Fidel 7: Elisa se folla 5 pollas y un coño

La transexual amiga de Fidel es la protagonista de una orgía con los miembros de un equipo de rugby

Fidel se despertó un tanto desorientado. Poco se ubicó y vio que estaba en el dormitorio de Elisa, su compañera de universidad transexual. El joven de 18 años miró a su amiga. Desde que se conocieron hace un par de meses habían compartido noches de sexo solos o en grupo, como con su amigo Ramón, compañero de clase, o con las amigas transexuales de Elisa y una amiga. Fidel supuso que tenía una semirelación con Elisa. Tenía las ventajas de una novia y un amigo. La única pega era que tenía polla. Aunque Elisa se la había chupado o se habían masturbado el uno al otro, Fidel no se veía capaz de dar el paso de darle a Elisa placer oral o follársela por el culo o dejar que ella le penetrase. Los dos mantenían otras aventuras por separado y a ella le gustaba decir que su relación estaba en un plano más romántico.

Elisa dormía boca arriba, destapada. Un top de tirantes lencero tapaba sus hermosas tetas operadas de tamaño medio pero redondas y perfectas. Unos pantaloncitos de seda a juego con el top cubría su entrepierna. Su culo perfecto en forma de melocotón quedaba oculto por el colchón pero Fidel recordó su forma perfecta enmarcando un tanga. Su preciosa cara sin maquillaje se agitaba lentamente con su respiración y su larga melena estaba recogida en una coleta. Fidel notó que su polla empezaba a endurecerse. La noche antes se habían quedado hablando hasta tarde y Fidel había decidido quedarse a dormir en lugar de marcharse a su colegio mayor. No habían hecho nada pero se quedaron dormidos en la posición de la cucharita con ese trasero presionado contra la entrepierna de Fidel y una mano de él reposando en sus tetas. Elisa se había quedado dormida con una sonrisa con la sensación del enorme miembro, 20 centímetros, apretado contra ella. A Fidel le había costado dormirse y ahora se encontraba de nuevo cachondo.

Se quitó con una mano los calzoncillos, la única prenda con la que había dormido y empezó a acariciarse con la mirada fija en el escote de Elisa. El top, amplio en pos de la comodidad, se había resbalado hacia abajo. Fidel vio que los finos tirantes se sujetaban con dos lazos sobre los hombros. Delicadamente, tiró de uno de ellos y vio que se deshacía. Repitió la operación el otro. Tiró poco a poco de la tela y el top se deslizó hasta la cintura de Elisa, dejando sus hermosos pechos al aire. Elisa movió la cabeza a un lado y Fidel volvió a pensar en lo guapa que era.

Sin pensarlo mucho se puso a horcajadas sobre su barriga pero sin tocarla. Se llevó una mano a la boca y la humedeció con su saliva. Se lubricó su miembro y lo colocó con cuidado en el canalillo de su amiga. Se escupió en el mástil para añadir más lubricación. Disfrutó de las sensación de la carne caliente y ligeramente sudada contra su miembro. Agarró un pecho con cada mano y los juntó alrededor de su carne excitada. Muy despacio, movió las caderas para hacerse una paja con las tetas de Elisa. Era increíble. Su punta sobresalía por la parte superior y rozaba la barbilla de su amiga.

Fidel bajó la vista y se encontró con la mirada fija de Elisa que le miraba hacia arriba con cara divertida.

  • ¿Nos hemos levantado con ganas de fiesta?- le dijo con media sonrisa.

Fidel sonrió y aceleró el ritmo. Cuando notó un cosquilleo que le advertía que si seguía no tardaría mucho en acabar, la separó de sus pechos y situó su polla en la cara de Elisa. Sujetándola por la base, la refregó por su cara, por su frente, sus ojos y sus labios. Elisa apretó los labios y dejó escapar burbujas de saliva de entre ellos. Fidel se entretuvo recogiendo la humedad de su boca y distribuyéndola por su boca. Elisa abrió la boca invitadora y Fidel aprovechó para guiar su glande dentro. Ella frunció la boca y succionó. Su cabeza estaba apoyada en la almohada medio incorporada. Rodeó la parte posterior de los muslos de Fidel con sus brazos y le agarró las nalgas. Con empujones en su trasero hizo que él moviera las caderas y se follara literalmente su boca. Cada pocos empellones Fidel salía para dejarle respirar y se frotaba contra su cara. Gemía como un loco. La lengua de Elisa hacía maravillas.

Elisa retiró una de sus manos y agarrando sus pantalones de la cintura y con la ayuda de movimientos de sus piernas se los quitó para dejar su polla de tamaño medio y enhiesta. Elisa sacó la lengua y Fidel le dio pequeños golpes con su polla. Se incorporó un poco y mientras se la meneaba colocó sus testículos en la lengua y la boca de Elisa para que se los lamiera. Alternó la posición para que ella pudiera lamerle los huevos y la entrada del ano. Ambos estaban sudando.

Fidel se inclinó hacia atrás y con su mano rodeó el miembro de Elisa y lo meneó. Ella gimió de gusto con su polla de nuevo en la boca. Levantaba y bajaba el cuello para chuparle. Cuando la posición se hizo incómoda, Fidel se arrodilló a un lado de la cabeza de Elisa y ella giró la cara sin soltar su miembro. Esa postura le daba a Fidel una visual del fantástico cuerpo de su amiga. Ella se masturbó mientras seguía con su mamada y Fidel sintió esa extraña excitación que notaba cada vez que veía una polla siendo pajeada.

Antes de que Fidel se corriera, Elisa le empujó hasta que estuvo tumbado en su cama. Ella entrelazó las piernas de ambos en tijera hasta que los huevos depilados de los dos estaban unidos y sus pollas duras en paralelo. Elisa estaba sentada y se inclinó sobre los dos miembros unidos. Acumuló saliva en la boca y despacio dejó caer un grueso goterón sobre ambos. Fidel golpeó su miembro contra el de Elisa. Ella se inclinó con cara de placer. Los dos bien se la meneaban a ellos mismos, al otro o los dos unidos. La sensación de una polla contra otra los estaba volviendo locos. Elisa movía sus caderas frotando sus huevos juntos.

Fidel anunció que se corría y ella le pidió que lo hiciera en su cara. Sabía que le encantaba. Ella se tumbó boca arriba y él volvió arrodillarse al lado de su cara. Se pajeó con furia y su escroto se contrajo segundos antes de expulsar varios y abundantes disparos de semén sobre los sensuales labios de ella. Elisa se la meneaba mientras él se descargaba sobre ella. Al poco tiempo se corrió ella también y Fidel miró embobado como ella misma se cubría el estómago y las tetas con su propia corrida.

Se miraron, respirando entrecortadamente. Fidel se inclinó y le dio un beso en la frente. Después se levantó para irse a la ducha.


Elisa se pasó la cuchilla por su entrepierna y después una mano para asegurarse que la piel estaba totalmente lisa. Se admiró en el espejo del baño. Su polla se veía preciosa en su cuerpo totalmente depilado. Se metió en la ducha y se lavó a conciencia, especialmente en su atractivo trasero para asegurar que tras el enema no le quedaba ningún resto.

Pensó en Fidel y que era una pena que esa noche no estuvieran juntos. Quizás podrían haber dado otro paso. Pero hacía un par de días que no le veía, estaba pasando tiempo con Ramón, su amigo del alma. A ella no le hubiera importado quedar con los dos, como aquella noche, pero parecía que no entraba en sus planes. Ramón había vuelto un par de semanas antes de una boda, pero diversos compromisos habían impedido que Fidel y él se vieran. Se imaginó que estarían poniéndose al día e incluso haciéndose un par de pajas juntos. Ramón había exigido un fin de semana para ellos solos.

Elisa no iba a perder el tiempo. Esa mañana de viernes, mientras se hacía a la idea de no ver a Fidel en todo el fin de semana, Mikel se le había acercado en la cafetería de la facultad. Mikel iba un par de cursos por delante de Elisa, aunque eran de la misma edad. Ella había empezado en la facultad un par de años más tarde debido a su proceso de transformación, por eso aún siendo mayor coincidía en clase con Fidel y Ramón.

Había conocido a Mikel en su instituto, antes de ponerse las tetas y dejarse el pelo largo. Casi como chico pero era de los pocos que no se había metido con ella, incluso la había defendido. Desde que coincidieran en la universidad después de un par de años sin verse, y ella ya como mujer, habían tenido un breve romance donde ella se la había chupado y él la había follado con delicadeza. En ningún momento la había hecho sentirse un bicho raro.

Esa mañana le había reñido porque ya no se veían nunca. Había bromeado con que ya no le quería desde que se había echado un novio yogurín, Fidel. Ella se había reído y le había dicho que siempre tenía tiempo para los viejos amigos. Mikel le había invitado esa noche a una fiesta con compañeros de su equipo de rubgy en el chalet de uno de ellos. Ella había sonreído, suponía lo que implicaba la invitación pero no le importaba. Mikel era alto, muy atractivo y con un cuerpo lleno de músculos. Su polla no estaba nada mal, no era parecida a la de Fidel, pero en fin. Y siempre la había tratado como una mujer.

Salió de la ducha y se puso la ropa que había elegido para esa noche. Se puso unas braguita rosas con encaje en la parte superior. No cubrían todas sus nalgas pero solo llegaban a la mitad por dentro y con una semitransparencia por delante. Se puso un sujetador a juego que apenas cubría sus pezones y por los que rebosaban sus pechos. Lo siguiente fue una falda vaquera muy corta que cubría justo su culo. Era tan ajustada que tuvo que contener la respiración para subir la cremallera. Lo siguiente fue un jersey blanco ajustado que si bien no tenía escote era tan apretado que sus tetas destacaban y dejaba su ombligo al aire. Escogió una cazadora vaquera corta y unas zapatillas blancas.

Se miró al espejo y tuvo que admitir que estaba preciosa. Se pintó los labios y se puso un par de pendientes pequeños. Al poco tiempo Mikel la llamó al telefonillo y ella bajó a la calle donde él tenía su coche aparcado. Cuando subieron al coche, por sorpresa, él se inclinó y le dio un apasionado beso. Finalmente se separaron y salieron para la fiesta.

La fiesta era en el chalet de uno de los amigos de Mikel. El sitio era impresionante con un gran jardín, una piscina enorme y una casita para invitados aparte. Incluso tenía un círculo elevado para una hoguera alrededor de la que estaban sentados los asistentes a la fiesta.

Tampoco es que fueran muchos. Eran ella y Mikel, otros cuatro chicos y otra chica. Mikel se dio cuenta de la decepción de Elisa y le dijo que no se preocupara, que si no estaba a gusto siempre podían irse. Le cogió de la mano y le presentó al resto. Estaba Gabi, Alex, Julián y Pau, que era de color. La chica se llamaba Julia. Tras las presentaciones, Elisa cogió una cerveza y se sentó en uno de los asientos alrededor de la hoguera. Mikel y sus amigos se pusieron a hablar de rugby. Julia se sentó a su lado y empezó a hablarle. Le sonrió cuando le dijo.

  • Mikel me dijo que iba a traer a alguien. Me alegro. Ya estaba harta de ser la única chica en estas fiestas.

  • Oh, ¿lo hacen a menudo?

  • Bueno, antes era de vez en cuando, ahora casi cada fin de semana.

  • ¿Va a venir más gente?

  • No, ya estamos todos. Pero me alegro que estés aquí. La única mujer con cinco chicos puede ser agotador.

Antes de que Elisa pudiera preguntarle a qué se refería, Mikel regresó y se sentó a su lado. Julia se levantó para ir a por otra cerveza. Elisa le preguntó si podían irse pero él le respondió que sería de mala educación tan pronto, que se relajara y que disfrutara de la cerveza.

Elisa decidió intentarlo de otro modo y se acurrucó al lado de Mikel y le besó. Mientras sus bocas estaban enlazadas con sus lenguas, la mano de Elisa viajó hasta la entrepierna de Mikel, le apretó la polla y notó como se ponía dura. Le susurró al oído “¿por qué no nos vamos a donde podamos estar solos? Voy a hacerte alucinar”.

Mikel se levantó y la cogió de la mano. Durante un momento, Elisa pensó que le había convencido para irse, pero en vez de ir hacia la salida la llevó a la casita al lado de la piscina. Dentro había apenas una cama, un pequeño armario y una puerta que supuso era el baño. Cuando ella iba a protestar, Mikel la apretó contra su cuerpo y la besó de nuevo. Ella se resistió al principio pero después le devolvió el beso. Sus manos amasaban su culo sin piedad a través de la falda vaquera mientras apretaba su polla dura contra ella. De repente, puso sus manos en los hombros de Elisa y empujó para que se arrodillara.

Elisa levantó la vista y vio el puro deseo en la cara de Mikel. Él le contó que necesitaba sentir su preciosa boca en su polla. Elisa miró alrededor. Vio que aunque la ventana no tenía cortinas ni persianas nadie podía verles desde la hoguera. Desabrochó sus vaqueros y le bajó los boxers.

Mikel lanzó un gemido cuando Elisa besó la punta de su miembro. Se metió la cabeza en la boca y movió su mano derecha a lo largo del asta. Lentamente recorrió su palpitante longitud con su boca arriba y abajo. Iba con calma pero Mikel tomó el control. Le sujetó la cabeza y forzó su carne dentro y fuera de su boca.

Elisa aguantó las arcadas cuando la punta le golpeó la garganta. Era cuestión de poco tiempo antes de que Mikel se descargara en su boca. Elisa le miró orgullosa y se lo tragó todo.

Cuando su polla se desinfló, Mikel se abrochó los pantalones y la ayudó a levantarse. Juntos volvieron a la hoguera. Elisa pasó un poco de vergüenza al ver que como sus amigos palmeaban a Mikel en la espalda y chocaban los cinco. Julia le dijo que parecía necesitar una bebida y le pasó una cerveza.

Parecía que finalmente no se iban a ir así que Elisa decidió relajarse y disfrutar de la cerveza. Al poco tiempo vio como Julia iba hacia la casa principal y después la seguían Julián y Alex. Supuso que iban al baño. Elisa se levantó para coger otra cerveza y en ese momento Gabi  aprovechó para tirar de ella y sentarla en su regazo. Elisa pensó que Mikel podía decir algo, pero al mirarle simplemente le sonrió antes de seguir hablando con Pau.

Gabi le susurró que pensaba que era muy guapa y puso su mano sobre su muslo desnudo. Elisa se sintió incómoda y trató de cambiar de postura. Notaba lo que solo podía ser la polla dura de Gabi clavarse en su culo. Empezó a besarle en el cuello y una de sus manos sopesó una de sus tetas. Cuando ella intentó apartar la mano, él le preguntó que qué pasaba, si todos eran amigos. La mano de su muslo se deslizó pierna arriba ella trató de detenerle. No sabía cómo podía reaccionar, pero Gabi era una auténtica mole de músculos, propio de un jugador de rugby, y no pudo detenerlo. El volvió a susurrarle.

  • Tranquila. Mikel nos ha contado tu secreto, sabemos que tienes polla, pero joder estás muy buena.

La enorme mano de Gabi alcanzó sus braguitas y empezó a frotar su polla bajo la tela. Elisa abrió la boca para protestar y él aprovechó para besarla. Ella sintió su lengua empujar entre sus labios y explorar su boca. Su mano seguía acariciando y apretando su miembro ya duro. Joder la estaba poniendo cachonda. Elisa se dejó llevar y le devolvió el beso apasionadamente.

Cuando Elisa estaba a punto de correrse, Gabi la empujó de su regazo y se levantó. Cuando ella le dirigió una mirada de disgusto, él sonrió y la dirigió hacia la casita del jardín. Elisa miró a Mikel pero este solo sonrió y levantó su copa en un brindis silencioso y con una sonrisa maliciosa.

Elisa se fijó en Gabi. No era guapo, ni siquiera atractivo. Pero tenía un físico impresionante, petado de músculos. Y una sonrisa bonita. Le siguió hasta la casa. Gabi tenía prisa, ni cerró la puerta. Se desabrochó el pantalón dejando que cayeran hasta el suelo. La miró con la lujuria en el rostro y le dijo que ya sabía qué hacer.

Ella lo sabía. Se puso de rodillas y le bajó los calzoncillos. Su polla no era muy larga pero sí muy gruesa. Elisa la rodeó con la mano y la movió arriba y abajo unas cuantas veces. Chupó el glande durante unos segundos y después utilizó toda la boca para engullirla entera. Gabi empezó a jadear muy fuerte. Elisa se dio cuenta que no iba a aguantar mucho y le apetecía una pequeña venganza. Alargó una mano y apretó con fuerza sus huevos. Gabi dio un respingo pero se calmó un poco. Elisa se dedicó a tragarse entera la gruesa polla. Pasaron cerca de 5 minutos antes de que ella sintiera como palpitaba la carne en su boca y se tragaba la segunda corrida de la noche.

Cuando regresaron a la hoguera, vio que Julia estaba sentada junto a Mikel. Su blusa estaba mal abrochada y su maquillaje deshecho. Elisa supuso que ella no tenía que tener mucha mejor pinta. Cogió su bolso y se excusó al baño. Se arregló el pintalabios y se tomó un caramelo de menta. Al salir, se encontró con Julia en la puerta. Le ofreció un caramelo y ella le dio las gracias. Empezaron a hablar. Elisa no quería parecer maleducada pero tenía que preguntarle algo.

  • Eh, Julia ¿dijiste que eras la única chica en estas fiestas?

Ella se puso a la defensiva.

  • Si ¿por?. ¿Crees que soy una puta por tontear con todos ellos?

Elisa le respondió que no lo creía, que si lo hacía porque quería y nadie le obligaba podía hacer lo que quisiera. Ella sonrió y preguntó a Elisa si era la primera vez que tenía sexo en grupo. Si tú supieras, le dijo Elisa.

Antes de que Julia pudiera preguntarle por más detalles, Julián les gritó que llevaran sus hermosos culos hasta la fiesta, que se sentían muy solos. Los chicos estaban relajados alrededor de la hoguera y bromeando.Julia y Elisa se sentaron y se pusieron a hablar de moda y maquillaje. Una canción que encantaba a Julia se puso a sonar y cogió de la mano a Elisa y le pidió que bailara con ella. Al principio esta se hizo de rogar pero acabó cediendo a las súplicas de Julia. Se bebió lo que le quedaba de cerveza de un trago y se levantó.

Elisa aplicó todo lo que había aprendido en sus trabajos como gogó y de stripper. Los chicos las miraban embobados. La canción terminó y empezó una lenta. Elisa fue a sentarse pero Julia la agarró de la mano y se pegó junto a ella mientras movía las caderas.

Antes de darse cuenta, Elisa se dio cuenta que prácticamente estaban follando allí de pie con la ropa puesta, dando un show a los chicos. Álex le dijo a Julia que besara a Elisa. Cuando ella dudó, todos los chicos empezaron a corear “besala, besala”

Empezó como un beso lento, despacio, pero según iban bailando, se fue volviendo más apasionado. Los chicos empezaron a corear “desnúdala, desnúdala”. Julia deslizó la cazadora de los hombros de Elisa y la dejó en un banco. Después bajó las manos y levantó el borde del jersey. Sin dejar de bailar, Elisa levantó los brazos y dejó que Julia le sacara el jersey por encima de la cabeza. El aire frío la golpeó mientras bailaba solo vestida con su sujetador, la minifalda y las braguitas.

Elisa desabrochó la blusa de Julia y se la quitó para arrojarla a un lado. No llevaba nada debajo y unos hermosos y grandes pechos en forma de lágrima y separados entre sí se desparramaron sobre su torso. A continuación bajó la cremallera de su ajustada falda negra y Julia movió las caderas hasta que esta se deslizó hasta el suelo en torno a sus tobillos. Sacó los pies de la prenda y se inclinó para desabrochar la minifalda de Elisa.

Los chicos se acercaban poco a poco para tener una mejor perspectiva de las dos chicas bailando en ropa interior. Elisa y Julia volvieron a besarse. Elisa estaba perdida en la lengua de Julia cuando notó unas manos en el pecho. Julián se había acercado por detrás de ella y la había rodeado con los brazos para acariciarle las tetas mientras le besaba el cuello. Julián empujó su sujetador hacia arriba para poder pellizcar y jugar con sus pezones, a la vez refregaba su entrepierna contra su fantástico trasero. Pau se había situado detrás de Julia y amasaba sus enormes pechos. Ella giró la cabeza para besarle.

Elisa se giró de cara a Julián quien comenzó a besarla. Ella pasó sus manos por el pecho y la espalda de él, también muy musculado como el resto del grupo. Él desabrochó su sujetador y lo descartó a un lado. Rompió el beso y le lamió el cuello bajando por su torso hasta morder y chupar primero su pezón derecho y luego el izquierdo.

Mientras Julián dedicaba toda su atención a sus tetas, Elisa vio como Mikel, Gabi y Álex empezaban a desnudarse. Todos los amigos eran auténticas moles, por eso jugaban al rugby. Ya conocía las pollas de Mikel y Gabi y vio que la de Álex era la más grande hasta ahora, unos 17 o 18 centímetros, pero con una curiosa curva hacia la derecha.

Álex se sentó en un banco y extendió sus piernas. Se sentó allí meneando su polla y observando todo lo que ocurría. Pau tenía a Julia de rodillas, chupando su enorme polla negra. Elisa notó que era la más grande del grupo, quizás estaba a la altura de su querido Ramón. Mikel y Gabi estaban a ambos lados de Julia durante la mamada. Esta alargó las manos y empezó a pajearles.

Julián dejó de lamer las tetas de Elisa lo justo para poder desnudarse. Mientras esperaba, Álex le hizo señas para que se acercara. Elisa sabía lo que quería así que se puso a cuatro patas en el suelo con la cara entre las piernas de Álex. Se imaginó que no quería ninguno de los preliminares así que engulló esa maravilla de golpe y se dedicó a ella.

Elisa movía la cabeza arriba y abajo, tragándose todo lo que podía cuando escuchó a Julián quejarse porque su amigo le había robado a Elisa. Álex se rió y le pidió que se tranquilizara.

  • Coño Julián, esta zorra tiene otro agujero que puedes usar.

A Julián debió de gustarle la idea porque se escupió en la mano y empezó a lubricarse la polla. Elisa sintió como él le apartaba las braguitas a un lado y colocó su glande en forma de champiñón en la entrada de su ano. La agarró de la cintura y empujó.

  • ¡Joder, qué estrecha!- jadeó cuando la cabeza pasó por el anillo anal de Elisa.

Elisa dejó que la polla de Álex saliera de su boca mientras peleaba con el dolor y placer que la inundaba. Tenía la cabeza agachada y trataba de echarse hacia delante cuando Julián forzó más su miembro en su interior.

Álex se cansó de esperar y la cogió de la cabeza y la obligó a reanudar la mamada. Al principio era incómodo pero pronto alcanzaron un ritmo entre los tres. Julián le daba fuerte por detrás y Álex le follaba la cara. El dolor había desaparecido y solo una deliciosa sensación caliente la inundaba. Elisa alargó su mano y se cogió la polla a través de las braguitas. Notó que estaban mojadas con líquido preseminal. Todavía estaba jugando con ella misma cuando Julián se la metió hasta dentro y se corrió abundantemente en su culo. Eso hizo que Elisa se corriera al instante en sus bragas. Julián se mantuvo dentro hasta que se quedó flácido y su miembro se deslizó fuera.

Elisa seguía mamándosela a Álex cuando notó que alguien ocupaba el lugar de Julián. Ella miró por encima de su hombro para ver que era Gabi el que había empezado a follársela. Al parecer, Gabi se había cansado de esperar su turno con Julia. La corrida que ya tenía en su culo facilitó que él entrara dentro de ella.

Álex empezó a respirar con fuerza y su polla palpitaba entre los labios de Elisa. Ella alcanzó con su mano y le metió un dedo en el culo, buscando su próstata y su punto g. Álex se corrió como nunca lo había hecho. Elisa trató de tragarlo todo pero parte resbaló por su barbilla. Gabi no aguantó mucho y pronto su corrida se unió en el culo de Elisa.

Ella tuvo un momento para respirar. Miró a su alrededor. Todos los chicos estaban descansando, menos Pau que destrozaba con su enorme polla el coño de Julia. Mikel le dio una cachetada en el culo a Elisa y le dijo que fuera por una ronda de cervezas para todos. Pau al final acabó con Julia. Ella estaba hecha un auténtico desastre, tirada en el suelo, con semén fresco y seco por todo su cuerpo.Aunque ella no debía tener mucha mejor pinta.

Mientras Elisa repartía las cervezas, Pau le palmeó el culo y le ordenó que le limpiara su polla semiflácida. Ella se puso de rodillas y le lamió el asta. Saboreó su leche mezclada con los fluidos de Julia. Después pasó la lengua por sus huevos, en un baño de saliva, y paseó la lengua por la apertura de su glande. Se estaba endureciendo e iba a ordeñarle con su boca cuando él le separó la cabeza y le dijo que limpiara el coño de Julia. Ella permaneció de rodilla y se arrastró hasta donde descansaba Julia.

Se inclinó entre sus torneadas piernas y le dio una serie de babosos besos en los muslos. No sabía cuantas corridas había recibido el coño de su nueva amiga cuando recorrió sus labios vaginales con su lengua. Julia la detuvo y maniobró para colocar su cabeza bajo la entrepierna de Elisa. Cuando esta volvió a devorar su inundado coño, Julia agarró la goma de sus braguitas para exponer su polla. Elisa lamía los pliegues de Julia y esta el miembro de Elisa. Julia tenía talento y Elisa supo que no iba a aguantar mucho.

Elisa hacía un remolino con la punta de su lengua en el clítoris de Julia cuando notó dos manos en su culo. Gimió en el coño al meterle Devon de un golpe su enorme polla en el culo. Su cuerpo se estremeció al correrse en la boca de Julia. Elisa succionó y mordisqueó el clítoris y sintió como ella se agitaba en convulsiones cuando un orgasmo y después otro la golpearon.

Julia se arrastró de debajo de Elisa. Pau seguía invadiendo su trasero como un pistón furioso. No era ni amable ni delicado. Su culo se había convertido en un juguete sexual que él usaba para darse placer brutalmente. Empezó a azotarle en el culo y a llamarla su putita con polla. Cuando estuvo a punto de correrse, sacó su polla y descargó sobre su espalda. Los otros chicos ya tenían a Julia a cuatro patas con un rabo en su boca y otro en su culo.

Tan pronto como Pau se retiró, su polla fue sustituida por otra en su culo y otra aún se introdujo en su boca. Siguieron así al menos durante otra hora. Los cinco se turnaban en joder a Elisa y a Julia. Elisa solo sabía que su culo fue usado al menos dos veces más y que se tragó dos lechadas más. Elisa se corrió una tercera vez la segunda ocasión que Pau la invadió con su inmenso miembro.

Más tarde, cuando Mikel la acercó a casa, le preguntó si le había molestado que la compartiera con sus amigos. Ella le sonrió y le dijo que al principio sí, pero que luego lo había disfrutado. Él le preguntó si volverían y ella le respondió que se lo pensaría.