FIESTA de cumpleaños… SICALÍPTICA.

Fiesta de cumpleaños donde asisten los que tienen que asistir y como dentro de la misma fiesta hay dos, relataré la más divertida, la más liberal y donde el único freno es el que se pone uno mismo.

Este relato puede ser un poco más largo de lo habitual, pero no he querido dividirlo y publicarlo en varias partes, para que quien quiera leerlo de una tirada pueda hacerlo y quien no quiera, pues no tiene problema en leerlo en el tiempo que quiera. Por eso he omitido circunstancias y momentos que he considerado que lo mismo no aportaban nada a lo sucedió en sí.

Después de mucho preparar la fiesta de mi cumpleaños, por fin llega el día. No están todos los que tendrían que estar pero… lo pasaremos bien o por lo menos esa era la idea. Solo asistía una persona que no estaba en los planes, que era Renata. La preparación ha sido muy cuidadosa y sin dejar nada al azar. He invitado personalmente a cada uno de los asistentes y aunque no están todos los que quisiera, con los que iban a asistir haríamos una de las fiestas más grandes.

Para que no resulte muy tedioso me limitaré a contar lo que creo que es necesario y lo que tiene más molla. Los invitados, familia, amigos, conocidos, amistades y los que no son familia pero algo más que amigos. La fiesta empieza un jueves por la tarde-noche y acaba el domingo. Tiene dos partes la fiesta normal, por definirla de alguna manera y la fiesta “perversa” que participan todos aquellos que son liberales en el amplio sentido de la palabra. No todos vienen en pareja, porque de la fiesta perversa viene uno solo y dos solas.

Por si alguien se lo pregunta, con ninguna de las mujeres del grupo de los “perversos” he mantenido relación sexual alguna y no porque no haya tenido oportunidad, ni porque no me lo hayan propuesto, simplemente porque he considerado que no debía y eso que más de una si me gustan. Hable con Tiano para invitarles a él y a Adriana, lo hice con él porque quería explicarle bien lo de la fiesta, por si querían quedarse a dormir en el campo y participar en la parte de la fiesta “perversa”, se le iluminaron los ojos y después de pensarlo… “Es que no se si Adri va a querer asistir a una fiesta de ese tipo, ya sabes que no quiere tener nada con ningún hombre salvo que seas tú, es así y no hay manera…” le respondí que quien sabía lo que podía ocurrir excepcionalmente en una fiesta de cumpleaños. Un grupo de participantes de la fiesta especial, llegarían el miércoles y se quedarían todos a dormir juntos. El resto lo harían el mismo jueves y se quedarían en un hotel, desde donde se desplazarían en dos minibuses y como muy tarde a las doce y media de la noche o la una, les regresarán a su hotel.

MIÉRCOLES

A las cuatro de la tarde llegaron los últimos de ese grupo y también Adriana con Tiano. Que venía nerviosa porque según Tiano decía que si ella sabía que el resto les gustaba ese tipo de fiestas, ellos también pensarían lo mismo de ella y la mayor preocupación si alguno al pensar eso, se pasarían con ella. Para que se quedara tranquila me acerqué a ella… “Adriana no te preocupes, nadie te va a meter en ningún compromiso, porque si tu no das pie, nadie va a intentar hacer nada contigo, que son y somos muy respetuosos” , se puso hasta roja algo que no entendí, pero resultaba graciosa.

Se fue relajando cuando empezó a confraternizar con el resto y vio que ni una insinuación, que entre ellos el comportamiento era de lo más normal y como todavía hacía buen tiempo, se cambiaron y se fueron a la piscina a tomar el sol. Me avisaron de que se paró la depuradora y baje, era un plantel de mujeres bellísimas y todas en toples, menos dos que estaban desnudas completamente. Me tapé los ojos gastando una broma y se metieron conmigo. Active de nuevo todo y las deje allí mientras me despedían diciéndome de todo para meterse conmigo, nada escandaloso ni soez. Me alegro porque vi a Adriana muy compenetrada ya con ellas.

Esa tarde y después por la noche hubo un ambiente muy bueno, como hacía tiempo que no lo disfrutaba. Hubo música interpretada por nosotros, anécdotas, chistes… todos dejamos los trabajos, las preocupaciones… a un lado y lo disfrutamos. Poco a poco se fueron yendo a dormir, quedándonos un grupo muy reducido, entre ellos Tiano y Adriana. Adriana se fue con una de las mujeres al aseo y cuando regresaron, la pareja de esa mujer y Ray dijeron que se iban a dormir ya. Quedándonos Tiano, Adri y yo solos.

Adriana estaba de pie, no se sentaba y tenía como el baile de San Vito no paraba de moverse y me vino a la cabeza con la que había ido al baño. “Jajaja… ya sé que te pasa, Mencía es muy suya, seguro que te ha entrado y si no te has asustado poco te ha faltado, es muy maja, no tienes que tenerle miedo, pero eso si… no es de las que se rinden y por lo que dicen es muy buena seduciendo… ah… y otra cosa quien prueba con ella repites” y se metió conmigo, no dándole importancia y diciéndome que no la había preocupado, aunque me dijo que era verdad que no se lo había esperado, pero que no intentó nada, que fue todo de palabra.

Sin que se lo esperase pero con mucha intención y adrede le dije… “Te veo y que ganas de follarme tu culito. Como me pones, pero no quiero liarte” , su reacción no me la esperaba, porque se acercó y me dio un beso de una mujer cachonda, porque Adriana sabe besar muy bien y me comió literalmente la boca. Fui un poco más allá y metí mi mano entre sus piernas y estaba chorreando. Me puso muy cachondo cómo gimió en mi boca. Cuando regresó Tiano ni se enteró. Paramos y cuando ella sé que esperaba algo más esa noche, con muy mala leche dije… “Que había que descansar que nos esperaban unos días intensos” , su mirada fue de fulminarme allí mismo, pero hice como si no me diera cuenta. Al despedirnos en la puerta de su habitación, me dio un buenas noches muy agrio. En mi habitación me sonreía porque no sabía la sorpresa que le esperaba, una sorpresa que de buena gana se la hubiera dado a otra persona, pero la vida es la que es. Que esto no quiere decir que Adriana fuera un segundo plato, que no.

JUEVES

No cambié mi rutina habitual ni con el día nublado que había. Me fui a correr por el campo. A mi regreso veo que ya algunos se han levantado. Adriana no está presente por lo que sigue durmiendo. Tiano si esta y cuando me ve me dice que la había dejado encendida en todos los sentidos y le digo que de eso se trata. Le explico lo que tenía pensado pero con la promesa de que no le diría nada, porque si no, la sorpresa dejaría de ser sorpresa. Se echa las manos a la cabeza y sonriendo me dice que puede pasar cualquier cosa, pero me añade… “Es algo que no me quiero perder” , cuando me dijo eso, sabía que no le diría nada a su mujer.

Mientras llegan los demás y se levantan los que siguen durmiendo, me hice una buena jarra de café y me fui a hacer unas cosas al ordenador. Oigo un ruido de motor al rato de estar en el ordenador, era un ruido de motor, un bonito sonido. Salgo y es el primo hermano de Ray, Walter (nombre real) se llevan un año y había venido invitado a la fiesta. Traía un coche tuneado, era un buen coche que se había comprado hacía dos meses, uno de gama alta y lo había tuneado, la verdad que es de los mejores coches tuneados que he visto. Walter no es mulato, es negro, 1,90 y con una forma física espectacular, buenos músculos y estaba rapado al cero. Las mujeres decían que era guapo y la sonrisa era bonita, siempre sonriendo. Mas de una se “altero” al verlo, tenía mucho éxito.

Llegaron el resto solo se habían retraso un poco más de diez minutos, porque su llegada estaba prevista a las once. La comida sería más informal, una buena barbacoa, que la haríamos nosotros y a las nueve de la noche un catering se encargaría de la cena, eso todos los días. A las 13:00 h. nos pusimos a hacer la barbacoa. Llegaron las mujeres que habían desaparecido y la verdad, que las que más me ponían eran Adriana, Sonia, Marina y Renata, las cuatro estaban espectaculares, cada una con su estilo y luego había una quinta que era todo lo contrario a una mujer llamativa, exuberante, que no quiere decir que estuviera mal, porque tenía un cuerpo que era bonito, pero de cara no era una belleza, pero tenía algo que me llamaba poderosamente la atención y cuando me la presentaron, resultaba más atrayente, poseía una timidez, que me daba que no era tal timidez, una voz delicada y suave.

No la había visto antes y era la nueva mujer de mi amigo Damián, digo nueva porque era la tercera vez que se casaba. La mujer tiene un nombre con bastante significado para mí, pero en este caso pondré el nombre de Saray. Hice por quedarme solo con Damián, porque era de los que se quedaban a dormir allí y quería saber si se lo había pensado bien…

- Sabes que nunca me he metido en tu vida ni en la de nadie, pero tengo la obligación de preguntarte si tu mujer sabe dónde la metes quedándose aquí, que no quiero luego malos rollos.

- Carlos tranquilo que eso lo controlo yo.

- No me contestas. Ella ya ha vivido este mundo o es su primera vez y si es su primera vez… ¿Le has dicho de que va?

- Otra vez… TRAN QUI LO… ella ya lo sabe porque se lo he explicado y no voy a forzar a que haga nada, si no quiere, con irnos a nuestra habitación ya está.

- Bueno tu sabrás lo que haces. No digo nada más.

- Joder Carlos, no me mires así. Si se lo he dicho es porque ahí donde la ves tan modosita, en la cama es una maquina sexual, que te deja reventado y sin respirar. Te digo que follando es mejor que cualquiera de las que están aquí por lo menos.

Lo cierto que parecía como decía su marido muy modosita, de las que digo que son de porcelana. Luego los demás ya me contaron que Damián les había pedido que no fueran a saco con ella, que era primeriza. Que la dejaran su espacio y que ella se soltara cuando quisiera. Los dejé a todos y me fui a revisar cómo iban los preparativos para las distintas sorpresas que tenía, todo iba perfectamente y como debía de ir. Aquí porque si no se haría muy largo el relato, el resto del día transcurrió muy bien, muchas risas y buen rollo.

Antes de la cena, todos nos fuimos a cambiar. Los que tenían habitación pues a sus habitaciones y los que no, tenían un lugar para mujeres y otro para hombres, con todo lo necesario. Adriana “echo” a su marido de la habitación para que Sonia, Marina y renta, pudieran cambiarse más tranquilamente. Al final di cobijo a Tiano para que se pudiera arreglar en mi habitación. Tiano estaba en poco tiempo y se iba, yo me quedaba porque me daba una ducha y me arreglaba sin prisas.

Las que dije que para mí eran las que estaban más espectaculares, ahora estaban cien veces mejor. Cena perfecta y lo siguiente música, baile y pasándolo de maravilla. Baile todo tipo de música y baile con muchas mujeres. Con varias de las que baile me provocaron una erección descomunal, tuve que hacer virguerías para que no se me notara, aunque en algunos momentos se me debió de notar. El momento más “incomodo” fue con la joven Renata, que en un par de momentos del baile se pegó demasiado, aunque trate de evitarlo y supongo que se daría cuenta.

Se fueron los que se tenían que ir a una hora y nos quedamos el resto. las mujeres que estaban en más tensión eran Adriana y Saray. Lo que no sabían es que la gran “fiesta” no era hasta el sábado por la noche. Los demás lo sabíamos todos incluido Tiano, como también sabía la sorpresa que le esperaba a su mujer, que ni él ni yo sabíamos si acabaría como queríamos o directamente nos mandaba a la mierda. En un momento dado, cuando Adriana se acercaba a por bebida fui tras ella… “Adri… ya sabes lo que pienso de nuestra relación. No quiero llegar a más de lo que ya sabes y entiendo que me digas que no… ¿Te apetece una noche en mi habitación, una noche loquísima, desenfrenada, de depravación total…?” y ella abriendo poderosamente los ojos… “Carlos me das hasta miedo… Jajaja… tienes mucho peligro y no sé si fiarme de ti” me reí, puse una expresión de que lo mismo tenía la razón y la deje pensativa.

Vi que luego se acercó a su marido, Tiano que sabía lo fundamental de la sorpresa, le ponía cara de no saber y le dijo algo muy corto. Adriana estaba pensativa y me miraba de vez en cuando, se estaba debatiendo en que decisión tomar, pero por su mirada sabia mas o menos lo que diría y era que sí. Me hizo una señal después de un buen rato y fui a por bebida, no tardó en llegar… “Sigo sin fiarme que lo sepas… pero no te voy a engañar, puede mas el demonio que llevo dentro, solo una cosa… si digo basta o no mas… ¿Me lo respetaras?” , eso me molesto o más bien dicho me ofendió, porque ella sabía y sabe que jamás he hecho algo que una mujer dijera que no.

Le expresé mi malestar y le dije que olvidara todo lo que le había dicho, lo que le había propuesto. Me iba a ir, me agarró del brazo y me explicó lo que había dicho, que según esa argumentación la había entendido muy mal. Se refería a que tenía dudas de estar de nuevo conmigo, a hacer mis locuras, porque sabía que iba a ser algo puntual y lo mismo a mitad de “faena” decidía que no podía seguir. En resumen una parte de ella decía de no hacer nada y otra parte decía hacer todo, gozar y no pensar. Para dejar todo claro le dije que sería en mi habitación y tenía que obedecer en todo, sin preguntas. Lo único que me pidió que tenía que dejar que pasara por su habitación para pasar por el baño y mi respuesta… “Claro sin problemas. En media hora justo di que te vas a dormir. Sin prisas haz lo que tengas que hacer y eso sí, quiero que te pongas algo sencillo de una sola pieza y nada debajo o lo mínimo indispensable” así quedamos y ya la avisaría. Regresamos con los demás.

Adriana justo a la hora acordada se despidió de todos y tras ella aprovecharon más para irse. Poco después nos fuimos el resto. Ray y su primo Walter, se vinieron conmigo, fueron a sus habitaciones a darse una ducha y no tardaron en venirse a la mía. Ya sabían que si Adriana en algún momento decía se acabó, no se hacía ninguna recriminación y se acabó. Fui a la habitación de Adriana, llamé suavemente a la puerta y abrió Tiano, me guiño un ojo y Adriana estaba con una batita corta de seda azul. Llevaba un antifaz grande para sus ojos, me acerqué, la besé y de la mano la llevé para mi habitación.

Antes de abrir la puerta le coloque el antifaz y le avise que no podía quitársela. Tiano se fue a un butacón a sentarse y mirar, se lo había colocado en un sitio donde pudiera ver bien, ya fuera directamente o por las imágenes de los espejos. Primero estuve solo con ella. Caricias, besos, palabras suaves en sus oídos, le quitó la batita y sus pezones están muy duros, al estar de pie su imagen se refleja bien en los espejos. Beso sus pechos, sus pezones y cuando se los mordisqueo se le escapa el primer gemido, que le sale muy sentido y la piel se le eriza. Ato sus muñecas y ella ya sabe lo que viene a continuación, la ataré y quedará con los brazos hacia arriba, enganchada a otra cuerda.

Se la veía muy sexual, desnuda, con sus medias y sus zapatos de tacón. Walter y Ray se han ido desnudando mientras estaba con Adriana. Ya tenían dos potentes erecciones y el que estaba muy excitado también era su marido. Se le notaba su erección en el bulto de su pantalón, pero se estaba quieto. Me aparté como si fuera a coger algo y Ray se acercó con una pala, había cogido la más potente y empezó a azotar su culito. Después de varios azotes se le soltó la lengua… “Eres un cerdo… ¿Lo sabes? Me tienes rendida, sabes lo que lo necesitaba, sigue azotándome, que me gusta, me has enviciado a esto” , Ray según la oía con esa voz de controlar todo, azotaba más fuerte y ella increíblemente gozaba mas, otras veces se había quejado un poco del dolor y ahora me daba cuenta de que lo hacía porque no pensara que le gustaba tanto.

No pude evitar el pensar en mi amiga la de Murcia, que si estuviera ella estaría en su salsa. Hice una seña a Ray para que parase un poco y paro, lo que no me esperaba es que se agachara por detrás, abriera sus nalgas y se pusiera a comer su culito. Algo que a Adriana le encantaba, no dejaba de decir que me sentía de otra manera. Walter apartó a Ray y quería aportar lo suyo. No sabía de dónde lo había sacado pero tenía en sus manos, para que quien esté leyéndolo lo visualice, como un cinturón pero con mango, de un metro de largo y unos diez centímetros de ancho y grueso. Ya había visto alguno semejante, lo que no sabía que Walter había traído uno.  Hasta Tiano puso cara de susto. Quise agarrarlo para que no lo hiciera, porque no creía que ese cuerpecito aguantara un fustazo de ese calibre.

Por no gritar para no descubrirnos, hice ese intento de agarrarlo, pero no lo logre y el primer azote, la alcanzó, al ser tan grande le cogió las dos nalgas perfectamente y el golpe fue también delante. El sonido fue vertiginoso y nos quedamos sin respirar tanto Tiano como yo. Se veía perfectamente la marca que le dejó y después de ella no protestar, hasta pareció que lo recibió con agrado, Walter soltó uno más y Adriana de apariencia física tan delicada… “Parece que por fin he pasado de curso, menuda pasada…” lo decía con voz de excitación. Nos miramos Tiano y yo, él se sentó y deje a Walter. Después de una sesión espectacular y estar super marcada, la solté y la llevé en brazos a la cama.

Estaba súper chorreando y me confesó que se había corrido dos veces, pero entre los golpes no me había enterado. Su coñito sabía delicioso y mientras se lo comía me preguntó si podía quitarse el antifaz, porque le gustaba mucho verme mientras le hacía eso. No se lo permití, fui rotundo y poco después se corría, moviéndose como una serpiente. Me quite y se puso Ray, que también hizo que tuviera un orgasmo espectacular y después fue Walter que hasta que no lo consiguió no paró.

Adriana ya no quería esperar más, quería que la follara, pero antes íbamos a tener la prueba de fuego, que no era otra cosa que supiera que no estaba solo. Ella que no lo había dicho, tenía las manos atadas a la cama, las piernas sueltas. Primero le di un morreo y según me lo dio, note lo cachonda que estaba. Me fui a un pecho y empecé a comerme el pezón, Walter se fue al otro y hacía lo mismo, hubo un momento de sorpresa pero lo mismo pensaba que era su marido, cuando ya no lo pensó. Me seguía pidiendo que me la follara. Solté sus manos, me tumbé boca arriba y la coloque sobre mí polla. Apoyó sus manos en mis hombros y me decía que por fin, que me había echado mucho de menos. Walter le comía el culito y ella pensaba que era su marido, porque esa escena era muy común entre nosotros.

Cuando vi que Adriana estaba ya mas que cachonda… “Venga cabrón fóllate el culito de esta puta, que lo está deseando” sabía que a ella le gustaba las palabras subidas de tono y me replico… “No está bien que trates así a mi marido, pobrecillo” Su respiración aumentó de golpe, su pecho se hinchaba al máximo y me dijo, porque aunque no lo especifico, estaba claro que me lo dirigía a mi… “Eres un pedazo de cabrón, eres un auténtico pervertido…” , no me pregunto quien o quienes eran, solo le dije que si quería nos quedábamos solos. Walter tenía la polla más grande que yo, en cuanto empezara Adriana se daría cuenta sí o sí. Se embadurno un poco la polla, que al ser tan negra brillaba, luego el culito de ella y Adriana toda chula… “Venga Tiano, que no hace falta, que no quiero herir tus sentimientos, pero contigo como que no hace falta…” y en ese momento Walter inicia la follada de culo. Hace un movimiento de cadera y le clava la cabeza de la polla, se para y Adriana, hincha el pecho, abre la boca y después de soltar una bocanada de aire… “Hijos de puta… me vais a romper… y tu CORNUDO, te da igual todo, estarás pajeándote como un mono…” , Tiano no dijo nada y hable yo… “Estas a tiempo si no quieres, paramos aquí” y no dijo nada, solo me clavó las uñas en mis hombros.

Fue cuando le dije a Walter “Sigue, vamos a hacer gozar a esta puta lo que no ha gozado en la vida” y Ray se sube a la cama, que se nota el movimiento, ella piensa que ahora si es su marido, para que se la chupe y ella le dice que no se la va a chupar. Cuando nota la polla de Ray dice Adriana… “OH NO… ¿Pero cuántos sois?” y dejo que se quite el antifaz. Abrió y cerró los ojos varias veces y vio a Ray de pie con su pollón cerca de su cara, luego miró a uno de los espejos y vio a Walter que poco a poco follaba su culito. Ray trató de darle un beso en la boca, le hizo una cobra y dijo seria… “Podemos y podéis hacer lo que queráis, pero solo besos a mi marido y a Carlos”** y después soltó un gritito y le dijo a Walter, que si necesitaba una invitación para meterla del todo. Walter de un solo meneo se la metió entera.

Se pegó casi a mi cara, su mirada de vicio lo decía todo y mientras acompasados nos la follábamos me morreaba de una forma única, nunca nos habíamos morreado de esa manera. cada vez era todo más intenso y los gemidos de ella eran más sonoros que nunca. Se levantó un poco y se comió la polla de Ray, que no dejaba de decir… “Con la pinta de niña buena que tiene y como me come la polla, pocas son tan putas como ella, porque las normales no saben comerla” le costó pero hizo correrse a Ray y eso era un logro, porque solía tardar mucho. No se cortó y se lo trago todo. Ray no dejaba de decir que era mejor que Daniela. Ahora fijó la mirada en su marido que ya estaba desnudo y tocándose… “Ven para aquí… quiero que me beses, que compartas conmigo tus trampas” y Tiano se besaba con ella, probando la corrida de Ray y ella se corría, Walter se corrió y dejó sitio a Ray que no tardó en follar el culito de Adriana. La follamos mejor, porque Ray y yo estamos más compenetrados que no es nuestra primera vez y Adriana lo decía. Que se notaba ahora mejor y conseguimos que se corriera dos veces más. Esta vez Ray estaba aguantando más, me quite y aunque al principio no le hizo mucha gracia a Adriana, Ray la follo tumbada boca abajo.

Adriana tumbada en la cama nos miraba y sin remordimientos nos decía… “Mañana no voy a poder andar, ya veréis que hacéis para encontrar una excusa…” le costó levantarse para ir al baño y cuando volvió ya se habían ido Walter y Ray. Nos dijo a su marido y a mi… “Me habéis dejado marcada, esto no se me va en varios días, mañana no me voy a poder poner la ropa que quiero, que cabrones que sois” , lo cierto que estaba un poco dolorida. Le hice tumbarse boca abajo. Sui a por una crema que viene bien para eso. le di un suave masaje por todos los sitios donde fue “castigada” y se quedó dormida.

VIERNES

He dormido poco, pero lo que he dormido me ha sentado bien y eso que no he dormido en mi cama. Porque como se quedó Adriana dormida en la mía, los deje juntos a ella y su marido, yéndome a su habitación. No he sido de los primeros en levantarme, porque ya hay amigos en pie. Desayuno, hablo un poco con ellos y dos se vienen conmigo a dar un paseo y ver varias cosas que tengo que revisar. Al volver están todos levantados menos Adriana y ya están también los que duermen afuera. Estoy en la cocina y amanece Adriana, perfectamente vestida y con más cara de traviesa que nunca. Nos saluda a los que estamos allí y se pone a prepararse un café, pero no hay del que le gusta y me pregunta. Nos acercamos a la despensa grande y dentro de ella, acaricio su culito protegido por un pantalón largo ajustado.

Emite algo parecido a una “protesta-gemido” y me dice que está súper sensible. “Si se nos fue la mano ayer noche…” y ella mirándome fijamente a los ojos, susurrando me dice… “No te lo pensaba decir, pero esta mañana se lo he dicho a Tiano cuando me he visto en el baño… me ha puesto un montón el ver todo de color rosa fuerte, me he llegado a excitar… ¿Es que seré una pervertida?” y fue sincero… “Si preguntas por ahí, te dirán que eres una enferma, que es antinatural… lo que importa es lo que pienses y sientas tu. Pero es más lo que piense y sienta también tu marido” , me salí de la despensa y me alegraba de que no se sintiera mal. Cuando salió al exterior de la casa le dijeron que era la bella durmiente y cosas por el estilo. Ella dijo que llevaba mucho sin dormir bien por el trabajo y que el campo la sentaba bien, que había dormido como nunca.

Alguien llamaba desde la entrada que no se podía ver desde allí. Cogí la Tablet, era Anna, deje que pasara. La había invitado y mandado la invitación, pero me dijo que no vendría, que le era imposible. Tenía pensado que ella si venía se quedase con una de las mujeres que venía sola, en una habitación de dos camas, hable con ella rápido y no objeto nada. Fui a la entrada a recibirla para ayudarle con lo que trajera e indicarle dónde poner el coche. No traía una maleta grande, por eso antes de llevarla a la habitación se la presentaba a los que no la conocían. Para mí la presentación fue de lo más normal, aunque sé que alguno la miró con ojos libidinosos y tampoco era raro, porque además venía vestida de manera especial. Mostraba sin dejar ver.

Fuimos para su habitación y le iba preguntando por el viaje, si le había sido difícil encontrar el sitio y cómo es que había podido venir. No me contesto a todo y estaba en su salsa… “Pues he venido porque he roto definitivamente con mi pareja, que al final era una rémora. Te acuerdas que te dije que quería darte una sorpresa… pues he visto a la jovencita Renata y… UUFFFFF… está de dulce. ¿Te apetece que entre los dos la seduzcamos? Porque ha sido verla y ponerme… salvo que esas cosas no te gusten” , era increíble, lo decidida que era y que no se cortaba, me gustaba su manera de ser… “Jajaja… No hay cosa que me guste más, seducir a alguien a dúo. Lo que no se si a ella le gustara y te pongo en antecedentes, está muy colada por su pareja, eso es lo que me han dicho” , poniendo cara de interesante y como si lo controlara todo… “Tu déjame a mí, aunque hace mucho que no seduzco a una mujer, me apetece mucho que juguemos en pareja. Es como bailar, tú ves llevándome y ya hago el resto” regresamos con el resto, no dejó pasar más que minutos cuando vi que se acercaba a Renata.

Anna se sienta junto a ella y le entra con la excusa que las dos se dedican a lo mismo, que ocupaba el puesto que le habían ofrecido a ella y Anna le brindaba su ayuda en lo que le hiciera falta. Veo cómo intercambian sus móviles. Poco después están riéndose y se ve que empieza la complicidad. Me gusta ver el juego de Anna, aun hombre lo tendría comiendo en su mano. Puede observar que Adriana, Sonia, Marina no miraban con buenos ojos a Anna o eso me parecía. Veía cuchichear a Sonia y Marina, me daba que era de Anna. Se me acercó Damián y me dijo que cuando tuviera cinco minutos quería hablar conmigo, imagine que quería hablar a solas y le dije que iba a ver una cosa de las placas solares, acompañándome e iniciamos la conversación…

- ¿Cómo te ha ido la noche Damián?

- No te voy a ser fino, me ha ido como el culo.

- No puede ser que te fuera tan mal. Que ha fallado, porque la cena estaba bien y el resto estaba organizado hasta el último detalle.

- Qué va, la organización perfecta de diez, como siempre que lo organizas tú. Que estuve intentando que Saray entrara en situación, ya me entiendes. La tenía “derretida” porque llevo más de quince días sin darle marcha, para que aquí tuviera más ganas.

- Perdona que te interrumpa. ¿Eso de verdad da resultado? (No se lo preguntaba porque lo dudara, lo hacía para que se sincerase más )**

- En el caso de Saray ya te digo que sí, que todos los días quiere y no perdona, ni estando mal. Lo que te decía, ya la tenía decidida cuando le hable de Ray o de su primo. Se reboto, porque dicen que no le caen mal, de echo estuvo bailando con ellos, pero que no le va con gente de color. Supongo que manías. ¿Qué puedo hacer? Porque esta mañana se levantó diciendo que le apetecía irse.

- ¿Y qué quieres que haga yo? Porque si no quiere estar…

- Siempre se te ocurre algo, siempre tienes solución para todo.

- Pues no se me ocurre nada. Tampoco la conozco, no sé. Espera… no se si me lo dijiste tú u otra persona. ¿Tu mujer no es aficionada a la fotografía y la astronomía?

- Para que veas que es algo más que aficionada, tiene una cámara Panasonic de más de mil euros, otra que es una Cannon, un poco más barata pero no mucho más y otra que no me acuerdo de la marca, con su colección de objetivos y por si no fuera poco tiene un telescopio mira tengo una foto de él. (Vi el móvil y la imagen)

- De cámaras no entiendo mucho, pero el telescopio que tiene está bien, pero es de principiantes.

- ¿Y qué pasa? Ya lo sé, pero es que de momento vale.

- No te enfades, lo digo porque nos va a venir bien. Tu déjame… observa, escucha y por lo menos os quedareis esta noche.

Deje que él volviera a la casa solo. Poco después lo hice yo y como le dije él estaba junto a su mujer, que no se la veía muy alegre, que tampoco es que se la viera triste. hable con unos con otros y en el momento que hubo un movimiento de gente, aproveche y me acerque a ellos. Hablamos un poco y de pronto cambié de conversación… “Oye Saray, ¿Tu no eras la que le gustaba la astronomía?” me respondió que sí y empezamos a hablar del tema, donde quedó un poco desubicado su marido. Esperaba que me dijera que tenía un telescopio, pero no lo mencionaba, hasta que lo menciono y aquí fue mi ocasión. Le dije los dos que tenía y se le iluminaron los ojos.

Cuando la vi más sumergida en la conversación… “Ahí en el torreón lo tengo todo montado, porque como aquí no se ve en ningún sitio. No hay contaminación lumínica y suele verse muy bien. Normalmente subo todas las noches un rato, menos estos días, que al tener gente…” y pico el anzuelo… “Pues ya me gustaría a mi…” no la dejé acabar y les dije que me acompañaran. El torreón es antiguo y hay que subir en fila. Le hice una seña a Damián para que subiera el primero. Ella subió detrás y yo el último. Los escalones eran altos y podía ver perfectamente su culito con la falda que llevaba. Se veía bien que llevaba tanga, porque las nalgas se veían perfectamente. Dos veces que miro hacia detrás me pilló mirándola.

Llegamos arriba y se quedó con la boca abierta. Lo miraba todo. Telescopios que había dos, pantallas, radios… y en ese momento se volvió me miró y dijo… “Esta noche me tienes que subir, no me vale un no…” y la sorpresa estalló cuando conteste… “Por mí no hay ningún problema, que podemos buscar un momento, pero claro siempre que tu marido lo permita” porque me respondió algo que no me esperaba y que dejaba a Damián en una situación extraña… “¿Damiánnnnnn? Él no tiene nada que opinar, que ya sabe que en nuestra pareja se hace lo que yo diga” él no dijo nada, puso cara de circunstancias y nada más. Bajamos y ella no dejaba de decir que era una pasada lo que tenía. Al quedarnos luego solos Damián y yo le iba a preguntar por lo que había dicho su mujer, porque siempre había sido un gallo de pelea, pero no me dio tiempo… “Ya se… es que es una mujer muy especial, distinta y única” no hice ningún comentario y quedamos para antes de cenar.

Como les avise de que sería antes de cenar, pasadas las ocho ellos dos y yo, ya estábamos cambiados para la cena y ella llevaba un vestido que le quedaba muy seductor. Íbamos a ir cuando Damián dice que necesita ir al baño si no nos importa adelantarnos nosotros, ella le suelta… “Ya empiezas, no me vas a joder el ir a ver las estrellas. Como si no quieres venir…. ¿Carlos vamos?” y le dije que le esperábamos allí. Teclee la clave de la puerta y subimos. La luz de la escalera es tenue por defecto, pero se puede modificar la intensidad, puse la luz al máximo e hice que subiera delante. La vista en la subida era de lo más gratificante. Llegamos arriba del todo y lo que tenía pensado se iba al traste, porque se nublo en minutos. Ella se acordó de todo maldiciendo.

En el arreglo del torreón, puse unas cristaleras para proteger el equipo y cambié las barandillas de los ventanales, porque las antiguas eran peligrosas por falta de cuidado y mantenimiento, ahora era todo seguro. Abrió un ventanal para ver mejor, las vistas aun siendo de noche eran preciosas y se veía la casa, donde pululaban todos y ella quería ver mejor, enfoque uno de los telescopios, que podíamos haberlo visto por una pantalla, pero sabía mejor verlo por el telescopio. Este era un poco más complejo de utilizar que el que tenía ella, por eso en cuanto tuvo una pega, me coloque detrás de ella y pegue mi cuerpo contra el suyo. Le iba diciendo que hacer y ella no protestó, hasta se movió provocativamente un par de veces. Mi erección fue rápida y potente. Cuando creía que todo iba bien encaminado, va y se quita. Se apoya en la barandilla del ventanal abierto y observa el cielo, pero también mira el camino para ver si viene su marido.

Me pongo a su izquierda y voy contestando a lo que me pregunta, sobre las luces que se ven en el horizonte. Estamos a oscuras, no se nos puede ver a simple vista. Estoy bromeando y ella no deja de reírse. Me indica con la mano un lugar donde se ven muchas luces. Digo que no sé dónde me está indicando y con esa burda excusa, me coloco detrás de ella para ver mejor dónde está indicando. Mi polla queda justo en la división de sus nalgas, al estar un poco más agachada que antes, encaja muy bien y le pregunto… “¿Cómo lo ves?” refiriéndome a lo que estaba mirando y ella me contesta… “Pues veo que… no te has conformado solo con mirar y que no lo puedo ver, pero se siente muy interesante” , sigo haciendo comentarios todos con doble sentido y no se amilana cuando le digo… “¿Y ahora qué podemos hacer?” , se le escapa una pequeña sonrisa y me dice… “Mi marido, tu amigo, me ha traído aquí porque quiere que pruebe otra verga… porque no darle el capricho, eso si no se dé cuanto tiempo disponemos” y no dije nada mas, pase mis manos a sus muslos y subí el vestido, hasta dejar el culito sin nada, baje su tanga sin sacársela. Comprobé que esta mas que mojada, estaba preparada para todo.

Me decía que no perdiera el tiempo y que empezara, para añadir… “A ver si eres tan bueno como dicen las malas lenguas” , me empezaba a poner un preservativo y me decía que no hacía falta, que no había peligro. Ignore lo que me decía y una vez colocado el preservativo la penetre, ella exclamo… “AAAUUUGGGGGG… menudo bicho te gastas, joder no dejes de moverte…” y me tenía que contener en mis embestidas, porque parecía que se iba a caer por encima de la barandilla, agarraba fuerte sus caderas. Pero eso no impedía que la empotrara una y otra vez. Menuda mujer, no paraba de provocarme, insinuando que creía que era más fuerte, que era más impetuoso, lo entendía como lo que era una provocación.

La muy cabrona mientras me provocaba se corría y trataba de disimularlo pero era muy obvio. Seguía follándola y para calmar sus ímpetus, azoté su culo, estaba claro que no se lo esperaba, pero cada vez que me decía algo, la azotaba con mis manos de manera intensa. La mezcla hacía que se pusiera mas cachonda y por el camino veíamos venir a su marido. Me daba igual iba a esperar que me terminara de follar a su mujer. La sorpresa vino cuando alguien corriendo se acercó hasta él y venían los dos juntos. Desde abajo aunque miraran hacia arriba no podrían vernos, porque había unas luces en el torreón que impedían ver los ventanales. Esta vez no lo disimuló, se corrió y se tapó la boca para que no se le oyese.

Llamaron abajo, era Damián seguro. Espere a que se hubiera corrido, me quite y cuando iba a contestar al timbre de abajo, sonó el móvil de ella, que puso el altavoz, él le decía que estaba llamando, le conteste que por lo que se veía estaba fallando, que cerraba todo y bajábamos. Entonces me pidió el código de la puerta y le di unos números que no eran. Le dije que normal, que se desconfiguraba de vez en cuando. Saray no perdió el tiempo, se puso a comerme la polla después de quitarme el preservativo. La tía se la metía hasta la garganta y con una facilidad acojonante. Se la sacó de la boca y me dijo… “Como me pone sentirla en la garganta… es que me deja al borde del orgasmo…” empecé a follarle la boca como nunca me había follado una boca.

Tuve que ayudarla para poder correrme y cuando ya estaba a punto, deje que el resto lo hiciera ella. Que no dejo escapar ni una gota de corrida, la chupo hasta dejarla limpia y brillante… “Amigo mío… menudo vergón que tienes. Ha sido un momento corto pero intenso, sí que eres bueno…” la muy puta jugaba con parte de la corrida en su lengua para que la viera. Bajamos y no dejaba de decir el equipamiento que tenía, daba detalles de todo. Lógicamente no decía nada de lo que habíamos hecho. Luego fuimos hacia la casa, Saray y Damián iban delante de nosotros, de nuestro amigo Pedro que se había acercado por un problema en la conexión eléctrica del entarimado que había colocado. No dejaba de explicarme todo lo que había hecho para hacer que funcionase. No le prestaba mucha atención, porque me fijaba en Saray y Damián, como también trataba de escuchar.

El momento crucial fue estando muy cerca de la casa. Ella le decía… “Ya puedes estar contento. Que he hecho lo que querías” él le contestó algo como que no se creía nada y entonces vino un morreo de ella a él. Por lo que Damián si no era tonto se daría cuanta y mas con el segundo comentario… “Con lo que me he tragado tengo para cenar y para el desayuno… jajaja…” luego mientras Pedro seguía contándome lo suyo, ella se giró y me sonrió. La cena se desarrolla con total normalidad y con mucho cachondeo. En un momento dado me acerco a Adriana que la noto muy “CHOF”…

- ¿Qué te pasa? Que queda lo mejor de la noche.

- Jajaja… si estás pensando en una segunda sesión olvídate. No tengo fuerzas para estar con uno, pues menos con más. Es como si se me hubieran acabado las pilas.

- ¿No estarás mosqueada por algo o comiéndote la cabeza por lo de anoche?

- Te juro que no, estoy reventada y nunca mejor dicho… Jajaja…

- Ok… si necesitas algo, ya sabes que solo tienes que decírmelo.

Me la creí porque aunque estaba con ese careto, tenía la chispa de siempre. Luego hablé con Tiano y me contó que cuando se fue a cambiar se quedó dormida en la cama a medio vestir. Por lo que le dije que si no se recuperaba qué mejor que se la llevara a dormir y al rato desaparecieron, pero poco después volvieron a aparecer. Esa noche me dieron unas sorpresas muy agradables y ahora si después de esas sorpresas, Tiano y Adriana dieron las buenas noches y se fueron. Vino la música y a bailar. Las mujeres bailaban todas sin excepción y de los hombres, bailábamos cuatro. Cuando llegó la música lenta, la música melódica, baile con varias mujeres, pero de forma más especial con Sonia y Marina, pero no por mi parte sino por las de ellas. Lo primero que pensé es que la bebida las había relajado de sus respectivas tensiones.

Fue un baile muy sugestivo y mientras bailaba vi a Renata y Anna bailando, no era nada escandaloso ni llamativo, pero si interesante. Poco conocía a Anna, de lo que sí me di cuenta, que era una mujer persuasiva, directa y que cuando quería algo era imparable. Estaba en mi salsa, porque aunque no me había encargado de la música, que lo hizo Ray, estaban poniendo la música que me gustaba a mí. Había intentado tener un aparte con Damián, fue imposible, no por él ni por mí, por el resto de la gente que había. Hasta que fui al aseo y él apareció no sé de dónde…

- Menos mal que  te puedo coger a solas, porque mira que es difícil.

- Normal, somos muchos. Pero ¿Para qué me querías coger solo? (Una pregunta que no necesitaba respuesta)

- Hombre… por algo que me ha contado Saray.

- ¿Qué te ha contado?

- Oye, que mi mujer no em miente… me ha contado del “encuentro” que habéis tenido arriba. ¿Es cierto que os habéis conocido mejor?

- Damián te contradices tú solo, si tu mujer no te miente, no entiendo tu pregunta. Solo puedo decirte que no te ha mentido, aunque nos ha faltado tiempo. ¿Estas molesto, te has enfadado…?

- No que va, solo me cabrea no haberlo visto… y si te vale… ella es de tu opinión le ha sabido a poco y dice que no le importaría continuar, porque dice que eres puro fuego.

- El fuego lo provoca ella, es muy caliente.

- Ya te digo… ¿Qué te hace pasar la noche con nosotros?

- Ni sí, ni no. Según como acabemos.

- Yo estoy sin beber nada, que ya sabes que me sienta fatal y no controlo.

Lo dejamos en un se verá… y después de usar el baño regresamos con los demás. Renata estaba con Anna y esta le decía algo al oído, la cara de Renata cambiaba, sorprendida, escandalizada, asustada, excitada… todo eso expresaba sus gestos, sus ojos… y Anna con cara “malévola” con la cara de alguien que está pergeñando una “maldad” y me lanzaba una mirada de complicidad. Lo que me hizo acercarme a ellas y hacerles una pregunta normal, sin importancia… “¿Cómo lo estáis pasando? Porque no quiero que nadie lo pase mal” , Renata tímida y sonrojada me decía… “Todo muy bien, lo tienes muy organizado, no falta de nada…” una contestación para salir del paso y Anna apuntillo… “Con Renata, con una chica tan guapa no se lo puede pasar una mal. Solo nos falta un hombre de verdad para rematar una buena noche… Jajaja… ¿No opinas lo mismo Renata? Jajaja…” se puso super colorada y no sabía qué contestar.

Le puse el capote a Anna para que entrara y que pudiera decir o hacer lo que quisiera. “Si os hace falta un hombre… no se si puedo ser yo, que por unas invitadas, lo que haga falta… Jajaja…” lo dije en un tono gracioso y nada comprometido. La que sí se comprometió fue Anna… “UY… claro que reúnes los requisitos, lo hablábamos Renata y yo, porque opinamos lo mismo, que estas para hacerte un favor… O DOS… ¿A que si? (Mirando a Renata )”** que no le salían las palabras. Ya estaba bien, las deje y me fui. Pero no las perdí de vista y veía como Renata le daba algún golpecito en el brazo a forma de reproche, pero riéndose las dos, estaban de una forma muy cómplice. Vi que Anna iba por bebida y me acerque a la barra…

- Qué… ¿Avanzas o no avanzas?

- Está difícil, no porque no esté perra total, que lo está. Lo que pasa que nunca ha estado con una mujer y eso complica todo. Porque si fuera por ella tú no te escapabas esta noche que dice que se pone muy excitada cuando estas al lado de ella.

- Algo es algo.

- Es que ya no se me ocurre qué más hacer. Porque si fuera en otro sitio sin conocer a los que nos rodean, cuando estábamos bailando le hubiera dado un beso con lengua…

- No te preocupes, si no se puede hoy, mañana y si no… pues otro día.

Esa noche pasaría la noche con Saray y Damián. Les fui buscando con la vista para decirle a Damián que si y mi “decepción” fue grande, Saray se había bebido lo que no se había bebido su marido y lo suyo. No me lo pensé, busqué a Anna con la vista y estaba sentada con un grupito, me acerque, me agache y como había mucho ruido le dije al oído… “Cuando me vaya a dormir, tráete a Renata a mi habitación y le dices que vamos a tomar la ultima…” y Anna riéndose a carcajadas, que todos se quedaron mirando me dijo… “Muy bien… pero… ¿Dónde coño está tu habitación?” , ahora quien se reía era yo. Por lo que le dije, que haríamos otra cosa, cuando le hiciera una señal, se irían ellas a la casa y me esperarían, que no tardaría en ir.

Ahora faltaba que a Renata le pareciera bien. Me coloque en un principio en un sitio, que tuviera visión de lo que pasaba entre ellas. Sabía que Anna no tardaría mucho en “actuar” y no me equivoque, lo único que no fue como me esperaba, porque se fueron con otras dos al baño. Tardaron en regresar y cuando lo hacían ellas dos venían separadas de las otras dos mujeres. Mire por sí Anna me hacía alguna seña o yo podía vislumbrar algo, pero sus señales corporales no me decían nada. Poco tiempo iba a pasar para salir de dudas, porque vinieran o no vinieran, me iría a dormir. Porque el sábado era el gran día, tanto por la mañana como por la noche que si todo iba como tenía previsto, sería una noche sicalíptica o como diría Ray… una noche de perdición. Por eso empecé a decir que me marchaba a dormir, porque desde la mañana iba a ser un trajín. Por eso en cuanto Anna miró hacia mí, le hice una señal. Pocos minutos tardaron en levantarse e ir en dirección a la casa. No aceleré mis pasos, pero llegué justo cuando ellas llegaron.

Les pregunté qué bebida querían y las dos a la vez pidieron ron. Cogí una botella, una cubierta con hielo y tres vasos de cristal tallado y cortos. Se los di a ellas para llevarlos y las dos decían que eran muy pesados. Un buen tema para relajar el momento, sobre todo por Renata. Les explique porque eran pesados, porque eran vasos de los llamados dobles… entramos en la habitación y  se sentaron en un sillón amplio que hay. Puse la bebida en los tres vasos y nada más dar el primer sorbo, Renata que como Anna no habían dejado de mirar la habitación preguntó por un sillón, que estaba con una funda y con forma rara. Me levanté, quité la funda y se veía algo con una ondulación y puso cara rara… “Su nombre es TANTRA SEX SOFÁ” y no hizo falta explicar mucho más, porque ya con el nombre…

Puse música del estilo de la que habían puesto fuera, una música suave. Anna después de preguntarme por el baño se fue dejándonos solos. Renata hablaba sin concretar nada, no sabía que decir, dejaba que siguiera y se la veía nerviosa, pero excitada y lo digo porque sus pezones al igual que los de Anna se marcaban de forma desmesurada. Anna al volver no se sentó, dijo que quería bailar y que podía apagar alguna luz, lo que hice fue con un mando cambiar el color de la luz y bajar la intensidad. De tal manera que cambiaba el ambiente y se podía seguir viendo perfectamente.

Desde que nos pusimos a bailar, lo hicimos como si estuviéramos solos, poco tardaron nuestros labios en tocarse y mucho menos nuestras lenguas, nos comíamos la boca con desesperación y hasta quedarnos prácticamente sin aliento. Mientras lo hacíamos mis manos se apoderaban de su culito y por debajo de la falda. Renata no se podía estar perdiendo nada y por eso la mire con el rabillo del ojo, pudiendo ver cómo nos miraba con atención y tenía cruzadas sus piernas bien apretadas. Su excitación era notoria. Seguimos un poco más, le hice una seña a Anna y esta dijo que iba a beber un poco, hizo que Renata se levantase a bailar.

Renata estaba excitada, porque se le veía en su mirada y a la vez tensa. Tan tensa que no había manera de que nuestros cuerpos se llegasen ni a rozar. Anna se quitó del ángulo de visión de Renata y se desnudó, quedándose solo con unas braguitas de encaje de color negro que le sentaban muy bien. No estuvo mucho tiempo quieta, porque se acercó por detrás de Renata y se pegó a ella, para pasar sus manos por delante y abrazarla. Haciendo un poco de presión hasta que su cuerpo y el mío ya se tocaron. Luego le apartó la melena, dejando una parte de su cuello libre y se puso a darle un beso tierno, sin dejar de comerle con su boca. Subió sus manos y las puso sobre sus tetas.

Con voz entrecortada, suave y lenta decía… “Que me hacéis, no está bien… parar… parar… UUUHHMMMMMM… no sigáis… AAAAAHHHHHHH… como sois así, me lleváis al desastre, que tengo pareja... AAAAAHHHHHHH..." pero se podía ir, se podía retirar y no se movía. Ahora Anna había metido una mano entre sus piernas sin dejar su cuello. tenía la cabeza un poco ladeada y fue en el momento que acerque mi boca a sus labios. Anna debió de tocar algún "interruptor” porque de pronto me abrazó fuerte por el cuello y me comió la boca. No tardamos nada más que minutos en tenerla desnuda, Anna se agacho por detrás y la comía su culito, ella gemía y Anna me dijo… “Esta sí que es una buena zorra, está empapada… y sabe que es una delicia” las deje solas mientras me desnudaba y eso lo aprovechó Anna para ponerse por delante y comerle bien el coñito. Lo que provocó que ella fuera hacia atrás, hasta caer en la cama y en esa posición, Anna se lo devoraba.

Renata ya no estaba nada cortada porque decía que necesitaba un buen nabo que la follara. Renata me ve desnudo y dice que estoy para romper. En esa misma postura que está, con las piernas caídas por un costado de la cama, me acerco quito a Anna y se la empiezo a meter, haciendo ella aspavientos de estar pasándoselo pero que muy bien. Ahora me besa Anna con el sabor a coñito, su beso es muy morboso, luego se pone junto a Renata y se besan en la boca, Anna le dice… “¿A que tiene mejor polla que tu novio? ¿A qué te gusta que sea tan grande?” Renata toma aire y después de una profunda respiración, con voz cachonda … “Ya te digo que no es como la de mi novio y me gusta como la tiene Carlos, pero lo que más cachonda me está poniendo, es lo gorda que es, noto como me roza… que puta pasada y joder como tiene el nabo de caliente… NUNCA había sentido algo así… AAAAAHHHHHHH…” y Anna dice ya está bien de palabrería, ahora me vas a comer mi chochito so guarra, poniéndose encima de la boca de Renata.

Por lo siguiente que decía Anna estaba claro que era la primera vez que Renata estaba con una mujer, porque tuvo que calmarla y decirle… “Nena esto no es una carrera, tranquila… solo tienes que hacerlo como te gusta a ti que te lo hagan y poniendo empeño en ser una zorra cachonda” y debió aprender rápido, porque Anna cambio de cara y sin decirme nada, solo con un gesto afirmativo y cara de puta, supe que se lo estaban comiendo muy bien. Puse sus piernas por encima de mi pecho y hombros, para iniciar después de unos movimientos suaves, unos movimientos fuertes y que resonaban en la habitación. Por el cimbrear de su cintura sabía que se estaba corriendo, no baje el ritmo y seguí sin parar, Anna se echó hacia delante para morrearse conmigo y ahora se corrieron las dos más o menos a la vez. Al haberme corrido antes, estaba aguantando mucho y Anna reclamaba su parte de polla como decía ella.

Se quiso poner a cuatro y en esa posición agarrándome bien de sus caderas me puse a follarla. Esta vez Renata no se anduvo con reparos, se colocó de piernas abiertas delante de ella y Anna dijo… “Así me gusta zorra, que te coloques bien, que ahora si me lo voy a comer en condiciones” y me pidió que fuera suave para poder disfrutar del coñito de Renata. Fui suave follándola y se podía oír nítidamente los lengüetazos de Anna, lo saboreaba, le comía el coñito de forma espectacular y logró que tuviera dos orgasmos seguidos, con su boca, con su lengua y sus dedos. Mientras ella hacía todo eso, mi polla entraba y salía suavemente, mis manos azotaban sus nalgas y llegaron a estar rojísimas.

Cada vez estaba más cachondo y poco iba a aguantar ya, por eso empecé a follarla empotrándola sobre el coñito de Renata. Ella se corrió de forma explosiva y cuando noto que me iba a correr, me pidió que lo hiciera sobre sus tetas, que quería que lo viera Renata. Entendí lo que quería y saqué mi polla, me quite el preservativo y me corrí llenándole una de sus tetas, el pezón desapareció prácticamente cubierto por mi corrida. Renta exclamó algo así como un… “OOOHHHHH… MADRE MIA… INCREÍBLE” y Anna que se estaba tocando ella sola y con apenas voz, le exigió a Renata que él le comiera la teta. Renta fue obediente y se lo comió mientras ella se corría de nuevo.

Ya era muy tarde, pasa lo de siempre, que se está bien y nadie se da cuenta del tiempo, que pasa velozmente. Las dos se estaban tomando un ron con mucho hielo. Anna me pregunta qué me ha parecido y si lo he pasado bien, mi contestación fue sin necesidad de pensar una respuesta… “Ha estado muy bien y lo que me ha parecido, que sois… DOS BUENAS PUTAS DELICIOSAS” ella dice que se lo ha pasado muy bien y le pregunta a Renata que le contesta… “Lo que se ve no se pregunta… pues claro que me lo he pasado de puta madre, aunque me viene a la cabeza mi novio… y lo peor es que no tengo remordimientos” , Anna se echó a reír diciéndole que yo tenía razón, que eran muy putas y así acabó ese encuentro, como también acabo la noche.

SÁBADO

Esa mañana no me desperté temprano como siempre, a eso de las diez y media de la mañana me despierta Walter. Había una furgoneta en la entrada que traía algo y no la habían abierto. Quería haber estado despierto para cuando llegara. Le dije que la dejaran pasar, que dejaran las cajas en el porche de entrada y que alguien les diera una propina. Me di una ducha y salí. Ya se habían ido y estaban las cajas donde había dicho. Todos miraban sin saber que podía ser. El primero que me pregunta es Ray, que para él es una sorpresa igual que para el resto. Era la primera parte de la sorpresa de la fiesta de la noche. Ya que esa noche solo estaríamos los que estábamos en la casa. No contaba con Anna ni con Renata, pero no iba a ser un problema.

Les dije que avisaran a los que no estaban y fui a recoger unos sobres que había preparado. Ya estábamos todos reunidos y les expliqué cuál era la sorpresa… “Escuchadme bien, en estas cajas hay disfraces para todos. No hay dos iguales y son de tres épocas distintas… romana, griega, medieval. Cada uno tenéis tres sobres, abriréis uno y los otros dos, que los podéis abrir también serán los descartados” todos abrieron los sobres y vieron que le había tocado. Vieron que no había trampa ni cartón. Los disfraces vienen en fundas y no se podían ver los descartados. Les servirían si habían dado sus tallas bien. El domingo se podrían llevar el disfraz elegido y los otros dos.

Una vez acabada esta fase, puse cuatro cajas. Una con los nombres de las mujeres y otra con la de los hombres. Cada persona elegía un sobre, podía darse la casualidad de que un hombre cogiera el nombre de una mujer y esa mujer el nombre de ese mismo nombre. Lo normal es que no se coincidiera por lo que cada uno tendría dos opciones y se podría elegir con quién o estar todos los que coincidieran. Una vez cada uno había cogido su sobre, tuvieron que escribir su nombre y firmar el sobre, porque hasta la noche no se podían abrir. Las mujeres y los hombres sin pareja, cogerían sus sobres de las otras dos cajas que contenían los nombres de todos. Para que vieran que no había ni trampa ni cartón, una mujer eligió un sobre por mí, puso mi nombre y lo firmó. Todos los sobres fueron a una caja precintada.

Se llevaron los disfraces y a la vuelta decían que eran casi porno y muchas risas. A mí me toco uno de romano, una túnica de manga corta, que me llegaba más arriba de la rodilla, de color blanca y dos franjas estrechas de color negro que recorrían la túnica de arriba abajo, en los lados. Un cinturón amarillo, una capa corta roja, brazaletes dorados y una corona de laurel. Nos estábamos riendo todos, me refiero a los hombres y estaban decidiendo si llevar ropa interior o no. Me preguntaron a mí que iba a hacer y les dije que era secreto. Estaban a la par los del sí y los del no. Comimos temprano y de pronto las mujeres desaparecieron. Se querían adaptar a los disfraces, eso decían.

La cena en sí, era fría, porque nadie ajeno iba a asistir a servir nada. Estaba todo en bandejas que nos encargamos los hombres de preparar en la mesa y después nos fuimos a cambiar. Me di una ducha y me puse mi disfraz. Que no tardé nada en ponérmelo y no llevaba nada debajo. Los hombres fuimos los primeros en estar y con una cámara de fotos, la programamos y nos hicimos una foto. Para dar más “tensión” al momento, la mesa que era grande venía bien para distanciar a las personas que íbamos a cenar, de esa manera no habría roces ni nada por el estilo. Al ver a las mujeres me arrepentí de no haberme puesto los bóxer, porque estaban tan lujuriantes que iba a ser difícil no empalmarme y si pasaba sería imposible que no se me notase.

No había ninguna que destacase más que las demás, porque a todas se las veía hermosísimas y destacaban por algo. No sé los demás pero no prestaba atención a la cena, estaba pensando que habría deparado el azar y una vez acabamos de cenar, me di cuenta que todos estaban igual que yo, porque pedían abrir los dichosos sobres. Un hombre abriría los sobres de las mujeres y una mujer el de los hombres. No detallaré todo el sorteo… en mi sobre salió el nombre de Marisa, una mujer de mi edad, casada con Israel dos años mayor que ella. Marisa es morena delgada 1,65, pecho pequeño, culito prominente, ojos marrones, mujer de carácter y por lo que sabía, le gustaba follar mas que comer con los dedos, nos pusimos juntos como lo iban haciendo los que ya habían abierto sus sobres.

El sobre de Marisa salió Mario, lo que a Marisa no le hizo gracia, porque no se llevaban bien, siempre chocaban y no había posible reconciliación entre sus formas de ser y a Mario le tocó en su sobre Macarena, que con esa no se llevaba mal. Macarena tenía el pelo oscuro, pero era castaña. 1,70, pechos voluminosos, estaba “jamona” y me refiero a que era ancha, fuerte, pero no gorda, más exuberante que otra cosa, labios carnosos y boca de si te agarra la polla con ella te deja seco… físicamente estaba muy bien, su edad era un secreto pero calculo que estaba en los cuarenta. Adriana una vez que vio que no coincidíamos, dijo que se encontraba mal y desapareció con Tiano. Me hubiera gustado que se hubiera quedado pero a nadie se le obligaba a nada. Es más Marisa que seguía con el morro torcido cuando se acercó Macarena le decía…

- Yo aviso con Mario no hago nada, prefiero irme a dormir, que tía… no lo aguanto…

- ( Agarrándola del brazo ) Jajaja… no te preocupes que a ese me lo cargo en tres minutos.

- ¿Qué quieres decir? decir…

- Jajaja… que Mario es un jugador de parchís, se come una y cuenta veinte… jajaja… que si lo pones muy burrote se viene el solo sin hacerle nada y lo peor… no remonta… jajaja…

- No te creo, lo dices para que me tranquilice.

- ¿Tú no te has fijado que ninguna mujer tontea con él?

- Ahora entiendo algunos comentarios de Carla ( esposa de Mario ) cuando está con una copa de más.

- Lo bueno que si está muy cachondo y se corre, o pone una disculpa y se va o directamente se “pierde”

- Maca espero que no me estés engañando…

Si era verdad no me molestaba estar solo con las dos y en eso apareció el marido de Macarena, al que conocía poco, no le había tratado mucho. Venía acompañado de Conchi, que era una mujer que por sus poros emanaba sensualidad, como decía ella todo lo suyo era natural. 1,75 de altura, pecho espectacular, rubia, culito con muy buena forma y grande. Se habían venido con nosotros y Mario aprovechó para excusarse, diciendo que ya éramos muchos. Así que quedamos un grupo formado en principio por… Marisa, Macarena, Conchi, Luis (marido de Macarena, alto, fornido y simpático) y yo. Esto no quería decir que tuviéramos que estar todos con todos, ahora a lo largo de la noche se trataba de ir viendo si había la conexión necesaria.

La verdad que desde que se fue Mario la conexión fue rápida e intensa. Pensé que era una pena que Adriana se hubiera ido tan rápido, sin dar tiempo a nada, porque se podría haber unido a nuestro grupo, que al final no eran grupos cerrados y seguramente más de una y de una, acabaría… quién sabe dónde. Bebida, baile, cachondeo, momento sin luces, roces, tocamientos… la noche empezaba a calentarse hasta llegar al punto de la ebullición. Éramos dos para tres como he dicho y mientras ellas se ofrecieron a ir por más bebida, me quede hablando con Luis…

- ¿Me preocupa una cosa? Carlos.

- ¿Qué te preocupa?

- ¿Vamos a poder con las tres… jajaja…?

- Creo que si se podrá, ¿Por qué esa preocupación?

- Pues porque mi mujer es como la mantis, hasta que no te deja seco no para. Que es muy puta cuando está cachonda y te aseguro que lo está. Conchi es muy puta que ya la conozco y de la única que no sé es de Marisa.

- Pues sin miedo, valor y al toro, que se dice.

- Esas dos necesitan mucho rabo ya te lo digo.

La información de Luis no venía mal, solo teníamos la duda de Marisa. Pero si participaba en ese estilo de vida no sería muy tímida que digamos. La “batalla” empezó allí mismo y quien la inició fue Marisa. Llevaba un disfraz de diosa griega, que era un vestido o túnica que le llegaba hasta los tobillos, pero con unas aberturas desde la cadera hasta abajo, pudiendo ver perfectamente desnudas las piernas al completo. Se acercó a mí y delante de todas dijo… “Tengo curiosidad por saber si los romanos llevaban algo debajo” y metió su mano por debajo, agarró mi polla, no hizo falta que la meneara mucho porque creció en su mano espontáneamente y con voz de asombro… “COOOOOÑO… con los romanos… este lleva el puñal aquí… jajaja…”

Ese comentario dio pie a que macarena y Conchi pidieran que lo enseñara, les dije que no sería tan fácil y Marisa añadió… “Si vierais lo caliente que está, como arde alucinaríais” , Luis me decía que tuviera cuidado que al final me violarían. Macarena su mujer no se esperó e hizo lo mismo que Marisa y para eso le quitó la mano, cuando me agarró la polla soltó… “Su puta madre… con esto ya estamos perdiendo el tiempo, ya me puedes apuñalar el conejo hasta cuando quieras” y miraba a sus amigas, Conchi estaba llena de curiosidad y se acercó, la toco y no hizo ningún comentario pero dijo… “Me acabo de mojar toda… jajaja” , Luis ya no sabía que decir, que hacer y se quedó expectante.

Me fije en una de las mujeres que asistían a la fiesta, que se estaba comiendo una polla metiéndosela hasta la garganta, era alucinante como hacía la mamada y en ese momento me percate que todas las mujeres se habían recogido el pelo, no sé si de casualidad o adrede, el caso que al tenerlo recogido se veía mucho mejor la mamada sin melenas por medio. Levanto un momento la cabeza y era la modosita Magda, con lo tímida que parecía. Se cruzaron nuestras miradas y nos sonreímos.

Conchi se agacho y no se anduvo por las ramas, se puso a comerme la polla y en ese momento Luis lo vio, decía que tenía ventaja que así cualquiera y la otra que no se quedó quieta fue Marisa que se acercó para morderme las nalgas, me acariciaba los testículos y luego se puso con Conchi a mamármela, lo hacían compenetradas y lo hacían muy bien. Luis que abrazaba a su mujer por detrás, le acariciaba el coñito mientras no nos quitaban el ojo. Nos movimos un poco hasta una zona que había un sillón de diez plazas en U, era un asiento sillón de aluminio y los cojines de fibra sintética para aguantar el agua.

Tumbo a Conchi y me coloco entre sus piernas para comerme su coñito que estaba super mojado. Siento una mano que me acaricia el cogote, baja por mi espalda y esa mano se mete entre mis piernas hasta acariciarme la polla, los testículos. Veo en el sillón a Luis y Marisa, que están bien enganchados morreándose. Alguien viene, no logro entender lo que hablan y Macarena se va, su marido se queda y estamos un mano a mano cada uno con una mujer. Conchi grita… “QUE LLEGO, QUE LLEGO, ME VIENE… NO TE PARES…. AAAAAHHHHHHH…” en otro momento hubiera sido llamativo, pero tal como estaban el resto pasaríamos inadvertidos.

Me decía que parase que lo que necesitaba era tener mi polla dentro. Me dio el tiempo justo para ponerme un preservativo, porque cuando me quise dar cuenta estaba sentada sobre mi polla metiéndosela. Me colocaba las tetas a la altura de mi boca y cuando me ponía a comer sus pezones, apretaba como una loca mi cabeza contra sus tetas, no era nada silenciosa… “Eres un hombre de verdad… joder que bien se te siente… no pares de follarme…” , acariciaba sus nalgas y cuando acerque mis dedos a su culito, ella que ya estaba súper excitada me gritaba… “SIIIIII… fóllame el culo… méteme los dedos…” está fuera de sí, lo que resultaba muy cachondo para mí.

Estuvimos un rato follando en esa posición hasta que se corrió, luego cambiamos de posición y la follé poniéndose ella a cuatro. Mi embestidas eran más que fuertes, resonaban nuestros cuerpos al chocar carne con carne. Y como me pasa en esos momentos, ver un culo tan delicioso, no se puede ir sin unos buenos azotes. Los que ella pidió que siguiera, aunque de vez en cuando me decía que era muy bruto, pero se llegó a correr dos veces seguidas. Quería descansar pero no la deje hasta que no me corrí, fue una pasada de follada. Nos quedamos unos minutos enganchados sin movernos. Al movernos para sentarnos, nos dimos cuenta de que tanto Luis como Marisa nos estaban mirando ya que ellos habían acabado. Conchi decía que tenía que ir a un baño de forma urgente y Marisa la acompaño, quedándonos Luis y yo de nuevo a solas.

- ¿Dónde está tu mujer? ¿Qué ha pasado?

- Lo de siempre, Carmen (Prima de Macarena) se ha puesto hasta arriba y ya sabes la única que logra que se calme es Macarena.

- Es que siempre se lo digo… tienes que beber un poco menos, pero no hace caso y su marido pasa…

- A todo esto y cambiando de tema… ¿Tu tomas viagra o algo parecido?

- De momento no. deporte y buena alimentación. ¿Por…?

- No soy maricón, pero es la ostia verte follar. Pones cachondo a cualquiera y lo que aguantas, es algo fuera de lo normal.

- Tampoco es para tanto… simple mentalización y estar en forma.

- Y una mierda… eres un portento y eso de que no es para tanto… JA, JA y JA. Seguro que esas dos están ahora en el baño hablando de tres cosas… de lo que aguantas, de lo animal que eres y del rabo que tienes.

- Tienes mucha imaginación.

Conchi y Marisa tardaron en llegar. poco después lo hizo Macarena que venía echando humo, estaba algo enfadada y ya había roto la magia del momento. Nos estaba contando lo que había sucedido con su prima y Conchi dijo que olía a comida, era una paella que están haciendo dos de nuestros amigos. Un reconstituyente muy bueno para esas madrugadas tan largas. Luis y Conchi se brindaron a ir por paella para nosotros en cuanto estuviera terminada. Nos quedamos Marisa, Macarena y yo. Interrumpí lo que hablaban, que básicamente era poner a parir a la prima… “Estaba pensando, en que nos podíamos ir a mi habitación a follar sin que nadie nos moleste… ¿Qué os parece?” Macarena se levantó diciendo que a que esperábamos y nos fuimos los tres.

No hizo falta prolegómenos, ni que nadie desnudase a nadie, estábamos los tres desnudos sobre la cama en segundos. En la primera refriega después de morrearnos macarena queda en medio. Fue cuando Marisa acariciaba la espalda de macarena con tanta sensualidad que supe que les iba el rollo bollo, era claro y lo certifico una mano de Marisa que acariciaba y jugaba con el pezón de su amiga. Macarena se desliza suavemente hasta llegar a mi polla, se la mete en la boca, juega con su lengua y eso hace que empiece a crecer mi polla en su boca. Marisa no se queda quieta, se mueve hasta meter su cabeza entre las piernas de Macarena. Ya estamos los tres en perfecta sintonía dándonos placer.

Macarena no quiere correrse ya, dice que quiere correrse con mi polla follándola. Justo en ese mismo momento entrar en la habitación Conchi y Luis. Me tumbo boca arriba, para que se siente encima y su amiga pueda seguir comiéndola el coñito. Su marido me dice… “Has visto como es una puta… como le gusta que la follen…” y Conchi se animó también… “A mí me ha dejado el culo ardiendo de sus azotes, es una puta pasada este tío” , todo eso que decían se notaba que le “afectaban” a Macarena porque follaba mas cachondamente. Entre Marisa y yo hacemos que se corra muy rápido. Una vez que tiene su orgasmo, Marisa reclama que la folle también y Macarena se quita a regañadientes.

Esta vez Marisa quiere que la folle a cuatro como a Conchi y sé que quiere que le haga lo mismo aunque no diga nada. La única diferencia que macarena se mete debajo y se ponen a hacer un 69 mientras me follo a Conchi, que empiezo los azotes y se corre al segundo, duro muy poco. No sé si por mi manera de follar, por lo bien que Macarena le come el coñito o por las dos cosas. Nos quedamos tumbados y Macarena se ha colocado de tal manera que estamos en plan cucharita, pero sin hacer nada, salvo que mi mano está en una de sus tetas y mis dedos juegan con el pezón, que cada vez se pone más duro. Según voy apretando su pezón con intensidad, ella pega mas su culo contra mi polla. Le gusta la “dureza” me voy dando cuenta poco a poco.

Luis se va al baño, cuando sale Marisa y Conchi dicen que se van con sus maridos. Macarena no se lo piensa y les da rápidamente las buenas noches. Entonces Luis me dice… “Vamos a darle a mi mujer lo que se merece que es muy puta” nos podemos los dos a comerla por todos los lados. Ella no deja de gemir y nos agarra la polla a cada uno y parece ambidiestra porque se maneja a la perfección con las dos manos. Si antes era una cachonda, ahora a solas con los dos se vuelve como decía su marido una puta muy viciosa. Nos reclama primero y luego nos exige que la follemos los dos a la vez, quería que yo le follase el culo y se lo castigase. Le deje el culo mas rojo que a Adriana. Tuvo una corrida exagerada que empapo a su marido y este se corrió en su coñito y después me corrí yo. Con mucha diplomacia y como ella decía que no podía mas, les invite a irse a su habitación, aunque ella quería quedarse a dormir en mi cama.

Cambie las sábanas de la cama y luego me dormí, cerrando antes la puerta porque no me fiaba de ninguna de las que habían estado e hice bien porque estando casi dormido oí como intentaban abrir la puerta. Me levante temprano y me fui a correr un poco, no me alejo mucho porque tiene pinta de querer llover. A la vuelta veo dos mujeres que estaban danzando por ahí y justo después aparece Adriana que no me ve porque ya me he ido a duchar. Salgo y las nubes van desapareciendo y brilla el sol. El resto del domingo fue de lo más normal. Las resacas, el cansancio, el dormir poco tiene aplatanado al personal. Desde que se han levantado toso, no quito ojo a la mujer de la mamada nocturna, a la que vi y ella tampoco me quita ojo. Lo curioso es que me había fijado en ella, era una mujer que hablaba poco, no llevaba la contraria a nadie en nada y de vez en cuando echaba una sonrisa. Parecía que nunca había roto un plato. En un momento que todos estaban entretenidos con otras cosas, le hice una seña a esa mujer indicándole que fuera para la casa, inmediatamente me levante y me fui. Desde uno de los ventanales veía la situación de toso y ella no se movía, hasta que de pronto viene hacia la casa.

La cojo de la mano y me la llevo, no se resiste y viene conmigo. Nos besamos pasionalmente y ella me mira, es bastante más baja que yo y me pregunta sin rodeos… “¿Es verdad que siempre la tienes ardiendo y que te corres como si fueras un rio?” sonrió y le respondo mientras con un gesto apoyo mis manos en sus hombros para que se ponga de rodillas… “Ahora lo vas a comprobar” y se deja llevar. Se agacha y me desabrocha el pantalón, deja libre mi polla que salta como si tuviera un muelle… “De momento empezamos muy bien, que esto nos e ve todos los días y te lo aseguro yo” con una mano me agarra la polla la aprieta y me lame con distintos ritmos toda la polla, los testículos se los mete en la boca y que manejo de lengua, me está poniendo a mil por hora y sin esperármelo empieza a engullir mi polla, no la tiene metida toda pero le toco su garganta, si con la lengua tiene buen manejo, con la boca y los labios es una autentica diosa.

Ni una molestia, ni una arcada, menudo fenómeno y no había terminado porque me lleva de la mano hasta la cama, se tumba a lo ancho, deja la cabeza fuera, en concreto el cuello puesto justo en el borde del colchón y en ese momento empieza una odisea de placer… “Sin miedo fóllame la boca” y con la posición de la cabeza echada hacia atrás, mi polla increíblemente entra por completo en esa boquita. Eso sí que es hacer la garganta profunda, estoy que me corro solo de verla. Le cae alguna lagrima y se levanta de golpe, quiere que la folle porque no tenemos tiempo. No quiere que me ponga preservativo y quiere que le folle el culo. Llevo un preservativo preparado y al final me lo pongo y le follo el culo. Es muy culona, no deja de moverlo, tratando de provocarme una corrida rápida y me acelero tanto, grito tanto que se cree que me voy a correr o que me estoy corriendo y se deja llevar teniendo un orgasmo intenso. Lo que hago a continuación es follarme de nuevo su boca y me corro en ella, al notar el inicio de mi corrida, sus labios actuaron como una potente ventosa y absorbió todo. Que fuerza tenía en los labios.

Se relame para que la vea y me dice… “No me has defraudado en nada y es mejor de lo que me habían contado. Tenemos que repetirlo sin prisas y me ha encantado como me has dejado el culo, porque me lo has dejado bien abierto, me gusta sentirlo así, nunca había tenido una tan grande y tan gorda” vaya con la mujer discreta. Llegaron las despedidas y justo con ella y su marido, al que si conocía, Fran, me presento a su mujer… “Carlos que llevo todos los días tratando de presentarte a mi mujer y un poco mas y no te la presento. Katy Carlos, Carlos Katy” nos dimos dos besos y hablando de la próxima fiesta de Halloween, Fran se estaba excusando porque lo mismo no podían venir y ella con una cara de zorra que no se tenía en pie… “Si tenemos que venir, que se me ha hecho muy cota esta fiesta, que cuando le estaba cogiendo el gustillo, va y se acaba” no quise insistir y si fuera otro le habría dicho que dejara venir a su mujer sola, pero no con Fran.

Con Fran no porque es que me caía muy mal. Yo no le había invitado y tenía que ser cosa de Victoria, en cuanto la pille a solas le pregunte… “¿Victoria quien ha invitado a Fran?” con una medio risotada me decía… “Vamos a ver, si las invitaciones las hemos mandado entre los dos y tu no se la has mandado… ¿Por qué me lo preguntas?” le recordé que no me caía bien y que estábamos distanciados, ella que siempre hace de intermediaria… “Joder Carlos él te aprecia, por un momento chungo te has enfadado con él. Es hora de limar asperezas y además su nueva mujer es muy simpática, no como la borde de la primera” , no quise seguir con la conversación porque me iba en ese momento de viaje y no quería irme con mal humor, además ya estaba hecho.