Fiestas patrias en Guadalajara (1)
Ahí estaba yo solo con mis botas una diminuta tanguita y mi paliacate cubriéndome los senos y mi sombrero, ellos comenzaron ha decirme que culote tienes puta, eres una zorra mama vergas, y en seguida me quitaron el paliacate, al hacerlo mis senos quedaron al aire, ellos ya estaban muy locos y calientes ya.
Fiestas patrias
Que tal, es el tercer relato que escribo y espero no sea el ultimo. Soy Cecilia, de Guadalajara y me considero una mujer hiperactiva sexualmente.
En estos últimos días mi vida ha sido muy loca y bueno, nada interesante que contar hasta este día. Me describo brevemente para que me recuerden, mido 1.69 no soy muy bajita, tengo un cuerpo que chulean muchos, cabello largo, lacio y negro, mis senos son de buen tamaño soy talla 34 b, y de lo que me siento mas orgullosa es de mi trasero, esta durito, de muy buen tamaño y sobretodo antojable. Me gusta que me volteen a ver en la calle, eso me fascina y más cuando me dicen algún piropo. Me encanta ver las miradas de los hombres, deseosos de mi cuerpo, eso me humedece y al mirar sus bultos, mmmmmmmmmmm, me pone a cien.
Bueno este relato fue totalmente real, no es fantasía, simplemente soy una adicta a el sexo y lo cuento por que me gusta compartir mis cosas con otras personas y me digan sus opiniones.
Este 15 de septiembre mis padres organizaron una fiesta en casa con varios amigos de ellos, vecinos y familiares asistieron, la fiesta en casa estaba bien, pero no era la idea de pasar así el 15, quería divertirme a mi manera y buscar algo de acción, ya que era obvio que en mi casa no podría, pues ante todo a la mirada de mis padres y sobre todo de mi mamá no me dejaría, soy su mas preciado tesoro y me protege mucho.
Esa ocasión vestía un pantalón blanco súper ajustado, por lo cual la tanga que usaba esa noche tenía que ser súper pequeña para que no se marcara, cosa que no me gusta y ya que quería lucir bien mis nalgas y con ese pantalón podía lucirlas a plenitud. Arriba como blusa solamente usaba un paliacate con lentejuelas, la punta llegaba a mi ombligo, obviamente no traía brasier ya que se vería mal y mi espalda totalmente descubierta. De hecho llegue ha pensar que mi papa me diría algo, pero no, no dijo nada, la fiesta seguía, pero yo quería divertirme.
Cerca de la casa esta el Zócalo y el Ayuntamiento y por la fecha había feria y música de banda y mucha gente, así que tome una chamarrita de mezclilla y un sombrero, le dije a mamá que iría a casa de una amiga para invitarla, pero mis deseos eran otros.
Al llegar a la plaza estaba a reventar, había muchísima gente en ella y como imaginaran eso me gustó. Camine entre la gente para ver y saber que hacer, yo buscaba diversión, pero no se si se le puede llamar así, no me importaba con quien fuera ni en donde. En ocasiones se acumulaba la gente y comencé ha sentir como disimuladamente me tocaban mis nalgas y uno que otro atrevido me tocaba por el frente aprovechando la situación, pero sólo eán roces furtivos, nada serio todavía, eso hacía que en mi interior me excitara, ya no pensaba con toda claridad por que en eso momentos quería acción.
Me dirigí hacia donde estaban los grupos tocando la música, en ese momento era de banda y no dude en que sería el lugar ideal para encontrar lo que buscaba y pasar un buen rato.
No tardaron en ofrecerse varios hombres para bailar conmigo, así pasaron varias canciones y baile con diferentes, podía sentir como mi corazón palpitaba y sentía que se me quería salir por la emoción, ya que la menor oportunidad que tenían los tipos me tocaban mi cadera, bajaban sus manos cerca de mis nalgas, rozando apenas mis senos, o se me repegaban mucho haciéndome sentir sus penes bajo sus pantalones, era de locura.
Así paso un rato y en eso un grupo de seis chicos se me acercaron y me rodearon, uno de ellos me invito a bailar y acepte. Después de bailar varias piezas con ellos me invitaron a estar con ellos y acepte, al darme cuenta de sus miradas de deseo me calenté mucho y les dije que mi novio se había enojado conmigo y que me había dejado en la feria, que me sentía enojada y triste y que por eso no me quería regresar temprano a mi casa y cosas así les decía , ellos se ofrecieron para acompañarme esa noche y hacerme sentir mejor, eso me excitó más todavía.
Uno de ellos comento que fuéramos a los juegos y nos dirigimos hacia allá, el que caminaba atrás de mi no perdía el tiempo, sentía como pegaba su paquete en mis nalgas según con el pretexto de que había mucha gente y me protegía de los demás. Se repegaba mucho a mi cuerpo y podía sentir su respiración agitada atrás de mi nuca, poniendo sus manos en mi cintura y atrayéndome hacía él, y viendo que no ponía resistencia no tardo en contárselos a sus amigos y al ver que yo no hacía nada por rechazarlos sin dudarlo empezaron a intercambiar lugares, poniéndose a ratos cada uno de ellos a mis espaldas, haciéndome sentir sus cosas, calentándome.
Al llegar aun juego que era como un cohete ellos me dijeron que me subiera con ellos, la verdad yo soy muy miedosa con eso de los juegos mecánicos así que después de un rato me subí en medio de dos de ellos, y aprovechando el movimiento me pasaban sus manos por mis piernas, acariciándolas, ponían sus manos en mi espalda desnuda, subiendo y bajando, recorriéndola con sus dedos, turnándose para abrazarme y acariciarme, y como pude logre salir viva de ahí, claro que con una sobada encima.
Después de eso ellos me dijeron que era tiempo de un tragos para celebrar que me subí y por conocerme, salimos del gentío y nos dirigimos a lo que era como un callejón estaba algo oscuro y nos quedamos como al principio de la cuadra, sacaron varias anforitas y de una de ellas me dieron a beber, y le di un trago a lo que según era tequila, lo cual no me supo a eso, cuando pasaron unos minutos después de haber tomado ese trago, me sentía ya en las nubes y sobre todo me sentía muy cachonda, no se que me pasaba en esos momentos no podía pensar muy bien, (ya pensándolo bien ya mas tranquila aquí en mi casa me imagino que esa bebida estaba adulterada porque no soy buena bebedora pero me defiendo y no se me sube tan rápido), me pidieron que siguiera contando mis penas y al darle el tercer trago es cuando la verdad me sentía ligera por no llamarlo de otra forma, me sentía tan caliente que como yo estaba sentada y uno de ellos parados no podía quitarles la miradas ahí en su pantalón y claro que ellos se dieron cuenta de eso.
En eso uno de ellos me dijo, -mami que culote tan rico tienes- le respondí que en si verdad le parecía rico mi culo, y les pregunto a todos -les gusta?- en eso me tomó de los hombros y me volteó y me inclinó, mostrándoles mi culo sin más, a lo cual todos con risas y piropos me decían que tenia un lindo culo, en eso uno de ellos me ordenó quitarme el pantalón para admirar mi culo mejor, sin pensarlo me levante y comencé a desabrochar mi pantalón, uno de ellos me ayudó, y como pude me lo quite.
Ahí estaba yo solo con mis botas una diminuta tanguita y mi paliacate cubriéndome los senos y mi sombrero, ellos comenzaron ha decirme que culote tienes puta, eres una zorra mama vergas, y en seguida me quitaron el paliacate, al hacerlo mis senos quedaron al aire, ellos ya estaban muy locos y calientes ya.
Estaba casi desnuda, rodeada de esos chicos, diciéndome todo tipo de cosas sucias, acariciando mi cuerpo, pasando sus manos por toda mi anatomía. Me hicieron tomar otro trago más de esa anforita, y al terminar, creérmelo o no, pero era yo la que pedía que me dieran verga, que me cogieran, que rompieran mi culo, estaba como una loca fuera de mi ya había perdido todo control de esta situación ya no me importaba nada que alguien me viera o algo así.
Al ver mi reacción ellos como locos me empezaron a besar a tocar a manosearme por todo mi cuerpo, sentí como me arrancaban la tanga y sentía mordidas y apretones en mis senos y en mis nalgas, como podía les tocaba sus bultos y los besaba a ellos, claro que se me salían los gemidos de locura al ver como me movía entre sus manos sintiendo ellos todo mi cuerpo, me llevaron al fondo y me hicieron que abrazará un poste y me empinaron, así que uno a uno me empezaron a meter la verga, cada acometida era un goce, lo disfrutaba, me sentía morir, como podía me abrazaba con mayor fuerza al poste, las embestidas de esos tipos eran tremendas, me la metían fuerte y duro, gozándome, me jalaban del cabello en cada empujón que me daban, sentí como uno a uno terminaba dentro de mí, utilizando mis dos orificios, ya fuera en mi ano o en mi vagina, de daban tanto placer por los dos lados, hasta que uno de ellos se puso delante de mí y acalló mis gemidos metiendo su verga en mi boca, por lo que gustosa acepte ese tremendo pedazo de carne que se colaba entre mis labios, llenándome la boca de su sabor salado, sintiendo su suavidad, su calor salado.
En ocasiones mamaba una verga mientras tro de ellos me enterraba hasta el fondo su verga, me acotaron y mientras cabalgaba a uno otro se colaba por atrás de mí para metérmela por el culo, cuando tuve esas dos penetraciones a la vez claro fue el clímax, pues sentía como mi cuerpo se contraía de los orgasmos que hacían sentir eso tipos, y así los seis tipos me cogieron no se cuantas veces o cuantas terminaron en mí, pues mis piernas ya sentía los chorros de semen escurriendo en mis piernas, era obvio que mis hoyitos estaban bastante llenos de su semen al igual que mis nalgas, piernas y espalda, estaba llena de leche.
Al terminar pensé que eso era todo pero no, me pusieron de rodillas y me hicieron limpiarles las vergas a cada uno ellos, lo cual fue un espectáculo, pues hasta ese entonces pude ver esos pedazos que habían estado dentro de mí, pues solo los había podía sentir e imaginar como eran, así que empecé a darles la mamada de su vida, me sentía toda una puta, me decían que era una puta, que lo hacia que era toda un profesional, que era la mejor puta que habían cogido.
Después de estar mamado un buen rato sus vergas, uno dijo -prepárate puta por que te vamos a dar tu lechita de hoy- y acto seguido abrí mi boca mientras todos se estaban masturbando a un buen ritmo, mientras seguían diciéndome que era una puta y que abriera más esa boca, que sacará la lengua y cosas así hasta que llego el momento en que se empezaron a venir en mi cara ellos, claro que no era mucha ya su leche, pero me tocó una buena ración, empezaron a eyacular en mi rostro, en mi boca, en mis senos, y al terminar de eso se sentaron todos en la banqueta, al ver que ellos estaban cansados me levante y me quise vestir , pero para mi sorpresa mi pantalón no estaba, nadie supo que había pasado con mi pantalón y mi tanga, sólo estaba el paliacate, según ellos, no podría salir así y uno de ellos me dio un reboso de colores, muy chico por cierto y me amarré a la cintura como minifalda, tome el paliacate y me lo puse así como mi sombrero. Antes de retirarme me dieron un trago más de la anforita, según ellos para quitarme la sed. Me despedí de ellos, bese a cada uno de ellos en la boca y mientras aprovechaban para darme la última manoseada a mi cuerpo, acariciando mis senos, mis nalgas, fue delirante, todos pasaron por mí.
Como pude llegue a la plaza, al ir vestida solamente con el paliacate y reboso de minifalda las miradas lujuriosas de los hombres sobre mí ya no las tomaba en cuenta. busque un baño para intentar limpiarme, me sentía pegajosa de todo mi cuerpo, mis piernas, mis manos, mi cara y hasta mi cabello estaban llenos de semen. Pero no fue todo.
Les seguiré contando lo que me paso después, pero eso es otra historia.. Espero que les guste lo que me paso. Nos vemos después en la continuación de ese día. Besos. Su amiga cecilia.