Filial Taboo 4: Erika

Daniel y su familia, comenzaran una relación un tanto complicada, rompiendo todos los esquemas de la sociedad. Y incluso encargándose de llevar muchos a su pequeño y cómodo rincón del mundo donde todo vale y todo se puede. Incluso si eso significa follar con su familia.

Rompe Taboo 004

Ella ya sacaba su lengua y la pasaba por mi glande, recogiendo todo el flujo, tanto semen que estaba pegado como los flujos de su propia madre. Continúo lamiéndolo, bajando más y más, creando una sensación deliciosa y animando a mi miembro por otra follada. Erika ya estaba entre las piernas de su madre, lamiendo y succionando mi semen. No sabia si era mas morboso verlas a ellas, o a Sofí limpiando mi verga con su lengua. Al final me masturbaba, mientras su boca continuaba bajando, lamiendo mis huevos y metiéndose uno de ellos a la boca. Haciendo que suspirara y cerrara los ojos para disfrutar.

-Te lo has pasado bien, pero quiero yo también- dijo Sofí tomando mi miembro y pasando su dedo por el glande en círculos. Provocando que abriera los ojos y mi miembro saltara, para luego ella reír. -Me encanta tu polla… siempre he querido hacer esto…- abrió la boca y se la metió.

Enrosco su lengua alrededor, lamiendo y succionando, mientras se la sacaba y metía una y otra vez. Es un gusto que disfruto dejando que haga lo que quiera. Miro a Erika terminando de limpiar, lamiéndose los labios y dejando a mi madre, le veo acercarse y sonreírme, mientras se quita los tirantes del su atuendo.

En la cama veo a mi madre sonriendo y con los dedos tocando su rajita hinchada y con un dedo adentro. Como si aun sintiera mi miembro en ella.

Mi hermana se acerca tomando mi cabellera y besándome, sabe salada y deliciosa, así que mi lengua busca en cada rincón de ella, besándonos con fuerza y desenfreno; con Sofí aun dándome una mamada perfecta, suave y rítmica, sin hacer que me quiera correr, pero disfrutando de ella. No se si apropósito, pero es seguro que le falta experiencia, pues de vez en cuando siento como su lengua se traba o sus dientes arañan la superficie.

  • Aun tienes que complacernos, así que no te corras- murmuro mi hermana al dejar mi boca, comenzando a bajar por mi cuello, besando y mordiendo, ellas llevando el control de todo. Se nota que tiene mucha más experiencia que todos juntos en aquella habitación, pues al llegar a mis tetillas me las lame y chupa, es algo nuevo, pero me dejo sintiendo delicioso.

Sofí suelto mi miembro con un sonido húmedo delicioso y agitando con su mano mi miembro, para luego ir subiendo al contrario que mi hermana, no se si se pusieron de acuerdo, pero es seguro que ambas cambiaran de lugares. En cuanto Sofí llega a mi otra tetilla, hace lo mismo que Erika, comenzando a lamer y dar ligeras chupadas, mientras que acaricia mi pecho. Tardan un minuto, para luego cambiar de lugares, Sofí besando mi cuello y en dirección a mi boca, mientras Erika mueve me masturba y mira mi miembro con deseo.

-No torturen mucho a su hermano- Jadea mamá tocándose una teta y su coño.

Ellas ríen, pero le hacen caso, de inmediato Erika se lo introduce en la boca y Sofí me besa con una pasión desenfrenada. La lengua de Erika es una experta se mueve como serpiente recorriéndola toda, subiendo y bajando con fuerza su cabeza, girando su mano en cada movimiento. Y de vez en cuando succionando toda mi polla, que es bastante al sentir su garganta en mi glande. Provocando que muerda a mi hermana y le sujete la cadera.

Quiero más, necesito más… acabo de follar a mi madre y debo follarme a mis hermanas.

Abrazo a Sofí, pasando mi mano por su cintura y cadera, hasta sus nalgas, donde sin reparo meto mi mano, apartando el tanga y dejando mis dedos en su ano y coño. Ella pega un pequeño salto, pero se deja y me muerde con más fuerza. Sin pensar comienzo yo a masturbarla, pero no para excitarla o por juego previo, ella ya está mojada, empapada diría yo.

  • ¿Quién va primero? - pregunto entre besos, aun acariciando la cabeza de Erika que esta en su faena y en la mamada que me esta sacando de quicio y si continua eyaculare en su boca.

Erika succiona con fuerza, haciendo que gima en la boca de mi otra hermana y se levanta, quitándose su atuendo por completo, mirando a mi madre que le asiente. La miro tal cual mi madre la trajo al mundo, sus pechos bamboleantes, sus aureolas oscuras y los pezones erectos, incluso su pubis lleno de bello recortado y sus enormes caderas que es solo la portada del enorme trasero que me tiene loco.

-Yo no soy virgen, puedes hacerme lo que quieras- dijo Erika para luego reír - ¿Cómo quieres follarme? -

  • ¿O quieres primero desvirgarme? - susurro Sofí en mi oído.

Eso era excitante, ser el primero en la vida de mi hermanita, pero primero debía saber si la complacería de verdad y no solo a mí. De tal forma que necesitaba un poco de experiencia antes. Le tome el mentón y bese con suavidad.

-Lo mejor para el final- dije mirándola a los ojos. Ella sintió y me acaricio el pecho para luego sonreír.

  • ¿Qué posición te gusta más Dan? - pregunto Erika de rodillas en la cama, entre mi madre y con Sofí y yo delante.

-Siempre soñé con esto- le dije haciendo que Sofí se recostara a su lado, para luego tomar a Erika, y girarla, viendo su espalda besando su cuello y acariciar su trasero.

-Quiero follarte desde atrás- le susurre haciendo que se erizara y asintiera.

Se dejo caer sobre su pecho, quedando a cuatro, con el culo levantado y mirándome, por un lado. Mi hermana se abrió las nalgas ella misma y me ofreció una vista única de su sexo y ano, de su culo y toda ella, lista para ser follada. Enfrente de ella, estaba Sofí, que se acomodo junto a mamá y la abrazo, besando su cuello y mentón, para luego ambas fundirse en un beso muy cachando, estando a lo suyo, en lo que yo le daba a mi hermana en cuatro.

Coloque mi miembro en su entrada y le acaricie varias veces, sus pliegues eran mas calientes que los de mi madre, y un hilo de su flujo caía a las cobijas. Introduje el glande y ella gimió, soltando sus nalgas y haciendo que ocultara estas se posaran bajo su cuerpo. Era una sensación igual de buena que mi madre, solo que ella no estaba tan estrecha, y su adentro estaba muy resbaladizo y húmedo. Así comencé, atontado por el placer de su cola, el cómo se meneaba con solo unos centímetros adentro, y mis manos acariciaban su trasero buscando complacerla, su ardiente cuerpo se agitaba y su leve temblor me decía que las caricias no le eran diferentes.

Gimió despacio y suave, mientras mi polla la penetraba. Cerro los ojos como sintiendo mas y mas adentro, disfrutando cada milímetro que se adentraba en su encharcado coño. Cuando acabó de entrar toda abrió la boca como sorprendida de lo adentro que había llegado. Un jadeo sensual se escapó de su boca.

-Que gusto -dijo con voz entrecortada. -Es la mas gorda que he sentido-

Me quede quieto disfrutando de su calor y humedad, ella por un momento disfrutando de tener su coño completamente repleto de mi polla y poco a poco sus caderas se movieron de atrás a adelante. Parecía buscar que el intruso tocase cada recoveco de su cueva.

Un coraje me subió de repente por el cuerpo, tome su cadera y con toda mi fuerza la penetre, mis huevos se balancearon y mi glande llego a topar con algo muy suave. Mi hermana profirió un gemido y me volteo a ver con los ojos rojos y algo preocupada.

  • ¿Cuántos te han hecho esto? - por un momento mi voz fue dura, cruel y sin lugar a duda llena de celos por todos los cabrones que se la hubieran follado.

  • ¿Eso importa? - gimió mientras se la sacaba de la forma más lenta que encontraba.

Mi boca se secó, ¿Cuántos pendejos disfrutaron de mi hermana? Fue la única idea, para luego sacar mi glande por completo, ella me miro de reojo y pareció preocupada. Pero le sujete el glúteo con fuerza y otra vez con brutalidad la penetre, haciendo que saltara y gimiera, sus ojos me miraron con una combinación de dolor y placer. Y sin decir ni una palabra comencé a follarla, en cada penetración sentía mi pene palpitar adentro, como sus paredes se sujetaban a mí y como la humedad aumentaba más y más. No paraba mi mente estaba pensando en ¿Cómo hacerla mía y solo mía? En ¿Qué hacer para que solo follara conmigo? Solo se me ocurrió lo más simple, hacerla disfrutar tanto que no pudiera pensar en otro.

Mientras tanto vi a Sofí como era tocada por mi madre y succionaba uno de sus pechos, era seguro que aun estaban muy calientes, y de bajar ese calor me aseguraría yo. Me costaría bastante, pero con el calentón que traía por ellas, estaba seguro de que por lo menos me las follaria dos veces.

Erika comenzó a agitar su cadera, agitando todo a nuestro alrededor, mientras mi miembro seguía agitando su interior con fuerza. Yo por mi parte alargué los brazos para acariciar aquellos generosos pechos que se bamboleaban en cada embestida. Los amasé con lujuria y acaricié sus areolas y sus pezones estirándolos un poco al tiempo que mi hermana gemía con fuerza. Me incline un poco y mi hermana, viendo mis intenciones, se acercó un poco hacia mí para que pudiésemos besarnos, un beso un poco corto y rápido, pues aquella posición no era del todo comida. Bese su espalda sin dejar de mover mi cadera, acariciándola y llegando a sus caderas donde haciendo uso de mi fuerza tome todo el ritmo de las embestidas. Arrancando gemidos de placer, con tal fuerza que incluso mi madre y hermana nos vieron, entre asombradas y preocupadas por que le hiciera daño.

  • ¡CIELO, CARIÑO, QUE DELICIA!- Grito con fuerza dejando caer la cara contra la cama -¡FOLLAME COMO NADIE, ROMPEME ESE COÑO QUE DEBIO SER TODO TUYO!-

-A partir de ahora lo es- gruñí alzando mi mano, no lo pensé, solo estrellé con fuerza la palma contra su trasero que se bamboleaba en cada arremetida con fuerza. Soltó un grito lleno de sorpresa y placer. - Este será tu castigo a partir de ahora-

Espere, pero entre sus gritos y gemidos apenas pudo responder -¡SI DAME FUERTE, HAS QUE MI TRASERO NO OLVIDE TU MANO, TU POLLA TU COGIDA!-

Fue cuando me envalentoné y le di otros dos, una a su glúteo que golpe y otro al que me faltaba. Ella solo profirió gritos de placer mientras las embestidas se volvían más salvajes.

-Cuidado niños, se lastimarán- dijo mi madre de verdad preocupada.

Mi hermana pareció recordar que estaba nuestra madre y hermana presente, por que levanto la cara y en un movimiento atrajo el rostro de mi madre para besarla.

Mientras Sofí se colocaba bajo Erika, para tomar uno de sus pechos y comenzar a acariciarlos y estrujarlos, viendo cómo se bamboleaban, al tiempo que su otra mano acariciaba el coño de su madre. Viendo la situación, mi madre paso la pierna quedándose en perfecta posición para que Sofí le comiera el coño, si Erika ya lo había echo, mi hermana pequeña también. No la veía, pero por la cara de placer de mi madre lo supe.

El grito de sorpresa otra vez fue de Erika cuando uno de mis dedos comenzó a pasar sobre su ano, el cual estaba limpio, algo oscurecido y apretado.

  • ¡NO, AUN SOY VIRGEN DE ANO! - grito en la boca de mi madre -¡NUNCA HAN JUGADO CON EL!-

Me retire, y le amase la cola con las manos, para acercarme a su oído y susurrarle- Pues hay que prepararlo, voy a hacerlo mío-

-Si, pero hoy no jovencito- dijo mi madre que escucho todo, su voz era severa, pero ligeros gemidos surgían - No queremos que tenga una rasgadura de esfínter, estas muy agresivo con ella-

Asentí, siguiendo la orden de mi madre, pues era cierto, estaba siendo muy agresivo con Erika, pero era la que más me ponía y a quien mas de una vez me imaginé dándole tan duro como en se momento. Como recompensa mi madre me beso, era un beso morboso, lleno de saliva y no solo nuestra, Erika también participaba. Era un poco difícil, pero se sentía genial saber que eran dos mujeres peleando por mí.

Yo me retiré dejándolas besarse con gusto, mientras continue follando a Erika con fuerza y unas ganas que no creí antes.

-Sofí, ahí… se siente bien- gimió mamá mientras se besaba con ella, y por lo visto mi hermana le hizo caso, por que sus gemidos se volvieron mas fuertes.

No pare de castigar duramente el culo de mi hermana, dándole con ganas y fuerza, incluso llegando a acariciar su clítoris por debajo de su cuerpo, logrando que Erika gimiese cada vez mas fuerte, casi al punto de que estaba casi seguro de que los vecinos nos oirían. Decididamente le encantaba lo rudo, al apretar su clítoris soltó un profundo grito de placer, dejando la boca de mamá y alzándose.

Su espalda se pego a mi pecho, su cabeza quedo en la mía y su brazo busco mi cabeza, girando y besando.

  • ¡ME CORRO! ¡ME VENGO! ¡DIOS HERMANITO DAME FUERTE! - Grito besándome con locura en la mirada.

Aproveche para abrazarla apretando un pecho, y el otro en sus labios vaginales masturbándola con fuera, sin dejar de agitar las caderas.

-Hazlo, vente, no te aguantes las ganas- le dije en su oído mientras continuaba con mis caricias. – Te vas a venir por la verga de tu hermanito-

Sus espasmos de placer me indicaron que efectivamente se estaba corriendo con fuerza, sus ojos en blanco y que sujetara con fuerza mi rostro. Ella se quedó quieta, pero aun continue penetrándola, pues mi excitación era bastante, y mi mano jugando con su vagina empapada. Pues el flujo comenzaba a impregnar mi mano y dejar caer por sus muslos.

-Carajo, que bueno- gimió – No pares, no frenes… tu aun no te has corrido-

Acaricio mi mejilla, y se volvió a inclinar para que pudiera continuar con toda mi fuerza.  No me del rogar, mi polla estaba ardiendo en su interior, pulsaba anticipando al que me correría dentro. Ella se estremecía de placer al notar mis dedos jugando con su agujero y su cuerpo.

-Vamos, córrete hermanito. lléname el coño de tu leche -pedía cada vez que mi polla golpeaba su interior y cada vez que le daba con fuerza.

Me apoye en su cadera y poco a poco, entre más la penetraba sentía como mi placer continuaba subiendo. Ella no se reprimía, otra vez comenzando a gemir, solo que estaba vez era entre las piernas de Sofí, que estaba vez tiraba de su cabello para que le comiera su coño. Entre enojada y lujuriosa, tal vez porque a mi madre y hermana ya hubieran tenido su orgasmo.

  • ¡CARAJO! - gimió y volteo con los ojos en lagrimas - ¿TE CRECIO O QUE? ¡ESTAS MATANDOME! –

-Deja que disfrute, tu cómeme el coño hermana- dijo Sofí caliente y jalando su cabellera, Erika no se negó comenzando a lamer entre sus piernas - ¡Si, debes enseñarme, lo haces de puta madre! -

A todo eso reaccione, pues mi madre no estaba en la cama, note sus pisadas a mi lado y me sonrió, acariciando mi mejilla y mientras esta tomaba una mano y la llevaba a su entrepierna, me susurro. -No me olvides, no soy tan… joven… ni aventada. Pero ahora soy tuya, me podrás tomar cuando quieras-

Vaya que si eso me excito mas pues le tome y bese como desquiciado, enrollando mi lengua en la de ella, buscando dentro de su boca, acariciando sus labios, mordiendo los y saboreando cada parte de mi progenitora.

Agarrado con fuerza a la cadera de mi hermana, ya empujaba por pura memoria muscular, buscando ese placer que incrementaba y que estaba empezando a dar indicios de que explotaría pronto Solo escuchábamos los jadeos de Erika y los gemidos de Sofí, ambas con las manos crispadas agarrando la colcha como si fuese su vida.

Su sexo se tragaba mi polla sin resistencia, succionándome con la necesidad de tenerme dentro y con un calor que quemaba nuestra piel. Mi hermana lamia el coño de Sofí entre cada jadeo, mientras yo me dedicaba a la boca y tetas de mi madre, aunque con dos dedos le masturbaba con fuerza.

¡Que escena familiar!

Bombeaba cada vez con más ímpetu, lo cual agradecía Sofí con gemidos fuertes, pues entre mas placer le provocaba a Erika esta lamia con mas desespero el coño de su hermana. Lo estábamos disfrutando como si fuese el último polvo de nuestra vida.

Esta vez Erika profirió un gran grito de placer, y comenzó a agitar su cola con fuerza, mientras que esta devoraba el coño de Sofí con gran ímpetu. Se había corrido de nuevo, pero ahora era yo el que estaba a punto de correrme.

  • ¡NO LA SAQUES! ¡POR FAVOR! ¡CORRETE EN MI! - grito mi hermana mientras me inclinaba más a ella y sentía como estaba por explotar. -¡QUIERO TU LECHE, QUIERO QUE TE VENGAS EN MI INTERIOR!-

Aquello no supe si hacerlo, pues era muy consiente de que mi madre, no podía ya quedar embarazada, se había ligado las trompas luego de que naciera Sofí. Pero Erika y Sofí eran otra historia, y que mis hermanas tuvieran a mis hijos, no se si aun era parte del trato.

Mire a mi madre, que estaba también a punto de correrse por la masturbación que le daba y ella no supo si asentir o no, solo atino a abrir los ojos y dejarse llevar por el orgasmo que surgió. Igual a Sofí que se dejo caer de espalda alzando la cadera. Las tres habían tenido un orgasmo, solo faltaba yo que aun daba con toda fuerza en el coño de mi hermana. Finalmente vi como las tres se quedaban quietas, con su orgasmo pasado, y dejando la cara hundida en la cobija, la otra en la almohada y mi madre contra mi hombro. Las tres con cara de placer. Me corría. No me contuve más y dejé que mi polla explotase dentro de aquel maravilloso hueco.

No solté tanto como con mi madre, pero por lo menos sentí como dos grandes chorros eran expulsados con fuerza, y luego como mi miembro soltaba pequeñas gotitas mientras saltaba en su interior.

Me deje caer sobre la espalda de mi hermana, y mi madre se rio, pues quede despatarrado, aun adentro de ella y mi hermana giro la mirada quedándonos, viendo. La bese con fuerza, sintiendo bajar mi erección por completo y saliendo de su coño.

Era un sueño y estaba que faltaba Sofí, aun jadeando por su anterior orgasmo y con los ojos cerrados.

Continuamos besándonos, yo atontado por el placer de estar con dos mujeres bellísimas en esas horas, y además que aun quedaba mucha noche por delante.

Solo pude sentir una mano en mi entrepierna agitando con suavidad mi miembro morcillón, me gire y mire a mi madre, intentando levantármela. Pero no solo a mí, sino que también a Erika, entre sus piernas estaba lamiéndole su coño y sacando mi leche de ella. Devolviendo el favor que le hizo no hace mucho.

Ambos nos reímos y la dejamos, pues era seguro que tardaría un rato en comerle todo el coño a mi hermana, y a mi en subirme el ánimo. Luego de dos corridas bestiales, y de tanto placer tal vez tardaría mas de lo que deseaba.

Mientras tanto, bese a Erika, la acariciaba y abrazaba, recorriendo con mis manos su cuerpo.

  • ¿Fui muy rudo? - pregunté al tocar su culo y que ella gimiera.

-No- dijo con las mejillas rojas y mirándome a los ojos- Nunca nadie me había tratado así… me gusto … mucho-

-No creo que fueras una masoquista- susurre mordiendo su labio y tomando su glúteo, ella solo gimió mas fuerte. – Siempre creí que eras de las que tomaban el control-

-Lo soy… era… no se- dijo Erika apretando su mano en mi pecho – Eres… mi hermanito y… no se… me encanto que me trataras posesivamente-

-Es por que ahora eres mía- le dije tomando una de sus tetas amasándola - No puedes tener sexo con nadie más que conmigo-

Gimió y jalo aire por la boca, los ojos estaban excitados y murmuro un - Si, amor-

Mi madre luego de comerse un rato el coño de mi hermana, paso a mi miembro y de inmediato de lo metió, dándome una mamada húmeda y fuerte. Acariciándolo mucho mejor que antes, y se notaba el cariño con que lo hacía. No quería acabar en la boca de mi madre, aun no por lo menos, estaba Sofí que necesitaba darle el mismo placer que a mi madre y Erika, pero si me corría otra vez no sabría si aguantaría.

Me senté y acaricié la cabeza de mi madre que se comía mi polla con calma y su lengua sin moverla mucho. Puede que fuera el primer sexo que disfrutaba, estaba seguro de que estaba pensando en nosotros y que su hija menor debía disfrutar también.

Erika se intento levantar y se toco la cadera, para luego gatear a Sofí, tomar y sentarla también. Se sentó detrás de ella, y le acaricio un pecho, mientras se dijeron algo al oído y reina. Mi madre me soltó con los labios llenos de saliva y me dio un beso rápido para luego decirme.

-Comienza el postre-