Fidel 3: Trío con una fleshlight

Los dos amigos de 18 años comparten una noche de masturbación con un coño de plástico

Fidel se terminó su cerveza y dio una calada al porro que compartía con Ramón. Los dos amigos de 18 años estaban pasando el tiempo en casa de Ramón. Eran amigos de la universidad y Fidel, que vivía en un colegio mayor, pasaba cada vez más tiempo en casa de su compañero que tenía para él solo. Eran habituales lo que ellos llamaban sus noches de pajas donde veían porno uno al lado del otro y se masturbaban. Habían roto varias barreras juntos como compartir a una compañera transexual y una antigua profesora casi cincuentona de Ramón. Se sentían cómodos con su cuerpo y su sexualidad juntos. Fidel empezó a recordar la noche con Raquel, la exprofesora de Ramón, y notó como su polla crecía en sus pantalones. Miró a su amigo.

  • Tío, me estoy poniendo cachondo. ¿Vemos alguna porno?
  • Jajajaj, ya estabas tardando. Estaba esperando que lo pidieras. Pero tengo una sorpresa para ti. Vas a flipar.

Fidel miró con cara de sorpresa a Ramón cuando este se levantó y salió de la habitación. A los pocos segundos volvió con un bote de lubricante y las toallas baratas que usaban para correrse y no causar un desastre en el salón de Fidel. En una de las manos llevaba lo que parecía una enorme linterna. Se la lanzó a Fidel desde la televisión antes de meter un dvd pirata, de los que llenaba con porno para estas sesiones durante toda la semana.

Fidel notó que la linterna no pesaba mucho y que tenía una especie de tapa en el extremo circular. La quitó y se quedó impresionado. Moldeados en silicona de color carne había unos labios vaginales y una invitadora apertura. Ramón se reía desde el otro extremo de la habitación.

  • Me lo pillé el otro día en un sexshop. Se llama fleshlight y ya te puedes imaginar para que se utiliza. Se supone que es el coño de Sunset Thomas.

  • Hostias, tío, eres un puto salido te lo juro.

Fidel rodeó con un dedo los labios falsos y lo introdujo. Les costó incluso llegar a la falange.

  • Es muy estrecho macho. Como entra una polla aquí.

  • Bueno, supongo que podemos averiguarlo.

  • ¿En serio?

  • Claro, estaba esperándote para disfrutarla juntos. ¿No quieres?

  • Coño, sí. Pon alguna peli

  • JAJJAJAJ vamos allá. Tengo una selección especial.

Ramón se sentó a su lado y dio al play. Fidel enseguida se perdió en la peli una sucesión de escenas pero sin argumento. Directas al sexo. En la pantalla apareció una gran polla en primer plano. Solo se veía el rabo y las piernas del hombre. De pronto apareció una boca de mujer desde la esquina superior pero el enfoque solo dejaba ver la boca y parte de la mejilla. La tía empezó a chupar la punta y solo llegaba hasta la mitad. De los altavoces empezaron a surgir gruñidos y gemidos del tío. En apenas un par de minutos del vídeo, empezó a gritar y parte de su lefa se resbaló entre los labios de ella y por el mástil del hombre sin que ella soltara su polla en ningún momento. Él siguió duro todo el tiempo. Todavía se corrió otras dos veces sin que ella para hasta que soltó una gran carga que obligó a la chica a separarse para dejar caer la leche sobre el glande.

Fidel estaba totalmente empalmado ya. La escena irradiaba una sexualidad desfasada. Ramón estaba en la misma situación y se desnudó rápidamente para sentarse con su erección apuntando al cielo. Fidel le imitó y pronto estuvieron los dos sentados de nuevo uno al lado del otro, con sus miembros en todo esplendor. Ramón miró a su amigo, en forma como él, sin demasiados músculos y totalmente depilado. Aún sentía envidia. Se sentía orgulloso de sus 17 centímetros, pero Fidel le superaba en 3 centímetros con una curva hacia delante.

Volvieron a mirar hacia la tele. Una morena con dos tetas increíbles desnudaba a dos hombres. Les colocó tumbados en el suelo con la pierna de uno sobre los muslos del otro como una tijera. Sus dos rabos quedaban paralelos con los huevos tocándose. La morena les pajeaba por separado y se las comía por separado. Al poco tiempo las unió y empezó a frotarlas unidas. Se inclinó y se metió las dos en la boca a la vez. Fidel recordó que Raquel les había hecho lo mismo a los dos y se excitó aún más.

  • ¿Quieres?.- Ramón sostenía el bote de lubricante justo encima de su entrepierna. Fidel asintió y Ramón apretó el bote para dejar caer una generosa cantidad del gel en sus partes.- Vaya creo que me he pasado.

Ramón soltó el bote y le cogió la polla directamente a Fidel. Este suspiró al empezar su amigo un bombeo suave. Hasta hace poco le hubiera dado una hostia pero había superado muchos de sus límites. Ramón extendió el gel por sus huevos y su asta y Fidel dejó que las sensaciones de que alguien le hiciera una paja se extendieran por su cuerpo. Por la masturbación no pensaba que fuera gay. Alargó su mano y le devolvió el favor a Ramón.

Los dos amigos se mantuvieron así hasta que la escena volvió a cambiar. Ahora dos chicos se follaban a una joven casi sin tetas, delgada y ligeramente atractiva. Pero estaba rodada desde el punto de vista de uno de los chicos. Normalmente cuando la cámara se ponía en la piel de un protagonista era solo en una escena de hombre mujer. El morbo se añadía la ponerse en la piel de uno de los protagonistas del trío. Además se notaba que ella disfrutaba en una escena donde siempre estaba presente y brillante de sudor. Lo mejor era la naturalidad de la tía. Se reía cuando se atragantaba con una de las pollas de sus amantes o disfrutaba de verdad en los orgasmos. No había nada de la falsedad

Ramón no pudo más.

  • Joder tengo que probarlo. Voy a reventar este coñito.

Ramón cogió el bote de lubricante y echó una generosa cantidad en los labios de la fleshlight y dentro de ella. A continuación vertió un poco más en su polla y la extendió con su mano libre. Fidel se retiró para observar a su amigo. Cuando lo tuvo todo bien lubricado, apuntó su polla hacia la apertura de su nuevo juguete. Después de alguna resistencia en la punta, los labios se abrieron para dejar que su pene se deslizara profundo.

  • Joder tío, esto es alucinante.

Ramón siguió bajando la fleshlight hasta que estuvo totalmente dentro. Dejó escapar un suspiro cuando el coño falso golpeó sus huevos. Fidel había olvidado la película con el espectáculo que estaba dando Ramón. De nuevo pensó que era hetero o quizás heteroflexible. Ramón era atractivo y las sesiones de masturbación conjunta le ponían mucho. Estaba bien dejarse llevar y disfrutar de estas experiencias. Era el último lazo masculino.

Ramón retiró la linterna sexual de la base hasta la punta. solo para volver a bajarla enseguida. Mientras se trabajaba la polla con el juguete, este se aflojaba y le permitía acelerar el ritmo.

Fidel se la meneaba cada vez más rápido también viendo como su amigo se follaba el nuevo juguetito. Le encantaba verlo deslizarse por el rabo de su amigo mientras el lubricante rezumaba hasta sus huevos.

  • Vale, ya te has divertido, me toca.

  • Jjajaja, vale, de acuerdo.- dijo con reticencia Ramón. Le llevó un par de vaivenes hasta que con un esfuerzo de voluntad sacó la polla del plástico y se la pasó a su colega.

Cogiendo la linterna con una mano y el lubricante con otro, Fidel echó de nuevo una gran cantidad en su miembro y otro en la fleshlight para asegurarse. Tras extender bien el gel por todo su asta, bajó el fleshlight hasta la punta de rabo. Todavía estaba caliente de Ramón. Le encantó la sensación y cuando llegó a la base, la levantó de nuevo. Gradualmente, encontró un ritmo y cogió velocidad. Era increíble.

Ramón seguía acariciando su polla. Entre la tía sudorosa de la pantalla corriéndose en squirt mientras se la follaban los dos actores y su colega tirándose la linterna, se notaba más duro que nunca. Comenzó a utilizar las dos manos, y a darse tirones más fuertes.

  • Vale macho, me toca otra vez. Quiero follármela de verdad.

  • ¿Qué quieres decir?

  • Bueno podemos encajar en los cojines del sofá y hacerlo a lo perrito.

  • Me gusta como piensas.- respondió Fidel pasándole el juguete a su colega.

Ramón la cogió y la encajó entre la parte inferior del asiento del sofá y la base de abajo. Arrodillándose penetró el estrecho agujero, con lentos empujones al principio y acelerando poco después.  Fidel volvió a disfrutar del show. Se la meneaba viendo como Ramón lanzaba empellones contra dentro y fuera de ese agujero pensado solo para follar, con sus huevos golpeando el sofá y sus abdominales apretadas por el esfuerzo. Apretó aún más el ritmo y ahora se lo estaba tirando con todas sus fuerzas. Parecía que no habían pasado más que un par de minutos cuando anunció que se corría.

  • Joder, joder, estoy muy cerca.

Después de unos pocos vaivenes más, empezó a gemir, manteniendo a duras penas la compostura al empujar como un loco cuando un poderoso orgasmo le sacudió. Paró a medio meter y Fidel vio como su polla vibraba al descargar gruesos hilos de semén en el interior del coño.

  • Joder, ha sido intenso.

  • Aparta, me toca.

  • Espera, ¿no quieres limpiarla primero?.- preguntó Ramón consciente de algunos de los escrúpulos de Fidel.

  • A la mierda, tengo que correrme ya.

Ramón obedeció. Es verdad que en la sesión de sexo con Raquel, la profesora, ya habían compartido cavidades llenas del semén del otro. Pero había sido más Ramón con las corridas de Fidel. Este se arrodilló y tomó el lugar de Ramón que se sentó en el sofá. Fidel metió otra vez la polla en el delicioso agujero. Podía notar la leche de su amigo resbalar por su miembro al empujar cada vez más dentro. Mejor que el lubricante. Ramón se había corrido en abundancia al parecer, el miembro de Fidel pronto estuvo totalmente cubierto. Al mirar hacia abajo pudo ver como rezumaba por los bordes con cada empellón.

No pasó mucho tiempo antes de que Fidel alcanzara el punto de no retorno. Empezó a empujar tan rápido como pudo. Pronto gemía como un poseso cuando una oleada de placer surgió de sus huevos disparada hasta su glande. Otra le siguió enseguida y ocho disparos interminables de semén llenaron aún más la linterna. El orgasmo remitía y Fidel apretó la linterna para presionar su miembro y ordeñar las últimas gotas. La sacó cubierta de su semilla y la de su amigo y se derrumbó en el suelo, tratando de recuperar el aliento.

Después de unos momentos vio que Ramón estaba erecto otra vez. Fidel se limpió con una toalla y le miró inquisitivo.

  • ¿Quieres probar algo nuevo?

Fidel sintió un hormigueo y su polla se colocó a media asta. Miró a la película donde la actriz estaba con la cabeza y el cuello apoyados en el colchón y el cuerpo en vertical. Uno de los chicos, de pie, le sujetaba el cuerpo por detrás y la penetraba desde arriba. El martillo neumático. En un momento dado, la chica se corría en un copioso squirt que le empapó la propia cara. Fidel se empalmó de nuevo enseguida.

  • Túmbate y abre las piernas- le pidió Ramón mientras limpiaba como podía la linterna con la otra toalla y le añadía más gel.

Fidel obedeció y miró con curiosidad cuando Ramón se puso a horcajadas sobre uno de los muslos. Sus huevos se juntaron hasta que sus dos pollas estaban casi juntas. Ramón pidió a Fidel que las sujetara juntas. Fidel las rodeó con su mano y las puso en paralelo un poco inclinadas hacia él. Ramón echó más lubricante sobre las dos y Fidel movió la mano para extenderlo. Un escalofrío le recorrió de nuevo al sentir el calor de Ramón contra su piel íntima. Ramón colocó la apertura sobre sus dos puntas unidas pero no había manera de que entraran. Se retiró un poco para que entrara la cabeza de Fidel y volvió a empujar con la suya. De repente los dos estaban dentro. Sonrieron. Lo siguiente era ver si podían follarse a la vez un agujero. Lentamente, Ramón empezó a bajar la fleshlight. Ramón empujó todo lo que pudo pero no había manera  que sus dos miembros cogieran en el interior. Se retorcieron y cambiaron el ángulo hasta que al final lo consiguieron. Encontraron la postura perfecta hasta que llegó a sus bases unidas.

  • Joder, qué bueno.- exclamó Ramón mientras empezaba a mover la linterna sobre sus pollas.

Mantuvieron el bombeo. En ocasiones Ramón les pajeaba con el juguete. En otras se quedaba quieto y era él el que movía sus cadera para entrar y salir. La sensación para los dos era alucinante. Les encantaba sentir el miembro del otro contra las paredes de plástico.

  • Imaginate dentro de un coño de verdad.

  • Déjame probar arriba.- pidió Fidel, deseoso de experimentar todas las posiciones.

  • Vale, espera.

Los amigos invirtieron sus posiciones. Ramón se tumbó y Fidel se colocó encima. Ramón estaba aún más alucinado que su amigo. Nunca había probado algo así a pesar de tener más experiencia. Ansiaba volver a meterla en la linterna. Los dos penetraron de nuevo el juguete, una vez establecidos el ángulo y el modo. Fidel empezó enseguida con sus empellones mientras Ramón la sujetaba. Se rieron y chocaron los cinco, como habían visto en las pelis cuando dos amigos se follaban a una tía.

Empezaron a sudar y a vocalizar su placer con gruñidos y gemidos. Ramón incluso soltó un par de nombre de tías como si estuvieran allí con ellos.

Decidieron cambiar de postura y se colocaron de pie, uno enfrente del otro y cerca. Con sus pollas juntas y apuntando al techo era más sencillo y muy divertido reventar la fleshlight y los dos podían mover las caderas para buscar su propio ritmo.

Estuvieron un buen rato probando diferentes posturas y ángulos. Por fin, Ramón anunció que se corría y le preguntó a Fidel si no le importaba que lo hiciera con él dentro.

  • Claro . tío, vamos.

Ramón gruñó y la mantuvo quieta. Fidel notó a través de su propio miembro, las pulsaciones de la polla de Ramón y como su corrida la recorría para inundar el interior atestado de la linterna. El semén resbalaba por el poco espacio que quedaba entre los falsos labios. Antes de que Ramón retirase su cada vez más flácida herramienta, Fidel aceleró su empellones y se corrió también abundantemente.

Los dos amigos, cubiertos de sudor, se derrumbaron en el sofá totalmente exhaustos. Sin molestarse en vestirse, Ramón le acercó una cerveza de la cocina a Fidel y se encendió un porro. Los dos sabían que repetirían algún día.