Fin de año.

Voltee a ver a Rafa y nos veía a las 5 mujeres desnudas mientras se masturbaba. Sabía que se las iba a comer a las 5 al mismo tiempo.

Mi papá me agarró de los tobillos y levantó mis piernas, luego las abrió.

-Mi amor, papi tiene una verga enorme y tiene miedo lastimar a su princesa. –Me dijo.

-La princesa de papi es más puta que princesa. –Le dije. –Lléname la panocha de esa rica verga que tienes.

-Tengo miedo lastimarte. –Me dijo. Rodee con mis piernas su cuello y lo jalé hacia mí. Me le acerqué a su oído.

-Esta panocha ha tenido más vergas de las que crees.

-Pero, ¿Igual de grandes que esta? –Preguntó.

-Ninguna tan grande ni tan sabrosa como esta. Pero estoy bien… -Sentí la punta en mi panocha. -… caliente y mojada… -Sentí la mitad dentro. Puse mis manos en su espalda y lo empujé contra mí. Entró toda. Solté un grito de placer.

-Guarda silencio princesa, tu mamá nos va a escuchar.

-Que me escuche. Que sepa quién es la mujer de la casa. –Dije y me empecé a mover.

El cepillo entraba y salía de mi panocha muy rápido.

-Dame más papi, dame más. Fuerte. Así. –Decía. Mi mente imaginaba a mi papá encima de mí dándome duro y fuerte. Hasta que tuve un orgasmo. –Que rico me diste papá. Fue delicioso. –Dije agitada.

Sonreí y cerré mis ojos. Los abrí. Desperté de muy buen humor.

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Domingo familiar. Lo disfruté como nunca. Fui a la tienda a trabajar. Luego a comer en casa de Rafa para luego regresar a mi casa y estar con mi novio y con mi familia hasta las 9pm. Rafa estaba asombrado con mi cambio físico y a cada momento me decía lo hermosa que me veía. Reí como hacía mucho que no lo hacía y sentí mucha felicidad.

En la noche, en mi cuarto. Entró mi hermana.

-July. –Dijo Olga.

-Mande.

-Oye, estamos de vacaciones pero quiero ir a ver a Karla. –Me quedé pensando. -¿Me llevas?

-Papá ya me dijo que quería enseñarme todo lo del trabajo en estas vacaciones.

-Porfa. –Dijo con tono de tristeza.

-De veras que eres exagerada. –Dije.

-Ándale.

-Aparte mi mamá me tiene bien vigilada. –Le dije.

-Si ando contigo, te dejará ir. –Pensé.

-Mi mamá va a comprar las cosas de la tienda a la ciudad. Le diré a mi papá que yo voy a comprarlas junto contigo y ahí aprovechamos. –Le dije.

Mi hermana gritó y salió corriendo.

La siguiente semana de diciembre tuve sexo dos veces con Rafa, por mi mamá que no me dejaba sola y por Rafa que seguía trabajando en la secundaria. El jueves de esa semana llevé a Olga a verse con mi amiga Karla. Las 3-4 horas que nos tardamos se la pasaron encerradas en el cuarto.

Recuperé mi celular y cuando lo encendí tenía muchas llamadas perdidas y mensajes de Edith. Le marqué y me dijo que andaba de viaje pero la próxima semana, antes de navidad debíamos vernos. Quedamos en vernos el siguiente jueves.

El sábado en la noche…

Mi cabeza se asomaba por la ventana. Fuera podía distinguir parcelas y árboles. Estaba empinada, desnuda. Atrás, la verga rica de mi novio me taladraba la panocha.

Esa noche, Rafa no había estado como en otras ocasiones. Traía algo en la cabeza, se le notaba.

Apenas había empezado a darme cuando se puso duro, me agarró fuerte de las caderas y empujó fuerte. Había terminado.

-Y ¿La leche en mi boca? –Le dije mientras me salía y volteaba a verlo.

-Lo… -Agarró aire. –Lo… -Agarró aire. –Lo siento.

-No te preocupes. –Le dije. Le quité el condón con cuidado, y tragué la leche. -¿Qué te pasa? Amor.

-Ando un poco estresado por la escuela. –Me dijo. Nos acostamos posición cucharita.

Y empezamos a hablar sobre su trabajo.

Esa noche había alcanzado un orgasmo pero sentí su verga no tan dura como siempre. A pesar de eso, el sexo con Rafa nunca había necesitado ni potencia ni rendimiento. El amor me llenaba y me provocaba mucho placer. Había terminado satisfecha.

Cerca de medianoche me llevó a mi casa y nos despedimos.

El domingo llevé a mi hermana a ver a Karla y yo fui con Rafa. Ese día Rafa estuvo igual. Le atribuí eso al estrés.

La siguiente semana no vi a Rafa para nada. Se excusaba diciendo que tenía mucho trabajo.

El jueves llevé a mi hermana a ver a Karla y yo salí a comer con Edith.

-Hola. –Saludé llegando al restaurante.

-Hola. –Me saludó con una sonrisa. Nos sentamos. –Es difícil encontrarte. –Me dijo.

-Sí, tuve algunos problemas con mi familia esa noche que me llevaste a mi nuevo trabajo. –Y le platiqué lo que pasó y sobre lo que he estado haciendo estas dos semanas de vacaciones.

-Necesitamos inventar algo porque necesito que te hagas cargo del trabajo. –Dijo.

-Y a mí me encanta ese trabajo. Es el trabajo ideal. –Le dije.

-Ya se me ocurrirá algo. Por lo pronto, el primero de enero voy a viajar. Negocios. Estaré fuera hasta el 3 de febrero. Ya que el 4 regresan las clases a la preparatoria.

-No puedo hacerme cargo tanto tiempo del negocio. –Le dije.

-Al contrario, quiero que vengas conmigo. –Me dijo.

-¿Qué? –Dije sorprendida.

-Miraré a un par de clientes, gente con la que hago negocios. Viven en varias ciudades. –Me dijo.

-Pero no me van a dejar ir. –Le dije.

-Tengo todo planeado. Toma. –Me dio un sobre.

-¿Qué es esto? –Le dije mientras lo abría.

-Es una invitación a los alumnos para ver las mejores universidades del país. La preparatoria le paga a los mejores alumnos un viaje para que las vayan conociendo.

-¿Es real? –Pregunté.

-Claro que no. –Me dijo. –Pero, ¿Tus papás lo saben?

Y empezó a platicarme las intenciones de ese viaje. Terminamos de comer y salí muy contenta. Le hablé a Rafa y le platiqué sobre el viaje. Luego fui por mi hermana y regresamos a mi casa.

Ese día les mostré la carta a mis papás y dijeron que lo pensarían. El viernes fue mi amiga Edith y le platicó del viaje. Mis papás luego de pensarlo mucho, aceptaron.

Andaba muy feliz. Ni el viernes ni el sábado vi a Rafa porque le tenía una sorpresa el domingo 23 de diciembre.

23 DE DICIEMBRE 2007

Me desperté cerca de las 10am. Ese día no trabajaría, mi papá me había dado permiso de ir temprano a la ciudad, llevar a Olga y regresar en la tarde noche. Mis planes eran otros, había quedado con Rafa de verme en la casa de mi tía. Tenía una sorpresa para él.

Fui a desayunar. Al entrar a la cocina vi que ahí estaban Olga y los dos vecinos.

-Hola. –Los saludé sorprendida. -¿Qué hacen aquí?

-Sus papás salieron y nos los dejaron encargados. –Dijo Olga poniendo una mueca.

-Pero nosotras ahorita nos vamos. –Les dije.

-Dijo mi mamá que los lleváramos con nosotros. –Y volvió a hacer una mueca Olga.

Pensé en mi plan, que tenía para Rafa. Sonreí.

-Perfecto. –Dije. Desayuné y me vestí.

Para la 1pm estábamos saliendo rumbo a la ciudad. Vi a mis vecinos y nunca me los imaginé arriba del auto. Estaba saliendo mejor de lo que parecía.

Llegamos a la casa. Karla ya nos esperaba fuera de la casa. En cuanto entramos, empezó a comerse a mi hermana a besos.

-“Amiga”, hola. –Dije poniendo énfasis en “amiga”. Se separó de mi hermana y me vio, agitada.

-Hola. –Dijo sonriendo. –Discúlpame. Es que mientras las esperaba, solo imaginaba miles de formas en que me iba a comer a mi amor. –Dijo viendo a mi hermana. Sonreímos.

-Hazme un favor. –Le dije sin rodeos. –Vamos a hablar a solas. –Nos encerramos en el cuarto.

-Dime. –Dijo nada más entrando al cuarto y cerrando la puerta.

-¿Conoces a alguien de nuestro trabajo? Alguien que esté disponible ahorita y sobre todo, que esté buena. –Le dije.

Se quedó un rato pensando. Luego habló.

-Tengo a tal amiga, trabaja con nosotros. –Dijo.

-¿Puede venir ahorita?

-Sí, siempre y cuando se le pague.

-Perfecto. ¿Cómo contacto con ella? –Y me dio las indicaciones.

Cuando terminó salí.

-Háblale a Olga. –Me dijo mi amiga y la miré, se estaba quitando la ropa.

-Te habla Karla. –Le dije. Salió corriendo mi hermana hacia el cuarto. Cerraron la puerta.

-Olga, ¿Es lesbiana? –Preguntó el vecino.

-Creo que le gustan de los dos sexos. –Dije.

-Entonces, esperamos a que tengan sexo y luego ¿Nos vamos? –Preguntó el vecino.

-Normalmente sí. –Respondí. Recibí un mensaje. –Niños, ahorita vengo. No me tardo. –Les dije. Y salí.

Fui a la central de autobuses y ahí estaba, mi amiga Andrea. Tan hermosa y perfecta. Se subió al auto.

-¡Wow! Amiga, ¿Que te hiciste? Estás hermosa. –Dijo mientras me veía.

-Me falta mucho para estar como tú. –Dije.

-Sin duda. –Y sonrió. –Está bien, ya me explicaste que vamos a hacer, pero ¿Por qué?

-Rafa parece muy distraído últimamente. –Le dije.

-Sí, pero bien que le gustaba, ¿Verdad?

-¿Qué cosa? –Pregunté sin entender lo que dijo.

-¿Qué te dijo? –Me preguntó mientras me veía con cara de susto.

-Que anda estresado por su trabajo, ¿A qué te refieres tú? –Pregunté.

-Si, a eso. El trabajo lo está… acabando… pobre. –Dijo sin mucho convencimiento.

No le tomé importancia. Solo quería tranquilizar a mi novio.

-Vamos por alguien. –Le dije.

-¿Mujer? –Preguntó.

-Si.

-¿Ella también…?

-No. Tengo unas visitas inesperadas. Ella entretendrá a mi vecino.

-¿Aquí están? –Preguntó. –Lo tienes todo bien planeado.

-Ella cayó de suerte. Está saliendo todo excelente. –Dije. Fuimos al banco y saqué $5mil pesos. Avanzamos. Llegamos a una casa. Marqué un número y salió una muchacha. Muy guapa, con una minifalda, tacones y blusa. Tenía buen cuerpo. –Bien, solo tienes que distraer a un chavo por unas dos horas. Si terminamos antes, te llamamos.

-De acuerdo.

-Toma. –Le dije dándole $3mil pesos. –Quiero que lo atiendas bien. Mamadas, sexo vaginal y anal, de todo y en exceso. –Vi que le brillaron los ojos con el dinero que le di. Asintió.

Llegamos a la casa.

-Guarda silencio. –Le dije a Andy y a la muchacha.

-¿Qué pasa? –Me preguntó Andy susurrando. Se escuchaban los gemidos de Olga y como pegaba la cama con la pared. -¿Quiénes son?

-Ellas son Olga y mi amiga Karla. –Dije también susurrando.

-Olga ya me había dicho que tenía novia, no lo creía. –Dijo Andrea. –Salió lesbiana.

-Anda confundida. Le gusta mi novio y es su amor, pero el dolor de no poder tenerlo la trae así. –Dije. –Al menos eso creo.

-Y ¿Los vecinos? –Preguntó Andy.

-Exacto. Guarda silencio. –Les dije. Caminamos hasta el otro cuarto. –Espéranos aquí fuera. –Le dije a la chava. Traté de abrir la puerta lo más despacio que pude pero hice mucho ruido. En cuanto entramos despacio, vimos a los hermanos tapados. El niño nos miraba, la niña tenía la mirada hacia abajo. -¿Qué hacían cochinos? –Les dije.

-Íbamos a coger pero llegaron a interrumpir. –Dijo el vecino.

-Hablando de eso, te tengo una sorpresa. –Le dije. –Pasa. –Le dije a la chava. Entró y caminó directo al vecino. Se sentó a un lado de él.

-¿Cómo estás? –Le preguntó. El niño se quedó congelado viéndola. -¿Eres de esos tímidos? Me gustan los tímidos. –Dijo la chava.

Andrea ya había levantado a la vecina y la había tapado con una toalla. Agarraron la ropa y salieron. La chava empezó a besar al vecino mientras metía una mano debajo de la sabana y empezó a masturbarlo.

-Oye. –Le dije a la chava. –Aquí está bien. Aquí pasen toda la tarde encerrados. Yo te aviso. –Salí del cuarto. Caminé a la sala, ahí estaba solo Andy. –Y ¿La vecina?

-Fue al baño a cambiarse. –Dijo.

-Muy bien. –Mi celular sonó. Era un mensaje. –Dice Rafa que ya está llegando, que me desnude. –Sonreí. –Ni se imagina la sorpresa.

Llegó la vecina vestida. Le dije que se sentara en un sillón y nosotras dos nos sentamos en otro. Empecé a imaginar. Mi corazón latió muy rápido. Me calenté. A los 5 minutos llegó Rafa.

Era la hora. Corrí a abrir la puerta.

-Te dije que te desnudaras. –Me dijo en cuanto me vio. –Mírame. Traigo la verga bien parada.

Cerré la puerta, lo jalé de la cabeza y nos besamos. Bajó sus manos rápido a mis nalgas.

-Tranquilo. –Le dije. –Te tengo una sorpresa. Vamos. –Lo jalé y lo llevé a la sala. Ahí estaban la vecina y Andy.

-Andy. –Saludó Rafa.

-Mi amor. –Se levantó mi amiga y besó a mi novio. Me senté mientras los veía besarse. Se besaron cerca de 3 minutos, Rafa la tenía agarrada de la cintura y mi amiga lo rodeo del cuello con sus brazos.

Terminaron de besarse y se vieron. Luego reaccionaron.

-Amor. –Le dije. Rafa. –Siéntate a lado de la vecina. Lo hizo.

-¡Wow! Me da gusto verlas a las dos y me gustó el recibimiento. –Dijo mi novio. -¿Qué haremos? –Dijo.

-Vecina. Saluda a mi novio. –Le dije.

Tenía su cabeza bajada, no la había levantado para nada. Se levantó poquito y le dio un beso en la mejilla.

-Eso no fue un buen saludo. –Dijo Andy.

-¿Ya no te gusta mi novio? –Despacio asintió con la cabeza. -¿Entonces? salúdalo como se merece. -No hizo ningún movimiento. Le hice una seña a Rafa, se agachó poquito, con uno de sus dedos, en la barbilla, levantó la cabeza de la vecina y se besaron. Sonreí. –Acomódate encima de él. –Le dije. –Rafa la levantó y la sentó en sus piernas, viéndonos.

-Ya sé de qué se trata esto. –Dijo Rafa.

-Aun no. –Dije. Nos miramos Andy y yo y nos empezamos a besar de manera tierna, dulce. Llevé una de mis manos a su rostro. Disfruté tanto de aquel beso.

Pasé mi mano por su cabello, lo acaricie. Su lengua estaba húmeda y muy rica. Dejamos de besarnos y nos acomodamos de rodillas en el sillón. Al estar más alta, tuve que levantar mi cabeza para besar.

Sentí en mis pechos una mano. Los acariciaban muy ricos. En mi espalda otra mano pasaba de arriba para abajo. Yo bajé una mano a las nalgas de Andy, redondas, duras, perfectas. Me mojé.

Dejé de besarla y bajé a sus pechos. Los besé uno por uno por encima de su blusa. Ya se miraba el pezón. Lo mordí, lo lamí. Luego le levanté y le quité la blusa y su brassier. Sus pechos hermosos quedaron frente a mí. Su pezón rosa, perfecto, me los llevé a la boca.

Luego de un rato, el cual no quería que terminara, nos levantamos y nos besamos. Llevé mis manos a su pantalón, empecé a desabrocharlo y luego me agaché para quitárselo. Su tanga se vino con todo y pantalón.

-¡Wow! –Dijo Rafa. Me levanté sonriendo.

-¿Qué pasa? –Dije.

-Andrea esta divina. –Dijo.

La vi y me sorprendí. Me mojé totalmente. Era una belleza, su cintura plana perfecta, sin una gota de grasa. Sus caderas, anchas sin llegar a lo exagerado y sus nalgas bien paradas. La agarré y estaba duras pero sin exagerar. Todo eso junto a unas piernas largas, bien cuidadas por el ejercicio. Y arriba unas tetas no tan grandes como las mías pero si grandes, y bonitas.

Y sobre todo, muy bonita de su rostro.

Una mata de bello adornaba su entrepierna.

-Me cuido solo para ti, mi amor. –Le dijo Andy a Rafa.

A mí me costaba imaginar que solo un hombre se cogiera a aquel monumento de mujer.

Sentí unas manos y ahora Andy me estaba quitando la ropa.

-Quisiera tener unas tetas como las tuyas. –Me dijo Andy.

-Y yo un cuerpo como el tuyo. –Le dije.

-Lo tendrás. –Me dijo y nos volvimos a besar.

Se acostó en el sillón mi amiga Andy y abrió sus piernas dándoles toda vista a mi novio y a mi vecina.

-Vecina. La verga de mi novio ya no cabe en su pantalón. –Le dije sonriendo. Voltee y vi a Andrea bien abierta de piernas. Desee tanto tener una verga y dejársela ir toda.

Me senté a su lado y me agaché a mamarle la panocha. Al quedar mis nalgas casi a la altura de su cabeza, llevó una de sus manos a mi panocha y empezó a dedearme.

Miré como mi vecina ya le había quitado su pantalón y se volvió a sentar encima de mi novio. Ella llevó una de sus manos a la verga de mi novio y lo empezó a masturbar. Por ratos se besaban.

Fueron cerca de 5 minutos en esa posición. Los fluidos de Andrea sabían deliciosos. Eran increíbles.

Me levanté y le hice una seña a la vecina para que viniera con nosotras. Ya había perdido toda la pena. Caminó hacia nosotras. Andy se levantó y la desnudó completamente luego la llevó al sillón y la sentó en medio de nosotras y, como si fuera el postre más delicioso del mundo, nos la empezamos a comer.

Me fui encima de sus labios, fue un beso muy profundo e intenso. El beso fue respondido rápidamente. Bajé una de mis manos a sus pechos chiquitos y sentí otra mano. Busqué la otra teta y toqué la cabeza de Andy. Nos separamos del beso y la vecina empezó a besar mi cuello. Era delicioso aquello que estaba pasando. Se escuchaban besos, y gemidos y se sentían caricias por todo el cuerpo.

En mis pechos tenía las manos de mi vecina, luego las bajaba a mi panocha. En ratos tenía las manos de Andy por todas partes de mi cuerpo. Nos turnábamos para besarnos, para acariciarlos, para disfrutar. Perdimos la noción del tiempo. Tuve un orgasmo.

Me acosté en el sillón y Andy bajó rápido a mi cuevita. La vecina se puso a mi lado a disfrutar de mis pechos, los mordía y los apretaba con sus manos.

-Estas muy rica, amiga. –Me dijo Andy.

-Qué bueno que te guste. –Dije. Estaba totalmente perdida.

Sentí como su lengua se movía rápido para arriba y para abajo, luego con sus labios agarraba un poco de mi panocha y la mordía.

-RIQUISIMO, AMIGA. –Grité. Fueron cerca de 5 minutos así. –Acuéstate, vecina. –Le dije. Me levanté y tomó mi lugar y yo bajé a mamar su panocha.

Era una panochita, chiquita, mojadita y llena de bello. Metí mi lengua junto con dos de mis dedos y sentí como se arqueó la niña. Pasé mi lengua en la punta de arriba de su panocha y la empecé a mover mientras mis dedos entraban y salían.

La vecina gemía mucho.

Realmente desconocía cuanto tiempo estuvimos cogiendo las tres chicas, pero si teníamos alguna media hora ahí.

-Que malas son, y no invitan. –Escuché una voz. Levanté la cabeza y vi a mi hermana, parada y desnuda.

-Ustedes que se encierran. –Dijo Andy.

-Karla, ven. –Dijo Olga. Vi a Karla desnuda y venían las dos acercándose.

Voltee a ver a Rafa y nos veía a las 5 mujeres desnudas mientras se masturbaba. Sabía que se las iba a comer a las 5 al mismo tiempo.

Todo había salido como lo planee. Le había preparado una orgía a mi novio y estaba a punto de empezar.

Mi hermana se acercó por el otro lado de mi vecina y se agachó a besarla y a mamar sus pechos. Karla, se acercó a Andrea,

“Nada tonta”,

pensé. Se agachó a besarla y a tocar sus tetas. Luego se levantó y la empezó a dedear.

Cerré mis ojos y volví a comerme la panocha de mi vecina.

Luego de un rato, me levanté a la cuevita de mi hermana. Andrea rápido se agachó a comerse a la vecina y Karla ya se había acomodado a mamarle la panocha a Andy.

Al estar con 5 mujeres las posiciones no duraban nada, todas queríamos disfrutar de todas. Andy y Karla se acomodaron en un 69, la vecina puso sus nalgas encima de Olga para que le mamara la panocha, yo mientras tanto disfrutaba de la cuevita de mi hermana. La vecina se turnaba con Karla para disfrutar de Andy. También se besaban mientras le metían los dedos.

Luego la vecina se agachó para hacer un 69 con mi hermana, mientras yo la dedeaba.

Me levanté y caminé directo a Karla. Le besé el cuello y le agarré las tetas.

-No eres nada tonta. –Le susurré en el oído.

-Quizá esta sea la única oportunidad que tenga en mi vida de estar con una mujer así. –Me dijo.

-Puedes estar conmigo siempre y cuando también complazcas a Rafa. –Dijo Andy.

Sonreímos.

Los gemidos, los besos y las caricias no dejaban de llegar en aquel lugar.

Karla se acostó boca arriba y yo me metí en medio de sus piernas. Vi como la vecina se acomodó en sus pechos. De pronto sentí una lengua en mi entrepierna, voltee y Olga me comía. Y Andy se comía a Olga.

Me agaché de nuevo, casi al instante se levantó Karla, me levanté detrás de ella. La vecina se acostó y mi hermana metió su lengua en la entrepierna. Andy siguió comiéndose a mi hermana. Karla se metió en medio de Andy.

Yo me puse a un lado de Andy y entre las dos la empezamos a dedear. Nos besamos al ritmo del mete y saca de los dedos.

Abrí mis ojos y Rafa estaba desnudo completamente y para viéndonos.

-Olga y Andy, no dejen solo a mi novio. –Les dije.

Se separó la cadena y las dos chavas se fueron a atender a mi novio. Olga se agachó a mamarle la verga y Andy a besarlo.

-Ponte encima de mí. –Me dijo Karla y eso hizo. Mi vecina se puso detrás de mí a besar mi cuello y agarrar mis chiches. No perdía detalle de mi novio.

Andy acariciaba muy rico a Olga. Tuve otro orgasmo.

Pasaron cerca de 3 minutos cuando Olga y Andy hicieron un 69, con Andy arriba Rafa sacó un condón y se lo puso. Se acercó y le abrió las nalgas a Andy, luego se la metió y la empezó a bombear.

Yo hice un 69 con Karla y rápido sentí dos manos en mi panocha. Yo para no perder detalle, también empecé a dedear a Karla.

Mi novio, cambió de posición y se puso de lado. Mi hermana Olga se acercó a él, posición cucharita y Rafa se la metió. Andy se acercó para hacer otro 69. La vecina se acercó a mi novio y se empezaron a besar.

La vecina se levantó y empezó a besar a Karla pero se empinó. Rafa, Olga y Andy se levantaron. Mi novio se acercó a la vecina y de perrito le empezó a dar. Andy se agachó a comerse a Karla empinada y detrás se acomodó Olga a comérsela. Yo estaba encima de Karla y podía ver como la lengua de mi hermana pasaba toda la raja de Andy. Me agaché a morderle las nalgas.

Sentí manos por todo mi cuerpo y yo me esforzaba por tocar todo lo que miraba.

-Mi turno. –Dijo Karla.

Todas nos movimos.

Se fue al otro sillón y se empinó. Rafa se puso detrás de ella y se la metió. Empezó a darle fuerte y rápido.

-Más, más, más. –Decía Karla. –Fuerte. Así.

Andy se acostó y yo metí mi cabeza en medio de sus piernas. Vi como Olga se había acostado frente a Andy y está también metió su cabeza entre sus piernas. La vecina se puso encima de Olga y se besaron. Vi como Karla llegó y se empinó a lado de Andy, Rafa se puso detrás de ella y le dio mientras mis dos amigas se besaban.

-DAME ASI, DAME, NO LO DEJES DE HACER. DAME. –Levanté mi cabeza y vi a mi vecina con la cabeza levantada y Olga con sus manos en la entrepierna. De pronto se puso dura y luego sonrió.

-¡SIIIIIII! –Gritó Olga.

La vecina se veía muy agitada. Se levantó como pudo y caminó al otro sillón. Se dejó caer, se le veía agotada.

-¿Cuántos tuviste? –Preguntó Olga.

-6. –Dijo entre gemidos.

-Llevo 3. –Dijo Olga.

-Yo dos. –Dijimos al mismo tiempo Andy y yo.

-Yo cuatro. –Dijo Karla. –Acabo de tener uno.

-Amor, estoy a punto de tener otro. ¿Me ayudas? –Le dije.

-Con mucho gusto. –Se separó de Karla.

-Regreso. –Dijo Karla yendo al cuarto.

-Voy al baño. –Dijo Olga.

Yo me empiné y Rafa llegó por atrás a darme. Me tomó de las caderas, me las apretó y empezó a bombearme. Dolía delicioso. Estaba en la gloria. Vi a Karla regresar con un dildo puesto.

-No me iba a ir sin cogerte Andreita. –Le dijo agitando aquel dildo de 25cm.

-Entonces ayúdame porque ahí me viene otro orgasmo. –Dijo Andrea.

Se acostó boca arriba y abrió las piernas. Sin batallar, Karla le metió la mitad.

-Huy rico, estas bien apretada.

En ese instante aflojé mi cuerpo y tuve un orgasmo. Delicioso. Intenso. Rico.

Andrea gemía rico, delicioso. Karla se levantó y puso las piernas en sus hombros. Olga llegó y puso sus nalgas encima de Andrea. Se besaron Olga y Karla.

-¿Te gusta mi sorpresa? Amor. –Dijo Olga.

-Es el mejor regalo del mundo. –Dijo Karla. –Gracias, eres el amor de mi vida.

Rafa seguía bombeándome y yo no perdía detalle de las tres chavas.

-ME VENGO. –Dijo Andy y sonrió y gimió rico. Delicioso.

Karla y Olga la chocaron.

-Yo también estoy a punto de venirme. –Dijo Rafa.

-Dame leche en la boca. –Dije saliéndome y poniéndome frente a su verga. Rafa se empezó a masturbar, abrí mi boca y tragué hasta el último chorro de semen que salió de su verga.

Rafa se tiró agitado, cansado. Levantó su mano haciendo una seña dos.

-Eso, ¿Qué quiere decir? –Preguntó Karla.

-Que yo me vine dos veces. –Y todos sonreímos.

Nos quedamos acostados, descansando en los sillones y en el piso, platicando sobre lo que había ocurrido. Compartiendo lo que más nos gusto y quedamos en que se repetiría.

Nos levantamos y nos vestimos. Pedimos pizza para comer. Le di $500 pesos de propina al de la pizza. Nos sentamos a comer.

En eso se abrió la puerta del cuarto, iba saliendo la chava que había contratado.

-Como ya no escuché nada, por eso salí.

-¿Qué pasó? –Pregunté.

-El niño no aguantó nada y se quedó dormido a la primera. –Me dijo. Me devolvió el dinero.

-¿Por qué me lo regresas? –Pregunté.

-Nuestra jefa siempre nos ha dicho que seamos honestos en nuestro trabajo y que nos irá mejor. Me diste $3000 por un servicio que no hice, solo tomaré $500 y listo.

-Nuestra jefa siempre tan buena. –Dije viendo a Karla. –Toma. Es mi propina. También para el taxi de ahorita.

-Gracias. –Me dijo la chava y se dibujó una enorme sonrisa.

-Nada de taxi. –Dijo Rafa. –Yo voy y la dejo y de paso me doy un baño en la casa y te alcanzo en tu casa. –Me dijo.

Nos despedimos y vi que se fueron.

-Se la va a coger, ¿Verdad? –Pregunté al aire.

-Claro. Nosotras somos bien agradecidas, le diste $3mil pesos, le dirá que vayan a un hotel y ahí cogerán. Aparte no la llenó el niño que le pusieron. –Y todas reímos.

Se levantó el vecino y comió. Limpiamos todo y nos despedimos. Salimos rumbo a la casa. Llegamos cerca de las 6pm.

Cerca de las 8pm llegó Rafa. Me le acerqué a un oído y le susurré.

-¿Qué tal la chava? ¿Cogía rico?

Rafa sonrió.

-Delicioso. –Y sonreí.

Rafa se veía feliz, demasiado feliz.

Me sentía satisfecha de haberle devuelto la felicidad a mi novio y de qué manera. Le había dado un buen regalo de navidad.

La navidad la pasamos un rato juntos. Los siguientes días ya no nos vimos hasta año nuevo, también solo un rato.

Llegó la última campanada del 2007 y con una copa de sidra en la mano, lloré.

Lloré porque viví un año muy inesperado. Un año con muchas trabas, que al final logré pasar y dejar atrás.

Dejé amigas e hice nuevas. Sexualmente hablando, me había graduado, disfruté al máximo con hombres, mujeres, tríos y orgías.

Tenía un trabajo que me gustaba y mucho dinero.

El 2008 pintaba para ser mejor que este 2007. Cumpliría 18 años y se vendría mi boda con Rafa.

Estaba lista para enfrentarlo.