Fernando y su amante

Una noche de lo más normal, a Fernando le esperaba una grata sorpresa.

FERNANDO Y SU AMANTE

Era una noche de sábado cualquiera, más bien era lo que pensaba Fernando, un hombre de 33 años al cual le gustaba quedarse en casa los fines de semana cansado por el trabajo. Pero aquella vez iba a ser diferente porque un amigo suyo, Gorka, le tenía una sorpresita. Alrededor de las 11 de la noche, Fernando recibe una llamada de Gorka, éste le invitaba a tomar una copa a un bar de la ciudad.

Fernando asombrado y pensando:" ¿Gorka no será homosexual?". Pensaba esto porque últimamente había estado muy cariñoso con él.

Llegó la hora y Fernando se presentó en la puerta del bar acordado, pero cual fue la sorpresa de Fernando al ver que Gorka se había presentado allí con una chica.

A Fernando se le caía la baba por aquella chica rellenita, morena de pelo largo, que resultó ser la prima de Gorka, Dopi.

La noche fue sin más contratiempos. Fernando se pasaba algunos minutos mirandole el escote, Dopi se percató y se propuso provocar un poco más, sentándose más cerca de él, pasando la mano por el escote disimuladamente…armas de mujer.

El flirteo duró hasta las 3:30 de la mañana, copas, baile, roce….

Fernando estaba que no podía más, tenía la polla tan dura que le empezaba a doler dentro de los vaqueros.

Gorka, que se dio cuenta del flirteo pensó que les debía dejar solos. Puso una excusa barata y se marchó.

Fernando y Dopi decidieron ir a un bar de ambiente, para ponerle morbillo al asunto.

Ambos dos sabían lo que querían. Tomaron un par de copas más y Fernando se acercó diciéndole:

Tengo muchas ganas de bailar contigo.

Se acercaron a la pista de baile y justo en ese momento pusieron una canción de reggaeton muy sabrosona. Se colocó detrás de ella y empezaron a moverse al son de la música. Ella fue restregando su culo en su paquete, que estaba más duro que una piedra y eso encantaba a Dopi, poner caliente a un tío, calentarlo hasta el extremo, sentirse deseada, que la miren con deseo

Los dos estaban muy calientes y Dopi le susurró al oído:

quiero comerte entero, sentir tus labios sobre mi piel, sentir como me recorren tus manos…uhm!!!

Al oír estas palabras Fernando no pudo más y ya la excitación estaba llegando un punto que se le empezaban a mojar hasta los pantalones. Estaba muy caliente, bailaba como si se la estuviese follando. Ella lo miraba con cara muy lasciva y entre ellos no hablaban, porque una mirada vale más que mil palabras.

Se fueron fuera del pub y en el aparcamiento le dijo Dopi a Fernando:

tengo ganas de ir a la playa para follar como locos en la orilla del mar

Esas palabras parecían un poema en los oídos de Fernando, era lo que más deseaba en toda la noche y además había sido ella quien había tomado la iniciativa y eso le encantaba.

Llegaron a la playa y poco a poco fueron caminando hacia la orilla, hacía una temperatura agradable, de vez en cuando soplaba una brisilla que ponía los pelos de punta a Dopi y le recorría un escalofrío por todo el cuerpo que la excitaba muchísimo.

Se sentaron sobre las chaquetas que llevaban los dos y se tumbaron uno al lado del otro. La playa era una pequeña calita en la que no había nadie y ella estaba un poco cortada porque nunca había sido tan directa con un hombre y además de esa edad, porque Dopi tenía 20 y Fernando 33.

Se empezaron a besar tiernamente, mientras se iban acercando, ponían mas pasión en aquellos besos. Eran húmedos, largos, sabrosos…Uhm, Dopi se volvía a calentar rápidamente, El le acariciaba la cara suavemente y Ella le tocaba el pelo con sus dedos, decidió ponerse encima de él para poder besarle más libremente. Los besos seguían siendo largos y muy profundos, la polla de Fernando seguía tan dura como había notado la muchacha en el pub. Empezó a mover el culo rítmicamente por encima de la ropa de él. Llevaba una minifalda vaquera, él, unos vaqueros y una camisa. Fernando le susurró que no podía más, que quería poseerla, que fuese suya esa noche. Ella se resistía porque era muy morbosa y quería seguirle provocando hasta que reventase de deseo, quería verle la cara de demonio sexual que llevaba dentro, que no fuese un simple polvo, que lo recordase para toda la vida, Y así lo hizo, le siguió besando, bajó hasta el cuello, el lóbulo de la oreja que lo mordisqueo suavemente

Hasta que Dopi ya no podía mas, empezó a desabrocharle los botones de la camisa suavemente, mientras le metía los deditos en la boca, ya que eso le ponía mucho a Fernando. Le quitó la camisa y le fue besando los pezones suavemente, acariciando el pelo del pecho, siguió bajando hasta el ombligo, la línea alba, pero de repente paró y volvió a subir hasta la boca.

Él estaba que se salía de sus casillas, deseaba follarla como un loco, que se corriese del placer, pero ella se lo estaba poniendo difícil.

Dopi seguía moviendo rítmicamente mientras le volvía a besar en la boca, no le dejaba hacer nada por ahora, estaba actuando solo ella, teniendo el control de todo lo que ocurría.

Le fue desabrochando poco a poco el cinturón, los botones del pantalón, mientras le miraba fijamente a los ojos con cara de pasión.

Llevaba unos calzoncillos grises de pata, el cual se podía notar le dureza de esa verga tan grande, la amante empezó a besar la polla por encima de la ropa interior, suavemente, darle pequeños mordisquitos, eso estaba que ardía, los calzoncillos estaban muy mojaditos, decidió bajárselos con la boca y por fin tenía la polla sin opresión alguna, Dopi estaba muy caliente y se la metió de repente entera en la boca, a Fernando le recorrió un escalofrío tan grande, que se vino casi sin darse cuenta, aquella leche calentita y blanca, le llenó la boca y cayó sobre la polla, que quedó toda brillante y mojadita.

Fernando estaba exhausto, pero su amante había sido genial, ahora le tocaba a él ser el dueño de la situación. Giró bruscamente a Dopi, que estaba encima de él y la agarró de las muñecas, por encima de cabeza, la besó tan apasionadamente que casi se queda sin respiración. Se miraron fijamente a los ojos y se desearon con la mirada.

Le empezó a acariciar el escote con la boca, los pezones por encima de la camiseta, que estaban muy, muy duros. Le soltó las manos y le quitó la camiseta tan rápido como pudo. Fernando volvía a tener la polla tan dura como al principio. Le quitó el sujetador y dejó al aire esos 2 hermosos pechos redondos, suaves y muy duros, los cuales saboreo con ternura y cariño, de repente Dopi notó la mano de Fernando en su braguita negra con puntilla, una mano grande, suave y muy caliente, estuvo jugueteando por encima hasta que se empezaba a notar la humedad de su coñito. Mientras no dejaba de mirarla con sus ojos verdes, Fernando le quitó las braguitas con muchísima suavidad. Fue acariciando sus ingles, sus muslos, empezó a juguetear con sus dedos por toda la vulva, ella estaba deseando sentir sus dedos dentro, pero Fernando se resistía a complacerla todavía, quería darle de su propia medicina y que notase lo que jode que te calienten tanto, pero él tampoco aguantaba mucho, quería meterle ya ese par de deditos, se los metió hasta el fondo y Dopi dio un grito de placer, que hizo estremecer a Fernando. Él decidió seguir dándole placer y bajó su lengua hasta tocar con ella la punta de su clítoris, empezó a explorar cada rincón de su sexo, besarlo, lamerlo, acariciarlo

Él quiso que llegase hasta el orgasmo no solo con su lengua, sino también con sus manos, todo a la vez. Ella estaba apunto de llegar cuando casi sin darse cuenta cómo, Fernando ya se había puesto una gomita y la penetró de repente, Dopi tuvo un espasmo del placer muy intenso, mientras, Fernando encima de ella la seguía penetrando suavemente e iba acelerando el ritmo poco a poco, le pidió que se diese la vuelta y se pusiese a cuatro patas, ella como una sumisa sin decir nada, obedeció y la volvió a penetrar, esa postura le gustaba mucho a Dopi, y tuvo otro orgasmo, esta vez menos intenso que el anterior, pero igual de agradable. Él aceleró el ritmo y saco su polla, roja hinchada, se quitó el condón y se corrió, sobre la espalda de su amante.

Ambos exhaustos se tumbaron sobre la arena mientras la marea iba subiendo. Decidieron meterse en el agua para poder limpiarse la mezcla de arena y semen que se había formado.

En el agua se besaron dulcemente bajo la luz de la luna, pero se dieron cuenta que ya estaba amaneciendo y que la gente les pillaría, se vistieron corriendo y se marcharon al coche.

Desde aquel día Fernando le pregunta todos los días a Gorka a ver cuando va a volver a traer a su primita de fiesta. Y piensa cada noche, que fue el mejor polvo de su vida, al final Dopi consiguió su cometido: que ese polvo fuese inolvidable.

Este es un relato imaginario, va dedicado a Fernando, es el primero que hago, espero que os guste. Podeis enviarme los comentarios a dopinet@hotmail.com