Fiesta en el barco
Una despedida de soltero en un barco, una ciber amiga,... y ganas de pasarlo bien...
La fiesta, era una buena fiesta, una despedida de soltero en un barco atracado a unas pocas millas de la costa, cena y la posterior discoteca con barra libre. Los dos salones del barco, estratégicamente organizados en una despedida de soltero y otra de soltera, se abrían después de la cena, para que los y las invitadas se unieran en la sala oscura que hacía de discoteca. Durante la cena, había corrido mucho vino por todas las mesas, y la gente ya estaba más que entonada cuando comenzó el baile. A mi, en verdad, me daba igual, yo llevaba mi compañera de fiesta. Morena, 165 cms., pelo corto, muy bonita de cara, y con un cuerpo espectacular, dos piernas torneadas perfectamente, que llegaban desde el suelo, hasta su majestuoso culo; redondo, apretado, durito, sus pechos, sin ser muy grandes, estaban muy bien puestos, y tenían una pinta muy apetecible. Aún no nos habíamos visto mas que en fotos, pero nos conocíamos muy bien, nos pasábamos fotos, compartíamos charlas a través de internet, y, además, nos habíamos masturbado muchas veces por teléfono, pero la verdad es que nunca nos habíamos visto en persona.
Cuando apareció ante mí, pensé que me moría, falda larga, negra, de tela gaseosa, y una blusa que dejaba claro que no llevaba sujetador, por lo que marcaba perfectamente sus ricas tetas. En la fiesta; estábamos nerviosos, deseosos de encontrarnos, de tocarnos, de comernos,
En la primera copa, nos retiramos a una banqueta desde la que controlábamos la pista de baile, desde la cual se nos veía a nosotros, seguramente, pero nos dio absolutamente igual; sin esperar más, nuestras bocas se buscaron, y se encontraron quería comérmela entera, y quería hacerlo desde su boca, mi lengua buscó la suya, que me esperaba, para fajarse en un combate bestial; repasé toda su boca, le mordía los labios, mientras mis manos, lógicamente, no estaban quietas. Abrazándola por su espalda, certifiqué que no llevaba sujetador, y me entretuve en acariciarla desde la columna, hasta el nacimiento de sus pechos, y desde su nuca, hasta el final de la espalda. En breve, noté como sus pezones se erizaban (ni que decir tiene que mi polla estaba a tope), y entonces, empecé a tocar sus tetas al completo, La sensación de estar tocando sus tetas por encima de su blusa, y saber que podrían estar mirándonos era bestial. Con la otra mano, baje por su espalda, y solté el botón lateral de su falda, por lo que alcancé inmediatamente su pequeña tanguita, me bastaron dos segundos para que mi mano estuviera jugando en su culo, . Tan apretado, tan duro, tan apetecible .
Cuando mi dedo se acercó a su agujero trasero, pude notar el calor y la humedad que su sexo desprendía, y que llegaba a todo lo que su diminuta tanguita no podía cubrir.
Ella, notablemente excitada, hizo un pequeño movimiento para que mi mano entrara mas en su cuerpo, y así, mi dedo se plantó en su culito, para iniciar una penetración lenta. Justo en ese momento, ella gimió de placer, y como poseída, y por primera vez, puso su mano sobre mi ya endurecido paquete. El contacto de su mano sobre mi polla, aún sobre el pantalón, casi me lleva al paroxismo, pero me contuve. En pocos minutos, ya eran tres dedos los que masturbaban su ya dilatado culo, y, por la expresión de su cara, por las mordidas que me daba en el cuello, y por la forma en la que apretaba mi polla, ya desde dentro del pantalón, sabía que se correría pronto, cosa que hizo de una forma bestial, y ahogando el grito todo lo que pudo.
Lejos de desfallecer después de la corrida, me pareció que estaba mas encendida, y completamente desinhibida, por lo que, sin cortarse para nada, me desabrochó el pantalón, me lo bajó lo justo para, bajando su cabeza, besarme la polla primero, después pasar la lengua por toda ella, y luego, después de levantar la cabeza hacía cinco o seis mirones que pululaban alrededor nuestro, y en un gesto de dedicatoria torera, se la metió entera, regalándome una de las mejores mamadas que jamás había recibido. Se la tragaba entera, jugando con su lengua por todas y cada una de las venas de mi endurecida polla, se la sacaba, y mojaba con su saliva la cabeza, mientras le daba lenguetazos, y la mordía con sus labios, estaba en el paraíso, y encima, la posición que ella tenía ahora, me permitía seguir jugando dentro de sus braguitas, eso si, ahora en su caliente y mojado coñito . Mis dedos, jugaban a pellizcar su clítoris, a entrar en su coño, primero de uno en uno, luego dos, y hasta cuatro de una vez, sin dejar de entrar y salir de su culo, que también estaba super dilatado. El culmen llegó cuando, mientras metía tres dedos en su coño, le introduje uno en su culo; en ese momento, note como me aprisionaba la polla con sus labios, y tuvo otra corrida bestial. Sin decir nada, se levantó de mi polla, me miró a los ojos, me besó en la boca, y se sentó sobre mí, levantando su falda, y apartándose la tira del tanga, fue bajando por mi polla, clavándosela entera en su coño, . Pensé que me moría, y prácticamente al cuarto salto sobre mí, me corrí como un animal, llenándole su coño de mi caliente semen. No paró de moverse hasta asegurarse de que ya estuviera completamente descargado, luego, me volvió a mirar a los ojos, nos abrazamos, y volvimos a entrelazar nuestras bocas en un largo y apasionado beso
El barco, estaba a punto de atracar, llegaríamos a puerto en unos minutos y teniamos habitación reservada en uno de los mejores hoteles de la ciudad para pasar la noche, que acababa de empezar, .