Fernando y Juan (04)

"Decile a tu puto que si no me la mama, hoy mismo tu abuela se dara cuenta de lo maricon que sos"- le dijo Manuel a Juan mientras ponia su mano sobre la cabeza rubia de Fernando.

Fernando y Juan -Parte 4-

Fernando, que aun se encontraba boca abajo en cuatro patas sobre la roca y reponiendose de la eyaculacion que acababa de tener y de la que le acababa de dar Juan, volvio a ver hacia el lugar donde provenia el grito.

"Lo mejor es que te quedes en esa posicion, gringo puto"- le dijo Manuel mientras daba un par de pasos hacia el abriendose la cremallera de su pantalon.

"Manuel!"- le dijo Juan saliendose del culo de Nando.

"No me dijiste que te lo ibas a coger!"- le dijo Manuel metiendo su mano en el pantalon.

"Que estas haciendo aqui?"- le pregunto Juan poniendose de pie.

"Disfrutando de la naturaleza!"- le contesto en tono burlon mientras se sacaba una verga que Nando vio frente a su cara en pocos segundos. Era una verga grande, gorda, negra y con gotas de semen en su glande.

"Pero..."- dijo Nando en tono de protesta.

"Decile a tu puto que si no me la mama, hoy mismo tu abuela se dara cuenta de lo maricon que sos!"- le grito Manuel a Juan mientras ponia su mano sobre la cabeza rubia de Nando.

"Por favor Manuel..."- le contesto Juan mientras pasaba al lado de Nando que permanecia en cuatro patas.

"No te preocupes. Vos tambien vas a disfrutar de esta vergota"- le contesto Manuel mientras se bajaba el pantalon.

Sus piernas eran fuertes y grandes, todo el parecia un hombre fuerte y grande.

Juan volvio a ver a Nando.

"Dejalo, te voy a mamar yo"- le dijo.

"Ah, no... yo quiero que sea este... a vos te tengo todas las semanas... a el, no"- le dijo Manuel mientras Nando podia sentir el olor del semen que entraba por sus narices. La verga de Manuel, erguida estaba ensanchondose mas y mas.

"Dejalo Juan... no te preocupes... no quiero que tu abuela se entere..."- le dijo Nando mientras su boca se acercaba lentamente a la verga de Manuel.

"Ves? Si los gringos son civilizados... y putos!"- le dijo Manuel con un gesto de satisfaccion.

"Por que no te desvistes? Me encanta ver a los hombres desnudos"- le dijo Nando a Manuel mientras con su mirada le indicaba a Juan el pantalon de este que yacia a un lado de la roca.

"Ah... que gusto tratar con un puto de verdad... con uno que si sabe apreciarme como macho..."- Manuel se desabotono la camisa rapidamente mientras se quitaba el sombrero que llevaba puesto.

"Seguro que no le diras a mi abuela?"- le pregunto Juan mientras le contestaba la mirada a Nando con un leve gesto de los labios.

"No te preocupes...si este gringuito me da gusto...no le dire nada a la vieja..."

Manuel no pudo terminar la frase. En un instante que paso mas rapido de lo que pudo ver, Juan tomo su pantalon y lo tiro al agua mientras con el barbiquejo del sombrero alrededor de su cuello lo detenia. Manuel intento golpearlo pero Nando, como perro en cuatro patas, atesto una mordida dolorosa en el mismo centro de su glande. Manuel cayo a la roca pesadamente dando un grito de dolor.

"Al agua Juan!"- le grito Nando mientras Juan soltaba el barbiquejo no sin antes darle un puntapie en la panza peluda de Manuel que yacia retorciendose en la roca.

"Y esto es para que no se te olvide que nosotros tambien tenemos boca...y que si dices algo...esta misma tarde tu esposa sabra que te gusta cogerte a otros hombres!"- le dijo Nando mientras le daba un segundo puntapie en el estomago antes de el mismo tirarse al agua. Nado un par de metros hasta llegar donde el pantalon de Manuel flotaba. Lo tomo y continuo nadando detras de Juan que ya llegaba a la otra orilla donde estaban sus cosas.

"Que vamos a hacer?"- le pregunto mientras ponia el boxer de Nando y su propia licra mojada a un lado.

"Vamos a regresar como si nada hubiera pasado... y vamos a llevarnos esto, como prenda"- le dijo Nando sacando del pantalon de Manuel su calzoncillo -"Si tenemos esto, no se atrevera a decir nada".

Se vistieron rapidamente mientras Manuel les gritaba:

"Hijos de puta! Cabrones!"

"Apurate Juan... ya se le va a pasar el dolor y va a venir a buscar su pantalon!"- le dijo Nando mientras tomaba su maletin, que incluia la valiosa prenda, y comenzaba a caminar de regreso al pueblo.

Ya cuando habian caminado un buen trecho Juan comenzo a reirse sin ningun motivo aparente.

"Te fijaste la cara que puso cuando le sembraste tus dientes en la verga? Cuanto he querido hacer algo asi!"- le dijo mientras hasta derramaba lagrimas de placer.

"Es lo unico que lo detendra... te lo aseguro"- le contesto Nando deteniendose para reirse un poco el mismo.

Llegaron a la casa de Juan y se dirigieron directamente a la habitacion del huesped.

"Guardalo...te puede servir siempre que este hombre quiera pedirte algo que no quieras hacer... y guardalo bien..."- le dijo Nando sacando el calzoncillo.

"Ah Nando... que bien se siente que haya alguien que quiera defenderme!"- le dijo Juan acercandose instintivamente a el y dandole un beso en los labios.

"Nunca permitas que otros hagan contigo lo que tu no quieras hacer"- le respondio Nando mientras sentia el cuerpo caliente de su amante tan cerca de el, que no pudo contenerse y lo beso con tanta pasion que su lengua se seco casi en un instante.

"Quiero ser tuyo... para siempre"- le dijo Juan con lo que a Nando le parecio un tono melancolico. No le contesto, se limito a bajar por su cuello quitandole con sus manos la camisa, aun humeda con el agua de la cascada. Sus pezones, duros y morenos, eran una invitacion a disfrutarlos, y asi lo hizo. Juan le quito el jeans y comenzo a sobarle la verga. "Dime que no me dejaras nunca".

Nando se detuvo al escuchar a Juan decir esto.

"Sabes que no puedo decirtelo...seria mentirte"- le dijo al oido mientras sus manos jugaban a quitarle la ropa.

"Lo se... pero dimelo aunque sea mentira..."- la voz de Juan sonaba a premura, a necesidad. Su mano continuaba masturbando la verga rosada de Nando.

"Pero..."

"Por favor...se que quiza esta sea la ultima vez que estemos juntos... tu madre no tardara en llegar...te iras a dormir a tu casa... y despues...quien sabe cuanto tiempo estaras aqui...luego te regresaras..."- Juan comenzo a sollozar mientras decia estas palabras.

"No pienses en eso Juan... yo me quedare unos cuantos dias aqui... y te voy a seguir viendo..."- le contesto Nando mientras lo abraza apretandolo contra su pecho ya desnudo.

"Dime que no me dejaras... aunque sea mentira"- le suplico el muchacho.

"Siempre estare contigo"- le dijo Nando viendo a los ojos vidriosos de Juan- "Por ahora disfrutemos de nuestros cuerpos..."

Y eso fue exactamente lo que hicieron. Terminaron desnudandose enmedio de besos, abrazos y mientras sus lenguas se paseaban por su piel erizada y contaminada con el libido que emanaban sus glandulas sexuales.

"Es posible hacerlo tantas veces en un solo dia?"- pregunto Juan con su habitual curiosidad.

"Es posible... pero no vamos a romper ningun record"- le dijo bromeando Nando mientras se detenia en las nalgas redondas de su amante campesino. Las observo cuidadosamente mientras su lengua se abria paso lenta pero precisamente en el esfinter. Juan se puso de espaldas, con el rostro hacia la pared subiendo una de sus piernas en la silla permitiendo asi que Nando, agachado, pudiera entrar sin ninguna dificultad. El moreno pene de Juan estaba ya parado y pegaba contra la pared de adobe de la casa.

"Ay que rico Nando, que ricoooo!"- decia mientras jadeaba por el placer que aquella lengua ensalivada le estaba proporcionando.

"Te gusta mi cielo? Te gusta?"- le decia Nando mientras abria mas las piernas de Juan metiendo su cabeza enmedio de ellas y moviendo asi su lengua del esfinter hacia los huevos que comenzo a lamer y luego a mamar. Juan abrio las piernas lo mas que pudo para deleitarse con aquel masaje tan placentero.

"Asi, asi...hacelo asi...ay Nando...ay...."

Nando continuo mamando los huevos de Juan mientras uno de sus dedos ingresaba lentamente en el culo del muchacho. Este comenzo a moverse en un vaiven de placer indescriptible. Nando entonces puso saliva en otro de sus dedos y comenzo a meterlo lentamente a la par del otro dentro de Juan.

"Te gusta asi mi cielo?"

"Ay...ay... que ricoooo!"- fue la respuesta de Juan mientras abria sus piernas dejando ver su culo hambriento mientras sus huevos eran chupados por la boca sensual de Nando que se detuvo luego de un par de minutos. Saco con un poco de dificultad los dedos del culo, se paro mientras Juan se daba media vuelta poniendose frente a frente.

"Saborealos"- le dijo poniendo sus dedos en la boca de Juan. Este los tomo sin pensarlo dos veces y comenzo a lamerlos como si fueran un helado. Nando sintio que su cuerpo se estremecia por el placer que aquel acto le causaba. Su propia verga estaba erecta y se topaba de vez en cuando con la verga erecta de Juan mientras este se movia de un lado a otro lamiendo sus dedos.

"Quiero que me hagas tuyo"- le dijo Juan mientras tomaba la verga rosada, parada, y llena de venas azulosas de su huesped. Se dio media vuelta, nuevamente abriendose con la ayuda de la silla donde apoyo su pierna.

"Siempre seras mio"- le dijo Nando mientras su verga se ponia en el culo de Juan -"Y donde este, yo siempre sere tuyo"- agrego mientras comenzaba su arremetida en el orto ya abierto de su amante.

Con un poco de dificultad al principio Nando entro en el culo de Juan, pero rapidamente aquel orificio fue expandiendose y Nando lo taladro sin piedad.

"Ahh... que ricoooooo! Ahhh...."- Juan estaba en el extasis mismo mientras sentia como Nando se apoderaba de todo su cuerpo: la verga en su culo, su pecho en su espalda, sus rodillas en sus tobillos, y sus manos explorando el resto de su cuerpo.

"Asi... asi..."- le decia Nando cada vez que lo embestia.

"Hacelo...ahhh... que rico... hacelo....ahhhhhh!"-Juan sentia que aquella verga entraba y salia con la fuerza de un animal, y seguramente un animal rabioso, un animal en celo.

"Eres mio... mio y solo mio..."

"Y vos sos mio...Nando...sos mio"

El trotamundos tomo la verga morena del campesino y cada vez que lo embestia tambien lo masturbaba. Juntos terminaron en un estallido de semen: Nando dentro de Juan y este manchando la pared.

Pero no se separaron, se mantuvieron unidos, besandose mientras Juan le daba vuelta lo mas que pudo a su cuello y entregandole su boca a aquel desconocido con el que habia pasado las ultimas horas, y las mas excitantes de su corta vida.

"Nando...te quiero..."

"Yo tambien, Juan...yo tambien..."

"Escuchaste?"- pregunto Juan sin moverse, sintiendo la respiracion de su amante tan cerca que podia tragarsela.

"Que cosa?"- pregunto un poco sobresaltado Nando.

"La puerta de enfrente... acaban de abrirla..."- le informo Juan.

"La puerta de mi casa?"- pregunto Nando sacando su verga de adentro del culo de su amante y tratando de escuchar algo.

"Si... ya llego tu madre"- le dijo Juan tratando de ocultar su tristeza.

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