Femdom: Isthar (2)
La reina Arya sodomiza al general de su ejercito
Llegan a las dependencias de Arya. Jules, esclavo personal de la reina desde que ésta nació, abre la puerta de la sala. Él está desnudo. No le está permitido llevar ropa. Hace años que no lo hace, desde que su señora era una cría. La desnudez no era problema. Solo podía vestirse cuando salía de las dependencias privadas de su soberana, pero no era habitual que sucediera. La reina se sienta en un sillón, tira con fuerza de la correa y luego la suelta de la mano, aunque el aro sigue aprisionando su polla, que late de lo excitado que está; el general se arrodilla, lamiendo con devoción los zapatos de su Dueña. La reina sujeta una fusta con la mano derecha y juega acariciando la espalda del general con ella -"Os eché de menos, mi Ama. Os deseo tanto " Arya ríe y mete más de medio pie en la boca del general, al que parece que se le van a saltar las lágrimas cuando siente la punta de la bota de su dueña bien profunda en su garganta. Pero se sorprende a sí mismo imaginando que todo su pie entra en la boca. A veces sus deseos rozan el ser destrozado por su Ama. Pero ella es buena, le permite salir de sus embistes vivo, aunque agotado. Ella sabe hasta dónde llegar. Y él la sigue como un perro, arrastrado, fiel y confiado. -"Sé que me deseas, esclavo, y quiero que me demuestres cuanto". El otro pie pisa el sexo del general con fuerza. -"¡Agh!" El pie de la boca ahoga el grito El hombre se siente orgulloso de ser el elegido para servirla de este modo. Su cuerpo fibrado y musculoso y su enorme altura hacen que se vea extraño, postrado y servil ante una Dama que es mucho más delgada pequeña y estilizada. -"Quítame las botas, niño". Las órdenes son obedecidas de inmediato. La reina, displicente, coge una fusta de la mesita cercana. Cae la primera bota. El general se atreve a posar un beso en el pie de su Ama. La segunda, y otro beso Pero antes de poder seguir, su señora le sujeta con fuerza el pelo y lo lleva hasta su entrepierna. ¡Oh, que maravilla! Demián tiembla y comienza a lamer por encima de la ropa interior, dejándola húmeda. Su lengua es incansable, y desearía estar así horas. Mientras Arya "premia" la adoración del general con algunos fustazos en su espalda, que dejan marcas rojas. A ella le gusta dejar patente que no tiene que ser justa con unos buenos azotes. Su excitación crece gracias a la habilidad de su general y deseosa de sentir más, con la mano izquierda separa las braguitas y deja entrever su sexo y ano. El general sigue lamiendo con más intensidad. Primero hunde su lengua en la vagina y luego baja hasta el culo, metiendo con suavidad la punta de la lengua dentro. Recorre los pliegues de su piel, sin querer levantar la cabeza para nada. No querría ni respirar, solo sumergirse en el sexo de su Señora. Su único deseo es llevarla con su lengua hasta el orgasmo y poder sentirlo en su cara. Jules trae un enorme consolador con arnés y la reina se lo pone. No necesitan hablar. Él sabe lo que su diosa quiere en cada momento. Está observando la escena, sin celos. Solo intervendrá si su señora quiere Pero no sería la primera vez que le hace participar, a su Ama le divierte ver como dos esclavos se cruzan, así que casi todo el sexo que ha tenido en los últimos tiempos es gay. Por otro lado es algo de lo más habitual en un planeta donde las mujeres escasean. La reina está imponente con ese falo falso El general lame ahora la polla de látex lubricándola con su saliva, la nota fría, en comparación con el sexo suave y cálido que lamía antes. Chupa, mojándolo bien pues sabe que su Ama disfruta de penetrar sin otro lubricante que no sea ese -"Suficiente. Ve a la mesa y te tumbas en ella, con el culo en alto. Y tu Jules, ábreselo con las manos" Demian se tumba boca abajo sobre una mesa cercana, con sus pies en el suelo, pero el tronco apoyado por entero en ésta. Jules se acerca y separa las nalgas del general, lamiendo su agujero para prepararlo para la Reina. Ella observa la escena, con una mano sujetando esa gran polla. Aria coloca el falo en el agujerito del general, y con un golpe de pelvis lo mete hasta la mitad. El general gime dolorido, pero su polla asoma por debajo, grande y dura, con la anilla y la cadena de antes. -"¿Disfrutas, perro? Jajajaja". La reina de otro golpe la mete entera y comienza con un vaivén cadencioso, follando profundamente al general. De vez en cuando la saca entera y hace que Jules la lama, mientras ella comprueba cuan dilatado está el general, metiendo sus dedos por el culo