Fiesta de disfraces

El marido acude solo a la fiesta de disfraces...

Una pareja había sido invitada a una fiesta de disfraces. Cuando se preparaban para salir, la mujer empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza y le dijo a su esposo que prefería quedarse en la cama, pero que no quería arruinarle la diversión... que él fuera solo.

Al final, él terminó calzándose su disfraz y se fue.

Ella se tomó dos aspirinas y se fue a la cama. Una hora después, se sentía mucho mejor y decidió ir a la fiesta y sorprender a su marido. Mientras se estaba cambiando, pensó que aquella podía ser una buena oportunidad para saber cómo se comportaba su marido en libertad. Así que se puso otro disfraz distinto del pensado en inicio y fue a la fiesta.

Allí vio cómo su marido bailaba con una exhuberante señorita... cada vez más arrimado. Decidió averiguar hasta dónde sería capaz de llegar su marido. Le pidió baile y le susurró al oído acerca de irse afuera, solos. Él enseguida aceptó. Y sin desenmascararse, terminaron haciendo el amor en un automóvil. A continuación, ella se escabulló y decidió ir a esperarlo en casa como si no se hubiera movido de allí.

Cuando llegó, le preguntó:

  • ¿Cómo lo has pasado, querido?.

  • Ya sabes que las fiestas sin ti no son muy divertidas para mí, cariño -respondió.

"Éste es un farsante" , pensó, "pero le seguiré el juego" .

  • Ya, pero en serio, supongo que algo sí te habrás divertido.

  • En cuanto llegué -contestó-, la fiesta estaba medio aburrida. Con los amigos de siempre fui al sótano a jugar al mus. ¡El que al salir me dio las gracias y me dijo haberlo pasado genial fue el tipo a quien le presté mi disfraz!.