Feminizado en cuarentena por mi compi de piso IV

De nuevo en castidad pero mi novia me llama para hacer una videollamada.

¿Qué estaba haciendo? Había hecho una mamada a mi compañero de piso mientras estaba vestido con las bragas de mi novia. Aquello no iba a volver a ocurrir, nunca me volvería a poner el dispositivo de castidad y Juan y yo íbamos a olvidar todo lo que había ocurrido durante esos días. Me acosté con las ideas muy claras, iba a cortar aquello totalmente, de raíz.

A la mañana siguiente me sentía agotado, pese a que había dormido mejor que los últimos días. Al abrir los ojos vi allí la suave ropa interior que había llevado la noche anterior. Cogí el dispositivo de castidad de la mesita y sin pensarlo dos veces y me lo puse y volví a cerrar el candado.

Capítulo 1: https://todorelatos.com/relato/168446/

Capítulo 2: https://todorelatos.com/relato/168551/

Capítulo 3: https://todorelatos.com/relato/170125/

A mediodía recibí una videollamada de mi novia y me estuvo contando lo que había hecho en los últimos días.

-Tengo muchas ganas de volver al piso y de que estemos juntos. -Me dijo Marta vestida con una camiseta blanca de tirantes y unas braguitas negras, similares a las que había llevado yo la noche anterior mientras le hacía una mamada a mi compañero de piso.

Hacía ya mes y medio que no nos veíamos y se notaba que ella estaba también caliente y con ganas de jugar.

-¿Cuántas veces te estás masturbando estos días? ¿No preferirías que jugara con mi boquita?- Me decía mientras pasaba su lengua para humedecer sus gruesos labios.

Sus pezones se notaban duros debajo de esa camiseta, iba sin sujetador.

-¿Te gustaría verlas?

-Me encantaría.

Ella se baja los tirantes pero aún no me deja ver sus pechos. Se los continúa tapando con la camiseta, finalmente se la quita mientras se sigue tapando las tetas con sus manos y por fin me va enseñando sus pechos mientras juega a pellizcar sus pezones, los cuales ya se encuentran muy duros. Tiene unas tetas de un tamaño medio, pero firmes.

Coge el mango de un peine y lo pone en su canalillo, como si le estuviera haciendo una cubana.

-Marta, me estás poniendo malo.- Mi polla iba a romper la jaula metálica si mi novia seguía así.

Sacó su lengua todo lo posible y empezó a lamer la punta del mango del peine como si se tratase de mi glande.

Mientras hace esto noto como desliza una mano por dentro de sus bragas. Empieza a lamer y chupar el mango del peine de la misma forma que yo se la estaba chupando a Juan la noche anterior.

Poco a poco se va bajando las bragas y veo que pese a que no estamos juntos ha seguido depilándose y me muestra su conejito totalmente rasurado y libre de pelos.

Tengo unas ganas tremendas de hacerme una paja viendo ese espectáculo.

-Un segundo, Marta, tengo que ir al baño.

-¿Ahora, en serio?

-Es sólo un minuto, sigue, no tienes por qué parar.

Salgo corriendo de la habitación mientras veo que ella se prepara para meterse el mango del cepillo en el coño, el cual se nota mojado.

Entro de repente en la habitación de mi compañero de piso, sin avisar, el cual está tumbado en la cama sólo con unos bóxer azules. Su polla se nota algo morcillona y se marca su paquete.

-Juan, por favor, dame la llave.

-Así que te has vuelto a encerrar, ¿eh? Dudaba de si volverías a ponértelo después de dejar anoche que estuvieses libre. Bájate los pantalones.

-Lo hice sintiéndome totalmente humillado y a su merced. Al bajarme los pantalones le mostré las braguitas blancas que me había puesto.

-Veo que has cumplido con lo que te pedí. ¿Por qué tienes tanto interés en que te dé la llave? No te pensaba liberar hasta dentro de por lo menos tres días.

Mientras yo mostraba mi pene encerrado y sólo cubierto por unas braguitas, mi novia estaría follándose con el mango de un peine, no podía perder más tiempo.

-Estoy en una videollamada con Marta y necesito tocarme.

Al notar como su polla empezaba a agrandarse debajo de la ropa interior, me subí inmediatamente los pantalones.

-Si te dejo ahora liberarte después no vas a rendir y anoche fue espectacular.

-Te prometo que después nada más termine con Marta vuelvo y hago lo mismo que anoche.

-Ambos sabemos que no será así.-Tenía razón, en ese momento sólo quería tener algo de sexo con mi novia, aunque fuera simplemente hacerme una paja mirando cómo se mastrubaba.

-Mira, hacemos un trato, sorpréndeme y te daré la llave, así mañana disfrutas todo lo que quieras con Marta.

Me fui de la habitación sin contestarle nada, pero muy cabreado. Había sido yo el que hacía unas horas se había vuelto a encerrar en castidad, pero ahora no me apetecía volver a hacerlo.

Al regresar al ordenador Marta había parado de darse placer.

-Me estaba aburriendo, ya pensaba que no volverías, ¿no te estaba gustando el espectáculo?

-Sí, me estaba gustando mucho, cariño.

-¿Por qué no te bajas los pantalones y nos divertimos juntos?-Me dijo ella de forma pícara mientras se mordía el labio inferior.

No podía hacerlo, si me bajaba los pantalones vería que iba vestido con sus braguitas, no podía explicar eso a mi novia. Las bragas me las podría haber quitado en el baño, pero daba lo mismo, no podía quitarme los pantalones y mostrar que llevaba un cinturón de castidad.

-Dejémoslo para otro día, ¿vale? Estoy sin ganas de nada ahora mismo.

-¿En serio, me dices que llevamos sin follar mes y medio, te propongo jugar juntos un rato y no te apetece? no sé qué te pasa pero olvídame por hoy. -Y cerró la llamada sin decir nada más.

Intenté contactar con ella por la tarde, pero no respondía a mis llamadas ni a mis mensajes.

Tenía que conseguir esa llave y sabía que Juan no me la iba a dar hasta que superara lo de la noche anterior.

Miré hacia mi entrepierna y mis braguitas estaban algo mojadas de nuevo por el líquido preseminal.

Busqué la ropa interior que más me excitaba de mi novia, un tanga negro de encaje que era realmente sexy. Después me fui al baño y busqué el lápiz de labios de Marta, uno rojo que me ponía a mil cuando sus labios pintados me la chupaban.

Era la primera vez que hacía algo así y aunque fui con cuidado me salí en alguna ocasión, lo cual tuve que corregir. Así pintados mis labios parecían mucho más grandes y los sentía húmedos y sedosos, me gustaba la sensación. Me hacía unos labios como los que yo siempre había calificado despectivamente como "labios de chupapollas".

Me daba mucha vergüenza, pero me armé de valor y fui al cuarto de mi compañero de piso. Aún estaba tumbado en la cama simplemente con los bóxer. Me puse entre sus piernas y le bajé la ropa interior. Miré hacia arriba y le vi mirándome, expectante. Pasé la lengua por su glande y noté su sabor, algo salado. Sigo mirándole a los ojos mientras hago círculos con mi lengua por su capullo, empiezo a rodear su polla con mis labios rojos y sedosos, dejando algo de carmín sobre su tronco.

Intentó meterla por completo en la boca, había estado mirando unos vídeos sobre cómo hacer una garganta profunda, el truco está en sacar la lengua lo máximo posible. Después de varios intentos y alguna leve arcada, logro mi objetivo. Siento unos soplidos y jadeos de aprobación. La saco totalmente de mi boca y vuelvo a metérmela hasta que noto en mi nariz los pelos de su pubis. En ese momento sólo pienso en su placer y siento cierto poder haciéndolo.

Siento su mano posarse en mi nunca y me lleva el ritmo de la mamada, empujando mi cabeza hasta abajo para tenerla completamente dentro de mi boca. Me tuvo unos segundos retenido así con su polla totalmente hasta mi garganta, cuando me liberó cogí aire, ya estaba empezando a ahogarme. Tuve el tiempo justo para coger aire porque enseguida volvió a empujar mi cabeza para introducir de nuevo su polla entre mis labios pintados.

Se puso de pie y yo me quedé sentado en la cama. Volvió a llevar su polla a mis labios y yo abrí la boca para recibirle.

Empezó a mover la pelvis y a llevar el ritmo, me estaba follando la boca. Yo llevé mis manos a sus nalgas y le empujaba más hacia mí, estaba tan caliente que no controlaba mis actos.

-¿Te gusta tener mi polla caliente en tu boca?

Con su miembro dentro de la boca me era imposible contestar, pero emití un ruido que él creo que entendió como de aprobación. Siguió follándome la boca sin importarle cómo me sentía yo, simplemente buscando su placer.

-Túmbate en la cama. Me tumbé como me había ordenado, simplemente vestido con el tanga negro de mi novia. Se subió encima de mí y me aprisionó las manos con las suyas al los lados de mi cabeza. Dirigió su polla a mi boca y yo me resistí un poco, simplemente por hacerme el rebelde, pero finalmente abrí la boca para dejarle seguir follando mi garganta.

El siguió fuerte con sus embestidas hasta que noté que empezaba a descargar en mi boca. Tras obtener su orgasmo se quedó aún dentro de mi boca mientras yo tragaba todo su esperma. Había usado mi boca, me sentía simplemente como un juguete.

-Buf, ha estado muy bien, pero no es suficiente para obtener la llave.

-¿Qué?-Le dije cabreado empujándole de encima de mí y echándole a un lado en la cama

-Me gustaría verte con algún vestido de Marta.

En ese momento le habría dado un bofetón, pero sabía que si lo hacía tardaría mucho en conseguir la llave.

Me fui a mi habitación, cabreado y frustrado. Me miré en el espejo y se me había ido gran parte del pintalabios.

Mis braguitas estaban mojadas y estaba regresando de nuevo el dolor de huevos.

Me duché para refrescarme y quitarme el calentón y no me crucé con Juan, lo prefería.

Al llegar a mi cuarto, me tumbé tranquilamente en la cama a mirar Instagram y me encontré con una foto de mi chica en blanco y negro, tumbada en la cama y simplemente cubierta con la parte de abajo de un bikini. Los pechos se los tapaba con la mano, pero no dejaba mucho a la imaginación.

La foto, obviamente, tenía más de 300 me gusta.

__________________________________________________

Gracias por todos los comentarios y correos que me habéis enviado, que me han animado a escribir antes de lo que pensaba esta continuación. Espero que os guste tanto como a mí me ha gustado escribirla.

cyf4853@gmail.com