Fiesta de estudiantes

Tres amigos que estudian cuarto de carrera preparan unas fiestas muy especiales para sus invitadas.

Estaba con Marcos y David en el salón de nuestro piso. Estudiábamos cuarto de medicina y además del interés por esta materia compartíamos unas ganas locas por la juerga. Estabamos en albornoz, los tres, esperando a la chica de la facultad que se había apuntado a nuestra fiesta. Solo Marcos sabía quién era, pues él le había convencido.

Venga, dinos quién es de una vez – pidió David. – Dijiste que le conocemos y llevas dos días con el secreto.

Marcos sonrió divertido por nuestra impaciencia – Vale. La chica es Mónica.

Nos quedamos perplejos. Mónica era una pija de cuarto que estaba buenísima, pero que se lo tenía muy subido. Además tenía un novio que era tan pijo y tan capullo como ella. Marcos nos comentó que había sido difícil convencerla pero que le picó y ella entró al trapo. Parecía increíble que nos fuéramos a follarnos a aquella nena esa misma tarde.

Sobre todo esto hablábamos cuando sonó el timbre. – Ya está aquí – dije – Vamos Marcos, pon la cámara a grabar. – Marcos conectó una cámara oculta entre una toallas en un rincón con la que grabábamos nuestras hazañas. Yo abrí la puerta.

Allí estaba Mónica. Larga melena negra y lisa, unas tetas de más de 100 y una caderita que daba ganas de agarrar. Nos miró con esa carita de niña y esos ojazos oscuros – Hola chicos, ¿qué tal?. Veo que os habéis puesto cómodos.

Le invitamos a tomar una copa. Ella tenía curiosidad por lo que íbamos a hacer. – Marcos me dijo que iba a haber sexo. ¿Tengo que elegir a quién me voy a tirar? – dijo riéndose.

En realidad te vamos a follar los tres – dije yo como si fuera la cosa más normal del mundo. A ella se le congeló la sonrisa durante un momento. – Vaya – dijo ella – y ¿cuándo empezamos?.

Ahora mismo – dije ayudándole a quitarle la blusa. En un momento la desnudamos y fue como desenvolver un tesoro. Estaba muy buena y nuestra erección empezó ya solo con contemplarla. Esas tetas redondas grandes y esbeltas y ese coñito depilado nos estaban llamando.

¿Os gustó chicos?- pregunto exhibiéndose. – Estás muy buena Mónica – dijo Marcos – Ponte de rodillas. – Ella se arrodilló y nos quitamos el albornoz. Le acercamos nuestras pollas a la cara – Venga preciosa, chúpamela – dijo David apoyándole una mano en la nuca y metiéndole su polla en la boca. Al momento ya estaba comiendo polla como una loca. Nosotros le sobábamos las tetas y le metíamos los dedos por todos los sitios. Ella se comía una polla mientras pajeaba las otras dos.

  • Vamos putita, cómetela toda – decía David mientras se la metía hasta los huevos. Mónica nos miraba con sus ojazos sin decir nada con su boca llena por nuestros miembros. Yo me coloqué detrás de ella y la puse a cuatro patas. Apoyé mi polla en la entrada de su coñito y de un empujón entró todo. Me agarré a sus tetas y empecé a empujar. Notaba como mis huevos golpeaban con cada embestida. Ella empezó a gemir, pero la polla de Marcos en su garganta ahogaba sus gemidos. Eso me puso a cien. – Mira como disfruta esta guarrilla – le dije a Marcos. Este me sonrió y empujó la cabeza de Mónica contra su polla.

Pasado un par de minutos David me pidió que le dejara sitio y él empezó a penetrarle con muchas ganas después de haber estado mirando un rato. Marcos me cedió su posición. David empezó a meterle unos dedos por el culo. Ella gimió se saco mi polla de la boca y dijo: - Aaahhh ¿por el culo... aaahhh... también?.

Claro nena, ya verás como te gusta. Sigue chupando – le animé.

Marcos le dijo a David que se quitara, que había que probar el otro agujero. Se puso en cuclillas y poco a poco se la metió por ese magnifico culo. – Ohhh sí, que estrechito.

Yo noté como Mónica emitía prolongados gemidos ahogados por mi polla. Marcos se le empezó a follar a una velocidad bestial y estaba jadeando mientras le dedicaba unas frases: mueve el culo nenita; ahh que gustazo; Mónica estas hecha una zorrita, me gustas. – Y así durante un rato. Yo le miré a David y se rió por el comportamiento de nuestro compañero. Ella se acariciaba el clítoris mientras.

Marcos estaba sudando. De repente soltó un grito ahogado y empezó a moverse de forma convulsa. Todos nos dimos cuenta de que se estaba corriendo dentro del culo de Mónica. Sacó su polla y abrió las nalgas de la chica mirando satisfecho su trabajo. Mónica, apoyada de brazos en el suelo decía: mmmm sí, que leche más calentita.

Túmbate boca arriba – le pedí. Se la metí. Le agarré las piernas y me la empecé a follar con intención de llegar hasta el final. Ahora sí que soltaba unos gritos con cada acometida que ponían a tope. – Sí, follame fuerte, por favor - Cuando noté que no podía más la saqué y cumplí un deseo que tenía hace mucho tiempo. Correrme sobre aquellos hermosos pechos. Y así lo hice. Después se la metí una última vez en la boca.

Era el turno de David. Este se la llevó justo delante de la cámara y le dijo que se pusiera de rodillas y se la comiera. Empezó a mover sus caderas mientras su miembro entraba y salía de los labios de nuestra putita. Al final soltó un suspiro y vimos como el semen salía de los labios de Mónica aunque David seguía haciéndole comer polla. La sacó y un chorro de lefa cayó por su barbilla sobre sus pechos. Nos miró y sonrió.

Muchas veces hemos vuelto a ver ese vídeo y a partir de entonces cuando veía a Mónica con sus modales pijos y nos saludaba me acordaba de como nos lo habíamos montado y lo bien que lo habíamos pasado.