Fidel 5: Orgía con tres transexuales y una mujer

Fidel pasa una noche en casa de su amiga Elisa y conoce a sus interesantes compañeras de piso

Fidel se reclinó en el pequeño sofá y dio un sorbo a su cerveza. Elisa se rió con su último comentario y cogió el último trozo de pizza. Fidel, universitario de primer año de 18 años, miró a su amiga. Se habían hecho muy amigos. Si cuando se mudó del pueblo a la ciudad para estudiar la carrera le hubieran dicho que uno de sus mejores amigas sería una transexual no se lo habría creído.

Elisa era una compañera de clase, un par de años mayor, y se habían conocido en casa de su amigo común Ramón. Fidel, que vivía en un colegio mayor sin privacidad ninguna, compartía noches de masturbación viendo porno en la casa de Ramón, que vivía solo. Desde entonces su vida sexual había tomado derroteros que harían alucinar a cualquiera de sus amigos del pueblo. Una de esas noches Elisa, una transexual preciosa sin rasgos masculinos y con unas tetas operadas de escándalo y un culo de melocotón, había participado. Al final de la noche ella le había chupado la polla mientras Ramón se la follaba por el culo. Después habían venido otras noches de lujuria con una exprofesora cuarentona de Ramón o en un trío entre esa milf y otra amiga suya.

Desde aquella noche, Fidel y Elisa se habían hecho muy amigos. No había vuelto a pasar nada más y ella no había ido más a casa de Ramón. Esa noche ella le había invitado a cenar y ver alguna película en su casa. Elisa no paraba de pensar en la enorme polla de Fidel. Le ponía muy cachonda. Le parecía muy atractivo, con músculos definidos pero no prominentes. Su clítoris, como ella pensaba en su miembro, dio un respingo al pensarlo.

Los dos estaban relajados. Se estaba haciendo tarde y Fidel objetó que ya debería irse, que el último autobús iba a salir. Ella le propuso quedarse a dormir y él dudó unos momentos. Se lo estaba pasando muy bien. Ella le mintió y le dijo que su compañera de piso, Sonia, no dormía esa noche en casa así que Fidel se sintió más convencido.

Después de un par de cubatas estaban algo atontados pero no borrachos. Eran cerca de las dos de la mañana y continuaban riéndose de varias anécdotas. Fidel estaba un poco alucinado. El piso de Elisa era un piso enorme en pleno centro. Supuso que sus padres tenían dinero aunque en más de una ocasión ella había dejado caer que no tenía muy buena relación con él. Lo que no sabía Fidel es que Elisa se ganaba un sueldo como gogó y un sobresueldo como chica de striptease. Su especialidad eran despedidas de soltero donde le querían gastar una broma al novio.

  • Aún me acuerdo de la noche en casa de Ramón

Fidel miró a Elisa. Iba vestida con unos pantalones de chándal cómodos y un top que se ajustaba a sus hermosas y redondas tetas medianas. Sus labios eran muy sensuales y Fidel notó como su polla se estremecía al recordarlos alrededor suya. Ella miró divertida el imponente bulto que se había formado en los pantalones de Fidel. Los suyos no estaban igual solo por el tanga blanco que aprisionaba su miembro. Los pantalones de chándal eran bajos y los hilos del tanga asomaban por la parte superior, altos en su cintura. Ella jugueteaba con los cordones mientras se mordía el labio.

  • ¿Te apetece jugar un poco?

Fidel volvió a mirarla. Sus pies asomaban por los pantalones del chándal encerrados en unos pinkies rosa como la noche de Ramón. Se la imaginó solo con ellos. A la mierda pensó. La mamada de Elisa había sido una de las mejores que había recibido.

  • Claro, ¿en qué estabas pensando?

  • Quiero verte. ¿Por qué no te desnudas?.- Dijo Elisa mientras se levantaba y se acercaba al mueble de la tele. De uno de los cajones sacó una cámara de fotos digital y un pequeño vial con un líquido transparente. Con los dos objetos en la mano se le quedó mirando.

Fidel se quitó la camiseta, los calcetines y los pantalones y los dejó a un lado del sofá. Con la mirada fija en los ojos de Elisa se bajó los boxers y los descartó también. Su polla de 20 centímetros, ligeramente curvada, se alzó desde su posición sentada. Elisa se acercó contoneándose. Le dio la cámara y desenroscó el vial y volcó la mitad del vial en el cubata de Fidel y la otra mitad en el suyo.

  • ¿Qué es eso?.- Preguntó alarmado.

  • ¿Nunca has tomado éxtasis para follar?.- Respondió ella sentándose a su lado y acariciando levemente con las yemas de sus dedos la parte inferior de su asta- Te la va a poner aún más dura.

  • No sé Elisa. Paso de drogas fuertes.

Elisa le agarró la polla con fuerza y empezó a meneársela. Con la otra vació de un trago su cubata con su dosis de éxtasis. Cogió el vaso de Fidel y se lo acercó los labios. Le mordisqueó el lóbulo de la oreja mientras le susurraba que si se lo bebía iba a recibir la mejor mamada de su vida. Fidel cedió, obnubilado por la lujuria, tragó todo el cubata de golpe. Elisa le mordió los pezones y acarició sus abdominales esperando que la droga le hiciera efecto.

A los pocos minutos Fidel notó sensaciones encontradas. Por un lado una relajación y una desinhibición acentuada y por otro lado como sus sentidos se agudizan. Su polla se puso aún más dura, casi dolorosa, parecía que tirara de él. Elisa le soltó cuando se dio cuenta que estaba colocado. Su propio clítoris estaba también duro como una piedra y Fidel lo notaba contra su muslo.

  • Vamos a mi cuarto. Trae la cámara

Elisa se levantó y Fidel totalmente empalmado la siguió hasta el dormitorio. Elisa tiró una almohada en el suelo y pidió a Fidel que se sentara en la cama. Este se sentó en el borde y medio se tumbó en la cama apoyado en los codos.

  • ¿Sabes que la cámara puede grabar vídeos?.- Preguntó Elisa mientras de pie frente a él se quitaba el top y dejaba a la vista sus perfectas tetas redondas. Después medio se giró y se bajó sensualmente el pantalón mientras se inclinaba dándole un vistazo de su hermoso culo con el hilo del tanga entre las nalgas.- Te voy a dejar un vídeo para que te pajees a gusto con Ramón. Enciendela.

Fidel abrió la pantalla lateral y encendió la cámara. En el cristal vio reflejada a Elisa que se inclinaba para quitarse los pinkies rosa.

  • No dejátelos, por favor.

  • Uhmmm, cachondo eh?

Elisa se giró hacia él y se bajó el tanga lo suficiente para que aprisionara sus huevos por debajo. Su polla de tamaño mediano se alzaba de la tela y ella empezó a menearla lentamente. Fidel la miraba a través de la cámara como si estuviera viendo una película porno.

  • Dime que quieres que te haga, cariño. ¿Quieres que me coma tu polla?

Fidel no era capaz de centrar su mente nada más que en los pechos de Elisa y su cara con el pelo echado hacia un lado. Él asintió y ella se arrodilló sobre la almohada enfrente de él. Pasó sus manos por sus pantorrillas y el interior de sus muslos. Se inclinó sobre él y su larga melena negra acarició su hipersensible miembro. Agujas de placer volaron de su entrepierna a lo largo de todo su cuerpo. Elisa se lo ató en una coleta para dejar una vista clara para el vídeo. Le agarró la polla por la base y situó su boca a un par de centímetros de la punta. Acumuló saliva en su boca y la dejó caer sobre el trozo de carne.

Elisa utilizó su mano para rodear todo el miembro y formando una O con los labios se metió la punta entre ellos. Miró hacia arriba directamente hacia la cámara y comenzó a jugar con su lengua en el glande mientras le pajeaba con la mano. Fidel hacía lo que podía para mantener la cámara fija en esa preciosa cara. Elisa empezó a mover la cabeza arriba y abajo y Fidel sintió que se derretía del gusto. Ella usaba la lengua como guía a lo largo de su asta, deslizándola en su boca caliente y empleando una gran cantidad de saliva como lubricación.

Fidel empezó a mover sus caderas hacia su cara pero Elisa se lo estaba tomando con calma. La vez anterior no había sido capaz de hacerle una garganta profunda pero esta vez estaba dispuesta a lograrlo. El extásis relajaba los músculos de su garganta y evitaba las arcadas. Movió la cabeza arriba y abajo, metiéndose cada vez más dentro. Fidel dejó escapar un gemido y Elisa decidió jugar un poco más. Le introdujo el dedo índice por el culo y buscó su punto G. Cada vez fue tragándose más centímetros y le follaba el culo con el dedo.

Al final, Fidel estaba totalmente dentro de su boca, la cara de Elisa aplastada contra su pelvis y sus huevos rozando su barbilla. Fidel notaba cada parte de su miembro en el húmedo abrazo de su garganta. Elisa notó como palpitaba y se hinchaba y se retiró. La carne brillante de su saliva se deslizó de entre sus labios. Giró la cara y recorrió el asta con su boca de arriba abajo mientras retomaba el aliento. Sonrió con satisfacción al ver la cara de puro placer de Fidel. Le masajeó la próstata con el dedo y con la otra mano le pajeaba. Fijó su mirada con la suya y bajó lentamente hasta sus huevos que lamió con fruición para chuparle uno y después el otro. Fidel respiraba cada vez más rápido. Se imaginó viendo el vídeo con Ramón y masturbándose juntos. La cara de Elisa estaba brillante por su saliva y el líquido preseminal de su miembro. Su carne empezó a palpitar y Elisa sintió que estaba a punto de correrse. Ella volvió a subir la boca hasta la punta y succionó la parte posterior del glande, moviendo la lengua por su hendidura y dejando libre el resto.

  • Joder, no pares, no pares,- La droga aumentaba las sensaciones de Fidel y bloqueaba todos sus pensamientos.

La cámara grabó como un pequeño hilo de semén rezumaba y resbalada por su polla con la boca de Elisa aún en la parte posterior de la punta. Con un estallido abrasador, se corrió en fuertes y largas explosiones de leche que aterrizaron en su propio pecho y abdominales. Elisa se introdujo la cabeza en la boca y chupó fuerte terminando de ordeñarle totalmente.

  • Bueno, eso ha sido muy caliente la verdad.- Dijo una voz extraña desde la puerta de la habitación.

Fidel miró asustado. Debía estar viendo visiones. Recortada sobre la luz del pasillo había la silueta de una alta diosa. Fidel registró con lujuria la media melena que enmarcaba su rostro maquillado, unos pechos enormes en una camiseta ajustada, un vientre plano y unas largas piernas. Lo único extraño,, aunque ya no tanto para él era la polla que asomaba por su minifalda y que se acariciaba lentamente.

  • Joder Sonia, me dijiste que no nos molestarías. - Dijo Elisa levantándose y yendo hasta la puerta donde se puso a cuchichear rápidamente con su compañera de piso.

Así que esta era la amiga de Elisa. Fidel sabía que era otra transexual que Elisa había conocido en bares de ambiente y que la había acogido en su piso de alquiler. Miró divertido la escena con Elisa casi desnuda y las dos con sus penes a punto de rozarse mientras discutían. La polla de Fidel seguía a punto de reventar, más dura de lo que había estado nunca.

Lanzándole un beso, Sonia se dio la vuelta y se fue. Elisa se le quedó mirando dubitativa desde la puerta.

  • Prométeme que no vas a flipar.

  • ¿Más?

  • Jaajajaj, Sonia y Dalila, una amiga suya, han traído a una tía para… ya sabes… y Sonia me ha preguntado si queremos participar.- Le dirigió una mirada implorante, mordiéndose el labio.

  • ¿Las tres son…?, ¿cómo tú?

  • Sonia y Dalila, sí. La otra es una clienta del bar donde trabajan las dos.

Fidel solo lo pensó unos momentos. Su cerebro no encontraba ninguna razón para no unirse a esa orgía. Abandonó la cámara sobre la cama y se acercó a su amiga. Esta le cogió de la mano y le guió hasta la habitación de Sonia. Allí se paró en seco. Sentada sobre la cama había una morena preciosa de unos 30 años con una blusa abierta que mostraba unos enormes pechos naturales y unos vaqueros ajustados. Tanto Sonia como Dalila estaban frente a ella, desnudas, y con sus pollas enhiestas apuntándole. La mujer de la cama las masturbaba alternándose para chupar a una y otro. A Fidel ninguna de las dos transexuales le pareció excesivamente masculina, quizás Dalila pecaba algo más de una mandíbula fuerte pero una melena con mechas rubias la ocultaba. También estaba operada y al igual que Sonia mostraba unos enormes pechos. Fidel calculó unos 25 años tanto a Dalila como a Sonia.

Elisa se acercó despacio al trío y se situó entre sus dos amigas.

  • Marta ¿te acuerdas de Elisa? Ella te ha echado de menos. ¿Quieres comerle su pollita?

Marta dejó de comerse a Dalila pero siguió meneándosela a las dos.

  • Si, Sonia, lo que tú quieras.

Fidel permaneció quieto viendo como esa treinteañera abría la boca para tragarse casi entero el miembro de Elisa mientras seguía pajeando a los otros dos. Probablemente se hubiera quedado ahí gran parte de la noche si Sonia no le hubiera llamado.

  • Venga guapo, no seas tímido, Te estás perdiendo la diversión.

Fidel arrastró los pies hasta la cama para poder ver el espectáculo más de cerca. En la mano izquierda de Marta, la polla de Sonia, tirando a pequeña la verdad, unos diez centímetros, con la punta brillante por los fluidos preseminales y ella gimiendo mientras Marta se la trabajaba con la mano. En medio Elisa, con un tamaño mediano a grande, unos 14 centímetros, que introducía a golpe de cadera en la boca de Marta, que gemía y chillaba a través de la carne y la babeaba. En la mano derecha, la polla de Dalila que era grande, tan solo un poco más pequeña que la de Fidel pero incluso más gruesa. Ella miró el miembro de Fidel y le sonrió.

  • Vamos cariño. Enséñale esa preciosidad a esta putita.

Fidel dio dos pasos hacia delante, buscando un sitio frente a Marta y exponiendo sus 20 centímetros a los otros cuatro.

  • Uhhmm, bonita polla. Elisa no mentía.- Se relamió Sonia mirando hacia abajo.

  • Toma. toda tuya.- Dijo Dalila dando un paso atrás y empezando a pajearse ella misma.

Fidel tomó rápidamente su lugar. Marta miró su polla y se relamió gimiendo con el miembro de Elisa dentro de su boca. Su mano libre agarró a Fidel y empezó a menearle en la dirección de su enorme par de tetas.

  • Hostia puta.- Consiguió decir Fidel.

  • ¿Es buena eh?- Dijo Elisa con una sonrisa.- Es una guarra chupapollas. OOhhhh.- exclamó moviendo las caderas y metiendo la polla cada vez más dentro de la garganta de Marta.- Nos la hemos estado follando desde hace bastante tiempo.

Fidel registró sorprendido el cambio de actitud de su amiga. De inocente había pasado casi a dominadora. Marta solo podía exclamar hhummmm mientras trataba de complacer el martillo de carne que le estaba follando la cara. La lógica de Fidel le decía que esto era demasiado pero su polla estaba más dura que el acero. Dalila debió notar las dudas en su cara.

  • Tan solo disfruta, cariño. - Dijo Dalila trepando a la cama y colocándose detrás de Marta para poder meter una mano en sus vaqueros y masajearle el coño. - Lo que pase aquí, no saldrá de aquí. Y Elisa nos ha contado que te va la marcha.

Fidel miró a Elisa. No podía creer que hubiera contado sus experiencias pero tampoco podía creer que la idea de que ellas supieran sus aventuras le endureció aún más. El prelíquido se acumuló en la punta de su miembro.

  • Todos somos amigos aquí. Solo queremos que te lo pases bien.- Dijo Sonia tirando de él hasta que se apartaron de Marta, Elisa y Dalila y estuvieron frente a frente. Sonia le agarró de la nuca y acercó sus labios pintados a los suyos. Sacó la lengua y la forzó en la boca de Fidel.

Él notó que sus pollas se rozaban. Sonia alargó una mano y formando una C con su mano unió sus rabos y empezó a frotarlas juntos. Fidel extendió los brazos alrededor de sus caderas y manoseó su duro y respingón culo. Maniobró hasta que un par de sus dedos se introdujeron en el ano de Sonia. Esta movió su cintura para acompañar la follada de dedos y aumentar la fricción de sus pollas. Tras unos minutos y antes de que los dos se corrieran Sonia le lamió el cuello para recorrer después con su lengua su pecho y sus abdominales hasta que estuvo de rodillas frente a él. Sin darle apenas un respiro se metió la punta en la boca y le masturbó con dos manos.

Fidel miró hacia la cama y vio a Dalila y Elisa sentadas en la cama masturbando cada una la polla de la otra mientras Marta terminaba de desnudarse frente a ellas. Trató de asimilar todo con Sonia tratando de acomodar todo su pene en su garganta. Fidel no era consciente, pero estaba lanzando empellones contra la cara de Sonia y su mano bajó hasta su coronilla para mantener su cabeza quieta y marcar él el ritmo de la mamada. No pudo más y volvió a correrse en abundancia directamente en la garganta de Sonia.

  • Joder, tengo que sentarme…- Dijo Fidel sacando su miembro aún duro de Sonia que la rodeó con una mano.

  • Lo que quieras cariño. Ponte cómodo. Tan solo estoy esperando nuestro turno.

  • ¿Nuestro turno?

Fidel miró hacia los otros tres y lo comprendió al momento. Marta estaba tumbada boca arriba en la cama con la cabeza colgando del borde. Dalila estaba frente a ella, con las rodillas inclinadas, y metía y sacaba lentamente su enorme polla de la boca de Marta. Sus huevos chocaban contra los ojos de Marta. Los ojos de Fidel viajaron de las tetas de Dalila, a sus testiculos y al bulto que juraría aparecía en la cuello de Marta al entrar. Por su parte, Elisa estaba encima de Marta, follándose con ganas su hermoso coño. Su polla marcaba un ritmo pausado, acompasado al de Dalila al otro lado. Casi parecía un trío lésbico.

Fidel y Sonia se sentaron en las dos sillas de la habitación, directamente enfrente del show. Sonia le masturbó mientras Fidel veía a las dos transexuales destrozar a la treinteañera. La luz arrancó brillos de los hilos de saliva que salían de las esquinas de los labios de Marta, creando arroyos que resbalaban por su cara y hasta su pelo.

  • Cariño, no te olvides de mí. Estoy muriendo aquí sola.

Fidel no sabía a qué se refería por unos momentos hasta que bajó la vista hasta la polla hinchada de Sonia y la suya en las manos de ella. Alargó una mano y rodeó el palpitante trozo de carne y lo lubricó con el líquido que goteaba lentamente de la punta. Trató de imitar el ritmo de Sonia pero aún se sentía incómodo pajeando otra polla. A ella no pareció importarle.

  • Muuumm, ¡Qué bueno!, se siente muy bien.

  • Yeah, tú también.- replicó Fidel.

Enfrente de ellos, Elisa se había inclinado y frotaba sus pechos contra los de Marta mientras seguía tirándosela sin compasión. Le besó en el cuello, murmurándole.

  • Te gusta, ¿eh puta? Te vamos a reventar, guarra, voy a llenarte el coño de leche. Joder… ¿Estás lista puta?

Fidel volvió a alucinar con el cambio de actitud, de mujer inocente, a esta transexual sedienta de sexo. Elisa dejó escapar un grito y todo su cuerpo se tensó mientras se corría en el interior de Marta. Una lucecita le dijo a Fidel que ninguno se había puesto condón pero enseguida se apagó. Elisa se retiró un poco en la enorme cama y miró a Fidel.

  • Joder, me voy a correr.- gritó Dalila que se inclinó hacia delante y pellizcó con fuerza los pezones de Marta. Enterró su polla en la garganta y se vino dentro. Cuando terminó y salió, una gruesa mezcla de saliva y semén resbaló de entre los labios de Marta y se deslizó por su cara hasta el pelo. Su cara, con el maquillaje corrido era un desastre muy sexy.

Sonia se levantó y se subió a la cama y le gritaba a Marta que se pusiera a cuatro patas y la volvía a llamar puta. Mientras Sonia se preparaba para follarsela, Dalila se sentó en la silla que su amiga había dejado libre. Elisa le hizo señas a Fidel para que se acercase. Él se subió a la cama en el momento en que Sonia agarraba del pelo a Marta y tiraba hacia atrás para arquease la espalda. Pronto su polla volvía a dilatar ese coñito. Las tetas de Marta se movían sensualmente delante y atrás y Sonia se acariciaba con la mano libre las suyas. Le dio un sonoro azote en las nalgas antes de volver a sobarse los pechos.

Elisa hizo que Fidel abriera las piernas y puso una encima de su muslo y la otra debajo del otro. Estaban sentados en tijera con sus pollas y sus huevos unidos. Elisa se echó hacia delante y besó a Fidel, algo que nunca se había atrevido a hacer por las reticencias de Fidel. Fue un beso casi romántico, contrapuesto a la furia sexual que había demostrado con Marta. La polla de Elisa estaba dura y reluciente de su corrida y los fluidos de Marta, que había encadenado varios orgasmos. Las dos manos de Elisa unieron su miembro al de Fidel y empezó una paja unida, lenta y suave.

Fidel gemía en su boca y ella dejó el beso y apoyó su frente en la de él y ambos miraron hacia abajo, a las dos astas unidas.

  • Lo siento, tendría que haberte avisado. Pero creía que no querrías.

Fidel se giró cuando Marta gritó en un nuevo orgasmo. Movió sus caderas siguiendo las expertas manos de Elisa.

  • Entonces ¿sabías que venían?- los dos se hablaban entre gemidos entrecortados de placer.

  • Bueno, no sabía si te quedarías. Si no el plan era acostarnos nosotras tres con ella. Pero me moría porque participaras.

  • ¿Y ella?.- Fidel miró a Marta que se retorcía empalada por Sonia, que le daba sonoras palmadas en su impresionante culo y le preguntaba si le gustaba como la puta que era

  • ¿Marta?, la conocimos en un club de intercambio con su marido. Pero prefiere ser follada sin él.

Fidel alargó las manos para acariciar las tetas de Elisa que aceleró el movimiento de sus manos. Dalila, con su polla ya dura de nuevo, se colocó detrás de Sonia. Sin mucho preámbulo, le metió la polla a Sonia en el culo que dio un respingo y se la clavó a su vez más profundo a Sonia. Los cinco estaban poniendo a prueba el colchón y Fidel pensó en como Marta, Dalila y Sonia estaban ahora conectadas. Las tres sudaban y gemían.

  • Creo que se van a correr pronto otra vez. ¿Estás listo?.- Dijo Elisa bombeando toda la longitud de sus miembros, jugando con la punta y los pulgares y lubricandola con los fluidos que rezumaban.

  • ¿Listos para qué?

  • Ramón me contó vuestro jueguecito con la fleshlight. He pensado que quizás te gustaría intentarlo conmigo y con una tía de verdad.

Fidel recordó como había compartido la vágina de plástico de Ramón.

  • Joder, sí.- estaba a punto de correrse otra vez pero Elisa le apretó fuerte en la base.

  • Aguanta, resérvate para ella.

Fidel estaba tan cachondo por las drogas que dudaba que una nueva corrida le afectara demasiado. El trío seguía retozando y gruñendo. Dalila salió de Sonia y se situó frente a la cara de Marta. Refregó su miembro por sus mejillas y se lo introdujo en la boca. A esta no pareció importarle donde había estado y le dedicó toda su atención.

  • Mhhhmm, sí me voy a correr en esa carita otra vez.- Dalila salió y bombeó rápidamente su polla frente a la cara de Marta. Con un gemido se corrió pintando su cara desde la frente hasta la barbilla.

Por detrás Sonia la agarró de la cintura y empujó con más fuerza.

  • ¿Estás lista, zorra? ¿Lista para la leche de mami?

  • Sí, mami, sí, cariño, joooddeerrrr, ohhhhhh mami, fóllame más fuerteee!!!- respondió Marta cuando su cuerpo empezó a temblar en un nuevo orgasmo.

  • Ngggghhh, ssíii.- gritó Sonia agarrando de la cintura a Marta y enterrando su polla en ella para añadir otra carga dentro de su ya repleto coño.

Todos se quedaron quietos por un momento. Fidel notó el olor a sudor y vio que todos estaban empapados y brillantes. Fidel se sentía perdido, sabía lo que se venía encima pero no sabía qué hacer ahora. Elisa se levantó y tomó el control, alucinándolo de nuevo con su experiencia.

  • ¿ Prefieres estar debajo o follartela desde atrás?

  • ¿Perdón?

  • ¿Quieres que Marta te monte o prefieres darle desde detrás?

Dalila había ido al baño, probablemente para mear, y Sonia se había levantado de la cama y se limpiaba la polla con la blusa de Marta. Miró a FIdel.

  • Mejor desde detrás cariño. Te encantará ver ese culo.

  • Uhhm, claro.- dijo Fidel. Miró el lío que rebosaba del coño de Marta. El pequeño triángulo de vello púbico que mantenía sobre el clítoris goteaba semén que había surgido de dentro de ella después de que Sonia se corriera dentro.

Elisa se tumbó en la cama, acariciando su herramienta. Marta meneó el culo en mi dirección y sonrió mientras se sentaba a horcajadas sobre Elisa, alcanzó con una mano y la guió hasta su mojada cueva.

  • ¿Me váis a llenar con dos pollas a la vez, cielo?

  • Sí guarra, dos rabos para una puta.- La polla de Elisa se hundió lentamente en la raja de Marta, expandiendo su coño mientras centímetro a centímetro la rellenaba y ella se sentaba sobre él.- ¿Bueno, amor, te vas a unir o me vas a dejar sola?

Era una de las fantasías de Fidel desde que lo había visto en vídeos con Ramón y lo habían practicado con la fleshlight. La sensación de dos pollas apretadas en un agujero estrecho había hecho que se corriera como nunca antes. Y ahora podía probarlo con una mujer de verdad.

  • Vamos Fidel, fóllame por favor.

Fidel mandó una vez más todo a la mierda y se posicionó detrás de Marta a horcajadas sobre las piernas de Elisa. Esta empujaba lentamente sus caderas hacia arriba, haciendo que las corridas de Sonia y Dalila se acumularan y rebosaran por los labios vaginales de Marta.  Fidel agarró su rabo y lo guió hacia Marta, recorriendo la punta a lo largo del mástil lubricado de Elisa haciéndola gemir. Dio un par de pasadas más recogiendo los fluidos mezclados para asegurarse de que se lubricaba también.

Joder, era estrecha pensó Fidel, más con Elisa dentro. Necesitó un poco de maniobra pero al final su glande se deslizó por la longitud de Elisa dentro del usado y caliente coño de Marta que lanzó un grito mitad dolor y mitad placer. Centímetro a centímetro la introdujo en la humedad rellena y sintió el miembro de Elisa temblar contra el suyo. Casi se corrió allí mismo.

  • Joooddeerrr.- musitó Fidel y Elisa lo imitó.

Los dos se acomodaron dentro de Marta. Fidel vio que Dalila había puesto a cuatro a Sonia en el suelo y la enculaba con fuertes empujones. Sonia apoyaba la cabeza en el suelo y se masturbaba con una mano mientras recibía a su amiga dentro de ella. Dalila los miraba con cara sonriente. Los miembros de Elisa y Fidel se movían al unísono, las manos de él en la cintura de Marta mientras aceleraba sus empellones. Fidel sentía las pulsaciones del pene de Elisa en el suyo cuando ella levantaba sus caderas en la follada. Los sonidos le estaban volviendo loco, un sonido húmedo desde el coño al tirárselo los dos a la vez. El esperma de su interior mezclándose y goteando en los huevos de Elisa. Marta gemía muy alto y Fidel y Elisa gruñían como cerdos. El sudor resbalaba del pelo y el cuerpo de Fidel sobre la espalda de Marta.

  • Joder, es la hostia.- dijo Elisa los ojos cerrados, tratando de no correrse todavía.- Noto como te la follas, cariño.

Los dos incrementaron la velocidad, dando de sí ese coñito como si no hubiera mañana. Marta enterró la cara en el cuello de Elisa. Fidel volvió a mirar hacia las sillas. Dalila salió del ano de Sonia y vertió su semilla sobre su espalda. Sonia gritó mientras bombeaba más rápido y se corrió también sobre el suelo. Las dos se abrazaron y sobaron las tetas la una de la otra mirando al trío en la cama. Fidel notó que estaban duras todavía y sospechó que también se habían dopado.

  • ¡Sííí!, ¡folladme más fuertes hijos de puta!- los gritos de Marta le devolvieron a lo que tenía entre manos.

Las paredes interiores de Marta se apretaron en un nuevo orgasmo. Fidel notaba hasta las venas hinchadas de Elisa. Fidel no aguantaba más. Dio una cachetada en el culo a Marta y anunció que se iba. Sin embargo, notó como la polla de Elisa vibraba y sintió como un líquido ardiente envolvía su miembro. Elisa se estaba corriendo. Eso le llevó a correrse como si de una manguera se tratara, su semén disparando con tanta fuerza que le maréo e hizo que su culo se apretase. Tras unos segundos, Fidel sacó su miembro aún duro, maldita droga pensó, y la punta rozó el escroto de Elisa, leche rezumando de su miembro y de la raja de Marta.

Fidel trató de enfocar su atención. Marta jadeaba como una perra en la cama mientras Elisa le acariciaba el pelo y miraba a Fidel. Dalila rompió la pausa.

  • Mi turno.

Estuvieron follando hasta el amanecer. El resto de la noche pasó como una bruma debido a las nuevas drogas que consumieron. Fidel solo recordaba retazos y sensaciones de placer infinitos. Sonia y Dalila follándose por turnos a Marta y llenándola aún más. Fidel tumbado en la cama mientras Elisa le chupaba la punta de la polla y Dalila y Sonia los huevos y Marta recuperaba el aliento. O cuando Elisa evitó que Dalila o Sonia le dieran por culo. En realidad los únicos agujeros que no se utilizaron aquella noche fueron su boca y su culo, al menos más allá de dedos

.El último acto de la noche fue colocar a Marta de rodillas en el suelo en el centro de un círculo de los otros cuatro participantes de pie, con la cara mirando hacia arriba. Fidel masturbaba a Elisa, Elisa a Sonia, esta a Dalila y Dalila a Fidel. Uno a uno se fueron corriendo sobre su rostro, que goteaba semén sobre sus pechos y el suelo. Era lo último que recordaba Fidel.

Pasado el mediodía Fidel se despertó en la cama de Elisa con ella abrazada a su lado. Los cuerpos de los dos apestaba a sexo y restos de fluidos de todos los participantes de la orgía se habían secado sobre su piel. Notaba los pechos de Elisa aplastados contra su pecho y su polla flácida contra su muslo. Una de sus manos acariciaba experta el miembro dolorido de Fidel que a su pesar respondía a sus atenciones. Pronto estaba dura otra vez. Ella, con los ojos cerrados, le mordisqueó la oreja y le susurró que lo quería. Después se deslizó entre las sábanas hasta que su deliciosa boca acogiera otra vez su polla.