Fiesta de pijamas

... comiéndonos y saboreando el sexo húmedo de la que teníamos delante. Estábamos excitadísimas y nuestros gemidos eran cada vez mas intensos...

Fiesta de pijamas.

Todas las chicas, cuando somos niñas solemos hacer fiestas de pijamas en casa o en casa de las amigas. Es algo muy normal entre niñas, es muy divertido porque nos juntamos todas las amigas y hacemos muchas cosas divertidas y nos acostamos a las tantas

Tengo casi 30 años y se me ocurrió que lo podríamos repetir ahora ya de adultas. Cogí mi móvil y llamé a todas mis amigas de la infancia, que son las amigas que tengo ahora y todas aceptaron. No sabíamos muy bien donde hacer la ansiada fiesta de pijamas pero yo vivo sola en un ático asique decidimos hacerlo en mi casa.

Preparé todo lo necesario para esa noche, compré pizza, vino y mucho ron y vodka. Limpié muy bien mis juguetitos eróticos, nunca se sabe como va a terminar la noche y preparé algunos colchones por si nos daba sueño mas tarde.

Eran las 9 de la noche y la primera en llegar fue María. Ella es la única que está casada y tiene una niña. María es alta y delgada, igual que yo. Tiene largo cabello rizado de color miel y unos ojos verdes muy bonitos. Luego llegaron Érica y Paula que son gemelas. Están solteras y van de flor en flor. No son muy altas pero tienen buen cuerpo que combina con su pelo rubio y ojos azules.

Mas tarde llegaron las dos amigas que faltaban. Laura y Elena. Laura es morena con el pelo largo y está muy bien de cuerpo, sobretodo de tetas. Tiene unas tetas muy grandes y bonitas. Tiene novio y viven juntos desde hace unos años. Elena es muy guapa y lo que mas destaca de ella es su melena pelirroja y sus ojos verdes. Está soltera y le gusta ir de chico en chico cada fin de semana. Ahora me describo yo. Soy alta y delgada, de pelo rubio largo y ojos grandes y marrones. Tengo unos pechos bonitos y un culo bien puesto.

Cenamos pizza y vino y teníamos buen ambiente entre nosotras. La noche transcurrió entre risas y largas conversaciones. Tomamos unas copas y pronto empezamos con los juegos. Entre ellos el juego del strip-póker. Apenas sabíamos jugar asique ya nos podemos hacer una idea de lo poco que nos duró la ropa

Laura y Érica fueron las primeras en quedarse desnudas, después Elena y María y mas tarde yo seguida de Paula. Estábamos todas desnudas riéndonos sin parar.

Luego empezamos con otro juego muy de niñas. El juego de la botella. Nos sentamos en círculo y la hicimos girar. La primera que saliera tenía que besar a la que saliera después. María fue la primera en salir señalada por la botella y la segunda yo.

María se acercó a mi muy tímida. Nos arrodillamos una frente a otra y acercamos nuestras caras lentamente. Paula nos animó a hacerlo y seguidamente besé los labios de María. Estaban mojados y eso me excitó asique bajé mis manos hasta sus bonitos pechos y los acaricié sensualmente. Noté que a María le gustaba asique bajé mis manos a la altura de su culo y lo toqué suavemente.

Estábamos muy excitadas las dos pero teníamos que seguir con el juego asique nos volvimos a colocar en nuestros respectivos sitios e hicimos girar la botella otra vez.

Esta vez la botella señaló a Érica y giró de nuevo la botella para ver a quien le tocaba besar. Señaló a Paula, su hermana. Yo pensaba que les daría corte besarse al ser hermanas pero estaban muy excitadas de habernos visto a María y a mi asique no se cortaron en darse un buen morreo con lengua. Eso nos excitó mucho a todas. Dos mujeres idénticas y guapísimas besándose y acariciándose los pechos suavemente.

La temperatura iba subiendo hasta que ya no girábamos la botella. Nos besábamos unas con otras cuando se nos antojaba y decidí poner unas velitas para hacer un ambiente mas íntimo.

Nos tumbamos en los colchones y nos acariciábamos los pechos unas a otras. Queríamos disfrutar unas con otras y hacerlo todas juntas asique nos colocamos en circulo y de rodillas en posición perrito y nos empezamos a lamer el coño unas a otras.

Laura me lo comía a mi, yo a Érica, esta a María, María a Paula, Paula se lo chupaba a Elena y esta se comía el coño de Laura.

Todas estábamos comiéndonos y saboreando el sexo húmedo de la que teníamos delante. Estábamos excitadísimas y nuestros gemidos eran cada vez mas intensos. Éramos un solo círculo unido por el placer y el deseo de hacernos disfrutar unas chicas a otras. Saqué mis juguetes sexuales y nos tumbamos en los colchones.

Paula cogió mi gran consolador-vibrador y lo empezó a chupar viciosamente. Luego se lo introdujo a María mientras besaba sus tetas. Yo cogí mi huevo vibrador y lo puse sobre el sexo mojado de Érica, se lo metí dentro del coño poco a poco y le hice disfrutar con el mando a varias velocidades y movimientos. Elena cogió mis bolas chinas y se las puso a Laura dentro de su vagina mientras lamía su clítoris.

Estábamos muy cachondas y excitadas, nuestro placer aumentaba con cada roce y con cada masturbación. Necesitábamos una polla pero no la teníamos. Hubiéramos hecho cualquier cosa por una polla esa noche. Queríamos una polla dentro de nuestros culos asique nos apañamos con el gran consolador.

Yo me ofrecí para darles placer y empecé con Elena que estaba muy cachonda. Metí un dedo impregnado en lubricante y le metí el vibrador por el culo. Sus gemidos eran intensos y su placer mas que infinito. Yo me excitaba con el movimiento de sus caderas. Luego seguí con Paula. La agarré con fuerza y la penetré con el vibrador hasta que se corrió de placer. María estaba ya preparada asique lamí su culo y lo penetré con el consolador. María gemía sin cesar y su orgasmo llegó casi sin avisar. Mi coño ya estaba super excitado y no veía el momento de que me lo metieran a mi.

Cogí a Érica y le puse lubricante, seguidamente metí el consolador por su bonito culo y gritaba de placer como una loca. Estábamos todas muy cachondas de ver como nos metíamos mi vibrador por el culo y disfrutando como nunca. Ya sólo me quedaba Laura que estaba deseando que la penetrara por su culito. Le lamí suavemente el culo y le metí el vibrador suavemente hasta que sus gemidos cesaron. Ahora era mi turno y Paula se ofreció para hacérmelo. Yo estaba muy cachonda. Me puse a cuatro patas y pronto noté dentro de mi culo el gran vibrador que me estaba metiendo Paula. Yo le pedía mas y Paula me lo metía una y otra vez. Por fin mi placer fue mas que calmado y nos quedamos exhaustas sobre los colchones.

Nos dormimos pronto y al día siguiente todas estábamos muy contentas. Quedamos en repetir la experiencia de nuevo y aseguramos que lo haríamos.