Feminizado y violado en la antigüedad parte 3

Patricia y Vanesa deciden poner en marcha el plan para feminizar a Cristian, al que piensan humillar y convertir en toda una putita, su putita...

  • ¡ Ya está ya está, vamos, venga, ya, ya, calma, vamos...! los hombres es lo que tienen hija, se creen los amos del Mundo y cogen y toman lo que quieren. Pero debemos de hacer que te respete, y añadió: ¡ Déjame encargarme a mi, yo lo domaré para ti! por cierto... ¿ erais naturistas, verdad?

  • Sí, nada de tecnología...

  • ¡ Es una lástima, ¡ sería todo más sencillo! dijo Patricia mirando la máquina de reconversión genética que guardaba en su mochila.

Los siguientes días, Vanesa se mostró muy distante con Cristian, al que rehuía, en los pocos momentos que tenían juntos ya que Cristian al ser el hombre, se empeñaba en salir siempre para liderar las patrullas de caza nocturnas, descansaban durante el día, ocultos en su carpa invisible al resto y aprovechaban la noche para cazar, dos semanas después, Cristian, ya hastiado ante el constante rechazo, dejó de perseguirla. Al comienzo de la semana siguiente Patricia empezó  a hablar con Cristian, primero haciéndose la encontradiza, luego empezó a bañarse con él en los lagos que ibn encontrando y coqueteó con él de forma disimulada, dándole la espalda, agachándose y dándole el culo y entreteniéndose en ello más tiempo del debido, todo aposta claro para atraer su atención, finalmente se dio por vencido, ella había logrado su objetivo, se dijo sonriendo cuando finalmente la habló.

  • Patricia, no me había fijado en que con toda esta experiencia te has vuelto muy atlética, te veo muy guapa, la dijo él a modo de halago, Ella se dio ligeramente la vuelta y, agarrándole de la mano de forma delicada,  lo llevó aparte del resto para hablar tranquilamente. Vanesa los miró alejarse riéndose de forma burlona.

  • Pues tienes razón Cristian, con toda ésta tensión y agitación y como vivimos más que nada sobreviviendo por decirlo de alguna forma, ni me había fijado, pero oye, gracias por fijarte, siendo nosotras unas chicas tan débiles y delicadas necesitamos a un hombre a nuestro lado que se fije en nosotras y nos defienda, he estado además tomando estas pastillas constituyentes últimamente, le dijo, alcánzándole una pastilla roja, ayudan a mejorar el desarrollo óseo y muscular, ¿ quieres una?

  • ¡ Gracias! ¡ me tomaré una yo también! dijo él cogiéndola de la mano de Patricia y tragándosela de inmediato.

  • ¿ Por qué no te reúnes junto a aquella palmera ésta noche a las 12.30, guapetón? le invitó guiñándole un ojo...

Esa noche hicieron locamente el amor, siendo Cristian muy brusco como era habitual

Patricia gemía fuertemente  de rodillas mientras le lamía la polla a Cristian d eforma muy golosa...

--¡ glub glub glub glub glub!

-- ¡ Ay, sí, cuánto te echaba de menos, sí, chúpala zorra, chupa putita mía! ¿ te gusta la polla de un buen macho, verdad, de tu hombre? ¡ chupa puta! ¡ chupa putita! sí

Cristian la folló fuertemente la boca, a la pobre Patricia le costaba respirar

-- ¡ upp glub....!

Unos minutos más tarde se vino dentro de ella fuertemente

-- Traga traga putita,  traga zorita mía, que la lechita te hará bien, dijo Cristian en tono burlón, queriendo humillarla

Las noche siguientes la escena se repitió, al cuarto día a Cristian le costaba que se le pusiera dura

  • Son los nervios del momento mi amor, ten en cuenta que ésta tarde oímos unos ruidos muy pronto, a las 16 y nos despertamos bruscamente, ésa patrulla de amazonas andaban sin duda buscándonos, y por suerte no dieron con nosotros, pero ninguno hemos podido pegar ojo en todo el día. No te preocupes, ya lo hacemos mañana, estoy muy caliente mi amor, ¿ te apetece otra pastillita reconstituyente para darte fuerzas para mañana?

  • Me encantaría y muchas gracias, mi tesoro, eres muy comprensiva. Tienes razón, todo este estrés me está afectando.

Patricia sonrió para sus adentros, el plan de Vanesa y Ella iba a la perfección. Esa noche, Cristian decidió quedarse a descansar a petición de Vanesa, que fingió preocuparse por él, por lo que Vanesa, Marta, Beatriz y Emma decidieron salir a cazar para dejarle descansar tranquilo. Para que no se quedase sólo, Patricia se ofreció a hacerlo compañía en la carpa.

  • Buen cariño, estamos sólos hoy, creo que esta noche es la nuestra, ¡ tómate una pastilita reconstituyente para ponernos a la faena! dijo Patricia desnudándose rápidamente con la supuesta y pretendida intención de excitarlo, aunque en realidad quería humillarlo.

Cristian se tomó otra pastilla, tras varios minutos la cosa iba a peor, ni los continuos estímulos de Patricia masajeándole los huevos conseguía despertarle el flácido y dormido miembro. Entonces Patricia sugirió un plan

  • Ya lo sé, ahora que no nos ve nadie, ¿ por qué no te  pones mis prenditas para excitarte así a lo loco? seguro que del subidón de tenerme dentro de ti de forma figurada, estando con mis ropitas y de esa sentirme más cerca tuyo, mi aroma te excitará más...

  • No sé... ¿ tú crees que es una buena idea cari ?

Patricia se contoneó de espaldas a él, muy insinuante

  • ¡ SÍ! ¡ Creo que funcionaría, mi macho! ¡ Ya verás como así te empalmas mejor!

Cristian titubeó...

-- Só no le cuentes nada a las chicas, de acuerdo, no sé si las otras lo verían rarito

  • ¡ Oh, por supuesto que no, tontín, ellas lo verían como algo totalmente natural! respondió ella tratando de parecer natural.

Patricia lo vistió de forma muy femenina con sus medias de seda negras, le puso sus zapatos de tacón, unas bragas rosas de seda, sujetador a juego push up, alq ue Ella le puso unos pechos postizos falsos como relleno y un vestido rojo muy elegante, finalmente se empeñó en maquillarlo, cualquiera que lo viera tendría la sensación de tener delante de sí a toda una mujer, muy femenina

  • ¡ Así parecerá más auténtico mi amor ! ¡ Demuestra cuánto estás dispuesto a hacer por satisfacerme, dijo ella sonriendo. Y de repente dió un fuerte silbido, ¡ Podéis salir chicas! El mariconcito está listo para que lo violemos.

  • ¿ Pero qué? dijo él sorprendido y avergonzado cuando de repente de los árboles empezaron a salir riéndose a carcajada limpia las otras chicas, que habían estado esperando escondidas.