Fiestas en el pueblo
Una noche que se suponia de diversión y borracheras acabó siendo algo más...
Estábamos en plena noche de verano, en la típica verbena de pueblo donde la gente, sobre todo la gente joven, bebe y se divierte a más no poder.
Unos amigos que tenían un chalet en dicho pueblo, me invitaron a pasar el fin de semana allí con motivo de las fiestas, pasarlo bien y vernos después del tiempo en que yo había estado fuera.
Nada mas llegar allí, me encontré con el hermano de un buen amigo mió, que por descontado estaba buenísimo.
Para empezar la noche, nos reunimos en el sótano de la casa donde teníamos montada nuestra fiesta particular. Bebimos un poco, nos contamos las cosas del verano y con Diego, el buenorro, aproveche para intercambiar unas miradas un tanto coquetonas y para calentarle un poco sin esperar que ocurriera nada, pero el caso es que le había provocado, y el no iba a quedarse satisfecho solo con eso
Después de visitar diferentes peñas, beber un poco más y pasear a altas horas por el pueblo, acabamos en la verbena, viendo un streaptese que no nos llamaba para nada.
Diego, decidió que seria el quien pasaría a la acción. Se acercó lentamente por detrás, agarrándome la cintura y rozando su paquete contra mi culo. Yo comenzaba a ponerme mas cachonda conforme el se restregaba mas y mas contra mi en ese momento me di la vuelta y aprovechó para besarme y para invitarme a que nos perdiéramos
Andando llegamos a una zona de campo, apartada del pueblo donde decidimos intimar un poco mas El me pidió que me sentara sobre el y paso sus manos debajo de mi camiseta, sobando mis pechos que ya estaban duros como piedras. Yo mientras me moría de placer y le deje a sus anchas. Acto seguido me quito la camiseta y me comió las tetas con fuerza, mordiendo mis pezones mientras su mano, hábil, había descendido hasta mi coñito, el cual había depilado esa misma tarde acarició mi clítoris despacio, presionando en el momento justo y poco a poco me introdujo un dedo, mientras seguía comiéndome las tetas.
Fue entonces cuando cambiamos de posición: el me tumbó sobre la hierba y yo aproveche para sacarle la polla y hacerle una paja, despacio, acariciando bien el glande y haciendo que se muriera de placer.
Para evitar correrse y que yo tuviera mas placer aun, decidió darme una sorpresita Bajó por mi cuerpo, recorriéndolo con su lengua hasta llegar a mi coño, y me lo comió largo y tendido, hundiendo en el su lengua, chupando hasta el ultimo milímetro, haciendo que yo deseara mas y mas.
No pude aguantarlo más y la fiera salvaje que llevaba en mi interior salió. Me incorporé de repente, lo tumbe en la hierba con una maliciosa sonrisa y le chupé la polla como nunca, recorriéndolo todo con la lengua, centrándome en el glande, masajeándole las pelotas mientras lo hacia notaba que se iba a correr, pero no le iba a dar esa satisfacción y en el ultimo momento retire mi cabeza. Eso le aumento las ganas aun mas y por eso me coloco de nuevo debajo de el y suave y lento me metió la polla hasta el fondo. Yo me moría del gusto y notaba que el también lo hacia. Su movimiento comenzó a ser cada vez más rápido y fuerte y yo necesitaba cada vez más de su polla dentro de mí. Cuando me dijo que me preparara que se iba a correr le pedí que la sacara y se la chupe un poco más, hasta que ya no aguanto más y retirándola de mi boca se corrió sobre mis pechos. Yo, excitadísima, le pedí que me comiera el coño una vez mas, y mientras lo hacia me corrí Cuando hubimos terminado se tumbó sobre mi y besándome nos quedamos allí abrazados, sintiendo su polla sobre mi coño y con su semen sobre mis tetas
Cuando volvimos a casa, nadie sabia lo que había pasado, pero nosotros habíamos gozado como nunca.