Fernando estará en Babia pero... es un comepollas

He pillado a mi marido comiéndose un rabo y tengo que pensarme bien como reaccionar, no se si tragar, adaptarme o mandarle al cuerno.

Hace algún tiempo que no escribía nada porque no me apetecía.

Además,. En los comentarios, unos me decís que soy poco explícita y otros que no. La verdad es que escribo como me sale y tampoco me pongo a corregir el fondo de cada relato.

He seguido follándome a Pablo, mi vecino bisexual, y a mi amigo Miguel para vengarme un poquito de Fernando, mi marido, pero ha pasado una cosa muy gorda que me ha descentrado y voy a escribirla para poner en orden mis ideas e ir pensando en qué medidas tomo con este cabronazo. A lo mejor hasta me dáis algún consejo o alguna idea.

No me apetece follar a todas horas ni todos los días; por eso el rollo con el vecinete marica es muy cómodo porque no está detrás de mí como un tío salido pero sé muy bien como ponerle al rojo.

A los tíos, normales-bisexuales-maricas-metrosexuales, siempre les apetece follar o es sencillo conseguir que se exciten y creo que las mujeres no les comprendemos demasiado porque es muy fácil manejarlos, hacer que se corran y dejarles satisfechos y orgullosos de su sexualidad.

Con Pablo, el bisex, no hay más que ser muy dulce, muy cariñosa pero con una cierta dosis de iniciativa y energía masculina; entonces se trempa como un burro.

La semana pasada, cuando mi marido volvió a justificarme un viaje pretextando otro "congreso de medicina" en otra población, me salió del alma decirle que yo también, casualmente, iba a estar fuera de casa unos días. Incluso improvisé mal y simulé dudar para que se quedara un poco mosqueado.

El cabrito de Fernando se fue el miércoles por la tarde y al día siguiente, que a mí me apetecía sexo, me arreglé un poquito, me pinté el ojo y pasé a ver a Pablo en cuanto le oí llegar a su casa que, como sabéis, es en la misma planta de mi edificio y puerta con puerta de la mía.

Pablo me vió que yo iba con ganas de guerra y me dejó desnudarle y darle una lavadita en la ducha. Me gusta y me excita el olor a tío pero no el sudor excesivo ni ese olor a bacteria de ingle mal lavada. Creo que a los tíos les pasa lo mismo con nosotras por lo que pienso que hay que practicar el sexo limpita pero dejar una base explícita de olorosa femineidad.

Le tumbé en la cama y le hice una paja como la que hacía Hyapatia Lee a Randy Spears en la maravillosa película "The Masseuse" ("La Masajista" pero la de Hyapatia no la de Jena Jameson que también está muy bien y se parece más a mí porque es rubita) de Paul Thomas que creo que es una de las películas porno que más me ha excitado jamás. Algún día os hablaré de las películas que nos ponen a las chicas y qué es lo que nos gusta y como nos mojamos y dejaríamos que nos la metiera el que estuviera al lado.

Bueno, que con Pablo tumbado, me puse a su derecha y sin dejarle moverse fui atendiendo a sus "por favor acaríciame la polla", "hazme un favor, dame besitos", "un favor más, dejáme acariciar una tetita" y le fui haciendo esa maravillosa paja que, sujetándole los huevos con la mano izquierda para que no se suban, mientras que la mano derecha –bien aceitada- sube y baja con generosa lentitud pero con cambios de ritmo enloquecedores, envolviendo con una caricia maestra el capullo, de vez en cuando, hasta que…….. BLUP…. se tensan sus testículos, su polla adquiere vida propia y su glande, ya enrojecido, anuncia una inmediata eyaculación que salta…. como un disparo largo, húmedo y maravilloso casi hasta su cara.

Vamos que como en la película y que aunque yo estaba deseando ya que me metieran lo que fuera porque estaba que me corría, aguanté porque estaba muy en la peli y otro día quería hacer la escena en que Randy, con Hyapatia tumbada de espaldas sobre su pecho, la acaricia con la polla supertiesa todo el coñito pero sin llegar a metérsela. Es demasiado esto de las películas superbuenas que ya sólo se pueden conseguir en el eMule.

Total que Pablo se corrió bien corrido y entonces voy yo y, tras el éxtasis, oigo un sonido que me suena muy familiar en el ascensor y en el descansillo y, corriendo hasta la mirilla de la puerta, ¡¡ veo a Fernando entrando en casa con una tía !!.

¡¡ Coño !! … conque en lo que tardo en asearme y ponerme algo púdico encima, me planto en casa y, entrando en absoluto silencio (yo sería muy buena ladrona porque sé como no hacer ruido con las cerraduras y que no se me oiga entrar) me voy para dentro y allí que me veo a Fernando en nuestro dormitorio, ¡ en nuestra cama !, ¡¡¡ en nuestra cama !!! con una tía acojonante (de verdad, de verdad que era una tía 10) pero ¡¡ comiéndole el rabo !!.

Vaya… que allí estaban los dos haciendo un 69, comiéndose las pollas el uno al otro y yo mirando como una gilipollas y sin saber que hacer cuando veo que el cabrito de Fernando, que me ve, se me queda mirando –rojo como un tomate- y me suelta:

-¿Qué haces tu aquí? – dice.

-¿Qué estas haciendo tú que estabas en un Congreso, cacho cabrón? –le contesto rápida.

-¡ No me cambies de conversación ! –me contesta como en el viejo chiste y no sé ni como fue capaz de articular palabra pero le quedó hasta bien y aligeró un poquito la tensa situación.

-¡ Y con un tío !, pero…. ¡ no te da vergüenza ! y ¡¡ suelta ya esa polla, imbécil !! –histérica le grito yo-

-Verás, Brit, déjame que te explique…..

por favor, Malena, vete anda…. -dice él, con lo que el putón se levanta y se viste y se va.

Os lo dejo aquí hoy porque yo también salí muy digna de mi casa, he desaparecido por dos días sin decirle donde iba (no estaba muy lejos porque me metí en casa de Pablo que se reía las tripas cuando le contaba la escenita) y ahora me estoy pensando qué hacer con el cabrón de Fernando.

La verdad es que no se si es que me lo merezco, si le tengo que escuchar o si le tengo que mandar a la mierda pero es que cortar tiene muy mal rollo porque yo vivo muy bien, Fernando gana dinero y es generoso en casa; lo que pasa es que ahora me encuentro en que, el muy machito, resulta que también le van los rabos.

No sé qué hacer. Que alguien sensato me diga algo pero no burradas, por favor.

Oye y que casi todo esto es verdad. Joder… he cambiado nombres y cosas intercalando algunas de otras veces como lo de Hyapatia que fue otro día pero que me pareció que quedaba muy bonito metido aquí.

Bueno, que besos a todos Brit