Festejando a la Esposa de un amigo...
Un festejo de cumpleaños termina en una deliciosa velada (seria preparado?)...
Las mujeres de mi vida Tong-po
Relato no. 23
Festejando a la mujer de mi amigo
Hola amigos, está ocasión les traigo el relato de un festejo de cumpleaños que inició de una manera no premeditada pero verdaderamente exquisita... desde luego utilizaré nombres ficticios por aquello de las dudas.
Era viernes en la tarde a la hora de la comida, entre a un restaurante-bar cerca de la oficina y me senté en una mesita, pedí una copa y la respectiva botana como se acostumbra aquí en México, llevaba ya mi tercer copa y estaba a punto de retirarme cuando entro al lugar una mujer madurita preciosa con un vestido rojo de tela satinada y pegado al cuerpo, zapatos de cinta al tobillo y cabello suelto negro, con un cuerpazo: senos y trasero grandes y redondos cintura breve y nada de vientre, y detrás de ella... mi amigo Gerardo ex compañero de la secundaria, que al entrar y verme explotó en saludos efusivos y presentándome a su esposa (la chica de rojo), Esperanza me saludo dándome un beso en la mejilla y sentí su aroma suave y fresco así como su piel tersa, me contó que era cumpleaños de su mujer y que estarían festejando, desde luego le di un abraso a la "señora" deseándole lo mejor y pude sentir sus duros senos aplastados sobre mi pecho.
Como el sitio estaba lleno les ofrecí mi mesa y me despedí de ellos, pero ellos insistieron en que me sentará con ellos, les decía que, bueno era festejo de ellos, que me encantaría pero que era más personal y... volvieron a insistir diciéndome que se sentirían ofendidos y no tuve más remedio que aceptar (para mi fortuna).
Pasaron una cuantas horas entre copas, bromas, anécdotas, risas y charlas y Gerardo tuvo la gran idea de ir a bailar, desde luego les comenté que ahora si era hora de que yo me marchara y que festejaran alegremente pues yo no tenía pareja, pero volvieron a insistir y la verdad es que no me quería ir así que fuimos al salón de baile, pedimos otra botella y yo saque a bailar a un par de señoronas que se encontraban solas mientras Gerardo y Esperanza bailaban, sentados en la mesa mi amigo me pidió que bailara una pieza con su mujer y ni tardo ni perezoso la invité, bailamos un merengue y la verdad es que sus movimientos eran capaces de revivir a un muerto, movía la cadera de un modo delicioso y sus senos se movían hipnotizantes, cosa que ella se dio cuenta y me recriminó en tono de reproche risueño, no dije nada y seguimos bailando.
De regreso a la mesa se fueron otro par de horas entre más copas y risas, los tres ya nos encontrábamos bastante tomados y la pareja me invitó a terminar la fiesta en su casa, llegamos sirvieron más copas y pusieron música, platicamos otro rato y de pronto Esperanza se levantó y comenzó a bailar una melodía muy sensual, moviéndose de una forma que tanto Gerardo como yo estábamos con la boca abierta al ver como ella se tocaba el cuerpo y meneaba la cadera, reaccioné de pronto y voltee a ver al marido a fin de justificarme pero el sólo se limitó a verme y sonreír y volvía a mirar de nuevo a su mujer tratando de no perder detalle.
De pronto ella se apretaba los senos y subiéndose a la mesita de centro alzaba el vuelo de su vestido permitiendo ver sus fuertes muslos y en ocasiones mostraba su bikini de encaje color negro, se acerco a nosotros y ofreciéndonos la mano nos invito a bailar me abrazo y me invadió con su ritmo mientras Gerardo se colocaba detrás de ella restregándonos sus voluptuosas formas volteando y alternando sus cosas a ambos.
Mirando a Gerardo el asintió con la cabeza a la pregunta que nunca hice pero supongo adivinó, así que tomando las nalgas de Esperanza las apreté mientras el marido la besaba y se agasajaba con sus senos, sacándolos por sobre el vestido y mostrando unos pezones grandes y obscuros, me agache e iba levantando poco a poco su vestido hasta ver por fin el bikini negro y metí mi mano en su entrepierna que ya estaba como sopa de tan mojada haciendo que la mujer brincara y suspirara al sentirse atacada por arriba y por abajo.
Pronto saqué la prenda por sus tobillos y subí una de sus piernas a la mesita de centro para atacar su rajita peluda y húmeda mientras se la comía vi de frente el rostro de su marido que se encargaba de morderle las nalgas y sonriéndome le metía un dedo a su mujer en la entrada sexual. Me levanté y comencé a besarla de pronto nos recostamos en el sillón mientras ella me desabrochaba la camisa y besaba mis tetillas bajando lentamente hasta mi pantalón que desabrocho y sacando mi miembro que ye estaba levantado hacía rato lo metió en su boca propinándome una mamada que me hacía erizar la espalda era verdaderamente una maestra y mientras esto sucedía Gerardo ya la embestía desde atrás empujando y haciéndola gemir y yo empujaba su cabeza para hacerla tragar mi herramienta.
Sólo se escuchaba el chupeteo de Esperanza y el "plop plop" de las embestidas, Gerardo la jalo un poco del cabello y se sentó en el sillón de enfrente y la dirigió a su miembro para que la chupara por mi parte inicié mi ataque a su rajada y colé la mitad de mi miembro en ese cálido agujero deslizándolo suavemente mientras ella movía la cadera, aceleré mi ritmo y tocando la entrada de su anito haciéndola gemir mientras Gerardo me veía y sonreía.
Él se volvió a parar y levantando a su mujer me hizo la seña de que me recostara en el piso, lo hice y Esperanza se sentó en mi miembro introduciéndolo de un sólo golpe, Gerardo se colocó detrás de ella y sin más ni más le empujó el suyo en el hoyo trasero haciéndola retorcerse de dolor y placer, lo supe por los gestos que ella hacía pronto nos acoplamos en un viene y va, la verdad es que Gerardo estaba atacando a su mujer de una manera tan fuerte que pensé la iba a rajar ya que ella gritaba pidiendo clemencia a lo que el hizo caso omiso.
Pronto sentí mi llegada e inunde la panochita de Esperanza, no así Gerardo que la retiro de encima de mi palo y la recargó sobre el sillón mientras la seguía penetrando por el ano, la colocó de una forma que yo podía ver perfectamente la salvaje penetración de que era objeto la mujer. El grueso miembro se incrustaba de la cabeza a la raíz haciendo rebotar las espectaculares nalgas y propinándole un color rojo alrededor del hoyito trasero, haciéndola sangrar y ella gritaba desesperada, mientras él decía ..."eso querías no"..., en un tono de reproche que me hizo levantar y comenzar a vestirme, el se vino empujando su miembro hasta el fondo inundándole y haciendo chorrear su semen por las piernas de ella.
Se levantó Gerardo y en un tono amigable me dijo, ..."no te asustes... así nos gusta tratarnos"..., sonreí nos vestimos completamente y seguimos la fiesta, (no se por que de todos modos volvimos a encuerarnos) pero esta vez me toco disfrutar del cálido, apretado y dañado trasero de Esperanza.
Bueno amigos eso es todo, espero le haya gustado y esperemos el siguiente cumpleaños de Esperanza para, como en esta ocasión darle su buen "Re-garrote" digo regalote, hasta la próxima.