Fiesta de Carnaval en el pueblo
Yo asistí claro esta, cumpliendo con esa persona nuevamente, devolviéndome la jugarreta de venir acompañado de un amigo, viéndome sometido entre los dos, alternándolos entre mi orificio y mi boca, convirtiéndome en su golfa.
Fiesta de Carnaval en el pueblo
Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea al portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar. Como dije en su momento soy una persona como tantas que disfruta del sexo, no me considero hetero a pesar de ser casado, ni bisexual a pesar de mantener relaciones con hombres, pues de estos últimos solo me van y ponen los maduros, aunque a veces haga excepciones. Antes de continuar, os debo de confesar que todo lo ocurrido que cuento por este medio es real, quizás me callo algunas cosas, cosas que dejo para mí mismo, pero lo demás, os lo hago saber, mostrándome tal y como era.
Por comenzar, podría deciros que nunca me gusto ir al pueblo de mis padres, no siendo otra razón que el demasiado soso y aburrido para los jóvenes. El pueblo de mis padres estaba situado cerca de la provincia de Córdoba (Andalucía, España), pueblo donde vivía el padre de mi padre, o sea mis abuelos. No sabría decir cuándo fue la primera vez que me llevaron, quizás era demasiado pequeño para recordarlo, pero sí que recuerdo que no me gustaba. Los vecinos no están tan cercanos como uno desearía, quizás estaban a dos o tres kilómetros, y encima estos no tenían hijos de mi edad o en torno a ella. Mis padres eran de esos que decían cuando llegábamos…
- “Joder… José, mira que eres aguafiestas, como me puedes decir que te quieres marchar porque te vas a aburrir, mira a tú alrededor… mira la naturaleza, disfruta hombre”.
Pero con el tiempo te vas acostumbrando, no me quedaba otra, también es verdad que las personas del pueblo hacían fiestas, excursiones, exposiciones, todo lo que se le ocurrían por mejorar las condiciones de vida. Seguramente por ver como poco a poco se quedaban sin población, algo obvio al quedarse sin juventud. Pero un año en el cual volvimos al pueblo a ver a mis abuelos, sucedió algo diferente, digo esto, porque cuando atravesábamos el pueblo para llegar hasta donde vivía mis abuelos. Mis padres pararon para comprar algunas cosas en el supermercado, saliendo mi hermana y yo del coche a estirar las piernas, e ir a desayunar. Fue en el momento que íbamos a entrar en la cafetería cuando lo vimos, pues no era otra cosa que un cartel publicitario anunciando un carnaval, celebración bastante rara cuando en el pueblo hasta entonces nunca habían tenido festejos de este tipo.
Convirtiéndose en tema de conversación, habíamos leído que era desde el jueves al domingo, pero nosotros obviamente lo íbamos a disfrutar desde el viernes, mis padres ya iban haciendo cábalas sobre los disfraces. Donde mi padre no dejaba de proponerme disfraces, sobre todo por mi afición a las películas de ‘Star wars, Marvel, DC’, o de ese tipo, pero creo recordar que fue mi propia hermana quien propuso la idea de intercambiar los papeles de hermanos. Idea que no entendimos, pero que está volvió a decir…
- “Siendo una fiesta de carnaval, nadie sabría quién es quien, por ese motivo propongo que mi hermano vaya como yo… o sea de chica, y yo iré como mi hermano… de chico”.
Idea que me negué en redondo, pero que de alguna manera en verdad me atraía, pensé que podría ser divertido, pero aun así calle, no deseando ser yo quien levantara la voz o la mano para decirlo. Y esa misma tarde surgió, apareciendo mi madre en mi dormitorio, venía cargada con una maleta, me sorprendió no solo el verla sino lo nerviosa que estaba. Diciéndome…
- “Ven corre, mira y escoge, date prisa que nos vamos de carnaval”.
Me levanté extrañado, dirigiéndome hacia ella, pudiendo ver que había en el interior de esa maleta, no siendo otra cosa que prendas de mi hermana, idea que volví a negarme. Pensé en lo que podría pensar mi abuelo y mi padre de mí sí me viera con semejantes ropas, siendo mi podría madre quien me hizo saber que mi padre lo aprobaba, aun eso si a regañadientes. Pero que acepto porque mi hermana le había hecho entrar en razón, convenciéndole y hacerle ver que hay nadie nos conoce, pues son las apariencias. Aun así mi hermano entra en mi dormitorio y fue verme aun vestido con mis ropas, cuando me metió prisa para cambiarme, dejando sobre la cama algunas prendas interiores suyas, pues no dejaba de decirme…
- “Si vas disfrazado como yo, debes de ir completa, no te vale ir en calzoncillos, por lo que hazte a la idea”.
Dijo mientras abría el armario, escogiendo vestimentas mías, tomando de los cajones de la cómoda, calzoncillos, calcetines y poco más. Volviendo a meterme prisa esta, acabando por soltarme…
- “O te cambias tú, o venimos mama, la abuela y yo a cambiarte, tú decides, pero antes te duchas que hueles a tigre”.
Imaginad lo que me había acabado por decir, yo casi ni podía, ni desea que mi madre o mi abuela me ayudara… ni de coña, acabando por irme al baño, dándome una buena ducha y darme cuenta de que estaba excitado, pues mi polla estaba hecha un mástil. Fueron momentos de esos que no me queda otra que masturbarme, bajándome con la erección, saliendo y comenzar a echarme crema hidratante por todo el cuerpo, dejándome llevar y acabe por dedearme incluso… uuummm!!. Pero unos golpes en la puerta me hicieron poner los pies en el suelo, cogiendo por salir con rapidez hacia mi dormitorio, y comenzar a vestirme.
Comencé por colocarme una de sus braguitas, escogiendo una que me gustaron mucho, pues estas eran de encajes transparentes negras, luego escogí un sujetador del mismo color y me fijé en la peculiaridad que este llevaba relleno. Pensé que era del tiempo cuando mi hermana apenas tenía pecho. Sigo, escogí unas medias tipo pantis, pero tras hurgar a fondo en la maleta, me di con unas medias de esas tipas ligas. Me iba mirando al espejo a modo de ver cómo iba, fijándome que mi miembro a pesar de apenas notarse, necesitaba una solución de urgencia, acabando por tomar una tira de cinta americana y fijar mi flácido miembro entre mis piernas. Y Continúe con una falda, una blusa y finalice con unos zapatos de tacón. Saliendo del cuarto y llamando a mi hermana, vocifere un par de veces hasta que apareció mi hermana vestida como yo, bueno al menos eso dijo ella. Pero aún recuerdo su cara cuando me vio, pues dejo eso de…
- “Dios… por fin tengo una hermana”.
Según ella mejor no había escogido las prendas, comentándome que para finalizar me faltaba peluquería, maquillaje y algo de bisutería. Viendo finalmente a mi madre entrar… quedándome yo avergonzado, observando como que entre ambas finalizaban, fijándome que me trataban como algo que había salido de sus manos y deseaban que fuera bien. Hay estaba mi madre liada con la peluquería, no siendo de otra manera que fijar mis cabellos, mientras mi hermana estaba retocando mis cejas, pintándome los labios, algo de colorete y finalizo con bisutería. Saliendo mi madre del dormitorio, y cuando nos tocó salir a nosotras, cogió mi hermana y me detuvo, haciéndome levantar la falda y ver perplejo como la muy cabrona me colocaba un ligero. Justificándose con…
- “No pienses mal, esto solo me lo pongo con mi novio, pero que te vendrá bien para alguien que nunca se ha puesto medias, pues si no te vas a llevar toda la noche subiéndotelas”.
Dijo y me convenció, tampoco llegue a pensar nada malo, bueno hay quedo eso, pues cuando bajamos nosotras mis padres y abuelos ya se habían marchado, supongo que había sido cosa de mi madre. Dirigiéndonos nosotros hacia el pueblo, comenzando a pasárnoslo bien, bebiendo, bailando, pero eso sí, siempre al lado de mi hermana, pues no me fiaba de nadie, temía por mí o porque se rehirieran. Aunque debo deciros que también es verdad que no pude evitar algún que otro abusón, pues más de uno no dejaba de cogerme el culo, acabando por confesárselo a mi supuesto hermano (o sea mi hermana). Esta me decía…
- “Acostúmbrate, ya sabes lo que pasamos nosotras cuando vamos a un algún sitio, ya que siempre hay algún cabrón que se quiere aprovechar”.
Acabando por decir…
- “Pero tu tranquilo, verás que cuando suban la mano y se encuentre con el paquete, verás lo rápido que la sacan”.
Comentario que la verdad para nada me consolaba, pues bastante bien sé, como a más de uno eso le pone y podría acabar mirando hacia cuenca (una forma de expresar). Recuerdo que entrada ya la noche, nos dirigimos hacia una de las casetas donde estaba situada la barra, acercándonos e intentar pedir, metiéndonos entre la multitud hasta llegar al camarero, y mientras llegábamos, no había uno que no se aprovechara por meter mano. Ignore lo acontecido más por las palabras de mi hermana, dándome por intentar pedirle al camarero, intentando subirme un poco sobre la encimera, movimiento que mi hermana de un tirón evito. Pues está me dijo…
- “Tú eres tonto o qué”.
Atónito le miraba y le pedí una explicación, volviéndome está a decir…
- “Joder, ese numerito tuyo por pedir al camarero, ha hecho que se te suba la falda, mostrando tus braguitas y el liguero, van a pensar que eres una puta”.
Pues nada, pedimos y nos fuimos a la zona de baile, momento en que mi hermana atendió una llamada, acabando por decirme…
- “No te muevas de aquí, voy un momento a hablar con mi novio Alberto y vuelvo… vale, me has entendido… no te muevas”.
Dijo y se marchó, dejándome allí sentado en ese reservado mientras absorbía mi bebida, acabando por acercarse minutos después un hombre, cuyo aspecto me dio la sensación que debía de ser del pueblo. Caballero que por sus rasgos era bastante mayor y varonil, calvo con barba y cuerpo corpulento, persona que, tras presentarse, me dijo…
- “Que… ya te ha dejado tu novio sola”.
No quise contestar, no quería entrarle al trapo, volviendo este a decirme…
- “No te preocupes preciosa, no te voy a hacer nada, simplemente quería darte conversación, me he fijado en ti una vez que nos has mostrado tu culito”.
Entre mis nervios y la conversación comencé a excitarme, sintiendo como la tira de la cinta americana estaba haciendo su labor, caballero que viendo mi cara le da por decirme…
- “Tú no me temas cielo, sabes yo si fuera tu novio… no te hubiera dejado sola”.
Persona que finalmente coge y se me sienta a mi lado, poniéndome aún más nervioso, ya no solo por el hecho de que se ha sentado, sino porque podría ser visto por mis padres o hermana, situación demasiado embarazosa. Hombre que no deja de hablar, dándome una conversación absurda, ya que no prestaba atención, momento en que note como esté posa una de sus manos en mi mulo, mano que intente retirar, pero comprendiendo que era mucho más fuerte. Aun así, intente explicarle que yo no era lo que parecía, no deseaba que este se enfadara y lo tomara si estuviera tomándole una broma, no deseando que elevara la voz y hacer público mi condición, sin caer que estaba en una fiesta de disfraces. Hombre mayor que sonreía como si notara que yo estaba cediendo, muy lejos de la verdad, pensaba donde coño se habría ido mi hermana a hablar por teléfono, comenzando a maldecirla. Pero en todo ese momento mi lucha era por apartar su mano, mano que ascendía centímetro a centímetro por mi muslo, caricia que comenzó a excitarme. Viéndome sorprendido al sentir como me rodeaba con su otro brazo, mano de este que descendió desde mi espalda hasta mis nalgas, magreando y pellizcándomelas… uuummm!!. Llegando a pensar en hacer una locura, no siendo otra que confesarle la verdad, cosa que hice y sorprendiéndome al escuchar su respuesta, diciéndome…
- “Bueno y qué, pasa algo malo, nadie es perfecto”.
Palabras que aún me consolaron de alguna manera, no quita hierro a mis nervios por ser descubierto, acabando este por proponerme que le acompañara a los aseos, proposición que inicialmente rechace. Digo inicial, pues este tirando de mí, me demostró cuanto de fuerza tiene, ya que me levanto de ese asiento sin mucho problema, tirando de mí sin levantar mucha sospecha hacia la zona de los baños. Y aprovechándose durante el trayecto en magrear y pellizcar mis nalgas, trayecto que le dio por tomar una de mis manos, posándola sobre su entrepierna a modo de que notara como estaba… uuuffff!!. Llegamos y abriendo la puerta me hizo entrar, sin comprobar si habría alguien o no, pidiéndome entrar en uno de las cabinas y tras entrar él, acabo por cerrar la puerta con pestillo. Me senté sobre la tapa del váter, mientras observaba como este se soltaba el cinturón, desabotono el botón de su pantalón, bajo la cremallera, y tras meter su mano en el interior de su bóxer, acabo por sacarse un buen pollón. Con rapidez intente apartar ese miembro al tiempo que le intente explicar que no era de esos, respondiéndome este…
- “Tu tranquila… todos suelen decirlo la primera vez, y luego son unas golfas buscando pollas”.
Tomo su miembro por la base al tiempo que me rodeaba mi nuca con una de sus manos, intente apartarlo, pero sin mucho afán la verdad, mientras veía como me acercaba ese pollón al tiempo que presionaba mi cabeza hacia él. Lo que tenía que pasar era inevitable, pues su glande choco contra mis labios, glande que este mismo me lo deslizo a lo largo, presionando al tiempo que me pedía…
- “Abre la boca, chúpamela, venga hazlo, cuanto antes comiences… antes acaba”.
Dijo sin dejar de presionar, viéndome cómo iba cediendo, separando mis labios y ver como su glande me entraba, comenzando a darme arcadas e incluso náuseas, y decirme este…
- “No esperaba menos de ti, viéndote así, comprendo que vamos a disfrutar mucho más, venga putita… chúpala”.
Comenzando a chupársela lentamente, evitando míralo a los ojos por vergüenza, sacando su glande de mi boca y comenzar a lamer su tronco hasta sus genitales, levantándolos y lamiéndolos lentamente, mientras escuchaba como gemía y suspiraba. Soltándome eso…
- “Joder con la mosquita muerta, ¡vaya manera de mamar, como sigas así te vas a llevar el regalito bien calentito… eeehhh!!”.
Y mientras chupaba me dio por masturbarlo, comenzando a sentir como este se inclinaba e introducía sus manos por el interior de mi blusa, ya sea para acariciarme la espalda como para magrear mi pecho… uuummm!!. No dejándome de animar a que continuara, no dejando de avivarme, mientras me imaginaba a este sometiéndome contra mi voluntad en ese baño, viéndome como me partía el culo y me preñaba… uuummm!!.
Su mamada se me hizo eterna, acabando por sacármela de la boca sonriente, levantarme de la tapa y hacerme girar, oprimiendo mi espalda y obligarme a inclinarme, estirando mis brazos hasta que mis manos se apoyaron en esos azulejos. Este tiro de mi falda hacia arriba, tiro de mis braguitas hacia abajo, magreo mis nalgas y sin palabra alguna… palmeo con fuerza, sintiendo la fuerza de esa mano vasta en mi culo… uuummm!!. Acabando por introducir sus dedos entre glúteos, sintiendo mi orificio húmedo y echármelo en cara, cosa que le hice saber que era crema hidratante, no quedándose muy convencido. Y sin previo aviso, note su glande presionar mi orificio, este soltó su polla y coloco sus manos en mis caderas, comenzando a tirar de mí… uuummm!!.
Iba sintiendo el dolor de su glande entrarme, dolor que continuaba a medida que su polla se alojaba en mi recto, mientras ese gemía y soltaba lindeza, no dejando de empujar. Sintiendo que cedía, retrocedía y tras lanzarme un par de escupitajos, saliva que con sus dedos humedeció mi orificio, comenzando a penetrarme con violencia mi orificio… aaahhh!!.
Sacando sus dedos y sustituyéndolo nuevamente por su polla, sintiendo como en esta ocasión sus deseos de follarme tuvieron éxito, pues comenzó a embestirme con ansias… aaahhh!!. Yo calle, silencie mis gritos de placer y de dolor con mi antebrazo, me mordí a modo de poder aguantar, mientras este caballero me hacía mujercita, no dejando de follarme, no dejando de embestirme hasta que, entre alaridos, acabo por correrse.
Sentí como me inundaba de su semen, me había preñado no había que pensar mucho más, sacándola con la misma violencia con la cual la metió, haciéndome girar y sentarme nuevamente sobre la tapa del wáter. Tomando su polla e introducírmela en mi boca, obligándome a chupársela, ya no deseaba otra cosa que se la limpiara, poniendo demasiado de mi parte, pues comenzó este a endurecérsela. Diciéndome…
- “Por hoy te dejaré marchar, pero mañana tendrás que cumplir hasta el final”.
Abrió la puerta y mientras yo intentaba limpiarme con el papel higiénico, vi como este se dirigía hacia los lavabos, limpiándose cualquier resto, viéndole por el reflejo del cristal como me sonreía y me gallaba el ojo. Diciéndome…
- “No has estado mal de todo, venga vamos que te acompaño”.
Saliendo ambos del aseo, observando que apenas queda gente, y mientras caminábamos no paraba de acariciarme el culo, magreándomelo a su antojo, acabando por palmeármelo. Diciéndome nuevamente… “Quiero que mañana vengas de nuevo disfrazada de chica, me pones mucho más que de chico, vale…”. Dice y viendo la expresión de mi cara, como si hubiera intuido mis pensamientos, suelta…
- “Ni se ocurra no venir, si no quieres que vaya a recogerte a casa de tus abuelos, y si hace falta follarte allí mismo”.
Y sin darme tiempo a contestarle, apareció mi hermana con una expresión de asustada, no dejando de preguntarme donde me había metido, no dejando de decirme que lleva horas buscándome. Decía mientras veía a ese hombre alejarse, hombre que llevándose las manos a su paquete con una seña, me hacía entender que era para mí… uuummm!!. Acabando por preguntarme mi hermana…
- “¿Quién coño era ese tío?”.
Respuesta que calle, omitiendo cualquier referencia a esta persona como a lo ocurrido en el baño, no deseando entrar al trapo, pero sabiendo bien lo que me espera mañana también.
Y no deseando dejaros de semejante manera, pero no me queda otra ante las críticas de mis largos relatos, no quedándome otra que a petición vuestra continuar, aunque ya os adelanto una cosa. Yo asistí claro está, cumplí con esa persona, tanto que me hizo la jugarreta de venir acompañado de un amigo, viéndome sometido entre los dos, alternándolos entre mi orificio y mi boca. Bueno lo dicho, ya me decís que os ha parecido, estaré esperando vuestras respuestas, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).