Fiesta de chicas! se nos fue de las manos.

(Escribe ella) Como una fiesta de chicas termina en una noche de sexo y lujuria.

Hola, para empezar contaros que mi nombre es Daniela pero todos mis amigos me llaman Dani. Soy una chica rubia, de pelo liso, bastante largo. Tengo 25 años y llevo tres de ellos con un chico maravilloso al que amo con locura, se llama Alex. Mido 1,70 y tengo un cuerpo muy bonito, según lo que me dice la gente. Tengo una talla 90 de sujetador y un buen culito echado bastante para atrás, el cual deja ver bastantes curvas. Pero ante todo creo que lo que más me caracteriza es mi coñito, siempre depilado y tan gordito como una buena hamburguesita, casi siempre mojado debido a mi incansable pensamiento de ser deseada.

Ante todo deciros que soy muy feliz con mi actual novio, llevamos tres años juntos y vivimos en la capital, él es militar y cada cierto tiempo se tiene que ir de maniobras con su unidad. Yo soy monitora de un pequeño gimnasio en el que imparto todo tipo de clases colectivas. Os cuento esto porque a día de hoy aun no sé qué fue lo que llevó a caer en las garras de la lujuria y no poder controlar mi deseo sexual. En tres años de relación los dos no hemos sido nunca infieles y se veía a la legua que estábamos enamorados, yo por lo menos mucho de él. Pero a veces el deseo...

Todo sucedió una noche de junio en la que ya empezaba a hacer bastante calor, esa noche había quedado con dos amigas mias en mi casa con el fin de preparar una cena, aprovechando que mi novio llevaba una semana de maniobras. Mis amigas son dos chicas que he conocido hace relativamente poco en el gimnasio y aún no tenemos esa confianza plena, pero nos caímos muy bien y organizabamos cosas así de vez en cuando. Una de ellas es Sara, que fisicamente es muy parecida a mi aunque algo más gordita, y la otra Clara, una chica algo mas feilla pero con dos grandes pechos.

Sobre las ocho de la noche empecé a preparar la cenita y metí unas botellas de vino en el congelador, me fuí a la habitación para ponerme monilla por si después de la cena nos daba por tomarnos alguna copilla por la zona de marcha. Al quitarme el pijama con el que iba pude notar como mis braguitas estaban algo mojadas y recordé que ya hacía una semana que Alex se había ido de maniobras. Nosotros somos una pareja bastante regular sexualmente hablamos, si no son todos los días casi todos echamos un polvete minimo al día. Aunque realmente son más mis ganas que las suyas, ya que soy una chica bastante caliente y me encanta follar. Con Alex podría decir que ese campo estaba bien cubierto, me satisfacía, pero cuando se tenía que ir a las dichosas maniobras lo pasaba realmente mal. Me desnudé del todo me tumbé en la cama boca abajo y empecé a fantasear con él, sobre como lo haciamos en esa posición cuando él llegaba de trabajar también deseoso de sexo, de como me la metía cada vez más fuerte y como sonaba el chapoteo de mi coñito húmedo...joder! me estaba calentando mucho, una gota calló por mi pierna hasta la rodilla...y paré, paré porque me gustaba reservarme para él, para que cuando llegase de estar una semana fuera follásemos como locos, y nos fundiésemos de calor y lujuria contenida. Me fui al baño y me dí una ducha fresquita que calmase mis instintos. Me sequé, me pinté y me puse un tanguita blanco de una tela parecida a la licra, uno de los que más le gustaba a Alex, ya que mi coñito se hacía muy gordo con él y le encantaba la sensación cuando se mojaba por mis fluidos. Cada cosa que recordaba hacía que no parase de estar cachonda, era una semana, no estaba acostumbrada. Me puse unos short y una camiseta de tirantes, decidí omitir el sujetador porque estaba más cómoda e íbamos a estar entre chicas.

Sobre las nueve vinieron por fin Sara y Clara, tras los correspondiente saludos y bromas comenzamos a cenar, charlando sobre nuestras cosas y lo bien que lo pasábamos en el gym, éramos unas asiduas a él. Fue pasando la noche y después de terminar dos botellitas de vino la noche se fue calentando y empezaron las confesiones. Era realmente la primera vez que nos habríamos más y queríamos conocer la una de la otra. Como en todas las conversaciones de chicas terminamos hablando de tíos y nos íbamos haciendo una idea del palo que íbamos cada una. Quiero resaltar que Clara tiene novio desde hace dos años, aún no le conozco, pero por lo que pude ver esa noche creo que algunos cuernillos tiene por parte de Clara.

Serían las once de la noche cuando de repente sonó el teléfono de Sara:

  • Sara: Si? Ah Hola Fran...si si si, espera ahora en un rato te doy un toque.

Sara nos contó que era un amigo suyo, Fran, que estaba con dos amigos suyos y que decía de quedar con nosotras a tomar algo. Yo estaba bastante chispadilla y le dije que no me apetecía mucho, pero ella sin yo decirle nada le llamó y les dijo que se viniesen a mi casa y así nos tomábamos la primera aquí. Yo estaba un poco mosqueada con ella porque no me parecía normal esa confianza sin preguntarme y además no sé si estaría bien la idea de meter chicos en casa.

Seguimos bebiendo y sobre las once y media llegaron los tres chicos. Como era mi casa fui yo la que abrí la puerta y nada más hacerlo vi a tres chicos muy guapetes y altos, que sorprendidos me miraban la camiseta...mierdaaa! pensé para mis adentros, con el alcohol y lo bien que estábamos se me había olvidado por completo ponerme sujetador, y encima tenía los pezones erizados del la brisilla que iba corriendo a esas hora de la noche. Entraron y se fueron presentando, Luis, Sergio y Fran, el amigo de Sara, ese amigo que Sara nos había estado describiendo toda la noche como encantador y todo un pivón, y así era, sus ojos azules y su cuerpo atlético hacía que no pasase desapercibido ni mucho menos. Fue él el último que me dio dos besos y me cogió de la cintura para ello, deslizando cuando me fue a soltar un dedo por donde mi camiseta dejaba ver mi ombligo. Instantáneamente sentí un cosquilleo por todo el cuerpo y noté como mojé mi tanguita. Lo pude notar porque nunca en mi vida había sentido una sensación así, no sé si por las copas de más que llevábamos o por la semana sin follar que llevaba, pero sentir las manos de Fran en mi cintura y ese breve desliz hizo que me mojase por completo. Fui al baño y me bajé los short para hacer pis, pude comprobar que estaba bastante nerviosa y al bajar mi tanguita vi como estaba completamente empapado. Volví a mirar los short y vi que por lo menos no había calado, así que continué así, seguro que durante la noche se iría secando.

Salí del baño y mis amigas ya les habían servido a los chicos alcohol, entablamos conversación y la verdad que me parecieron bastante majos, no eran los típicos musculitos de gimnasio que no tienen luces, se les veía amables y respetuosos y eran divertidos. Hubo un momento en el que desconecté por completo mientras todos hablaban y me puse a analizar a Fran. Sus ojos eran increíbles y su sonrisa me atraía un montón. Llevaba una camiseta ajustada de pico y unos pantalones vaqueros que hacía que su miembro predominase bastante. Yo no paraba de mirarlo, tenía que tener buena herramienta...y pensé en Alex, en las ganas que tenía de verle y follar de una vez. Volví en mi misma ya que escuché una voz que me hablaba, era Sara que me estaba llamando. Sara propuso jugar a algo ya que todos bebíamos sin parar. Su propuesta me dejó a cuadros. Decía de jugar al póker, del cual yo más bien tengo poca idea, y que cada vez que alguien perdiese tenía que quitase una prenda. Yo al principio me negué porqué iba en clara desventaja y porque no me parecía bien denudarme delante de tíos, yo ya tenía novio. Clara me dejó sorprendida porque aceptó muy rápido, todos empezaron a abuchearme hasta que Fran dijo:

  • Fran: vaya tenemos una mojigata, y yo que pensaba que ibas a ser más abierta...ya vez tú!

Me pillé un enfado increíble y le dije que quien se había pensado que era, que de mojigata nada y que me atrevía a hacer eso y mucho más.

Y así fue, empezamos a jugar y fueron cayendo prendas, Sara en la primera jugada se quitó la camiseta y se quedó en sujetador, pero a la segunda hizo que los tres chicos se quitasen la suya. Yo me quedé mirando sus cuerpos y me empezaron a entrar calores, que buenos estaban, miré a Clara y pude notar su mirada lujuriosa, no les quitaba ojo de encima. La siguiente fue ella, se quitó también la camiseta dejando ver su sujetador con esos pechos tan exuberantes. Ahora eran ellos lo que no le quitaban los ojos de encima, era increíble estaban como pasmados, y eso hizo que yo me picase, era la que más buena estaba y quería ser el foco de atención. Me dejé perder, y sin pudor me quité la camiseta. Estaba muy nerviosa y caliente, lo noté en la piel al tocarme, los pelos se me ponían de punta. Los tres chicos quitaron automáticamente la mirada del sujetador de Clara y se centraron en mis tetas. Pude ver la reacción de los tres al mirarme como sus pantalones se fueron apretando cada vez más. Yo pensé que hasta aquí había llegado el juego, me había pasado tres pueblos dejándome ver por esos desconocidos y si me viese Fran me iba a matar, pero a la vez quería sentir ser ese centro de atención y sentirme tan deseada por esos tres machos, solo de pensarlo pude notar cómo me mojaba cada vez mas. Tenía que parar ya.

Seguimos jugando y otra vez perdió Clara, que ante mi sorpresa se quitó los short que llevaba puestos, dejando ver unas braguitas de mariquitas muy monas, Todos echamos una carcajada al verlas. Ella estaba delante de mí y pude notar cuando se quitó los pantalones como su entrepierna estaba también bastante mojada. Me quedé mirándola y ella se cercioró que me había dado cuenta de su estado. Me miró y se sonrojó. Yo cada vez iba cogiendo más temperatura, estaba al rojo vivo, ya no tenía nada de frío.

El siguiente en caer fue Luis, el cual se quitó los pantalones y se quedó con unos bóxer negros apretados. Este tampoco tenía mal paquete, madre mía!

Sara perdió la siguiente partida y se quitó también los pantalones, ella sí que llevaba un tanguita negro, el cual se pudo ver cuando se levantó se dio la vuelta y dejó ver su culo a los tres chicos de la sala. Yo les miraba y veía como sus penes se empalmaban cada vez más. Esto se estaba yendo de madre pero parecía que yo era la única que me importase. Alcé la mirada y vi que Fran me miraba fijamente los pechos sin quitarme la vista de ellos. Me sonrojé!...no paraba de mirarme, no le importaba en absoluto, yo estaba excitadísima, tanto que no pude contenerme y me corrí sin ni siquiera tocarme. Era la mirada penetrante de ese macho, que me estaba matando. Él se dio cuenta de que me ruboricé y se me quedó mirando fijamente, tenía las piernas temblando...y me tocó a mí, perdí la siguiente juagada y ya no tenía más remedio que quitarme mi short, pero no podía, iban a notar lo mojada que estaba, que vergüenza, cada vez me ponía mas roja ante la insistencia de los chicos. Me levanté temblando y me bajé los pantalones, dejando ver una gran mancha en mi tanguita blanco.

  • Sara: joder veo que la noche se está calentando.

  • Carcajada general.

Al final todos nos quedamos en ropa interior, las tres chicas visiblemente mojadas y ellos empaladísimos, que coño estaba haciendo por Dios! Sara parecía la más tranquila, como si hubiese eso hecho millones de veces, Clara algo mas avergonzada se tapaba como yo. Entonces dije que ya estaba bien, que ya había terminado y que nos vistiésemos. Pero no, Sara dijo que ahora venía el mejor momento de la noche, sacó un tablero de twister, el juego con diferentes círculos de colores en el que tienes que hacer posturas y el caiga primero pierde, y nos dijo de jugar así desnudos, que era un juego picante pero que ya que habíamos empezado había que terminar. Yo otra vez dije que no y todos me abuchearon de nuevo, tuve que aceptar.

Primera postura, Luis con una posición bastante fácil se puso en el tablero, seguidamente Sara que tuvo que meterse casi debajo suyo pero lo consiguió, los cuerpos empezaban a tocarse. El siguiente fue Fran, el cual se quedó apoyado boca arriba casi sin apoyo, y la siguiente yo, la cual tuve que pasar por encima de Fran para colocarme a cuatro patas con su cabeza debajo mía...era vergonzoso y a la vez excitante, estábamos entrando en verdadero calor, mi coñito vibraba deseoso de sexo y estaba encima casi de la boca de Fran, el cual no paraba de mirar. Observé su polla y estaba vibrando también, no pude más y tuve otro orgasmo...mi tanguita se mojó de nuevo y soltó una gotilla que bajó mi pierna abajo. Fran lo vio. No pude más y me dejé caer poco a poco hasta que mi coñito empapado tocó la boca de Fran, él sorprendido se dejó caer también, me cogió por las nalgas y empezó a mover su lengua por encima de mi tanguita, yo estaba como nunca, jamás había estado tan excitada. Empecé a contonearme y a soltar gemiditos y ante esta imagen se puede decir que abrí la veda. Todos se quedaron perplejos pero corrieron a hacer lo mismo, Clara, que aún no había entrado al tablero se arrodilló y le bajó los calzones a Sergio y le empezó a chupar como una loca la polla, y al mirar a Sara vi como ella ya estaba a cuatro patas con Luis comiéndole las tetas. Me volví a correr en la boca de Fran, pensé en Alex, pero no podía parar, tenía un sentimiento de culpa inmenso pero me podía la lujuria. Fran se levantó y se bajó los calzoncillos, se sacó su buena polla y sin decirme nada me la metió en la boca. Tardó nada en correrse y con una fuerza de un auténtico macho me levantó y me puso a cuatro patas encima de la mesa. Yo me bajé corriendo porque no quería follar, no podía follarme a otro, le estaba poniendo los cuernos a Alex, me sentí mal. Él se acercó y me dio un beso con lengua que hizo que me estremeciese, fui cayendo sobre el sillón y abrí las piernas...notaba su miembro caliente chocando contra la tela de mi tanguita, volví a explotar de placer y solté un fuerte gemido, él echó la tela a un lado y con una embestida descomunal me la metió. Entró sola, no hizo falta más, estaba como una auténtica perra, dejándome llevar. Cada vez embestía más fuerte y yo gozaba de auténtico placer, me retorcía y vibraba hasta que noté como su pene empezó a hincharse cada vez más...explotó y me llenó de su semen, me daba igual, no estaba como para pensar en embarazos, era su perrita. Con fuerza me cogió y me dio la vuelta, me quedé a cuatro patas mirando la pared y me la volvió a meter. Madre mía como se sentía, no paraba de tener orgasmos, uno tras otro, y mis amigas parecía que también. Sara estaba a cuatro patas como yo siendo cogida por Luis y Clara cabalgaba como una loca encima de Sergio...no me lo podía creer, era una orgía en toda su plenitud. Fran me cogió fuerte de las tetas y me la metió aún mas, notaba como estaba dentro de mí, corriéndose a choros, yo empapando el sillón con mis flujos. Ahora me tocaba a mí, me di la vuelta y le tumbé en el sillón, me puse encima suya y empecé a cabalgar en su fuerte torso. No tardé más de dos minutos en tener otro orgasmo, que me erizó la piel aún más cuando unas manos me cogieron las tetas por detrás y me dijeron al oído: - Chúpamela zorrita.

Era Luis que había dejado a Sara tirada en el suelo vibrando, cansada y jadeante. No me lo pensé y le cogí su polla y la empecé a chupar, a la vez volví a cabalgar encima de Fran. Me di cuenta de lo verdaderamente zorra que podía ser, me estaba encantando y no tenía fin. Fran hizo un movimiento duro para arriba e hizo que me corriese una vez más, diosss! Fran se tumbó aún más e hizo que me incorporase encima suyo, hizo un gesto a Luis y éste se puso encima de mí. Notaba el calor de su polla como se iba posando en el agujerito de mi culito, era una sensación increíble, tenía la polla caliente y fuerte de Fran dentro de mi mojadito coñito y ahora me estaban introduciendo una más por atrás. Un movimiento fuerte y los dos empezaron a moverse al unísono, yo gritaba como una loca...nos corrimos juntos...

Lo último que recuerdo es de yo estar tirada en el sillón con las piernas abiertas, debajo en el suelo a una jadeante Sara y tumbada casi a mi lado a Clara, la cual también había recibido lo suyo...Alex...nada volvería a ser igual.