Fickstutenmarkt

Una pareja en apuros económicos deciden monetizar la experiencia de la esposa durante su etapa universitaria para ganar dinero.

La situación económica en casa nos obligaba a hacer cosas que en otras circunstancias jamás si nos pasaría por la cabeza.  La crisis y el covid nos había dado de lleno.

Éramos una pareja de treintañeros como hay mil por España.  Nos conocimos jóvenes, José tenía algo más de experiencia sexual que yo que solo me había tirado a un par de ellos durante la universidad.  Estuvimos tonteando unos años y al acabar los estudios empezamos a salir oficialmente.

La verdad es que la primera relación que tuvimos fue sexual.  Nos conocimos en una fiesta, nos acostamos y a partir de allí salíamos ocasionalmente y follábamos casi siempre que nos veíamos.  Como decía José había tenido sus cosas y yo empezaba a tener las mías, aunque siendo honrada solo había sacado el pié de tiesto el semestre de Erasmus en Baviera.

Después de eso y de cuatro años de novios nos casamos y aunque no hemos tenido hijos hemos sido muy felices.

La cosa estaba bastante jodida y barajé hasta prostituirme para traer algo de dinero en casa.  José me demostró su amor negándose en redondo y ofreciéndose él a prostituirse a lo cual yo me negué.  Bien que le gustase ser sodomizado por mi con un vibrador o con el arnés de doble polla que me regaló por mi 30 cumpleaños, pero otra cosa muy distinta era verse sometido por cualquier degenerado que se encontrase en la calle y le pagase 50 euros.

No se lo había contado hasta entonces, pero una noche después de que José me follase duro, hay que tener en cuenta que era de las pocas diversiones que nos quedaban y que no costaba dinero se me encendió la bombilla y le conté detalles de mi estancia en Alemania.

-       nunca te lo conté.  Pero una noche con Barbra y Ellis, la negrito, nos apuntamos a un Fickstutenmarkt

-       no se que es.

-       Bueno, yo hasta ese día tampoco.

-       Y bien

-       Bueno, fue una semana de pedo tras pedo.  La verdad es que la noche anterior en un club de con cuarto oscuro.

-       ¿con cuarto oscuro?

-       Si, no seas pesado.  Pues eso nos invitaron al Fickstutenmarkt, que en alemán viene significando mercado de caballos.  Y mas o menos consiste en que una habitación donde la gente se pone una bolsa grande de papel en la cabeza.  Las yeguas llegan media hora antes que los sementales y se ponen con el culo en pompa y las manos en la pared y cuando llegan los sementales te montan.

-       ¿Y tu hiciste eso?

-       Joder José, una tuvo su vida antes que tu.

-       Sigue.

-       Pues poca cosa la gente folla a discreción y no sabe con quien.

-       ¿Solo son yeguas tías?

-       No, tíos y tías, de hecho la gente se pone en el culo escrito que quieren.  Si vaginal, anal, con condón, sin condón.

-       ¿Y se la chupaban?

-       No solo es montar.

-       ¿Y que hiciste tu allí?

-       ¿Pues que voy a hacer?,  no parar de ser follada toda la noche.  Te cuento.  La verdad es que Barbra era una golfa de cuidado y fue la que vino con la idea, la llamábamos la madame por que se follaba a tío que se cruzaba.  Yo andaba salida por que llevaba una semana sin ser montada y Ellis se apuntaba a todo y a esto se apunto.  Llegamos a la hora que nos dijeron, nos pusimos en pelota picada, nos pusimos la bolsa de papel en la cabeza y nos pusimos las tres apoyadas contra la pared.  ¿Te puedes creer que mi fueron la ultima en tomarme?

-       ¿De verdad?

-       Si, prefirieron primero los culos de Ellis y de Barbra que el mío.

-       ¿Pero no decías que no se veía?

-       Bueno, los sementales si.

-       ¿Y al final cuantos te calzaron?

-       Perdí la cuenta pero por mi coño no pasaron menos de 10.

-       ¿Y el de tus amigas?

-       A Barbra la abrieron en canal y a Lesli mas o menos como yo, pero claro Madame ofrecía también el culo.

-       ¿Y tu no?, con lo que te gusta

-       De aquellas mi culo era zona acotada.

-       ¿Y además de para ponerme los dientes largos, para que me lo cuentas?

-       Bueno, eso puede funcionar aquí.

-       ¿Tu estas loca?

-       Si, puede funcionar, estoy segura, la gente esta muy mal y nunca sabes lo que la gente puede hacer.  ¿por qué no probamos?

-       ¿Pero? ¿dónde?, ¿cómo?, ¿qué ganamos?

-       Lo tengo todo pensado.  A mi primo Amadeo le pedimos prestado el pub.

-       ¿Y te lo va a dejar?

-       Si, lo tiene cerrado además es perfecto por que tiene puerta que da al portal y es más discreto para entrar.   Bueno, ponemos barra libre de cerveza y cobramos entrada

-       ¿Y como consigues participantes?

-       Hay webs… no se si funcionará, pero cobramos 100 euros por participante y admitimos 20, 10 y 10.

-       Ni idea María, ni idea.  Haz lo que quieras – me dijo mientras me cogía por el cogote y me bajaba hasta su polla que chupé sin descanso.

No le comenté mucho más a José.  Hablé con mi primo Amadeo y le comenté que quería dar a José una fiesta privada e intima.  No puso ningún problema.  Hablé con un amigo que distribuía Estrella de Galicia y me vendió dos barriles de 50 litros que si no usaba podría devolver.   También me dio vasos y servilletas.

Puse anuncios para dos semanas después en distintas webs de bdsm, intercambio de parejas y afines.  La verdad es que me quedaron muy chulos por que no soy nada mala con photoshop.  A los de las publicaciones les lié como diciendo que estaba pensando en anunciar mis fiestas temáticas en sus webs pero necesitaba primero testar sus resultados.  Me las dejaron gratis.

Me quedé de piedra cuando recibí casi en 24 horas 10 sementales y 4 yeguas.  Así la cosa no iba a salir por lo que decidí contestar a los nuevo candidatos a semental que les ponía en la lista de espera a falta de concretar  las yeguas.  Afortunadamente durante esa semana llené el cupo de yeguas ampliándolo a cinco más y abrí la entrada de cinco sementales más.  Contraté un nuevo barril de cerveza.

Recuerdo que mi visita a mi Fickstutenmarkt toda la música era música industrial.  Me volví loca para encontrar música de este tipo hasta que se ocurrió buscar una lista de reproducción en Spotify y ahí estaba.  Mi problema resulto.

Hasta el día antes no puse a José al cabo de que iba a pasar al día siguiente.  Llegó la noche y en realidad iba a ser cosa de los dos.  Yo tenía en mi cuenta bancaria 3000 eurazos y veía la vida de otra manera.

Las 11 chicas y los 4 chicos yeguas llegaron puntuales.  Había dejado claro que no se aceptaría retrasos.  En la entrada les dimos una bolsa grande para guardar su ropa y una pequeña para ponerse en la cabeza.  Pregunté a cada persona que querían y fui anotando en su trasero lo que querían recibir.  Cuando faltaban 5 minutos para que se abriesen las puertas de los sementales les ordené a los 15 ponerse en su lugar asignado en la planta baja.  Los sementales fueron llegando uno a uno y recibiendo sus bolsas.

Se les dio las instrucciones básicas.  Las yeguas no podía pedir que se parase, se podían retirar una vez acabado con ellas, pero no pedir que se parase.  Había que respetar las indicaciones escritas en cada culo y por poco más.

Los chicos hicieron los agujero para los ojos en sus bolsas de papel y bajaron en tropel hasta donde se hallaban las yeguas.  Eran 13 chicos y dos chicas que antes de bajar se aplicaron sus arneses con pollas en ambas direcciones.

Estuvieron follando hasta más de las cinco de la mañana.  Los sementales se emplearon a fondo sobre las distintas yeguas.  Alguno sodomizaba a los chicos y a las chicas que ofrecían su esfínter para ser penetradas, otro se dedicaban solo a las mujeres.  Me sorprendió que no fuese hasta las tres cuando la primera yegua se levantó y se encaminó hacía las escaleras con un difícil caminar.  A esta chica le siguieron yeguas y sementales hasta que solo quedaron cuatro.  Una yegua que había recibido lo que no esta escrito y tres sementales que se iban pasando un bote de Popper que les encendía a cada esnifada.

Creo que los chicos hubieran aguantado más, pero la podre desgraciada cuyo coño estaba al rojo vivo y su culo parecía la boca del metro tanto por el diámetro como por el culo rojo decidió dar por acabado aquello.

José y yo nos quedamos solos en el sótano después de despedir a los últimos de filipinas.  José se acercó a mi y me empezó a desnudar.  Me hizo ponerme en posición yegua, puso una de las bolsas tiradas por el suelo en mi cabeza y empezó a follarme sin parar.  Habían sido mucho el stress y los nervios y aquella follada de mi marido desencadenó en mi una ristra de orgasmos indescriptibles.

La fiesta había sido un éxito por lo que decidimos organizar otra para dos semanas después.  Pagué la cerveza, volví a poner anuncios en las webs, esta vez pagando y por último acordé con mi primo Amadeo el alquiler del local sin preguntas.

La segunda fiesta fue un éxito.  Aceptamos 40 participantes, 20 y 20 y nos dimos cuenta que aquello se nos iba de las manos cuando asistentes a la primera Fickstutenmarkt se quedaron fuera.  La segunda no fue mejor que la primera, ni mejor ni peor, fue igual.  Al final de la noche, más o menos a la misma hora cuatro sementales destrozaban el culo de una pobre desgraciada entradita en carnes hasta que esta no pudo más.

Se volvió a repetir la misma escena en la tercera.  En el local de Amadeo no había sitio y las plazas de llenaron enseguida.  Aquello nos obligó a buscar una nueva ubicación para la cuarta.  Después de mucho darme vueltas logré que me alquilasen un gimnasio que por tema de la pandemia estaba cerrado.  El sitio era ideal.  4000 m2 de local lleno de salas de actividades de todo tipo.   Yo recorrí el local

Decidimos que la siguiente fiesta sería en 15 días.  Pusimos el anuncio.  La verdad es que la cosa se desbordó, nos contactaron más de 600 personas en los dos primeros días, bien es cierto que muchos eran presuntos sementales pero había al menos 150 personas que querían mostrar sus agujeros para ser penetrados sin compasión.

El aforo que barajábamos era de 300 personas, por lo que confirmamos asistencia a los sementales dando prioridad a los asistentes a las anteriores Fickstutenmarkt y en un par de días teníamos cerrado el cupo de las yeguas.

La noche antes de la fiesta José me follaba a cuatro patas con un vibrador encendido en mi culo, la verdad es que es de esos días en los que ves las estrellas desde que te penetran hasta que te llenan las entrañas de lefa.  José me daba con fuerza mientras con su barriga empujaba el vibrador que entraba por mi ojete y yo entraba en éxtasis entre las penetradas y el ver como mis tetas se balanceaban al ritmo de las embestidas.

-       me encantaría verte de yegua – gimió mi marido a punto de orgasmo

-       si aguantes cinco minutos más me pongo – gemí yo temiendo que aquel inmenso placer se acabase en breve.

-       ¿segura?

-       Segura.

José apretó los dientes sin bajar el ritmo y a pesar de las ganas de correrse en mi aguantó mirando el reloj digital de nuestra mesita de noche.  Me folló sin descanso durante esos largos cinco minutos mientras yo iba de orgasmo en orgasmo.  José dio un grito desgarrador y tensando todos los músculos de su cuerpo descargó tres largos chorros de esperma que sentí que regaban mi útero.

-       ¿lo decías en serio? – me dijo José.

-       Yo siempre habló en serio – le dije.

-       Ósea que te vas a poner ahí para que te follén sin cuartel.

-       Si no te importa a ti.  A mi me encantaría.

-       ¿Por qué me va a importar?

-       Hombre, celos y esas cosas.

-       ¿Alguna vez he sido celoso?

-       ¿Alguna vez me han follado 150 tíos?

La gente empezó a llegar a las doce de la noche como habíamos marcado.  La música sonaba atronadora en todo el gimnasio.  José iba recibiendo a las yeguas a las que pasaba al vestuario, les daba una llave para su taquilla y les indicaba que se pusiesen por cualquier parte del gym, donde ellas y ellos eligiesen.  La única condición era tener las manos apoyadas en la pared y el culo en pompa.

Usaron un rotulador roding para unos a otro marcasen sus preferencias en el culo.

Cuando los sementales llegaron y cruzaron el gym para desnudarse y ajustarse sus bolsas de papel, el local estaba lleno de hombre y mujeres mostrando sus agujeros.  Los que pasaban no podían dejar de mirar buscando presa para su primera penetrada.

Antes de que José les diese la luz verde para salir del vestuario, yo me desnudé en el office, le hice escribirme en mis nalgas que todo me valía siempre que fuese con condón aunque se podía correr sobre mi espalda y cogiendo mi bolsa me fui hacía una esquina donde quedaba un sitio libre.

No tuve que esperar más de dos minutos hasta que un dedo recorrió desde mi ojete a mi clítoris y sentir como una polla de tamaño medio penetraba mi empapado coño.  Antes de aquello ya se oían jadeos y gemidos a mi alrededor, pensé que sin música aquello debía de ser una sinfonía.

No duró mucho el primero que me dio.  Después de un par de minutos de bombeo, apretó sus dedos contra mi y soltando un gemido llenó todo su condón.  No tuve que esperar casi nada cuando una buena polla ocupó su lugar y esta sí empezó a darme el placer que buscaba.  Era fantástico sentir como una polla me partía y a su vez imaginarme como estarían disfrutando las dos chica y el chico de mi alrededor.  Este semental duró bastante más que el primero, y después de darme con fuerza y de hacerme llegar a un par de orgasmos noté como sacaba su polla apresuradamente de mi coño y noté como una buena cantidad de lefa aterrizaba en mi espalda y probablemente en mi pelo.  El tercero que profanó mi culo tardo muy poco y viendo como la lefa del anterior resbalaba por los laterales de mi espalda hacía el suelo también sacó su polla de mi ano, después de hacerme disfrutar como una loca y se corrió en mi desnuda espalda.

El cuarto semental tardó algo más en aparecer.  Según me dijo después José, el cual vigilaba todo, pero sobre todo a mi, a partir de tercer round, cuarto para algunos más de una yegua decidió retirarse y unos cuantos sementales pasaron por la barra a tomarse una cerveza y tomárselo con calma.  Las reglas decían que si no volvían a la carga en 10 minutos debían abandonar el local, por lo que muchos de los cerveceros, después de tres corrida y no lograr que su polla se volviese a empinar se iban satisfechos de lo vivido y de lo visto.

La cuarta polla entró como una exhalación en mi coño.  Ni siquiera puso una mano en mi, me envistió sin piedad durante tres o cuatro minutos y desapareció como llegó, el quinto fue más tradicional, si tradicional podemos llamar que alguien de por el culo a alguien y ese alguien este apoyada sobre la pared con una bolsa de papel en la cabeza.  Levanté la mano para pedir agua.  Cuando José me trajo una botella pude ver con disimulo que de las dos chicas y el chico que tenía al lado mía, solo el chico aguantaba, con el culo como bandera de Japón deducía.

Una sexta polla no me dejó descanso al acabar el agua y una séptima polla volvió a darme sin piedad inmediatamente después de acabar ese.  A esa alturas de la película mi coño especialmente estaba en carne viva, cada penetrada me mataba de dolor, pero ese era un dolo placentero que me maravillaba y que sabía ya entonces que echaría de menos con mis polvos con José.

Tres sementales pasaron por mi coño y culo antes de que volviese a pedir agua, en el reloj de José, de nuevo con disimulo pues no quería que él se diese cuenta, vi que eran las tres de la mañana, aun quedaba noche.  Otra polla esta de muy grandes dimensiones me folló durante más de media hora antes de hacerme estallar en el orgasmo de la noche.  Después de esas tres pollas bastante fofas me follaron y desde ese momento con pausas de más de 10 minutos entre polla y polla fui intercalando pichas duras con algunas que no se daban cuanta que había llegado la hora de irse a su casa.  La cosa cambió después de cinco más cuando de repente como por arte de magia empezaron a bombear mis agujeros ininterrumpidamente distintos sementales los cuales me dieron muchísimo placer.  Estuve más de una hora follando sin parar hasta que llegó un punto en el que mis agujeros me ardían, mis piernas flaqueaban y mi espalda me estaba matando.  Esperé a que el ultimo se corriese e incorporándome me quité la bolsa y di por finalizada mi experiencia.  Cuando miré alrededor el gym estaba vacío y tres sementales se encontraban a mi alrededor follándose a la ultima de las yeguas disponibles, ósea a mi.  Su cara era un poema cuando vieron que aquello se acababa por falta de agujeros.  Me dieron la enhorabuena y las gracias.

Tarde una semana en recuperarme.

Desde ese día el negocio va viento en popa.  Hacemos Fickstutenmarkt casi semanalmente en alguna ciudad de España, y obviamente nuestro nivel de vida ha mejorado un “poquito”.   Una vez al mes pongo mis agujeros a disposición del respetable.