Fiesta de inauguración de la casa de Juan e Inés 3

Nueva reunión del grupo de amigos.

Continuación de los relatos

http://www.todorelatos.com/relato/72414/

y

http://www.todorelatos.com/relato/72616/

Tras de la ducha nos fuimos retirando poco a poco cada uno a su casa después de pasar dos días llenos de morbo y sexualidad. Pasaron unos 8 días cuando a mi cuenta de correo llegó un mail de Manu.

- "Hola amigos. Andrea y yo creemos que la fiesta del otro día no debe quedar en una anécdota. Así que hemos pensado en crear un grupo para poder intercambiarnos ideas así como poder crear citas para futuras veladas. Hemos creado unas cuentas de mail para que sean estas las que utilicemos y no las personales. A través de ellas podemos ir contándonos nuestras fantasías y poder ir cumpliéndolas. A través de estas cuenta podemos ir confirmando quien asistirá a las fiestas y que no tenga que ser uno de nosotros el que se encargue de ir llamándonos uno a uno. He pensado que si alguien no desea seguir con esto que simplemente no utilice la cuenta o con no confirmar la asistencia a la reunión nadie le pedirá explicaciones. La contraseña de todas las cuentas es ahora mismo  123456  así que ir cambiándolas por algunas un poquito más complejas." A mi me pedía que le rebotara el mail a Ana ya que el no tenia su dirección. A través ya de las nuevas cuentas decidimos proponer varias normas para el buen funcionamiento del grupo. Decidimos, entre otras cosas, - Ingresar una pequeña cantidad de euros cada 4 veladas para poder comprar comida y bebida. Sería Eva, que trabaja en una sucursal bancaria, la que se encargaría de gestionarlo. - Nos comprometimos a aportar cada uno de nosotros un prueba de ETS cada cierto tiempo por si, en algún juego las parejas en ese momento lo decidíamos, prescindir de preservativos, así como saber que chicas tomaban habitualmente la pastilla. - No hablar de esto con nadie ajeno al grupo

  • Se permitiría invitar a alguien a las veladas pero solo cada 2 fiestas y siempre que fuera aprobada dicha invitación por la mayoría del grupo. Se intentaría mantener el equilibrio entre chicos y chicas y a ser posible que fueran parejas.

  • Los que asistieron a la primera fiesta éramos los miembros del grupo, no suponiendo la invitación a alguna velada la inclusión en el grupo. Para que alguien pasara a formar parte con derechos al grupo se debería aprobar su inclusión con al menos el 75% de votos a favor.

Con el paso de los días todos los que asistimos a la primera fiesta aceptamos las nuevas normas y confirmamos que queríamos seguir con la experiencia. Se decidió de nuevo, y gracias a la gentileza de Juan e Inés, celebrar una nueva fiesta en su casa. En esta ocasión iba a ser solo durante la noche del sábado ya que la pareja anfitriona tenía compromisos familiares al día siguiente. Lara pidió ser ella la que propusiera el juego sorpresa que se llevaría a cabo. Poco a poco fuimos asistiendo la gran mayoría. Justificadas por diversos motivos fueron las ausencias de Ramón, el chico de Ana, la de Asun y la de Irene. Una vez que estábamos todos los asistentes de nuevo empezamos a dar cuenta de los aperitivos-cena y de las bebidas que habían puesto a nuestra disposición Juan e Inés. Estábamos en esta ocasión desde el principio en el salón de la parte de arriba. La primera hora y media pasó entre conversaciones y risas, pero según hacían efecto las bebida ya se iba notando los acercamientos, las confidencias, los roces, entre unos y otros. Lara llamó nuestra atención: - Creo que ya va siendo hora de empezar el juego. Lo que me gustaría que hiciéramos es muy sencillo. La verdad que el otro día se dejo el listón muy alto y espero no decepcionaros, pero una de mis fantasías es lo que os voy a proponer. Vamos a quitar todo lo que haya por el medio del salón y apagar todas las luces. Pondremos música y a bailar.... que cada uno baile con quien le apetezca y si la pareja no te gusta, pues cambias. Lo interesante sería que no nos habláramos, que solo con el tacto supongamos quien es la otra persona y que hagamos lo que nos apetezca. De nuevo a todos nos pareció buena la idea. Al fin y al cabo habíamos decidido seguir con esto para disfrutar de nuevas experiencias. Apartamos todo lo que pudimos las sillas y mesas de en medio del salón para evitar tropezar con ellos. Tras dejar unas rendijas abiertas de la ventana que daba a la calle para que entrara un poquito de luz, apagamos las lámparas y nos dispusimos a empezar. La música comenzó. Al principio nos limitábamos a encontrarnos y darnos algún inocente beso y alguna caricia. Una de las chicas que me encontré vino directamente a mis labios mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Yo tampoco dudé en sobar todo lo que pude hasta que sus movimientos al quitarme la camisa me obligaron a parar. Después de poder liberar mis manos solo pude que recibir otro caluroso beso mientras se perdía de mi alrededor. Estoy casi seguro que era Lara que se estaba dedicando a ir desnudando a los hombres. Fueron 3 las chicas que pasaron y bailaron conmigo hasta que me encontré a Ana. No tardé ni dos segundos en reconocerla pos sus exuberantes pechos, por su redondo y generoso culo, por sus movimientos, por su olor a mujer con mayúsculas. La forma en la que empecé a acariciarla me delató. - Se quien eres. - me susurró al oído antes de besarnos. Al fin y a lo postre nos conocíamos desde hacía muchos años y era yo quien la había introducido en el grupo. La forma con la que recorríamos con las manos nuestros cuerpos delataba la complicidad que teníamos. La giré y apreté su culo contra mi ya erecta polla mientras mis manos desaparecían por debajo de su suéter. Ella movía su culo apretándose cada vez más a mi. Después de subirle el sujetador me recree masajeando sus pechos y besándole el cuello hasta que se giró de nuevo y se acercó a mi oído para decirme. - A ti cariño Hoy no te voy a follar. Me lo reservo para otro día..... y procura no tener ni compromisos ni prisa. Se fue de mi lado. Mientras intentaba seguirla, mis manos tropezaron con alguien que, después de sobar mi polla se lanzó a mi cuello para besarme. Sin tiempo apenas de poder saber quien era me cogió de la mano y me llevó hacía una de los sofás de la instancia. Allí y apartando un poco a una pareja que ya ocupaba casi la totalidad de las 2 plazas disponibles, me "obligó" a sentarme. Creí que me había dejado solo hasta que note con unas manos luchaban por desabrochar el botón de mi pantalón. Me quitó los zapatos, me bajó el pantalón y liberó mi polla de la presión de los calzoncillos. Mi polla notó el calor de una boca que se la metía hasta el final. Mi misteriosa pareja la chupaba y saboreaba como si se estuviera comiendo un helado. Sus manos se clavaban en mis muslos mientras otra mano comenzó a acariciar mi pecho. Seguí la senda de ese brazo hasta comprobar que era de la chica que tenia a mi lado. Tras pasar por sus pechos, baje por su abdomen hasta toparme con una cabeza de pelo corto que era del que le estaba comiendo el coño. Volví a sus pechos. Allí estaba yo medio tumbado con una "desconocida" recreándose en mi polla y con mi mano derecha acariciando unos pequeños pechos. Mi misteriosa pareja seguía comiéndose mi polla en su totalidad mientras una de mis manos acariciaba su cabello y con la otra jugaba con un pequeño pezón. De repente su boca no volvió a mi pene y note como unas manos se apoyaban en mis hombros. Con mis manos fui a buscar sus pechos. Eran de un tamaño medio y con unos pequeños y excitados pezones. No cabían en su totalidad en mis manos pero no eran excesivamente grandes. Por el largo de su melena y por la forma de su cuerpo hubiera asegurado que era Elena. Noté como se restregaba mi polla contra su coño sin llegar a metérsela. Me daba la sensación que me estaba volviendo a hacer una paja hasta que por fin noté su calor y humedad. Con un brusco movimiento empujé para intentar meterle mi pene hasta bien al fondo mientras ella  ayudaba moviendo sus caderas. Mis manos recorrían sus contorneadas piernas y su culo. Sinceramente quería creer que era Elena a la que me estaba follando. Ella jadeaba volcándose sobre mi cuello, mordiéndome los labios, apretándome los hombros. Otros jadeos se empezaban a escuchar en el comedor. Era imposible vernos. Solo se distinguían algunas siluetas. La chica que tenía al lado estalló en un gran grito anunciándonos el orgasmo que acababa de tener. A quien tenía sobre mi seguía moviéndose buscando su preciada recompensa. Poco más pude aguantar hasta que estallé dentro de ella. Por su parte ella soltó un par de gemidos mientras clavaba sus uñas en mis hombros y se abalanzaba a darme un largo morreo mientras notaba mi semen cayendo entre los huecos que dejaban sus piernas y las mías. No pude evitar abrazarla mientras escuchábamos mas gemidos. Tras darme un beso noté que se marchó. Pasado un par de minutos aproveché para levantarme en busca de papel con el que poder limpiarme la mezcla de fluidos de mis piernas y para cambiar de lugar para así, no poder ser reconocido por el lugar donde estaba, ya que me pareció que formaba parte del juego.

Cuando pareció estar todo tranquilo las luces se encendieron. Las miradas de morbo se encontraban intentando adivinar quien había estado follándose a quien. Las parejas formalizadas se volvían a encontrar y a besar contándose lo que habían disfrutado. Pasada una media hora y después de estar charlando sobre la experiencia nos fuimos vistiendo y marchándonos de la casa. En esa ocasión "solo" habíamos disfrutado de una noche pero todos sabíamos que quien estuviera dispuesto podría seguir con esto.

Ana y yo abandonamos juntos la estancia. Íbamos agarrados y, aprovechando que esa noche había venido sola, mi mano iba sobre su culo. Lejos de molestarla no paraba de contarme su experiencia de esa noche y lo mucho que disfrutaba con ello. Escucharla describir sus encuentros hacía que me fuera poniendo cachondo cada vez más. Con un buen beso de complicidad nos despedimos hasta la siguiente ocasión.

Con Ana en su coche me dispuse a irme al mío para retirarme a casa y entonces Marta requirió mi atención. Cuando Ana y yo salimos de la casa habíamos dejado a  Marta despidiéndose. Estaba a unos 20 metros detrás y venia en mi dirección. Esa noche venia vestida con un corto y ajustado vestido de tirantes negro que apenas tapaban nada de su figura. Un generoso escote, un largo que apenas cubría su trasero y unas sandalias de tacón alto ensalzaban su ya de por si bonita figura.

  • ¿Te acompaño al coche? - le dije

  • Es que te quería pedir un favor. He venido en taxi y he pensado que me podrías acercar a casa.

  • Claro que si.

Ya en el coche y camino a su casa hablamos un poquito sobre nosotros. Al fin y al cabo casi no nos conocíamos. Sobre nuestras vidas y lo que estábamos viviendo con estas experiencias fueron los temas que más rato de conversación nos dieron, aunque yo no podía dejar de fijarme en sus piernas y escote. Al llegar a su domicilio me ofreció invitarme a una copa, la cual lógicamente no rechacé. Su piso estaba situado en un edificio antiguo en el centro de la ciudad. Con solo dos habitaciones y reformado con un estilo muy moderno era acorde a la imagen que proyectaba Elena.

Cuando estábamos tomándonos ya la copa se levantó a poner un poquito de música.

  • El otro día en la ducha me prometiste que ibas a terminar algo que empezamos. - me dijo

  • Me acuerdo pero por lo visto la suerte no nos une

  • Pues ahora no te quedan excusas....

Poco a poco y siguiendo la música empezó a hacerme un Strepteasse quitándose primero los zapatos. Sin dejar de mirarme se desprendió del vestido que dejo caer al suelo. Lo primero que pude ver fueron de nuevo sus pechos. Preciosos, duros y con sus pezones erectos mirando hacía mi. Dejándose el tanga se sentó apretando su almejita sobre mi polla. Mientras nos besábamos me fue quitándome la camisa y acariciando mi pecho mientras yo no dejaba pasar la oportunidad de sobarles los suyos. Ya sin mi ropa le pedí ir a su dormitorio. Cuando llegamos y mientras me terminaba de quitar el calzoncillo se tiro a la cama y se puso  a 4 patas como una perrita.

  • Esta noche me tienes que dar mucho gusto. Dijo Elena.

Le quite el tanguita y fui directamente a pasear mi lengua por su rajita y su culo que quedaron a mi disposición. Después de saborear ese manjar me incorporé restregándole mi polla por coño sin llegar a introducírsela. Mientras ella con las manos me apretaba para sentir aun mas mi polla en su culo... dios como me estaba poniendo. Así estuvimos un rato sobándonos, restregándonos, acariciando su culo.

Me tumbó en la cama y ella me colocó la almohada debajo de la cabeza, se puso encima y comenzó de nuevo a restregarse contra mi polla mientras iba bajando con su cuerpecito por el mio. Llegó a mi polla, la lamió, la relamió y la cogió en sus manos para metérsela en la boca. Me miraba con ojitos de niña traviesa y seguía chupando mientras giró su cuerpo para ponerme su culito al alcance de  la mano. Mis dedos sintieron de nuevo la humedad de ese coñito sin poder resistir la tentación de introducir dos de ellos dentro, lo que provocó un gemido de Elena.

Pasado un tiempo le tuve que parar porque me iba a correr en su boquita y deseaba follármela. Ahora fue ella la que se tumbo sobre su espalda y fue levantando sus piernas mientras le iba metiendo mi polla y poco a poco me fue rodeando con ellas.

  • Follamé salvajemente cabrón, que el otro día me dejaste cachonda y quiero que me partas en dos.

  • No me equivocaba al creer que eras una autentica putita. Le dije

Mientras empezaba a follármela se llevó la mano hacia su coñito para tocarse... era una delicia ver como le gustaba. Me apretaba fuerte contra ella y yo la embestía cada vez con mas fuerza.

  • Ahora te vas a poner a 4 patas como perra que eres que me quiero correr disfrutando de ese culo.

Llevaba ya tiempo en el límite entre correrme y no y con unas embestidas más me situé en el punto de no retorno. Y mientras ella le llegaba un orgasmo mi leche se desparramó dentro de esa belleza.