Festivo y yo currando !!
Como se puede pasar de tener que currar en festivo a como tener fiesta en el curro.
Era festivo pero tenían que trabajar, estaban a mediados de mes y todavía no habían entregado todos los informes, no quedaba otro remedio que ir a la oficina, ya les había pasado otras veces, pero esta vez solo estaban ellos allí.
Después toda la mañana mirando números, balances, gráficos, etc, parecía que las cuentas empezaban a cuadrar, fue el momento en que empezaron a relajarse y a hablar entre ellos, hasta el momento el trabajo era lo primero. Como toda conversación entre adultos que se conocen desde hace mucho tiempo, fue derivando en el tema sexual, no era la primera vez que se vacilaban con estos temas.
En un momento de la conversación, ella corto en seco el tema diciéndole: - bueno basta ya, que me están entrando los calores… Se levanto de la silla y se fue al baño, el aprovecho para ver como movía aquel culo tan interesante, además hoy se apreciaba mas por el vestido corto que llevaba.
A su vuelta le pareció que algo había cambiado en su aspecto pero no lo tenia claro, era como cuando alguien se corta el pelo o se pone gafas, sabes que algo ha cambiado pero no das con que.
El tiempo siguió pasando, la conversación se suavizo un poco, pero los dos estaban ya un poco calentitos, ella se acerco para mirar en su pantalla por una formula que no cuadraba, entonces fue cuando el noto que había cambiado en ella… se había quitado las medias y no llevaba sujetador, esto le puso aun más caliente, pero no sabía como tomárselo después del corte de antes.
En un momento dado, ella se metió en el despacho que tenían justo detrás de ellos, y le pidió a él que le ayudase a coger un archivador de una de las estanterías, sin saber como el aprovecho a tocarla el culo mientras decía: “lo siento, no he podido evitarlo”, ella no pareció inmutarse, lo que a él le dio alas, levanto un poco el vestido y comprobó que se había quitado toda la ropa interior. Se juntaron uno frente al otro y empezaron a besarse, ninguno de los dos esperaba aquella reacción en el otro pero no podían desaprovechar la oportunidad.
Ella fue la primera en romper el hielo y acerco la mano al paquete, él ya estaba erecto, lo que la excito mucho mas, entonces fue él el que tomo el mando, la sentó sobre la mesa, se quito toda la ropa y empezó a masajear las partes intimas de ella, primero despacio, primero los labios, luego el clítoris, así hasta que ella empezó a gemir, momento en que él se arrimo mas y la penetro, estando sentada, ella levanto sus piernas apoyando los talones en el borde de la mesa, el aprovecho para cogerla por los muslos para llegar más al fondo, esto la puso al borde del orgasmo y no pudo evitar acariciarse el clítoris con movimientos circulares mientras él seguía empujando.
De repente, y sin previo aviso, ella paro, se separo de él, esto le desconcertó, ¿Qué pasaba ahora? ¿Qué había hecho mal? ¿habría cambiado de idea? Ella se agacho, se puso de rodillas y empezó a chuparle mientras le masturbaba lentamente, esto era lo más para él, había pasado de estar revisando informes a la gloria en cuestión de segundos. Tras muy poco tiempo chupando, ella volvió a ponerse de pie, y se dio la vuelta tumbándose boca abajo en la mesa, dejando su culo en pompa, él la abrió un poco las piernas y volvió a masturbarla, llegando a introducir su dedo índice, pero ella quería volver a ser penetrada, le quito la mano y se la agarro hasta dirigirla a su abertura, volvió a penetrarla y a empujar cada vez más rápido y más fuerte, ella llego pronto al orgasmo, se noto en un largo gemido, pero no se quito, le gustaba lo que estaba pasando y siguió en la misma postura, al poco él también se corrió, pero ahora era ella la que necesitaba más, se volvió a sentar en la mesa y volvió a abrirse de piernas, entre jadeos consiguió decir: “no me dejaras así, ¿no?”, él entendió perfectamente lo que le estaba pidiendo y se agacho un poco hasta llegar a acariciar con su lengua el clítoris de ella, mientras con una de las manos tocaba sus labios cada vez mas hinchados, hasta llegar a introducir de nuevo el dedo índice y tocarle el punto G. esto la volvió loca y llego a su segundo orgasmo.
Se vistieron y como si nunca hubiese pasado nada volvieron a sus sitios a seguir trabajando, ninguno de los dos lo reconoció, pero se trabajaba mucho mejor así, relajado…