¡Feliz!...¡Año!...¡Nuevo!
De esta forma tan particular felicito a mi sobrina
En Nochevieja.
Estamos en un gran salón del complejo residencial cercano al mar donde se han reunido todos los residentes. Hay mucha mas gente, aunque nosotros estamos con gran parte de la familia que tiene por costumbre reunirse en esta fecha para recibir juntos el año nuevo.
- “Vamos, vamos…venid todos a hacer la foto…que queda muy poco para las doce”, dice uno de mis cuñados con el celular entre las manos ansioso por captar la ultima foto del año de toda la familia.
Hacemos una compacta fila en el fondo del salón apretujándonos entre nosotros para buscar nuestro hueco en la foto. Es una tradición familiar de la nochevieja y todos nos prestamos a seguirla.
Mis hijos y los demás niños se colocan en primera fila, en el centro los abuelos y luego a un lado y a otro los adultos. Este año es muy especial pues a mi lado izquierdo tengo a mi esposa, que sujeto poniendo el brazo por detrás de su cintura. A mi derecha esta mi sobrina que se ha agarrado a mi brazo con fuerza como tratando de mostrar de forma inconsciente lo muy unidos que estamos.
Todos saben que me acompaño en el viaje a Las Vegas y que este curso vive en nuestra casa. Nos ayuda en el cuidado de los niños y al mismo tiempo gana mucho tiempo en transportes pues vivimos muy cerca de la facultad de medicina donde cursa sus estudios.
Por unas causas o por otras, la pose para la foto se alarga lo que me permite disfrutar del contacto de los pechos de mi sobrina apretados contra mi brazo. Esta situación tan inocente en apariencia me hace recordar los intensos encuentros que estamos manteniendo desde aquel viaje compartido a Las Vegas.
Hoy está especialmente atractiva y me encanta sentirla tan cerca. Esta radiante, alegre y simpática, luciendo su insultante hermosura con los toques de sofisticación de una mujer joven, dueña de su destino y con ganas de vivir una vida intensa.
Lleva un mini-vestido negro que se adapta como un guante a sus curvas. En la parte superior es como un corpiño cruzado que abraza sus pechos, dejando un amplio escote con una pequeña apertura donde comienza el estomago.
A continuación empieza una faldita corta con vuelo que termina en la mitad del muslo. El pelo lo lleva recogido en un tomate flojo e informal en lo alto de la cabeza. Zapatos con puntera y medio tacón de aguja, y una gargantilla con unos colgantes de estrellas.
Está realmente espectacular pues resalta la hermosura de su cuerpo y el carácter atrevido de mi sobrina. Todos los hombres presentes nos sentimos orgullosos de tenerla en la familia. Yo lo tengo mucho peor porque además de reconocer que es un bomboncito, se que también es toda una mujer ardiente, apasionada, curiosa.
Aprovechando que todos están atentos a salir bien en la foto y miran al frente, para bajar la mano desde la cintura de mi sobrina donde la tenia apoyada para llevarla hasta rodear la curva de sus glúteos. Uhmmm, que travesura mas deliciosa. Ella se hace la desentendida y me deja que le apriete un cachete.
Su implícito permiso me anima, y continuo sobándole el culo hasta que me da un cariñoso manotazo para separar mi mano de su esplendido trasero por miedo a ser descubiertos en este lance.
Tras una larga sesión de fotos con los celulares de varios de nosotros la fila se deshace y nos disponemos a comer las doce uvas que la tradición señala.
Suenan las doce campanadas y se desata el jolgorio. Por fin hemos dejado atrás este horroroso año y saludamos con mucha alegría al año nuevo. Nos abrazamos efusivamente, nos besamos e intercambiamos nuestros mejores deseos.
Después viene el brindis, la música y el baile. Tras un rato de diversión decidimos que los niños deben ir a dormir y Davinia se presta a ser ella la que los lleve a su habitación.
Dejo que pasen unos minutos antes de subir hasta el tercer piso donde tenemos nuestro apartamento. Le he dicho a mi esposa que iba a ver si Davinia se arreglaba bien con los niños y echarle una mano. Ella se ha quedado bailando alegre los típicos bailes de verbena que tanto le gustan.
Subo la escalera, me cruzo con otros residentes que bajan al baile llenos de alegria propia de la celebración, sin prestar atención a que voy a contracorriente al encuentro de mi sobrina.
Cuando entro en el apartamento reina el silencio y la oscuridad. Mi querida sobrina ha conseguido acostar a lo niños en un tiempo record. Antes de que pueda dar mas de tres pasos, siento como me abraza y nos fundimos en un apasionado beso, tras lo cual nos deseamos un feliz año nuevo.
Enseguida vienen nuevos besos que intercambiamos de forma atropellada. La abrazo, la cojo en volandas y doy vueltas sobre mi, preso de una gran alegría y excitación. Pongo la mano sobre su muslo y la subo hasta perderla debajo de la faldilla. Pongo la palma hacia arriba y la pongo en su entrepierna para abarcar todo el sexo.
Davinia me besa entre suspiro y suspiro, deseosa de recibirme por primera vez este año nuevo. Está muy excitada, y su apasionamiento me estimula aun mas. Le froto bien la entrepierna por encima de la braguita colocando el dedo medio justo encima de la raja, hasta que noto la humedad de su chocho.
Es el momento de desabrocharme el cinturón, dejar caer el pantalón hasta el tobillo, sacarme la polla y encararla hacia su sexo. Ella me ayuda echando la braga a un lado para que el camino a su vagina quede libre.
De pie, enfrente el uno del otro, estimulo su sexo frotando con la punta de mi verga sobre sus labios buscando la penetración. Tengo que bajar la cadera para buscar un ángulo adecuado, solo puedo introducir un poco la punta. Mi sobrina gime impaciente quiere que la penetre, quiere sentirme dentro de ella, que mi polla abra sus carnes. Y le de todo el placer espera.
Davinia busca algo donde apoyar su pie en alto para favorecer la penetración, yo bajo la mano hasta poner el antebrazo por detrás de rodilla.
Me coloco frente a ella que mantiene las piernas abiertas a la medida de los hombros. Le tomo la pierna izquierda, la separo y elevo la pierna por encima de mi cintura con lo que su sexo queda completamente abierto a mis embestidas. Ahora si que le meto toda la polla dentro y la hago gemir como una perra.
Le doy fuertes empujones que hacen que su cuerpo brinque hacia arriba con cada uno de ellos, teniéndose que agarrar fuerte a mi cuello para poder mantener el equilibrio. La tomo fuerte por la cintura y muevo la cadera para picotear con mi verga dentro de su sexo con intensidad y fuerza.
“Así, así… dame fuerte…cabrón mio….dámela toda….asi, así”, dice entre gemidos y gritos entrecortados.
“Feliz…Año… Nuevo… Feliz…Año… Nuevo…querida… Davinia”, le susurro al oído entre empujón y empujón. A cada palabra le acompaña un empujón por lo que no me canso de repetir la tan repetido deseo: F E L I Z A Ñ O N U E V O.
- “siiii….siiii… querido tío… hazme feliz…este primer día… y todo el año”, dice ella mientras me sigue besuqueando y mordisqueando por toda la cara y el cuello.
Esto que me dice y me hace me encabrita aun mas, lo que hace que le de con mas ganas y mas ritmo. A pesar de todo, la penetración no es demasiado profunda y la postura no es nada cómoda. La cambio aprovechando que la corta faldilla de mi sobrina se puede subir fácilmente para dejar su culo a mi alcance.
En la postura de los pies en la tierra estamos los dos de pie, Davinia me da la espalda. Apoyo las manos sobre las caderas para poder tirar de ellas hacia mi, mientras mantengo mi pubis pegado a su culete para que mi polla la penetre profundamente por detrás.
Mi sobrina se apoya contra la pared para mantener más fácilmente el equilibrio, aguantando los duros empujones que le doy. Resopla, gime y aprieta los muslos para sentirme entrando y saliendo de su chocho como un perro en celo.
“Siiii… me viene…me viene….” dice mientras se oye fuerte el chasquido de la piel al impactar mi pubis con su culo en cada empujon.
“Uffff, uffff… Davinia…me tienes loco…” le grito mientas me apresuradamente me retire para correrme fuera de ella para no correr el riesgo de ensuciarla con mi leche. Esta tan guapa y sexy con el vestido que ha elegido para hoy que no me gustaria que se lo tuviera que cambiar por culpa de una mancha indiscreta.
Solo han pasado diez minutos, suficientes para tener nuestro primer encuentro del año y que haya sido tan fantástico como siempre. Volvemos a la fiesta, a celebrar la entrada de este año en el que hemos puesto todas nuestras esperanzas.
Dicen que van a salir a pasear las maletas alrededor de la manzana, no se si eso traerá suerte o no, pero es una bonita tradición. Yo prefiero ponerle un billete en el zapato, aunque para eso tendré que esperar a que se duerma.
¡Feliz Año 2021, querida Davinia!