Fiesta Intima

Una idea. Una fiesta. Todos obtienen lo que fueron a buscar...

Ya he tenido ocasion de relatar un encuentro que tuve con una amiga especial, Yadira, que me gusta tanto que me deje coger por ella. Como recuerdo de aquella ocasion, me presto un dildo para jugar con el, con el encargo de "pensar que ella me la metia" cuando me estuviera masturbando.

Ya era menester devolver el instrumento causante de tanto placer, y un sabado acudi al barrio donde ella iba a trabajar. Nos encontramos nuevamente y nos metimos a un hotel de la zona. Ahora para variar nos pusimos a platicar amenamente antes de tener sexo. Esta vez usamos el consolador que le devolvi y otro que ella traia en la bolsa para meternoslos haciendo al mismo tiempo el 69. Nada tan elaborado como la vez anterior, casi casi un rapido para bajarme la calentura, igualmente el lugar no era el ideal para un lance como el de la ocasion anterior...se oian pasos, voces y risas en los pasillos y el limite de tiempo increiblemente era de media hora...por ese precio bien podia haber comprado tiempo aire para telefono celular, el precio por minuto casi era el mismo. Nos vestimos justo a tiempo de que el encargado, derrochando modales y cortesia llegara a los 27 minutos (!!!) tocando la puerta y anunciando "ya es hora". Solo le falto colocar en la habitacion un cronometro como los que usan los cocineros para avisar cuando esta listo el pastel.

Sali dedicando una mala mirada al desconsiderado, suponiendolo impotente. Abordamos mi auto y nos fuimos.

Ya estacionados en la zona por donde ella trabaja, me conto una idea que habia estado cocinando con varias de sus amigas: ofrecer una fiesta íntima donde todo vale, por una cuota para los hombres que acudieran. Las chicas estarian disponibles para tener relaciones con el que quisiera, las veces que quisieran, o pudieran. Una especie de buffet sexual. Habria musica para bailar y bebidas. Los requisitos serian pagar la cuota, llevar algo de beber y condones. Y se exhibirian peliculas porno para motivar a los asistentes. Encontre la idea intrigante: varias veces habia visto en internet anuncios semejantes, pero los precios simplemente eran ridiculos. Digo, ni pagando por tenerla para mí solo justificaba semejante gasto, mucho menos compartirlas con otros cuatro o cinco tipos.

En fin, parecia una buena idea y me mostre dispuesto a ir. Como contribucion extra, yo me llevaria musica para bailar ademas de bebida. El asunto seria el sabado de la siguiente semana y ya eramos varios los dispuestos a acudir de modo que antes de que fueramos varios me apunte para ir. Nos despedimos.

Sabado. El gran dia. Me habia asegurado de estar libre de compromisos para esa noche y tambien de estar en forma, habia dormido suficiente el dia anterior, de modo que estaba preparado para lo que se diera. Habia quedado de ir por Yadira a su casa para luego ir a donde seria la fiesta, una de las amigas había puesto su casa. Nos fuimos platicando por el camino de cosas sin importancia y de cuantos se habían apuntado. Había al menos una docena de tipos que habían quedado de ir, así como seis o siete travestis que darían el entretenimiento. Parecía ser una noche prometedora.

Llegamos temprano. Estaban 4 chicas además de la dueña de la casa y cinco de los asistentes, por lo pronto estaban platicando tranquilamente, aunque en el aire ya había el aire de expectación de lo que habría de pasar esa noche. De los hombres (no travestidos) había uno, como 21 años, con un ligero aire de afeminado, probablemente esperaba recibir. La dueña fué la que me llamó la atención: se veía mayor, ya pasados los 40, en absoluto como las demas ninfetas que iban a estar. La cara marcaba signos de edad pero se veía que dedicó al menos ese día, mucha atención a la apariencia. Una mata de cabello negro remataba su figura, que tenía unos pechos grandes, pero curiosamente caídos (no imaginaba cómo es que los pechos de silicón podían caerse así, igual que una mujer cuarentona), un amplio trasero marcado en un pantalón blanco muy sexy. Maquillaje discreto. Las demás chicas sí se veían jóvenes y apetecibles, algunas tenían el busto poco desarrollado pero cuerpos bastante torneados, y culos que adiviné apretarían sabrosamente una verga.

Terminaron de llegar los invitados y las invitadas. Yo estaba platicando con la de la casa, Yeimi me dijo que se llamaba. Tenía obviamente tiempo de estar en este giro y nos sorprendía a ambos saber que aparentemente no nos habíamos topado antes, prometió darme su número de teléfono y "platicar" más en el transcurso de la velada. Yadira platicaba con un hombre de aspecto agradable, y que obviamente estaba aprovechando su aspecto para asegurar un rato de placer con Yadira. Un hombre grueso, velludo y grueso hablaba con el jovencito de 21, quien al parecer gustaba de la atención del otro, varios mas platicaban en corro con las demas chicas, algunos platicaban entre ellos y yo por mi parte seguía charlando con Yeimi. Yo había traído en un disco unas melodías para bailar, algo íntimo y esperaba que sensual. Yeimi se separó de mí y se plantó en el centro de la sala, pidiendo atención batiendo palmas. "Hey, hey, basta de pláticas. Vamos a relajarnos, acuérdense que aquí todo se vale, vamos a hacer lo que nos guste, nada más con respeto". Para apoyar sus palabras me tomó a mí de la mano y nos paramos en mitad de la sala a bailar. Las luces ya estaban amortiguadas y el ambiente se veía propicio para los lances de sexo que se darían esa noche. Nos abrazamos, primero separados, y ya con el ritmo de la música nos juntamos. Los senos de Yeimi se pegaban a mi pecho y muy a mi pesar sentía que se me empezaba a poner erecta la verga. Yeimi lo notó y se pegó más a mí, uniendo su boca a la mía con un beso. Bajó una de sus manos a mi paquete y sin el menor disimulo lo empezó a acariciar por encima de la tela. Bajé una mano y le acaricié un seno, y fué como la señal que hizo que los demás se animaran a bailar también. Noté las miradas de todos siendo el foco de atención, cachondeándonos descaradamente como lo hacíamos. Se empezaron a formar parejas y no me sorprendió nada ver a más de una pareja de hombres juntarse a bailar.

Estuvimos así cuatro o cinco piezas bailando, cada vez más descarados y cachondos. Además de seguirnos besando, de plano me hizo Yeimi sacarme la verga del pantalón para masturbarla. El oso y el afeminado también se abrazaron muy juntos, la mano del activo sobando las nalgas del afeminadito. Otros más se besaban sin recato, con los ojos cerrados y los demás bailaban con sus parejas travestis, casi sin excepción tomándolas de las nalgas, tanto para acariciarlas como para pegárselas a sus paquetes duros. A nosotros nos dejó de importar y sin más nos despojamos de ropa para quedar desnudos de la cintura para abajo. Nos incorporamos nuevamente a bailar y me sorprendió agradablemente ver que la verga de Yeimi, aunque no se paraba aún bien, era de tamaño apreciable, posiblemente del tamaño de mi verga. Nos volvimos a abrazar estrechamente, frotándonos verga con verga. Le saqué un seno de la blusa para acariciarlo y sus manos me aferraron el trasero. Ahora nuestros besos eran profundos, de lengua, metiéndose en la boca del otro, babéandonos copiosamente. Sentía el falo de Yeimi crecer en mi entrepierna, ahora sabía que era inter y que obviamente esperaba culearme también. El hombre de aspecto agradable también bailaba pegado a Yadira, pero las miradas de ambos estaban clavadas en nosotros. Olvidado el baile, ella hacía movimientos de copulación en mi entrepierna. Separando su boca de la mía, me miró a los ojos y me dijo "mámamela". Nos despojamos del resto de la ropa y me senté en un sillón junto a una pareja que también se estaba comiendo a besos. Yeimi se paró frente a mí, ya con su verga completamente erecta. Por un momento me dió miedo que también quisiera metérmela, pero lo olvidé viendo el hermoso pedazo de carne que colgaba frente a mi cara. No esperé más para empezar a mamarlo. Aferré sus amplias nalgas y la empujé a mi cara, chupando ese falo carnoso con frenesí.

Noté una mano tomar mi verga y sobarla. Era el hombre sentado junto a mí, que se estaba besando con una de las chicas. Había terminado de quitarle la falda y le sobaba las nalgas con la otra mano. Yo empecé a tocarle el pene a la chica que estaba con él, mientras ella después de afanarse para sacarle la verga al otro hombre, lo masturbaba. Yeimi tenía una vista privilegiada del conjunto, y con sus manos aferró mi cabeza para enterrarme más su falo. Se dió la vuelta y me dió el espectáculo de sus nalgotas carnosas. Era evidente que quería un beso negro, anhelo que me apresuré a satisfacer abriendo sus nalgas y empezando a comerle el culo. La chica que estaba con el hombre que me masturbaba, se puso de rodillas para darle una mamada. El hombre se recostó de manera que quedara con su cara frente a mi verga. No me había dicho nada pero ya tenía mi verga en su boca,  y debo reconocer que la chupaba muy bien.

Yadira mientras tanto restregaba su trasero en su pareja, que respiraba pesadamente. Las manos de él apretaban los senos y la verga de ella mientras ambos se movían rítmicamente, se veía que lo estaban disfrutando. De alguna parte (o tal vez ya venía vestido así por debajo de la ropa de hombre), el afeminado traía ropa de mujer, medias negras y una tanga negra de hilo que se perdía entre sus nalgas y un camisoncito negro, estaba sentada en las piernas del hombre grueso y velludo, y se dejaba besar los pechos por el hombre. Sus manos gruesas y velludas abarcaban completamente las nalgas del mariconcito, que perdido de placer masturbaba al hombre aquel. Podría jurar que era un caso de amor a primera vista.

Yeimi y yo nos levantamos dejando a la pareja del travesti y el hombre que me estaba mamando la verga. Nos fuimos a su recámara. Nos tendimos frente a frente para besarnos y luego ponernos en posición de 69. Me fascinaba su verga e hice lo posible por metérmela toda. Su boca me correspondía, metiéndose todo el miembro en su boca. sus manos grandes aferraban mis nalgas y un dedo jugaba con mi hoyito. Yo correspondía con idénticas caricias, preguntándome quien sería el primero en ser penetrado. Pronto se resolvió a mi favor: Yeimi se incorporó, se puso en cuatro y me pidió que me la culeara. Esas nalgas! Me ponían perdido. Me arrodillé detrás de ella y le empecé a dar caña, primero despacio, después más rapido. Me incliné detrás de ella para sobarle esos pechos que me atraían sobremanera, eran flácidos pero grandes, como globos a medio desinflar. Por el rabillo del ojo ví en un espejo que nuestra copulación tenía auditorio: varios hombres y chicas nos veían coger, los ojos dilatados y la respiración pesada y anhelante. Algunos de ellos se masturbaban abiertamente con el espectáculo, y al menos una pareja de hombres se masturbaba mutuamente. Yadira y su pareja se unieron a nosotros, el hombre se acercó a mí y me abrazó por atrás, poniendo su verga entre mis nalgas. Yadira se colocó frente a Yeimi para que ésta se lo mamara.

La mitad de los asistentes estaba en nuestro espectáculo y los otros estaban en la sala, perdidos en sus mundos particulares de placer. Dos parejas de hombres copulaban; una pareja lo hacía por atrás y de la otra pareja el receptor tenía las piernas abiertas y en alto, su trasero soportado por un cojín, para recibir el falo del otro en su culo. El activo aferraba los pechos del otro hombre y ambos disfrutaban de la posición. El afeminado estaba de pié, sus nalgas frente al hombre grueso que también estaba de pié, un cigarrillo en una mano, fumando mientras le metía su tranca al mariconcito.

Y nosotros cuatro variábamos de posiciones: al otro hombre parecía atraerle el pene de Yeimi, de modo que cambiamos de pareja. Yeimi se acostó boca arriba, su falo enhiesto que el hombre abarcó completo de un sentón y un profundo suspiro. Yo también me acosté boca arriba para empalar a Yadira. La otra ramera estaba junto a mí, y acercó su cara a la mía para besarme, el hombre perdido de placer en un delicioso mete saca. Me salí de Yadira y la volví boca abajo, para subírmele y encajarle mi verga otra vez. Una de las parejas de hombre y travesti se nos acercaron, y sentí los dedos de la chica meterse en mi culo antes de meterme la verga. Creo que el hombre tomó la idea y se acercó para penetrar a la travesti que me penetraba. Un trenecito de cuatro donde los de enmedio llevábamos la mejor parte, dando y recibiendo a la vez.

El otro hombre empezó: aceleró el ritmo de sus embestidas hasta correrse...una reacción en cadena que nos hizo a todos corrernos uno detrás de otro. Sentí los espasmos de la verga de la rubia que me estaba culeando y yo a mi vez me corrí en el culo de Yadira. Ella, todavía insatisfecha se separó de mí para ponerme su verga en la boca y correrse un par de minutos después. El otro hombre aún tenía ganas: masturbándose frente a mí terminó de eyacular sobre mi verga, besándome y babeando mi boca empapada del semen de mi amante. El que estaba siendo penetrado por Yeimi no pudo resistir más y eyaculó en el pecho de ella, salpicándole los senos y la cara. La visión de la leche caliente hizo que también Yeimi se corriera dentro del ano del hombre, sacudiéndose como si tuviera convulsiones. El hombre grueso se corrió al estilo de una película porno, untando de semen la boca del afeminado que se la mamaba. Las dos parejas de hombres también anunciaron sus orgasmos con gemidos y suspiros, antes de quedar abrazados, cansados de copular.

Después del primer orgasmo, el grupo se redujo a la mitad; algunos consideraron haber obtenido el valor de su dinero y se fueron solos, y otros se fueron en parejas, sin duda para seguir la fiestecita en un ambiente más privado. Antes de retirarse, se reunieron todas las chicas en un cuarto, supongo que para repartirse las ganancias. Algunas corrieron con suerte, pues además de la parte que les tocaba, se retiraron con un hombre. Me llamó la atención que el afeminado llegó vestido como hombre pero salió vestido de mujer. El hombre grueso lo llevaba tiernamente abrazado de la cintura y lamenté levemente no haber podido cogerme al chico, porque tenía bonitas nalgas. Los que quedamos nos reunimos en la sala para beber algo y fumar un cigarrillo. Yeimi puso en el video una película gay, donde la escena principal era una orgía. Mientras la acción se desarrollaba en video, platicábamos sobre los que se habían ido, resaltando atributos y posiciones de las otras parejas. Era muy interesante: estábamos aún desnudos, algunos abrazados o tomados de la mano, fumando y bebiendo como si fuera una reunión cualquiera. Los comentarios y el subido tono de la orgía en pantalla surtieron al fin su efecto y nos empezamos de nuevo a sobar y besar y nuevamente a copular. Yo me cogí a un gordito que se veía muy caliente, lo acosté y lo penetré, tenía buenas nalgas, gorditas y carnosas, y su culo apretaba muy rico. Aunque no me vine, le dí la vuelta para sentarme en su cara, el muy caliente hacía todo lo que proponía y me dió una rica mamada de culo, su lengua penetrando en mi ano. Le correspondí masturbándolo, y quien sabe de donde, sacaron un dildo que le metí en el culo. Sus manos me sobaban los pechos y al final se vino, todavía salpicando semen a pesar de haber eyaculado hacía media hora. Me dió otra chupada de ano, se aseó y se despidó también. Los demás también se fueron retirando hasta quedar solamente Yeimi, Yadira y yo. Intencionalmente no nos habíamos corrido para hacerlo entre los tres.

Yeimi al final cumplió su deseo de metérmela: me puso en cuatro y me cogió...me gustó la tranca de la ramera y me moví con pasión. La muy puta me aferró de la pelvis para bombearme más profundo y yo me quejaba, pujaba pero pedía más. Yadira, con las pupilas dilatadas y los ojos muy abiertos, estaba masturbándose frente a nosotros, con un consolador metido en su culo. Yeimi al fin tuvo el orgasmo que quería y en el momento de la verdad me azotó a nalgadas, que casi me hicieron eyacular también a mí. Tuve una idea, de pedirle unas medias y unas bragas a nuestra anfitriona. Unos zapatos de tacón completaron el atuendo y así vestido me la cogí a ella. Yadira me penetró, apartando el hilo de la tanga de entre mis nalgas y de nuevo volví a estar enmedio de esa cadena. No necesité mucho para venirme, la verga de mi amiga entrando y saliendo de mi hoyo me hicieron estallar sólo cinco minutos después de penetrar a Yeimi. Los espasmos de mi culo hicieron venirse a Yadira poco después, hasta que nos derrumbamos los tres, desfallecidos y adormilados después del placer.

Ahora sí ya era tarde; recogimos los restos del festín, aseamos la casa y nos dimos un regaderazo. Jugando me empiné frente a mis amazonas para que me cabalgaran por turnos, pero ya sin penetración, no creo que se nos volviera a parar lo suficiente para meterla. Mientras Yeimi tomaba su turno de cabalgarme sentí algo caliente correr por mi ano y era la puta Yeimi orinando sobre mi culo. Moví mis nalgas arriba y abajo disfrutando el chorro de orina correr entre mis nalgas...la hice arrodillarse frente a mí y oriné en su cara. Todavía tomé la verga de Yadira y la hice orinarse en mis genitales, luego apunté mi chorro a la punta de su verga y la llene de mi  orina.

Eso acabó la noche. Nos aseamos, secamos y vestimos. Nos despedimos de nuestra más que amable anfitriona y abordamos mi auto. Nos fuimos platicando pero a poco, Yadira se quedó dormida. Llegamos a su casa, nos despedimos igualmente y enfilé a mi casa.

Platicamos acerca de la posibilidad de traer mujeres a la siguiente ocasión, aunque muchos de los hombres no parecieron echarlas de menos en una orgia.

EPILOGO RENCOROSO.

  1. Al menos una relacion se formo esa noche. Una tarde me fije que en una tienda de lenceria estaba el chico afeminado, iba con una amiga que le escogia y le recomendaba ropa interior sexy...y el hombreton grueso esperaba en su coche a media cuadra de distancia. Coincidencia? Me vio y lo salude. Platicamos de aquella ocasion y especulamos si se repetiria. Yo sabia de buena fuente que si. No dije nada del chico comprando bragas y nos despedimos.

  2. Nunca volví a visitar el hotel que tan mal me trató. El local ahora está clausurado pero no hay duda que pronto volverá a abrir. El hotel de enfrente al menos no te avisa cuando termina el plazo, es la prostituta quien te apremia a que acabes ya. ¿Cuándo me animaré por fin a conseguir una amante de planta?