Feminizado desde niño

Historia de Antonio que es convertido en Arancha desde que nace por los deseos de su madre de tener una niña

Feminizado desde niño

Hola mi nombre es Antonio aunque todo el mundo desde pequeño me llama Arancha y vivo con mi madre María.

Ella siempre quiso tener una niña y cuando nací yo se llevó una terrible desilusión por lo que desde que fui un bebé me vistió con trajecitos rosas y vestidos de niña. Desde pequeño me llaman Arancha y nunca me he sentido identificado cuando alguien dice Antonio.

Mi mamá dice que a pesar de tener cuerpo de niño siempre fui una niña y tengo que acostumbrarme a ello, yo le he dicho que a mí me gusta ser chico pero lo que ha hecho es apuntarme a un psicólogo para que no tenga esos lios en mi cabeza.

Era Lunes y mamá me despertó,

  • Vamos Arancha, levantate y duchate que no vas a llegar al colegio.

  • Dejame cinco minutos más mamá.

Pero María le quitó las sabanas para que Arancha se levantara.

Me pongo en pie, he dormido como cada noche con mi camisón juvenil estampado con Minnie y unos corazones, me acerco al baño, me lo quito y me miro en el espejo, llevo puestas unas braguitas de la sirenita, me las quito y me pongo debajo de la ducha, me miro y ahí veo mi pene y pienso.

¿Si de verdad soy una chica como dice mi madre porque tengo pene?

Salgo de la ducha, me seco y vuelvo a mi habitación a vestirme.

Mamá me ha preparado la ropa del Colegio. Sujetador y braguitas blancas, medias por debajo de la rodilla de color verde, polo blanco y falda de tablas verde a juego con las medias.

Me pongo el uniforme, le doy un beso a mamá y me voy caminando hacia el Colegio.

Por el camino me encuentro a Carmen, una amiga de clase.

  • Hola Arancha, ¿que tal? Otra vez Lunes y otra vez a clase que rollo.

  • Pues si Carmen, que rápido se pasa el fin de semana.

Cuando casi estamos en el colegio, unos chicos que van a un curso mas que nosotras empiezan a reírse de mi.

  • Mirad el Mariquita que bien le queda la falda del uniforme.

Carmen y yo seguimos hablando de nuestras cosas, después de tantos años ya casi todo el mundo ve natural que vaya vestido de chica y aquellos que se ríen de mi son los menos.

Nos encontramos con Pablo y Juan que también van para clase.

  • Hola Arancha, hola Carmen.

  • Hola chicos, ¿que tal el fin de semana?

Nos metemos a clase.

A mitad de mañana, salimos al recreo. Los chicos casi todos juegan a la pelota.

Yo me quedo con Carmen y con Beatriz, mis dos mejores amigas jugando a la comba.

Volvemos a clase hasta la hora de comer que nos vamos a casa.

  • Hola mamá.

  • Hola hija, ¿que tal lo has pasado hoy en el colegio, Arancha?

  • Bien, mamá.

  • Esta tarde tenemos que ir a comprarte un vestido para el próximo Domingo que es el bautizo de tu prima Silvia.

  • No me gusta nada ir a comprarme ropa, mi madre siempre se empeña en comprarme los vestidos más femeninos para que no haya ninguna duda de que soy una chica.

Me visto para salir a comprar, me pongo una falda que me llega justo a la altura de las rodillas y una blusa de manga larga con hombreras que deja clarearse ligeramente el sujetador. Por debajo de la falda me he puesto unos leotardos de color azul. Mi madre sigue preparándome la ropa todos los días, supongo que lo hace para evitar que use alguna ropa que no le guste a ella y no vaya vestida como la niña que ella dice que soy. De hecho excepto en verano con algún short y en gimnasia en el colegio nunca llevo pantalones, siempre voy con falda o vestidos pero es que no tengo ningún pantalón aparte de esos.

Entramos en una tienda especializada en vestidos para bautizos, bodas y comuniones.

  • Hola, buenos días, buscaba un vestido para mi hija para un bautizo.

  • ¿Y tienen ustedes algo pensado?

  • Si, ella quiere un vestido de color rosa largo, va a ir acompañando a la bautizada y es la más mayor de las primas por lo que tiene que ser un vestido que le haga un poco más cria y no se note que va siendo un poco más mayor.

  • De acuerdo, este año nos han venido varios vestido de niña en rosa, miren, aquí pueden verlos.

  • Este me encanta es monisimo. ¿ A que a ti también te gusta Arancha?

Me gustaría decirle lo que pienso que no es otra cosa que una horterada de vestido para niñas más pequeñas, pero no puedo decirle eso a mamá:

  • Si mamá es una monada de vestido, quiero probarmelo.

Voy al probador, me lo pruebo y parezco una niña de 8- 9 años. Salgo para que me vea mi madre.

  • Arancha, estas guapísima con este vestido. Nos lo quedamos.

  • De acuerdo, ¿van a querer algo más?

Si, Arancha también necesita unas bragas para ese día.

El dependiente saca unas bragas de algodón para niña blancas.

  • Estas le quedarán a su hija muy bien, le cubrirán perfectamente.

Ponganoslas también.

Mi madre paga el vestido y las bragas y salimos de la tienda.

  • Que suerte hemos tenido Arancha de encontrar este vestido tan bonito.

  • Pues si mamá, yo en cuanto lo he visto sabia que con el voy a ir al bautizo tan guapa.

  • Vamos ahora a ver si encontramos un bañador para este verano ir a la playa.

Entramos en una franquicia y veo unos bañadores.

  • Allí están los bañadores mamá.

  • Vamos a ver que bikinis tienen que con ese cuerpo de princesa te quedará muy bien un bikini.

Escoge uno con la braguita tipo tanga. Si es el que le ha gustado es el que me va a comprar. Paso al probador, me lo pruebo.

  • Mamá, prefiero uno que me tape un poco más el culo.

  • Hija, eres joven y ahora que puedes enseñar cuerpo tienes que hacerlo, nos lo llevamos.

Vamos caminando por el centro comercial y nos encontramos a Beatriz y sus padres.

Beatriz y yo nos damos dos besos y nos decimos varias cosas antes de despedirnos.

  • Arancha, ¿esa chica quien es?

  • Es Beatriz, mi mejor amiga.

  • Es que te he visto muy compenetrada con ella.

  • La verdad es que nos gustamos.

  • Hija, te lo he dicho muchas veces, no quiero que mi hija sea lesbiana, tienes que relacionarte más con los chicos de tu clase, ¿No te hacen tilin Pablo o Juan? Se les ve muy majos a esos chicos.

Me callo y pienso para mi, también me va a obligar a salir con un chico cuando a mi lo que de verdad me gusta son las chicas.

Llegamos a casa.

  • Pruebate el vestido Arancha con los zapatitos de charol y unas medias claras para ver cómo te queda.

Me lo pruebo y salgo al salón.

  • Sonríe Arancha que te saque una foto.

Al final en vez de una foto han sido 5 o 6.

Me voy a cambiar, me pongo ya las braguitas con las que duermo y el camisón, salgo al salón y me pongo a ver el móvil. Ya ha puesto mi madre en su estado de WhatsApp las fotos que me acaba de sacar con el vestido y el comentario 'mi adorable princesita'.

Ceno y me voy a dormir, un día más siendo mujer, nada nuevo en mi vida, cada día lo tengo más asumido.