Feminizado por mis compañeras de departamento IV
Laura lleva de compras a nuestro protagonista sin imaginar que terminará convertido en varios fetiches. Además de dos morbosos juegos que ella le impone.
5.
Habían pasado quince días de que Carlos y Valeria regresaron al DF. A pesar de todo estaba muy contento con mi vida. Mi vida había cambiado para siempre, me sentía con la sensación de haberme quitado 20 kilos de encima.
Me levantaba a las 5 de la mañana, hacia mi enema, me ponía unos pants ajustados, una blusa pegadísima y comenzaba mi rutina de ejercicios. Mis señoras no me permitían usar pelucas, pues querían recordarme que era mariquita. Gracias a ellas, comencé a cuidar mi cuerpo y disfrutarlo, pesaba 54 kilos y tenia un culito respingón. Adoraba verme frente al espejo. Mi piel era suavecita como nunca.
Era sábado, me puse a hacer el quehacer, en mi mood chacha. Después de limpiar y hacer ejercicio me puse a hacerle el desayuno a Lau y lo subí a su cama. Mientras lo subía; comencé recordar como era mi vida ahora, y estaba agradecido con ellas. Me habían ayudado a admitir mi deseo oculto de ser una nena. Con la charola en la mano, vi mi reflejo en la tetera y me gustaba verme tan femenino. Suspire y entre al cuarto.
Ahí estaba Lau, dormida, lucia hermosa traía un camisón rosa y un coordinado de encaje. Su cuerpo era hermoso y en mis adentros pensaba en todo lo que me faltaba para verme tan siquiera la mitad de divina. Puse la charola en su mesita de noche, ella se despertó e hice una coqueta reverencia hacia ella.
-Buenos días Dany- me dijo Laura con la ternura que la caracterizaba. Correspondí el saludo bajando levemente la cabeza. Ella se incorporó tomo la charola y se puso a desayunar en su escritorio, sin preguntar comencé a tender su cama.
Ella me comento lo lindo que lucia, lo femenino que era y de pronto comenzó a cuestionarme sobre la ropa.
-Veo que estas repitiendo mucha ropa. Deberíamos ir de compras y escoger nuevas cositas para que luzcas divina. Yo le conteste que esperaba con ansias de ese día y que para mi seria un honor que ella me acompañara. Me pregunto que si tenia dinero, le respondí que si y me dijo que si quería podíamos ir hoy. Me dijo que Tere había salido temprano a un viaje de trabajo y que no volvía en 3 semanas. Mi corazón se lleno de animo y con la cabeza le dije que si.
Ella me pidió que la esperará en mi cuarto, mi cuerpo no cabía de la emoción, salí corriendo a mi recamara, tome mis tarjetas de crédito y Laura llegó hermosamente arreglada. Traia una playerita azul marino, unos pantalones beige ajustados y una pañoleta blanca que resaltaba su hermoso cuello.
-No puedes ir con esas fachas Dany-, me dijo mientras hacia una revolución en mi closet. Saco unos jeans azul obscuros, una playerita azul turquesa y mi collar de perlas. Me hizo ponérmelos, no me permitió usar la peluca, ahí estaba yo, emocionado por la idea de comprar ropa. Con mi look puesto, ella me volvió a ver de arriba abajo, comento que algo me faltaba, se dirigió a su cuarto y me dio una bolsa de mano café.
-No hay nena que no salga sin su bolso primor- me dijo mientras me dio una nalgadita. La cual agradecí con un beso en la mejilla y mi más femenino gracias. Ella me dirigió al espejo que estaba en el pasillo y me pude ver, todo un joven afeminado a punto de salir a la calle. Una lagrima rozo mis mejillas y comencé a sollozar.
-Que pasa Dany ¿no te gusta tu ropita corazón?- me cuestiono Laura con preocupación. A lo que le respondi que era la primera vez que salía a la calle y que me iba a sentir más segura saliendo con la peluca. Ella me seco mis lagrimas y me dijo que no me preocupará, pero que si quería salir a la calle como una nena tenia que cumplir ciertos requisitos. Le dije que lo que fuera, ella saco un corpiño blanco de mis cajones, mis prótesis y me hizo ponérmelas en lo que fue a su cuarto.
Cuando llego me puso un maquillaje muy ligero, con los pechos y la peluca mi nervio se convirtió en deseo: quería salir a la calle como toda una damita. Mi fantasía salió de mi mente, cuando con voz autoritaria me hizo bajarme los pantalones y mostrarle mi colita.
Obedecí y sentí que algo invadía mi colita, ella me comento que era un plug anal. La sensación era muy extraña, cada paso que daba esa cosa se incrustaba más en mi. Ella noto mi cara pesar, pero me dijo que tenia que aguantar o ir de compras sin la peluca y las prótesis.
Resignado a traer esa cosa dentro de mi. Tome la bolsa y ella me mando al coche. Al sentarme solté un femenino gemido; ella se rió y me dijo que me acostumbrara, puso en marcha el auto, mientras me iba diciendo las reglas de shopping. Que básicamente decían que ella escogería todo y que no podía quejarme. Me quito mi tarjeta y con su coqueta voz me pidió que confiara en ella.
Durante todo el trayecto mi cuerpo no podía olvidar a ese consolador perforando mis entrañas. Cada tope o bache me provocaba ligeras vibraciones que con forme pasaba el tiempo se tornaban placenteras. Fue cuando pasamos por unos reductores de velocidad que no me pude contener, una corriente de placer invadió mi culito.
Laura divertía escuchaba mis gemidos y con morbo tomo un retorno que nos hizo pasar de nuevo por los reductores. Gemía como toda una señorita, Lau continuo manejando y llegamos a la plaza mayor (una plaza comercial de la ciudad en que vivimos) bajamos del coche, dentro de la plaza me sorprendió lo desapercibido que pase.
Nuestra primera parada fue una tienda de ropa interior. Era un paraíso, Laurita me escogió braguitas y corpiños muy femeninos. Adoraba los colores, las texturas y algunos estampados. También me ayudo a escoger algunos sostenes, pues a pesar de ser plana ella decía que con el tiempo podía tener unas nenas reales. De pronto quede hipnotizado, uno de los maniquíes tenia puesto la cosa más cursis del universo.
Era un babi doll blanco lleno de holanes. La dependienta me comento que era un modelo nuevo y que estaba en oferta. Laura la interrumpió y le dijo que me llevaba, voltee a ver a Lau con toda la pena del mundo, ella solo me guiño el ojo. Pago con mi tarjeta y salimos.
A cada paso que daba me sentía más cómoda con mi look, había pasado desapercibida. Comenze a caminar aun más femenina, me sentía feliz, estaba acostumbrándome al juguetito que me puso Lau en mi trasero.
¿A alguien le esta gustando mucho salir verdad princesa? Dijo Laura divertida al verme, seguramente delatada por mi cara de felicidad. Pasamos frente a una tienda de deportes, Laura me dijo que la esperara a fuera de la plaza. Fui y me senté en una banquita, de pronto me puse nervioso, note como me observaban, algunas chicas me barrían con envidia y los hombres no podían disimular esa mirada lujuriosa. Me sentía observada, me puse como un tomate, vi a Laura saliendo de la tienda con muchas bolsas y corrí hacia ella.
-Tranquila es normal, recuerda que una cara nueva en esta ciudad es flanco de muchas miradas, sobre todo tan bonita como tu- dijo mientras me pellizco levemente mi boobie y me dio una nalgadita. Seguimos caminando y llegamos a un almacén. La verdad nada lujoso, pero había cosas lindas, Laura me empezó a escoger ropa, playeritas, blusas, jeans, falditas y me hizo pasar a probarme todo. Me sentía en una pasarela, mientras ella se divertida al verme modelándole todo. Estaba midiéndome las ultimas cosas, cuando caí estremecido por la vibración del juguete que había en mi colita. De pronto llego un SMS a mi teléfono, lo vi y decía:
-Por ningún motivo vayas a sacarte el juguete del culo.-
Me estremecía de placer, pero trate de contener mis gemido me puse la mano en la boca y me acosté en posición fetal en el aparador. Era mucho placer, la verdad la sensación una delicia, pero me sentía estresada por el lugar. Después de unos 5 minutos no pude más y recargue mi culito contra la pared. Estaba ido, me vine en mis calzoncitos, sin siquiera tocarme o tener una erección. Salí, despeinada, con la braguita manchada con mi propia leche y hecha un esperpento.
Laura apago el juguete y me abrazo. –Quien es tu hombre ahora perrita- me dijo al oído mientras me abrazaba a lo que femeninamente le respondí que ella. Pago con mi tarjeta, saco una polo rosa y unos jeans de las bolsas. Le dijo a la dependienta, se los lleva puestos y corrí al probador a cambiarme. No se si fue el rosa, el orgasmo anal que acababa de tener, pero me sentí bellísima cuando me vi al espejo.
Salí del probador, tome a Laura de la mano, con todas las bolsas y nos metimos a una tienda de zapatos. Tome unos tacones rosas de 14 cms, me los medí y los lleve puestos. Adoraba la forma en que resaltaba mi trasero y como mi busto, aunque era simulado, sobresalía. Vi en el rostro de Laura una mirada que nunca antes le había visto, me guió corriendo al coche, dejamos las bolsas en la parte de atrás. Me volteo la cara, me jalo del collar de perlas a sus labios y nos fundimos en un profundo beso.
El contacto de sus labios, los míos con brillo era morboso y excitante, el roce de sus senos con los míos me ponía a mil, metí mi bajo su blusa, ella soltó un pequeño gemido me separo y me aparto. Desconcertado y angustiado el color me llego al rostro cuando hizo hacia atrás el asiento y me fui sobre ella. Sabia que quería me hinque frente a ella y baje mi rostro hacia su bello centro de placer.
Como pude la deje sin ropa en la parte de abajo y comencé con besitos suaves. Fui metiendo levemente mi lengua en su rico cochito, ella estaba excitadísima, su respiración entrecortada me hacia saber que le gustaba. De pronto fui con todo y mi lengua daba fuertes lengüetazos a su clítoris lo que la hacia gritar. Entre el morbo el placer y el éxtasis ella encendió otra vez el juguetito.
Ahí estábamos como gatas en celo dándonos placer, cuando de pronto una señora de unos cincuenta años se dio cuenta de lo que pasaba en el coche. Empezó a gritar a la seguridad de la plaza y salimos del estacionamiento.
Mientras Laura manejaba el juguetito seguía encendido lo que me hacia además de estar muerta de miedo, estar excitada. Escapamos como pudimos a toda velocidad, mientras yo me retorcía por la sensación del juguetito. Ya fuera de peligro a ser crucificadas por la liga de la decencia, suplique a Laura que apagara el juguetito. Ella me ignoro y paro en una tienda, me dijo que aguardara. Tardo como media hora y en mi segundo orgasmo del día llego ella con más bolsas, apago el juguetito y me felicito por ser una niña tan bien portada.
Estaba exhausta, cuando llegamos al club de golf de la ciudad, ya no podía. Suplique a Laura que fuéramos a la casa, pero ella me dijo que me iba a gustar la sorpresa que tenia preparada. Llegamos, Laura me dio las bolsas de la tienda de deportes, me prohibió fisgonear en ellas. Buscamos los baños más apartados y nos metimos las dos.
El bañito estaba muy agradable, era un cuartito de tres por tres metros que tenia una regadera y un pequeño sauna de madera. Laura cerro por dentro y nos relajamos un poco. Nos bañamos y Laura me dijo que en la bolsa estaba mi ropa. Cuando saque las cosas de la bolsa estaba en el paraíso, había un conjunto de braguita y sujetador blancos.
Me desvestí y me los puse, hurgando más en la bolsa encontré unos tenis muy finitos, unos tines, una falda tableada, una playera blanca ajustadísima. Sin chistar me puse todo, mientras laura se duchaba, estaba frente al espejo, no lo podía creer. Me veia como una jovencita tenista, me encantaba mi reflejo, pero más me gusto el que Laura rodeara mi cintura con sus brazos. En el espejo pude ver que estábamos vestidas igual.
Lucíamos hermosas, ella decía que éramos hermanitas. Guardamos las cosas en el locker y me dio una nalgadita indicándome que saliéramos. La imagen era impactante un par de chicas guapas, vestidas igual saliendo del vestidor. Nos dirigimos a las canchas, rodeadas de las miradas lascivas de muchos empleados. El chico al que le pedimos las raquetas no nos quitaba la vista de encima, e imagine su morbo cuando Laura me tomo la mano y entramos al área de canchas.
El paso del aire bajo la falda es lo máximo. Nunca había sentido algo, en verdad era maravilloso. Ahí estábamos, un par de chicas lindas jugando tenis. La verdad no era muy buena jugadora, pero nos estábamos divirtiendo. Me encantaban las miradas lujuriosas de los que pasaban por donde estábamos jugando.
Un poco cansadas, volvimos al baño. Nos arreglamos y fuimos a casa. En el trayecto Laura acariciaba mis piernas, yo hacia lo mismo. La lujuria transpiraba por nuestros poros. Estábamos calientes a mas no poder, llegamos entramos a la casa, Laura me abrazo por la espalda, el roce de sus pechos me puso a mil. Voltee y comencé a besar a aquella niña ella me fue bajando hasta que supe lo que deseaba. Termine ese ardiente sexo oral que habíamos dejado inconcluso en el estacionamiento de la plaza.
Mis labios comenzaron a rosa su ombligo y bajaron hasta su delicioso coño, comencé a lamerlo suave, después deslice mi lengua, poco a poco fui metiéndola entre su flor. Pequeñas lamidas que se convirtieron en lengüetazas. Después de unos 5 minutos llego al orgasmo.
Minutos después me mando a darme un baño. Fui, debo confesarlo estaba más que feliz. La sensación de haberme convertido en una sexy nena, aunque sea por un fin me traía volada. Después de mucho tiempo me sentía sexy y feliz. Salí del baño, seque mi pelo y ahí estaba Lau. Traía una bolsa del shopping, me la dio y me dijo que me iba a ayudar a ponerme lo que había en ella. Al ver su contenido, un mar de nervios se apodero de mi. Era un traje de mucama, una blusa negra con el cuello blanco, una falda cortita negra, un delantal blanco y una cofia.
Un contraste de emociones recorrió mi ser, sentía muchas dudas de vestir ese uniforme o no. Una parte de mi quería salir huyendo de ahí, pero otra más fuerte necesita verme enfundada en ese trajecito. Mis dudas se disiparon con el tierno y coqueto “porfi” que me dijo Laura. No había duda que sabia como controlarme.
En menos de lo que canta un gallo, yo estaba vestido con una mucama francesa, debo admitir que la sensación de las medias acariciando mis piernas era genial. Lo tacones de 15 cms me hacían dar pequeños y femeninos pasos. Me sentía una diosa, una parte de mi aun sentía vergüenza, pero no había duda que era sometida por mi calentura y mi morbo.
Laura me dijo que lucia preciosa, el contacto de sus labios llenos de brillo besados por los míos llenos de labial era maravillosa. Ella me dijo lo satisfecha que estaba con mi comportamiento y que de ahora en adelante mi vida a cambiar aun más. Me hizo bajar las escaleras, cuando de pronto me hizo recargar en uno de los barandales.
En ese momento y con mucha habilidad me puso unas esposas. La imagen debió ser excitante, yo amarrada en el barandal, vestida de chacha y con esos enormes tacones. De pronto Laura comenzó a darme unas nalgaditas, y puso un consolador en una especie de base. El artefacto apenas rozaba mi culito, era enorme media unos 30 cms y unos 4 centímetros de grueso.
Laura desapareció un rato y volvió en media hora, traía un top negro ajustado y una minifalda del mismo color. Me comento que iba a salir con sus ex compañeras de la prepa y que volvía en un rato. Media hora después de que se fue comencé a sentir calambres en todo mi cuerpo, llego un momento en que no pude más y me quite los tacones, trataba de mantenerme en puntas, para no ser penetrado por el objeto, pero el cansancio me venció y me deje caer. Afortunadamente tenia un poco de vaselina, lo que ayudo, aunque el dolor era bastante. Mi culito ardía, pero mis piernas no respondían, estaba muerta y no podía levantarme.
A los pocos minutos, mi culito dejo de sentir ese ardor, pero mis piernas un no respondían. Pasados unos 5 minutos mi Volví a levantarme y ponerme en puntitas, pero conforme pasaba el tiempo el cansancio me ganaba y volvía a sentarme en esa especie de cetro de la sumisión. Así estuve aproximadamente por unos 40 minutos, hasta el dolor se convirtió en placer y comencé yo solo a sentarme en aquel artefacto. Resignado al placer de ese artefacto, llegue a un orgasmo inimaginable. Minutos después escuche la puerta abrirse, era Laura, quien había llegado con un tipo algunos años más joven que ella.
-Ves te lo dije es todo un mariconcito- Laura le dijo al tipo, quien me veia con asombro. Ella le dijo que yo era su novio, pero al descubrir mis gustos me dejo, que por eso ahora tenia que salir a los antros de la ciudad a buscar quien la atendiera. Y que al sentir lastima por mi, me había dejado vivir en su casa como sirvienta. El tipo quien no dejaba de burlarse de mi comenzó a toquetearme.
Laura se sentó en el sillón y le dijo que la follara frente a mi. El tipo me dijo que estuviera atento para que viera como se le debe coger a una mujer tan bonita como ella. En menos de lo que canta un gallo el tenia las piernas de Lau en sus hombros, ella estaba poseída mientras el tipo la penetraba con fuerza. Para humillarme más el tipo me preguntaba lo que sentía al ver como un verdadero hombre poseía a su novia. Ella gritaba de placer, y yo resignado a mi suerte observaba vestido de criada como Laura era reventada por el culo.
No pude contener mis lagrimas, el tipo se reía mientras laura se corrió. Quedo hecha un guiñapo y se dejo caer en el sillón. El tipo se acerco hacia mi burlándose, y me obligo a besar su pene. Después me dijo que el no había acabado y que necesitaba donde vaciarse. Saco el artefacto de mis entrañas se puso atrás mió. Mi corazón se agito de angustia.
Ahora si mariquita, eso te pasa por no darle placer a tu novia. Y de un solo golpe me penetro, comenzó con su degenerado mete saca, yo gemía, lloraba suplicaba que no lo hiciera. Mientras sentía aquella agonía, vi a Laura viéndonos. Su cara era de satisfacción al ver como era cercenada por ese animal.
Con sudor y lagrimas en lo ojos pude sentir el semen de ese sujeto en mis entrañas. Era abundante y cuando saco su grueso miembro, el liquido escurrió de mi culo. Estaba humillado y con los ojos llenos de lagrimas. El tipo me obligo a darle las gracias. Aventó unos billetes y salio de la casa. Laura se levanto, me quito las esposas y me hizo sentarme, aunque no pude. Termine recostada en la alfombra en posición fetal. Laura me dijo que estaba muy complacida. Le dije que no me gustaba, pero de pronto su furia callo sobre mi rostro en forma de cachetada.
-Pues tendrás que aprender a soportarlo, de ahora en adelante harás lo que yo te ordenes esta claro- Dijo Laura mientras le respondí con un femenino y sumiso si. De pronto con toda ternura me acarició y me dijo.
-Tranquila Dany con el tiempo aprenderás a ser una putita muy complaciente.- Me dijo mientras fuimos a la cama. Rendido y trastornado me acosté, de pronto llego Lau. Me hizo poner mis manos en la espalda, las esposo y me dijo que así dormiría de ahora en adelante. Me ordeno poner mi culito al aire y me metió un vibrador. Mientras una lagrima rodó de mi mejilla, ella con toda dulzura me dijo:
“Es por tu bien además ese lindo culito nos ayudará a cubrir los gastos de la casa.”