Feromonas

Ahora te venden muchas cosas con el rollo de que pueden probocar excitaciòn a mujeres y hombres y màs tratando de lociones que dicen hacen que pierdas el control, pero desde siempre el aroma revive fantasmas y eso si es seguro en el sexo...

¿FEROMONAS…?

Desde  hace tiempo se decía de los perfumes eróticos, aquellos que podían motivar la atención de los muchachos, chicos que ponían su atención en una misma sin importar la competencia femenina, claro esta que dependía además de otras virtudes que si tenían que ver con el olor pero además con nuestras formas.

Así a los quince andamos en plena competencia y no hace falta que alguien nos motive…nosotras mismas somos un buen empujón, nos esforzamos por llamar la atención de los chavales, usamos tacones, mini faldas, blusas escotadas, patí medias y hasta tangas a escondidas de la mami, queremos sentirnos mujeres plenas aun a penas de haber librado la menarquia y ya queremos vivir a plenitud…son unos años hermosos, llenos de sensaciones y emociones eróticas, fantasías muy lindas y sueños húmedos geniales que estoy segura nos apresura la idea de ganar nuestro primer encuentro sexual.

A esa edad “el aroma de mujer” es intenso, lejos de los perfumes el nuestro  es más claro con señales, parecemos imanes con los hombres y nada que ver con aquellos de tu edad que por lo regular se te da bien con mayores y no se si te huelan o no pero lo saben, sencillamente te buscan en parte mutua para cumplir una regla de vida…poseer y ser poseídas…ambos vamos por lo mismo, a nosotras nos interesa salir del anonimato, experimentar a plenitud y alguien tiene que romper ese velo, a ellos se les hace como un premio: “romper”, llenarse de nosotras estrenando una chica sea como sea…y se nos va dando a todas unas primero y otras después pero llegamos a lo mismo en los lugares más increíbles.

Para  nosotras en nuestro primer encuentro estamos fascinadas con el sudor del cuerpo de ambos, ese aroma picante que brota de nuestros poros en el fajoneo combinado con la pareja,  aroma que nos traslada a las largas horas de deporte con sudores a mares, tibio y oloroso, mientras que nuestros sexos de mujercitas se inunda de nuestros flujos y ellos se lubrican con poluciones de semen antes de copular, luego el momento de la verdad….nuestros sexos se conectan y brota un aroma muy especial que nos traslada a otro mundo que junto con los frotis del mete y saca, los orgasmos y la eyaculación que nos inunda nos vamos a la luna….¡vaya que sí…!.

Después el tiempo sigue, se van curando las heridas del primer encuentro y nuestros miedos van quedando atrás, el sexo se vuelve cotidiano, comenzamos con nuevas experiencias que no damos crédito a nuestra capacidad erótica atreviéndonos a cosas que nos reservamos discretamente en nuestra intimidad por ser muy propias de nosotras mismas.

Pero el mundo de las “feromonas” no termina, se da en cada relación de forma diferente y estoy segura con todas y todos es distinto…así recuerdo algunos encuentros que en el principio de mi juventud dejaron huella hasta la fecha, como aquel hombre mayor que a mis 17 me pretendía con insistencia con insinuaciones muy directas mientras me apenaba como tonta haciéndome la tonta con su esposa, era el padre de una de mis amigas.

Y paso un tiempo para que discretamente yo me decidiera hasta que al fin se dio la oportunidad de encontrarme a solas con ese hombre mayor de unos 45 años quien un sábado por la mañana me llevo a un motel donde en principio nos fajoneamos de lo lindo al tiempo que me desnudaba respondiéndole a sus caricias con un calor intenso de mi parte, aun no me penetraba y ya estaba bañada en sudor y empapada de mi sexo mientras me recorría cada centímetro de mi cuerpo percibí un olor a macho que me puso como loca, no era loción, era más bien un olor que salía de su cuerpo junto con su sudor…se fue desnudando sin dejarme un solo minuto hasta quedar junto a mi sin ropa totalmente acomodándose de tal manera que cuando me di cuenta tenia su rostro entre mis piernas y su miembro erecto frente a mi boca envistiéndome de tal forma que se refregaba contra mi rostro buscando insertarlo en mi boca…tenia un olor intenso que me hizo consentir cooperando como poseída y mamarlo muy prendida, nunca había estado con un hombre de esa edad más tratándose del papa de una amiga pero la fantasía me tenia muy emocionada, no tardando se me monto y ¡zaz! En poco tiempo estaba toda inundada de su leche, dejándome su sabor en todo mi cuerpo que aún por la noche me tenía excitada.

El tiempo sigue su curso y las relaciones se vuelven comunes, discretas aventuras que nos dejan gratos recuerdos que al tiempo pensamos: ¿como fuimos capaces de hacer esto o aquello?, pero lo hacemos y nos ponemos como locas en cada encuentro, ¡vaya que si!, así recuerdo que recién entre a la universidad me hice novia de un tipo de cuarto año, un joven deportista que gustaba que lo acompañara a los juegos y después nos retirábamos a casa o donde fuera y aún antes de bañarse nos fajoneabamos de lo lindo terminando en un festín sexual todos sudorosos relamiéndonos nuestros fluidos y nuestros aromas apasionadamente y después un baño para relajarnos. Luego en una ocasión al termino de los juegos nos reunimos con todo el equipo en casa de uno de ellos donde asistieron sus chicas y amigas, compraron refrescos, cervezas y licor, ahí bebimos a discreción sobre todo entre mujeres para no perder la compostura pero ni que decir de las hormonas y las feromonas estaban en su punto y en su mayoría estaban en el fajoneo exagerado o no era parte de la fiesta. Creo que toda la habitación olía a sexo y humores de chicas y chicos, nadie protestaba, mientras unos bailaban otros se fajaban sin pudor ni recato, en poco tiempo había chicos haciendo desnudos y mujeres sin ropita danzando.

Aprovechando la ocasión mi novio y yo subimos a una recamara experimentando una fuerte emoción nos cargamos de pasión, nos desnudamos presurosos entregándonos placenteramente se suponía en privado…casi sin sentir entro otra pareja al mismo cuarto y en la misma cama se dieron a la misma tarea, en poco tiempo ese cuarto estaba lleno de los humores de los flujos vaginales de nosotras, de los olores de los sexos de los muchachos y de los gemidos que nos provocaban las envestidas de los chicos, era una pasión desmesurada que termino en una verdadera orgía: cambiamos de pareja, inundadas de su leche de uno y otro en la vagina y en la boca…luego ella y yo nos entregamos mutuamente relamiéndonos nuestros flujos y sabores de los machos  para terminar muy pero muy relajadas.

Después creces sin dejar de lado tu vida sexual y vas madurando, te vuelves más selectiva pero no dejas nada de lado…discreta, callada y “sumisa” te haces la tonta con o sin pareja formal…sabes quien te gusta y sales con quien puedes…pasan los años hasta que decides vivir con alguien haciéndolo público como para que todo el mundo se entere del evento. Hombres y mujeres se hacen despedidas de soltería como una promesa de fidelidad después de la ceremonia…cosa rara casi nunca sucede y los deslices se dan con más intensidad.

Así recuerdo varias despedidas de solteras donde se invitaron hombres bailarines desnudistas que terminaron montando a la novia a días del casamiento mientras las cómplices nos hacíamos las locas disfrutando de las reuniones e incluso participando en los eventos como mujeres a plenitud, eran reuniones muy eróticas, llenas de emoción, sexo y aventura…a veces la cogedera no se daba en privado, era ahí entre nosotras como lobas viendo toda la acción y más de una se daba el gusto de continuar o cooperar con los chicos cargándose el ambiente de sexualidad plena, de aromas femeninos y masculinos…”leche y flujos”.

En otro tiempo trabaje en una constructora siendo una mujer joven de unos treinta y cinco, casada y modestia aparte el tiempo me había hecho justicia, embarnecí acentuando mis formas de lo lindo, parecía un imán con hombres y mujeres, no era solo el dueño quien me solicitaba, también una arquitecta lesbiana y otros constructores que con la debida discreción se apuntaban conmigo…en ese tiempo mi libido seguía su cause normal, prendida como fogón y solo bastaba un poco de viento para dar la flama, así con toda la discreción del mundo en una de tantas propuestas salí con el dueño del negocio un tipo mayor que yo pero muy “jovial”.

La cita fue directa, fuimos a un bar donde nos dimos el tono de la reunión, nos fajoneamos como si fuéramos chavales terminando en un motel donde no reparo en nada, estaba desatado…besaba mi cuerpo a  cada centímetro y hurgaba mi sexo con su lengua con mucha avidez mientras yo hacia lo propio con el suyo, la mejor “feromona” era nuestro aroma en el momento propio de la excitación de una forma intensa…ese olor característico de los sexos cuando se comparten.

La discreción es amiga de todas y como fue, luego salí con la arquitecta lesbiana con mucho tacto para no crear compromisos con ella, fue un tanto complicado por sus pretensiones pero al fin se dio y va… ¡. Era una tipa joven de buenas formas: alta, morena, bonito cuerpo y facciones muy femeninas, que no dude en salir con ella salvo por las pretensiones de hacerme su novia lo que quedo muy claro desde el principio para negarme y así nos pusimos de acuerdo….salimos como “amigas”. Yo sabía su pretensión y me deje llevar: era su conquista y yo su “presa”, me invito al cine donde nos fajoneamos de lo lindo, nos masturbamos rico…se fluyo excelente y ni que decir de mi…nos acariciamos como locas y saliendo del cine queríamos más y así nos fuimos a caminar hablando de charadas y pretensiones sin darle pie a romances al final terminamos en un hotel donde nos dimos sexo a mares sin importarnos nada…nuestros aromas y nuestros sabores nos tenían al máximo.

Después de ella, en otra ocasión salí con otro compañero de trabajo , un tipo  robusto y no muy galán pero muy simpático, que se insinuaba con insistencia pero no inspiraba nada así recuerdo que en una fiesta se propuso a llevarme a casa y toda prendida por el evento acepte el detalle, en el camino a casa se me ofreció como macho y no dude en aceptarlo llevándome de inmediato a un buen hotel en el centro de la ciudad…no daba crédito a su emoción, estaba como poseído y yo disfrutaba el evento. No era muy tarde y tenia el tiempo suficiente para estar con el en el bar del hotel y luego en la recamara donde se dio con todo, sudando a mares, sofocado mientras me follaba, era un tipo enorme de brazos, piernas y tronco como roble, ¡enorme de todo a todo! creo que fácil pesaba unos 100 kilos su humanidad, tenia un vergon  muy grueso con sus bolas grandes y todo su cuerpo lleno de bellos como gorila…¡vaya que sí…!, me tenia tendida en la cama mamando mi clítoris y mis flujos hasta ponerme a mil, succionaba todo y todo es todo…la noche y la mañana anteriores a nuestro encuentro tuve sesiones de sexo con mi marido y obviamente el tipo se comió todo sin importarle nada, así mientras se deleitaba de lo lindo yo hacia lo propio con su miembro que despedía un gran aroma a testosterona intenso que me excito como loca…claro esta que al follarme casi rompe mi cuerpecito dejándose caer sobre de mi de una manera excepcional, inundándome de su leche quedando ambos impregnados de nuestros aromas, terminamos y de prisa nos alistamos sin bañarnos para ir a casa cada quien.

Vaya cosas, en una época tuve muchos pretendientes y desde luego con muchos me di a toda con hombres y mujeres que no tenia idea, como mi vecina casada con hijos adolescentes y de quien menos imagine sus pretensiones pero se dio de manera increíble cuando menos lo imagine. No fue cuestión de aromas, creo más bien de señales, miradas furtivas e insinuaciones muy discretas, invitaciones a tomar café, caricias discretas y bueno rollos de mujeres insatisfechas sexualmente…así me gano la voluntad y me agradaba verla hasta que una buena tarde se decidió y llegando yo a su casa la encuentro muy sensual con un vestido muy sensual encima que dejaba ver su talle por completo sin nada por debajo y sus formas eran muy directas conmigo mientras me hacia la desentendida pero estaba más prendida que nunca y esperaba la mejor señal para no equivocarme y ¡zaz!, se fue directo conmigo ese día me invito un café al tiempo que su mirada me decía quiero estar contigo y sin más me abrazo por detrás besándome las mejillas mientras me acariciaba mi cuerpo, mis pechos y mi vientre de una manera tan sutil que no repare en nada, ella no olía a testosterona, más bien a hembra y me deje llevar por ella al máximo…en poco tiempo era toda suya y ella mía, nos fajoneamos, nos masturbamos y nos dimos todas, hicimos mil cosas: 69, frotis de clítoris, tijeritas, planchitas, burrito cubano, lluvia dorada, y ufssss…todo lo que se nos ocurrió, estábamos bien prendidas, muy excitadas, bañadas en sudor a mares y en nuestros flujos y reflujos hasta hartarnos luego de dos horas…Nada que ver con la testosterona de los machos, era más bien la hormona femenina que nos tenia al mil, igual compartimos a nuestros machos mientras nos refregamos oralmente, total las dos somos casadas y vivimos esta aventura de lo lindo.

Como mujer  recuerdo que en un tiempo nos reunimos entre amigas varias veces, primero para compartirnos entre nosotras pero luego se nos despertó más la libido y organizamos un evento entre mujeronas y bueno casi todas cuarentonas  invitamos unos chavales, siendo mi sorpresa que cuando ellos llegaron no tenían mas de 20 pero ninguna dijo nada, ninguna que igual tuviera hijos de esa edad, todas calladitas y más bien emocionadas. Nos dimos al show y entre todas nos los compartimos sin recato en publico, nos los pasábamos de una a otra, así conocimos sus sabores tiernos de su juventud y nuestros intereses…terminamos con ellos inundadas de sus leches tibias en nuestras bocas y vaginas siguiendo de frente entre nosotras como si quisiéramos que esas aventuras no terminarán….excitadas por sus aromas, los nuestros, los sabores ¿eran nuestras feromonas….?, ¡vaya que si….!

En general nosotras reconocemos  que hay aromas que nos seducen y tienen que ver con la relación sexual y no con aromas que a la mejor son agradables pero nada que ver con un contacto erótico, sea como sea…y no niego que existan las feromonas pero no envasadas más bien al natural, estar caliente, ovulando o cachonda es una disposición que perciben los hombres con ciertas señales y desde luego se dan cuenta cuando nos quitamos la pantaletas…