Fernanda y sus amigas III tercera parte
Marina se venga de su marido transformándolo en una sumisa putita, con Fernanda y Tanya nos quedamos en el sur iniciando un nueva vida familiar.
Luego de recoger las maletas, nos fuimos juntos buscar a Marina, quien se estaba demorando más de la cuenta y las chicas ya estaban preocupadas. Al llegar a la casa de Marina, vimos una escena realmente patética, don Lucio estaba de rodillas implorando a Marina que no lo dejara, mientras ella le reprochaba el dejarla abandonada (sexualmente) para andar chupando picos. También estaba Esteban, el, ahora, ex novio de Sofía. Este último estaba desconcertado pero tranquilo, le decía a don Lucio que no se preocupara, que ahora podrían estar juntos, mientras este seguía implorando por un perdón que nunca llegaría. Al vernos, Marina le dice a su marido:
- ¿Quieres ser una puta?, entonces tengo algo especial para ti. – dice mientras levanta la mirada
Se acerca a mí y me pide que transforme a su marido en una puta, que se la meta sin piedad. Mira a las chicas buscando su consentimiento, ellas no dicen nada, pero al cabo de unos minutos, Fernanda me queda mirando y completa la frase de su madre:
- Amor, este desgraciado me hizo la vida imposible, rómpele el culo, que vea que se siente estar con un hombre de verdad…
Sofía y Tanya se miran entre sí con cara de asustadas, luego dirigen su mirada a mí, solo asienten con la cabeza. Marina vuelve la mirada a don Lucio, lo mira con cara de enojada, y ordena:
- Si quieres que tenga algo de compasión contigo, de ahora en adelante harás todo lo que se ordene, hay un nuevo hombre en la casa. – dice mientras me abraza y besa. – Como puta quieres portarte, entonces puta serás.
Me acerco a Lucio (claramente ya no le decía don, por solicitud de Marina), lo miro con firmeza:
- Sácamela y chúpala, si te lo haces bien ganarás el derecho a gozar y a recibirla en el culo.
Lucio, con una mirada entre rabia y deseo, gatea hasta mí, lentamente me desabrocha el pantalón, saca mi pico, lo toma con una mano y empieza chuparlo, al principio con un poco de torpeza, pero luego sus movimientos se hacen más firmes (se nota que este tipo chupo más de un pico antes). Se empieza a engolosinar, sus movimientos aumentan, me levanta el pico para poder chuparme las bolas, mientras me pajea.
- ¡Realmente eres una putita! ¡Aaaaaaaaah! ¡Sigue chupando mientras me desvistes, te ganaste el derecho a recibir el pico en el culo!
Lucio, sin sacarse el pico de la boca, se saca el pantalón, estaba perfectamente depilado. Le corro la cabeza, pongo mi pico en su agujero, sin piedad se la clavo, con fuerza y hasta el fondo:
- ¡Aaaaaaaaaaaah! ¡Qué delicia de picooooooooo! – grita como loca - ¡Méteeeeeelaaaaaa! ¡Máaaaas fuerte, aaaaaaaaaaah!
Mis movimientos se hacen más intensos, Lucio acaba en el piso, yo sigo metiéndosela a esa putita con más y más fuerza, estoy a punto de acabar, cuando Marina interrumpe:
- Ese desgraciado no se ha ganado el derecho que le llenes el culo. ¡Ve, acaba en mis tetas!
Se la saco de golpe, me doy la vuelta, Marina ya está de rodillas, lista para recibir mi descarga, le dejo las tetas llenas de semen caliente. Lucio mira con tristeza como goza su mujer, quien recibe el premio de su esfuerzo. Marina le pide a Sofía y Tanya que le limpien las tetas, ambas se acercan, le lamen las tetas, le sacan todo mi semen, luego se besan las tres, para compartir el semen que queda en sus bocas.
Marina, aun con cara de enojada, mira Lucio diciendo:
- De ahora en adelante no tienes ningún derecho sobre mí, tus hijas o esta casa. Nos vamos a divorciar, pero puedes seguir en esta casa, si quieres. A partir de hoy serás la empleada, deberás vestirte como mujer, todos los días, y deberás operarte para ponerte pechos y hacerte un tratamiento de hormonas.
- Si aceptas mis condiciones, recibirás el sueldo suficiente para comprarte tus ropas y arreglarte como la puta que eres.
Lucio escucha a Marina, con la mirada hacia el suelo acepta sus condiciones. Marina, con voz firme, continúa:
- Si te portas bien, tendrás el derecho a que, el nuevo hombre de la familia, te la meta. Siempre que no esté con alguna de nosotras, de lo contrario solo podrás mirar. Si te metes con cualquier otro hombre, te vas de la casa y lo pierdes todo. ¡No es negociable!
Lucio vuelve a aceptar. Esteban, queda atónito con toda la situación, no alcanza a decir palabra cuando Sofía lo hecha de la casa y le indica que si vuelve acercarse a ella o a su casa (vive en la casa de sus padres) lo meterían preso. Esteban se va llorando desconsolado, no solo perdió al hombre que amaba, si no que, también, perdió la vida que tenía soñada y prometida por Lucio.
Marina, no invita a vivir con ella, a todos juntos. Fernanda acepta inmediatamente, Tanya y yo nos quedamos mirando e indicamos que responderíamos al día siguiente. Yo trabajo independiente, soy fotógrafo, pero Tanya no quería alejarse mucho de su hermana. Marina lo entiende, nos da nuestro espacio. Con Tanya nos vamos a comer fuera, conversamos por horas de la situación y acordamos intentarlo, para ambos es complicado dado que mi familia también es de Santiago y somos muy aclanados. Llegamos tarde por la noche, Marina y sus hijas estaban en la pieza principal, pasamos a dar las buenas noches, un beso a cada una, luego nos fuimos a nuestra pieza. Lucio, estaba descansando en la pieza de servicio, acostumbrándose a su nuevo rol de empleada.
A la mañana siguiente, durante el desayuno Tanya, les dice a las chicas lo que habíamos decidido. Todas se alegran, nos abrazamos todos juntos. Tanya, Marina, Fernanda y Lucio se van de compras, tenían que comprar todo el conjunto de la nueva “empleada” y pasar al médico para que le recete las hormonas necesarias para la transformación de Lucio en la nueva mujer de la familia. Lucio iba con cara de curioso y molesto, pero no reclamó ni dijo nada, asumió perfectamente su nuevo rol. Con Sofía decidimos quedarnos, ella me dice que aun está atónita con lo sucedido ayer, ver como su padre, quién siempre fue machista y duro con ellas, estaba de cuatro en el piso, gritando como loca mientras recibía un pico en el culo. Yo sonrío, la abrazo y le digo que también me asombré, pero que su culo (el de Sofía) era lejos el mejor que había. Sofía sonríe coqueta, me besa, me toma del pico y me lleva a la pieza de su madre:
- Siempre he tenido la fantasía de tener sexo en esta cama …
La tomo entre mis brazos, la pongo en la cama con suavidad, le saco su camisón, mientras me quedo pegando lamiendo sus perfectas tetas, sin decir ni una palabra, la levanto entre mis brazos y la siento sobre mi pico, la sujeto con fuerza para guiar sus movimientos, ella trata de soltarse:
- ¡Aaaaaaaaah! ¡Métemeeeeelaaaaaa! ¡Con fuerzaaaaaaaaa!
Su vagina entra y sale de mi pico, ardiente y ganosa, si soltarnos, la recuesto en la cama, intensificando mis movimientos, ella grita como loca:
- ¡Me vooooooooooooyyyy! ¡Aaaaaaaaaaaaah!
- ¡Métemela en el culo, …, en el cuuuuuuulooooo!
La giro de golpe, primero le meto la lengua, luego un dedo, Sofía ya esta implorando que se la meta, siento como su cuerpo se retuerce de placer. Ella levanta su culito, queda ese agujero abierto, pidiendo a gritos ser penetrado, se la meto despacio, un poco más y luego de golpe hasta el fondo:
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Párteme, Pár-te- meeeeeeeee! – grita con su voz entrecortada
Sigo con más fuerza, aumentando mi ritmo, Sofía tiene un nuevo orgasmo, grita como poseída, se la saco nuevamente, y de nuevo a su vagina, inundada de sus juegos, producto de orgasmo que acaba de tener. Sigo con un ritmo salvaje, ella me abraza y clava sus uñas en mi espalda, me besa mientras gime con locura, sigo aumentando el ritmo, hasta soltar un poderoso y enorme chorro de esperma en sus entrañas. Sofía, totalmente agotada, con una mirada desorbitada, me besa y abraza, sin dejar que mi pico salga de su vagina, giramos, ella queda sobre mí, nos quedamos en esa misma posición hasta quedarnos dormidos.
Luego de varias horas, siento la puerta de la pieza, veo a Lucio vestido con una falda negra, pantimedias, una blusa blanca y sostén con relleno, este mira con cara de deseo, mi pico se había salido de la vagina de Sofía y Lucio lo miraba mientras se lamía los labios, en señal de calentura. Marina entra de golpe a la pieza, le recrimina a Lucio por estar mirando, cuando debería estar limpiando el baño, luego se sienta en la cama, le hace un cariño en la cabeza a Sofía:
- Veo que lo pasaron muy bien hija, pero es hora de levantarse.
Dice mientras le besa la frente. Sofía, aún desnuda se levanta y se va a su pieza a seguir durmiendo. Marina, me mira sonriendo:
- Lo vamos a pasar muy bien, muuuuy bien. – dice mientras me acaricia el pico.
Trato de levantarme, pero Marina lo impide, me da un jugoso beso, y empieza a chuparme el pico. Esa mujer me pone a mil cada vez que me chupa el pico, como si tratara de un helado, chupa y lame ganosa. Lucio, desde el baño mira a su mujer chupando como una puta, mientras se masturba. Marina, comienza desnudarse mientras sigue con mi pico en su boca. Yo ya no aguanto más de deseo, le pido que se ponga de cuatro, quiero metérsela en el culo, de un salto ella se tira en el piso, levanta su culo hermoso, le devuelvo el favor lamiendo desde su vagina hasta su culo, ella gime cada vez más fuerte:
- ¡No me hagasss sufriiiiiir! ¡Métela, mételaaaaaaa!
Acomodo mi pico en su culito, entro y salgo de golpe, esto la pone loca, entro y salgo, me quedo así unos instantes, luego empiezo a bombear ese culo con fuerza, ella grita como loca, como la puta caliente que es. Mientras mueve sus caderas, al unisonó que entra y sale mi pico de su apretado culo, ella le regala una mirada a Lucio, quien mira celoso desde el baño. Me pide que se la meta entre sus tetas:
- ¡Quiero que me llenes las tetas y boca con tu leche calentitaaaaaaaaah!
Se la saco de culo, y empezamos una paja rusa. Que tetas tiene esa mujer, en segundos estoy listo para acabar, Marina empieza a descontrolarse de placer, tiene un inmenso orgasmo a la vez que acabo en sus tetas, llenando su boca y cara con mis descargas. Quedamos exhaustos a los pies de la cama. Mira a Lucio, y le dice que le lama el semen de la cara y tetas. Lucio casi que corriendo se acerca a limpiar mi semen del cuerpo de su mujer. Lucio lame como la puta que es, Marina, una vez limpia, mira a Lucio:
- Una vez que terminemos tu transformación en la puta que eres, lo vamos a pasar muy bien, solo tienes que portarte bien y hacer lo que se te dice.
Lucio, le responde a Marina:
- Haré todo lo que me pidan, pero a partir de hoy llámenme Lucia. Seré la puta y esclava de la casa, solo quiero mi dosis semanal de semen.
Mientras se saborea con los dedos el semen que saco de Marina. Con Marina nos reímos, y aceptamos la propuesta de, ahora, Lucia.
Todas las mañanas, Lucia, toma las hormonas femeninas para empezar su transformación. Antes costaba un poco, pero ahora lo hace gustosa. Luego se retira a su pieza, donde se depila completa, se está dejando crecer el cabello, se pinta las uñas, se maquilla sola, como toda mujer. Por lo general anda con un encaje negro y con un vestido negro, muy corto, y unos tacos, que ayudan a resaltar su culo. Por las noches juega con alguno de los vibradores que le regalaron Tanya y Fernanda, aumentando, así, el tamaño de su apretado culito.
Hace unos días atrás, Marina me pide que le haga un cariño a Lucia, había cumplido con todo lo pedido, hace días que anda ganosa y no quería perder el control que tenia sobre ella. Por lo demás su cuerpo ya estaba empezando a tener forma femenina, su rostro se había afeminado, ya no tenía tanto pelo en la cara y cuerpo, estaba empezando a formar cintura, sus pechos habían aumentado ligeramente de tamaño; las hormonas que toma son bien fuertes y con efectos más rápidos aun. Dije que no tenía problema en ello y que esa noche le haría una visita.
Efectivamente, al llegar la noche, llamo a Lucia a mi pieza. Ella llega con una mirada triste, preguntando que faltó por limpiar, a esto la miro fijamente, me destapo de las sabanas, ya estoy desnudo sobre la cama, y le indico:
- Falta que me chupes el pico, ¿o acaso pensabas en dormir sin que pudiera comerme ese culito de nuevo?
Con una sonrisa en la cara, llego gateando a la cama, me toma el pico con una mano y se lo mete a la boca, con la otra mano juega con mis bolas. Chupa frenéticamente, de un lado al otro, se lo mete en la boca, le da pequeños mordiscos a un costado, que manera de chupar esa putita. Me tiene loco, le tomo la cabeza, nos damos un beso jugoso con sabor a pico, acaricio su culo mientras ella sigue chupándome el pico:
- ¡Si sigues así voy acabar en tu boca, putitaaaaaaaah!
Empiezo a gemir, ella sigue chupando, la tengo que obligar a soltarme el pico, no quería acabar todavía. Le digo que se ponga de cuatro, apoyando sus manos sobre la cama, ella lo hace, apunto mi pico a ese culito apretado. Entro y salgo de golpe, Lucia gime y grita como desesperada, veo como las chicas desde la puerta miran con cara de deseo. Fernanda se acerca, le ofrece su pico a Lucia, quien abre la boca y empieza a chupárselo. Luego se nos unen Tanya, Marina y Sofía, estas últimas se limitan a jugar entre ellas. Lucia empieza a gemir más fuerte:
- ¡Me voooooooooy! ¡Aaaaaaaaaaaaaaah!
- ¡Métemelaaaaaaaaaaaaaah! ¡Con más fuerrrrzaaaa, me rassssgasssss!
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaah!
Qué manera de gritar esa putita, Fernanda acaba junto a Lucia, le llena la boca de semen:
- Trágatelo todo, puta. - le replica en tono de enojo y placer.
Tanya, Marina y Sofía también están gozando. Yo aguanto unos segundos más y suelto una fuerte descarga en el culo de Lucia. Esta sigue gimiendo y moviendo el culo deseosa y ganosa. Nos quedamos rendidos en mi cama. A los pocos minutos Lucia se despide, me da un beso, me agradece la sorpresa y se retira a su pieza. Lo mismo hacen Fernanda, Tanya y Marina. Sofía ya estaba dormida, por lo que se quedó en mi cama.
A la mañana siguiente, veo una nota de Marina encima de mi velador:
- Fuimos a la clínica, hoy operan a Lucia de los pechos. Vas a quedar feliz con la sorpresa, nos vemos en la noche.
Luego llama Fernanda:
- Lucia va a quedar hermosa, pero tiene que estar unos días en el hospital, para recuperarse. En la noche conversamos, estás solo en la casa. Aprovecha de descansar. Besos.
Eso es historia para otro día. Espero les guste.