera un mañana. Siempre he querido saber cómo sabia tu boca. Sentía latir tu corazón junto a mis tetas. Si hubiéramos seguido habríamos follado los dos allí mismo, delante de estos, y te juro por dios que no tendría ningún remordimiento.

En ese momento me acerqué, subí mis manos y las puse delicadamente en su cara. Fui acercando lentamente la mía hasta que nuestros labios se rozaron. En ese momento ella se separó de mí.

  • Espera un momento. –vi en sus ojos que aunque quería que follarámos los dos, en ese momento no podía ser- Lucas escúchame: no podemos hacer nada. No quiero. Estamos los cuatro amigos juntos y ayer, bueno fue una noche muy especial y con el alcohol nos desinhibimos. Pero no puede ser. Yo no le voy a poner los cuernos a Adrian ni tú a Mariluz.
  • Si Sole, es verdad. -En realidad yo sabía que Soledad tenía razón. No podíamos joder una amistad por una jodienda. Lo de ayer se quedó en la habitación y de ahí no debía salir- Tienes razón. Déjame decirte al menos que me encantan tus tetas. Que ayer cuando las chupaba y tocaba, no sé cómo explicarlo pero sentía que estaba fuera del tiempo. Y también tengo que decirte que me encanta tu culo, tu coño, que hubiera deseado ayer pasar mi lengua por los dos hasta sentir como te corrieras. Te he visto desnuda en la playa, te vi a cuatro patas arreglando tu toalla. Hubiera jurado que disfrutabas y estabas excitada pues tenias lo labios hinchados y salía una hebrita de jugo de entre tus labios. Sé que tienes razón y que lo único que me queda es hacerme una paja pensando en tu cuerpo. Quizás es más de lo que debemos.

Ella durante toda esta charla me miraba y la observé que estaba un poco nerviosa.

  • Ya lo sé Lucas, a mí también me gustaría no creas que no. Me encantaría follar contigo. Pero somos amigos los cuatro y este tema podría joder esta amistad. Y no estoy dispuesta a esto. – yo tampoco lo estaba he de decir- Por favor, sigamos con lo que íbamos a hacer que llevamos aquí mucho rato.

La belleza de una persona, su bondad, ser buena gente y su amistad no solo se refleja en lo que se ve, te dice o hace por y para los demás. A veces la bondad se esconde en lo que no se hace.

Cuando llegué a la habitación, Sole y yo quedamos en que tuvimos que ir a un hotel al lado para conseguir agua y por eso habíamos tardado, Mariluz me estaba esperando medio desnuda. Me preguntó por qué habíamos tardado tanto y le expliqué lo que habíamos quedado Sole y yo. Yo me metí a mear y me di cuenta que de mi polla salía el liquido preliminar del folleteo. Estaba mi cuerpo preparándose para follar, pero mi cabeza ahora no tenía los ánimos ni las ganas para intentarlo. Cuando salí Mariluz estaba desnuda en la cama, con las piernas abiertas y tocándose el coño. Se pasaba el dedito arriba y abajo mientras me miraba con ojos de deseo, ya que cuando acaba el periodo tiene un par de dias de mucha necesidad sexual.

La conversación con Sole me había apagado. Moralmente mi mente debatía. Era un cisma muy grande el que bullía en mi cabeza y en esos momentos en lo que esto me ocurre, me gusta cerrar los ojos y olvidarme de todo. No tenía ganas de follar. Pero la casualidad quiso en ese momento que escuchara golpecitos en la pared que daba al cabecero de la cama de Adrian y Soledad, con lo que sabía que en ese momento estaban follando.

Os lo digo en serio, en ese momento tuve que hacer un poco de tripas corazón y me acerqué a mi mujer y la empecé a lamer el coño. Mariluz es un poco ancha y tiene unos labios del coño carnosos y que tardan mucho en lubricarse. Entre eso y mi boca seca, imaginaros lo que tuve que lamer, chupar, mordisquear en aquellos labios vaginales para estimularla. Al final me dediqué al clítoris y con la calentura (después de un rato) tuvo un par de orgasmos continuados que la dejaron casi sin fuerzas. Me indicó que me tumbara a su lado y vio con sorpresa que yo no estaba empalmado.

-Lucas ¿Qué te pasa pijo? –me miraba un poco rara entonces.

  • Bah! No te preocupes Mariluz que a mí el alcohol me produce este efecto y con lo que bebimos anoche pues es normal que ahora ni me empalme. Vamos a dormir que mañana tenemos un día interesante con la visita a la Playa de los Muertos.

Nos dimos media vuelta. No sé si ella se quedó conforme. Lo que sí sé es que por una parte Sole tenía razón. Tampoco yo iba a liarme con Sole y provocar un cisma con Mariluz si se enteraba, pues mi mujer es un cielo y no puedo quererla más. Tampoco para Adrian era justo que su mujer y yo folláramos. Y viendo que Soledad había follado con su marido, con mucho ímpetu he de reconocer, pues habíamos decidido bien el que se olvidara esa noche y seguir con nuestra vida normal.

Eso creía yo.