Fiesta de fin de año

Se disfrutan mucho las fiestas de fin de año, aunque solo haya de comida Hot Dogs.

Hola:

Antes que nada quiero enviarles a todos un afectuoso saludo, y desearles lo mejor de lo mejor para este 2006. Que todos sus sueños se cumplan y que al mismo tiempo, no dejen de seguir mis relatos así como mis fotografías, ya que trataré de mejorar en todos los aspectos.

El día de hoy quiero platicarles solo un poco de lo que he pasado en las vacaciones de invierno, ya ven ustedes que con las fiestas decembrinas, todos nos ponemos muy felices y también muy borrachos, así es que por favor, si toman, no manejen, vale?

Como muchos de ustedes saben, en los últimos meses del año conseguí un trabajo de secretaria en una empresa de cosméticos, en el centro histórico de la ciudad de México. Mi contrato terminó al finalizar el año, pero probablemente me vuelvan a citar para trabajar a partir del mes de febrero.

Como era de esperarse y al igual que en todos lados, también tuvimos nuestra fiesta de fin de año y la verdad es que estuvo de lujo. No quiero abundar mucho en todo lo que sucedió, porque hay muchas cosas que se suscitaron durante la fiesta que es probable que pueda redactar un relato más para ustedes; así es que solo contaré parte de lo sucedido.

La fiesta comenzó poco después de las 4 de la tarde, una comida en las instalaciones de la misma empresa fue el lugar indicado. Llegaron todos los integrantes de la empresa ya que aparte de la comida, se pagaría el aguinaldo, de tal forma que nadie podía faltar.

Nos fuimos concentrando en grupos, según nuestras actividades y áreas determinadas. Y cuando comenzó a servirse la comida ya estábamos todos mezclados.

Debo decir que en mi área, somos solo dos mujeres (como secretarias), el resto del equipo son hombres, 7 en total. También y como era de esperarse, los siete varones no nos soltaban, éramos como el centro de atracción para ellos. Ese día, se nos solicitó que vistiéramos el uniforme, ya saben blusa blanca, blazer color rojo al igual que la minifalda y las zapatillas, pantimedias (yo uso casi siempre de lykra y de color natural) y una mascada, que te hace verte más elegante. Ese día utilicé unas pantimedias desnudas, con mucho brillo y muy sedosas.

Antes de la comida se hizo la ceremonia correspondiente, se realizó el pago del aguinaldo y también se rifaron algunas canastas (que por cierto, nunca gané nada). Después se sirvió la comida y como era de esperarse, también salieron las botellas de tequila y brandy.

El dueño de la empresa contrató a un equipo de luz y sonido y en la bodega de la empresa, se instaló de manera provisional, la pista de baile. Así es que después de la comida, muchos de los empleados se acercaban a la pista para ponerse a bailar, finalmente con unas copas encima, todo se hace más llevadero, cierto?

Desde hace tiempo, había notado que mi jefe tenía cierto interés en mí, cosa que me confirmó ese día, se volvió tan empalagoso que no me dejaba ni a sol ni a sombra. Tanto en la comida como en la entrega del pago no me soltaba, me hacía la platica referente a todo, con decirle que ahí conocí su vida en 4 horas, me platicó de su familia, de sus amigos, en fin; me platico de todo. Solo que tuvo un pequeño desatino y es que se le pasaron las copas de más en poco tiempo y es que el hecho de no comer le afectó demasiado.

Aún así no me soltaba y lo que al principio me gustó de él, ahora lo desconocía. Desde que llegamos a la empresa (y es que él fue por mí hasta mi departamento) no dejaba de decirme lo bien que lucía el uniforme ese día, que si mi blusa era de seda, que si la minifalda me gustaba usarla tan corta, que si mis medias brillaban mucho, que si mis zapatillas estaban tan altas, me decía de todo. Y es que también de alguna manera yo lo provocaba.

Por ejemplo, la falda la arreglé de tal forma que hasta para pararme o sentarme, con algún movimiento brusco, se me podían ver las nalgas, y eso les encanta a los hombres.

Mientras comíamos, él no dejaba de beber, tampoco de observarme de pies a cabeza, pero especialmente las piernas. Ahí me di gusto mostrándoselas descaradamente, me movía de un lado a otro, me paraba, me sentaba, cruzaba ambas piernas y lo tenía l borde de la silla. Es más, me toco ver de reojo al límite de su pantalón, donde se veía que traía la verga bien paradita. El problema es que no solo él me veía, sino muchos de los muchachos no me quitaban la vista de encima y yo me sentía como pez en el agua.

Cuando comenzó el baile, el estaba súper tomado y me llevó hasta una esquina de la bodega, y aunque había todavía un poco de luz, estábamos del lado contrario a donde se estaba llevando a cabo el baile, éramos los únicos que estábamos ahí (bueno, eso pensaba yo). Se sentó frente a mí y también me pidió que me sentara; a grandes penas podía hablar y mucho más hilar las ideas, me decía tantas cosas que había muchas que no lograba entender. En pocas palabras me dijo que estaba yo muy buena, que a muchos en la empresa les gustaba, y que me tenían ganas de cogerme.

Conforme pasaba el tiempo me comencé a desesperar, quería pararme y largarme en ese preciso instante, pero él me tenía bien sujetada de las piernas. Puso sus manos en mis piernas y para no tener problemas ahí, dejé que me las acariciara por un rato, pero poco a poco le fue ganando el sueño hasta que terminó recostado en mis piernas y me estaba babeando las pantimedias. De momento no le dije nada, así es que traté de quitármelo de encima con mucho cuidado para no despertarlo y cuando al fin logré pararme, me di cuenta que un policía (vigilante de la empresa) estaba detrás de mi. Trató de intimidarme diciéndome que eso no era correcto y que si él quisiera, le diría al patrón lo que había visto y me corrieran.

Traté de conciliar con él, pero al verme topada por todos lados le pedí que no hablara, se acercó a mí y me dijo que si no quería que hablara, que lo podíamos solucionar ahí mismo. Se acercó a mí y me comenzó a besar, entonces me dejé llevar por él. Es un tipo simpático y delgado, así es que no me costó mucho trabajo.

Comenzó a acariciarme y a besarme los oídos, me decía cosas calientes como por ejemplo Que rica estas mami o te me antojas un chingo, déjame culearte.

Cuando vi que la cosa estaba más caliente, me pidió que me parara delante de él, se hincó y me comenzó a besar las piernas por detrás de las rodillas, lo hacía desde debajo de mis pantorrillas, hasta llegar a morderme las nalgas, le pedí que no lo hiciera tan fuerte para que no me rompiera las pantimedias. Me manoseaba por todos lados, abrió mi blusa y me soltó el sostén, me besó los pechos tan fuerte que quería tragárselos, en fin, me dio un faje que creo que ni mi esposo me ha dado.

Se sacó la verga y me pidió que se la mamara, pero no quise porque no traía condón. Se la jugué durante un rato y quería penetrarme, pero le pedí por favor que no lo hiciera, porque sin condón no me aventaba. Entonces me dijo por lo menos, déjame comerme un hot dog.

Yo no sabía a que se refería, pero cuando me enseñó, me encantó. Me inclinó un poco en unas cajas de cremas, me pidió que me abriera de piernas, se puso detrás de mí, metió su verga en medio de mis piernas al límite de mi panochita, pero encima de la ropa, después me pidió que cerrara las piernas hasta donde pudiera y así lo hice. Su verga quedó prensada por mis piernas.

El se movía y hacía que yo también me moviera, y mientras su pene jugaba con mi entrepierna, él se divertía con mis medias acariciándome las piernas hasta donde llegaba una de sus manos, la otra la tenía en una teta mía y de su boca salían palabras tan vulgares y dulces que me provocó un riquísimo orgasmo, poco tiempo después él se vino, y mucho de su leche fue a dar a las cajas, lo poco que salio de él cuando ya había terminado lo embarró en mis muslos, arriba de mis rodillas, y como mis pantimedias brillaban, solo se opacaban en donde estaba el semen embarrado.

Se subió el pantalón y me dio salida por otra puerta, así es que nadie se dio cuenta de lo sucedido ahí. Mi jefe siguió durmiendo como angelito y ni siquiera se percato de lo que ahí había sucedido. De hecho él se quedó ahí. Cuando llegué a casa, mi esposo no había llegado, así es que me dio tiempo perfectamente de bañarme y cambiarme. Y también me comí un hot dog con él, pero bueno, eso después se los cuento.

Espero que les haya gustado algo de lo que me sucedió este fin de año que acaba de pasar, espero que sigamos en contacto y después les platico más de lo que me sucedió.

Por cierto, les doy esta dirección, para que también me den su opinión y probablemente hasta algún comentario http://mispiernas.blospot.com

Artemia P.