Feliz y divertido final del 2021.

Dia 21 de diciembre todo preparado para pasarlo bien. Día 22 llega la tempestad, todo cambia, da un giro de 180º y la calma llega en el fin de año. Donde todo se desata de una manera espectacular, hasta con parejas que era impensable que tuvieran un cambio tan radical.

La vida, por lo menos la mía, es como un velero en alta mar. Que navegas igual en aguas tranquilas, que en aguas turbulentas. Con viento a favor o con viento en contra. Pero siempre sin dejar de navegar y esto es lo que me sucedió el día 22 de diciembre. El 21 me pase toda la tarde ultimando todo. Me acerco el 22 al trabajo, en cuestión de diez veinte minutos y todo cambia.

Lo previsto era estar el día 22 en Zaragoza a la hora de comer, zamparme un ternasco al horno con patatas, en un sitio que lo hacen de morirse y esa noche en Bilbao en otro sitio especial cenar unas cocochas de merluza en salsa verde. Pero ya lo dice el refranero español… “El hombre propone y Dios dispone” y eso es lo que sucedió, mis planes preparados al detalle dieron un giro brusco y fue cuestión de adaptarse a la situación. Pero esa es otra historia que no voy a contar.

El día 26 se relajó todo, pero ya no merecía la pena ir a ningún sitio y continúe en el campo preparando la fiesta de fin de año que empezaba el día 28. En principio la fiesta de fin de año se presentaba muy relajada y con parejas invitadas, que exceptuando Tiano y Adriana, no tenía noticias ni la más leve sospecha de que navegarán por mi mundo de “libertinaje” y “desenfreno”, eran parejas asentadas y monógamas.

Con Aitana en principio se había torcido un poco la relación. De hecho tenía pensado haber quedado para tener una noche nada relajada los dos a solas y al final ella cambió de opinión. Quedo con Aitana y me doy una escapada para verla y tener una conversación, porque me cansan este tipo de situaciones y si hay que decir ADIÓS, pues se dice. Que si con alguien me costó y me dolió, con ella no me costaría ni me dolería. Aunque si me fastidiaría.  Cómo sé que tienes dos dudas, como mínimo, compaginar esos días por el trabajo y lo más importante, saber dónde es el sitio y voy dispuesto a su “tercer grado”. Comemos juntos y como supuse inició el interrogatorio, al principio de forma sutil y luego aparcó la sutileza. Era bastante desconfiada, no me quedó otra que decirle que me acompañara a mi trabajo. Lo vio todo, habló con Victoria mientras solucionaba un problema que había surgido ese día y después le pregunté si ya se animaba a venir a la fiesta.

Dijo de ir a tomar algo y lo hablábamos. Fuimos a una cafetería cercana y donde me conocen. Nos sentamos y cuando vamos a iniciar la conversación, se acerca un “conocido” y me habla de un asunto profesional. Trato de quitármelo de encima lo antes posible y cuando lo logro, inicio la conversación y Aitana está enfrascada con el móvil, algo que me molesta muchísimo cuando estoy con alguien, me da igual hombre o mujer. Me dice con dos movimientos de la palma de su mano, que espere. Estuvo fácil más de diez minutos y mi paciencia empezaba a llegar a su límite.

- Si vas a seguir tan ocupada dímelo, que me acerco a mirar unas cosas a la tienda de electrónica que hay enfrente y en un rato vuelvo. ( Por fin me mira )

- Estaba viendo cosas sobre ti, porque me parece muy heavy lo que has hecho. Seguro y para que lo entiendas bien… te habrás partido el culo a mi costa. Diciéndome las tonterías de cuál era tu profesión.

- No me he reído de ti ni nada parecido. Por eso no me hace sentir mal lo que me acabas de decir.

- ¿Es algo que haces habitualmente?

- Si, porque si conozco a una mujer interesante, lo que menos me apetece es hablar de mi trabajo. Eso puede venir después si congeniamos.

- ¡AHHH…! El habernos acostado juntos, pregunto… ¿Eso es congeniar?

- Jajaja… algo sí.

- Y te ríes… ¿Me quieres cabrear del todo?

- Jajaja… ni lo quiero ni lo pretendo. Me hace gracia que tengas ese mosqueo encima. Por eso te he llevado a mi trabajo, para en vez de explicarte lo que hago lo vieras. Cómo también te invitaría a mi casa, a la que he estado viviendo este tiempo, porque prácticamente me he mudado a otra y supieras más de mí, porque eso te haría decidirte a venir o no al fin de año.

- Y te sigues riendo… lo estás arreglando.

- Mira voy a hablar muy serio, porque veo que no me dejas otra opción. Tú has dudado de mí desde el principio… no quisiste venir a mi casa porque no te fiabas. Al fin de año has estado retrasando la respuesta por si acaso. Has dudado de mí hasta pensar que era un delincuente…

- Tampoco te me pongas así que…

- No me pongo de ninguna manera, es bien sencillo. ¿Quieres o no quieres venir a pasar el fin de año conmigo? ( Se quedó unos segundos pensativa )

- No me importaría, pero me cuesta mucho no conocer a nadie.

- Me conoces a mí. De todas maneras es gente normal, el único raro soy yo.

- Pero quiero que quede claro dos condiciones, que si me encuentro mal, me marcho y que me tienes que venir a buscar porque mi coche está “pachucho” y no estará bien para ese día.

- Me molesta que me pongan condiciones, pero esta vez voy a poner una, iniciaremos el año, resolviendo lo que tenemos pendiente.

- Que obsesión con mi trasero.

- ¿SI o SI?

- Pocas opciones me dejas.

- Pues te tendré una sorpresa.

- UF… ya me empiezo a arrepentir. ¿me va a gustar o me voy a arrepentir?

- Jajaja… ya me lo dirás tú a mí.

Ya se había solucionado todo, siempre y cuando a última hora no se echará de nuevo atrás. Que si lo hacía, por mi parte sería la última vez. Ya estaban todos los invitados, que no llegaron todos a la vez. Porqué los primeros fueron Adriana y Tiano, los segundos Ray y Daniela, el resto llegó al día siguiente a lo largo de toda la mañana. La única que quedaba por llegar era Aitana. Que me escape a recogerla el día que habíamos quedado, pasando antes a recoger algunas cosas de la cena, porque el resto lo llevarían donde lo había encargado. Que era todo comida en frío. El buffet estaría compuesto por tablas de quesos variados, jamón al corte, embutidos, canapés variados, brazo de gitano de espinaca y salmón, piñas rellenas de marisco… había un poco de todo y para comer el día uno.

Aitana ya iba preparada, nada de ir lavada como se suele decir. Quien la viera se fijaría en ella. Durante el camino iba nerviosa y no dejaba de decirme que no sabía qué hacía en el coche y en mi fiesta. Me pregunta… “Bueno… ¿y me puedes decir cuál es la sorpresa?” y sonriéndome, sin quitar la vista de la carretera le digo que no, pero que quedaba poco. Al llegar estaban todos bulliciosos como suele ser habitual, presento a Aitana y la reciben muy bien. Después de esos primeros minutos, la llevó a su habitación y le digo que es la suya, se queda dubitativa y al final me pregunta… “¿Es que no es tu habitación?” me pregunto extrañada y sin entender lo que pasaba.

Con tranquilidad y tacto respondo… “Cumplo con lo que te digo, que te sientes bien, pues lo hablamos y te cuento la sorpresa. Que no te encuentras bien pues te llevo donde quieras, que te encuentras regular, en esta habitación tienes de todo y puedes bloquear la puerta desde dentro” me dio un beso en la mejilla diciéndome que de momento aunque era prematuro decirlo, le habían causado buena impresión el resto de la gente. Todo casi se echa a perder cuando Ray como siempre, no estaba dispuesto a que fuera una fiesta típica y en un momento dado dice con su “gracejo” habitual… “El año se termina calentándose y se inicia follando, a ser posible con parejas distintas y al final con la de cada uno” , claro pensaba que se iba a armar la mundial, pero no fue para tanto conociéndolos.

Mariano el más conservador de todos, un hombre duro donde los haya negociando o habiendo intereses crematísticos por medio, en esas situaciones no tiene amigos, algo que siempre que nos vemos le reprocho, pero es un caso perdido, estudiamos en el mismo colegio pero el tres cursos por arriba. Nos unió el deporte y luego negocios en los que coincidimos. Incluso en mis inicios coincidimos en la misma empresa, donde tuvimos un enfrentamiento que luego el tiempo diluyó. El motivo de que estuviera es que me lo encontré en Madrid y en una cena me invitó a una fiesta de fin de año, que ni tan siquiera la tenía organizada, para no verme forzado a ir, que no me apetecía, le dije que yo lamia si la tenía organizada y se apuntó.

También tenía otras peculiaridades, le gustaba mucho aparentar en todo y el puesto de trabajo que tenía le ayudaba. Muy buen conversador pero muy falsete, porque tenía la habilidad de contentar a todo el mundo. No le hacían gracia los homosexuales ni los “promiscuos” como yo, que eso era su martilleo particular contra mí. Las mujeres tenían que adaptarse al hombre y para él estaba justificado el concepto de que un hombre tiene más necesidades sexuales que una mujer. Menos mal para él, que ese tipo de comentarios los hacía solo cuando estaba con los amigos de siempre y no con todos.

Se había divorciado hacía siete años y unos meses. Casándose con una mujer despampanante, siete años más joven que él, la cuando llegaron. Se casó un mes después de casarse, lo que me decía y por algún comentario de ella, que ya estaban saliendo antes de divorciarse. La mujer se llama María Eugenia, es de los que lleva a la mujer como un trofeo. Delgada, color de pelo castaño, melena, una cien más o menos de pecho, un culo sobresaliente en todos los sentidos y unas piernas muy bonitas. Los labios retocados pero le quedaban muy bien.

Pero a lo que iba. Mariano al oír a Ray… “EH… QUIETOS, PARADOS… vosotros hacer lo que queráis, en eso olvidaros de mi mujer y de mi” lo dijo muy serio, al borde del cabreo, pero para mí sorpresas algunos decían que darle un poco de picante a la noche tampoco era malo, pero decían que solo un poco de picante. A eso dije yo… "Cuidado que se empieza con unas gotas de picante y luego se acaba resoplando” se rieron y así quedó todo de momento.

Algunos se pusieron lo que se dice contentos, porque la tarde para ellos fue muy entretenida con el alcohol. Si no seguían bebiendo aguantarían la noche, de lo contrario… había un grupo de cuatro que no paraban, mientras hablaban de política y arreglaban el país, entre ellos estaba Mariano. El resto habíamos dejado de beber y estábamos bastante frescos. Estaba fuera y salió Aitana, quería hablar…

- Bueno, ¿Cómo te encuentras?

- Muy bien, para que lo sepas no me encuentro a disgusto y me estoy riendo sin parar.

- Pues mira me alegro mucho.

- Pero espera, lo que ha dicho Ray sobre lo de la noche, yo paso de eso, no por nada, es que no me pone ningún tío de los que hay.

- Me parece bien, no estás obligada a hacer nada que no quieras. Pero por curiosidad… ¿Qué te parecen Mariano y Eugenia?

- Mariano es un repelente machista y con mirada sucia. Eugenia una tía que me ha caído muy bien y que no se merece el cerdo que tiene por marido. Y una mujer muy guapa con mucho estilazo.

- Pues te voy a decir mi sorpresa… ¿Te apetece y te atreves que seduzcamos a Eugenia o a otra?

- ¿ME LO ESTAS DICIENDO EN SERIO? (Cara de alucinar y me mira fijamente) LA OSTIA… lo estas diciendo en serio.

- Y si te preguntas porque ella. Porqué es heterosexual que sepa y como me contaste que te gustaban a ti que lo fueran y aunque alguna sería coser y cantar, con ella tendremos que currárnoslo. ( Se quedó mirándome fijamente y le brillaban los ojos ) ¿Qué me dices?

- Pues te digo… pensaba que tu sorpresa podía ser que me vistiera de algo, que nos lo montáramos en algún sitio raro, que nos grabáramos… y ahora te lo JURO, es la primera vez que un ser humano me pone al nivel más alto de excitación, por no decir cachonda como una perra. Es que no me lo esperaba. Me va el reto y me apetece un montón.

- Pues vamos allá. Que no va a ser nada fácil.

Se la veía decidida y decidimos ir improvisando. Desde ese momento Aitana se volvió la sombra de Eugenia y no paraban de reírse, se les veía mucha complicidad. Si salía lo pasaríamos bien y si no salía seguro que también, porque solo de intentarlo estaríamos los dos cachondos perdidos. Un grupo se puso a jugar con juegos que había traído Ray, dos tipos de juego con dados, uno suave y otro nada suave, como también un juego muy moderno basado en el juego de la botella. Empezaron jugando con los dados más suaves y al final de la noche la situación se desmadraría sí o sí, porque es lo que trae empezar a jugar a eso.

Me puse a bailar con unas y con otras, todo tipo de música y busqué el momento preciso para bailar pegado a Eugenia, mientras Mariano defendía muy eufórico su manera de ver el mundo y como no, a si ídolo Simeone. En un momento de la noche, no eran ni la dos de la mañana, hubo un pequeño conato de riña entre los que más habían bebido, como siempre a causa de la bebida y de la política. Me tocó poner orden y los dos que tenían la curda más grande, uno de ellos Mariano, que solo le faltaba gatear, los llevamos a sus habitaciones a dormir la mona.

Eso nos estropeó los planes a Aitana y a mí, porque Eugenia se despidió para irse con su marido y Aitana se me acerca… “UNA MIERDA… no pienso dejar que se vaya a dormir” y fue tras ella. Pasó bastante tiempo y aparecieron las dos riéndose, se pusieron bebida nueva y se vinieron a bailar. Bailando quedábamos pocos. Aitana se puso a bailar una música muy sensual con Eugenia y esta le seguía el juego, pero no dándose cuenta de las intenciones aviesas de Aitana. Cuando se quedaron solas me uní a ellas e hicimos literalmente un sándwich a Eugenia, que se reía y solo decía… “Si aparece Mariano me da algo, pero él se moriría… jajaja…” y de momento era solo eso, un “juego” que a todas luces parecía inocente, pero poca inocencia había.

Ninguna de las dos estaba bebida, porque daban un sorbo, dejaban la copa en cualquier sitio y seguían haciendo cualquier cosa. Muchas copas pero poco consumo. Para mi mejor así, que no se pusieran malas. Las había dejado unos minutos solas y al regresar Aita inició un “numerito” improvisado… “¿No podemos ir a otro sitio? Que hay uno que mira muy sucio y eso me incomoda” Eugenia apoyaba a su nueva mejor amiga… “Es que cuando sientes que alguien te mira así es que te pone de mala leche, te comprendo. Pero aquí está muy chulo, las luces, la música…” y fue cuando intervine rápido… “Tengo un sitio exclusivo pero es solo para mí” , Aitana era un portento.

Inició un acoso hacia mí para que las llevara a ese sitio y Eugenia era su eco. Cuando digo que bueno, solo me exigen que lleve una botella de pulque, una bebida mexicana que trajo alguien y que ya no quedaba. Protestaron y luego me pidieron malfy gin rosa, que había sido un éxito esa compra que hice y que ya no quedaban botellas a la vista. Pero si quedaban y me lleve una botella. Las lleve a mi habitación y al entrar en ella, se quedaron mirando todos los detalles, que no eran muchos y en Aitana se podía percibir cierta desilusión. La nueva habitación era mucho más grande que la otra, ninguna de las dos la conocía, por lo que no podían hacer comparaciones.

La iluminación estaba a tope y fue Aitana quien dijo… “¿No os molesta tanta luz? Por lo menos un poco menos… ¿NO?” y en eso ultimo me miro con insistencia, mientras se sentaban juntas en el mismo sillón. No dije nada, m limite a sacra hielo de una mini nevera y servirles la ginebra rosa, Aitana que seguía sin quitarme la mirada, se debía creer que no la había entendido con su primera mirada. Me senté y desde allí mismo hice que los espejos quedaran a la vista, que sonara una música melódica y después se apagaron las luces para quedarse encendida una luz negra ( Para quien no lo sepa, es una luz ambiental de color violeta y que hace resaltar algunos colores, como el blanco ) por eso al encenderse se veía especialmente la ropa de la cama que la había puesto blanca, resaltaba mucho, como los sillones que aunque no eran blancos también resaltan y parte de la ropa de ella como mi camisa.

La cara de Aitana cambio y se le puso más cara de traviesa. Deje que ella sola actuase, quería observar como lo hacía, porque no es que hubiese perdido seguridad, la excitación que tenía la hacía tener un toque de nerviosismo. Me pidió si no tenía música como al de antes. Entendí que quería la que a ella le había servido para tontear con Eugenia, la seleccione y entonces se levantado dando un saltito y animo a que Eugenia hiciera lo mismo. No hizo falta que insistiera y se pusieron a “perrear” con unas canciones y lo hacían muy bien, porque poseían dos culitos envidiables. Sin que se lo esperasen cambien la música y era una lenta. Aitana ni pregunto, se abrazó a ella pasando los brazos por su cuello y Eugenia pues los paso por su cintura. Las miraba y con esa luz las hacia más bellas.

Habían pasado de estar hablando y haciendo comentarios mientras perreaban, a quedarse en silencio. Cada vez estaban más juntas y me di perfecta cuenta cuando Aitana iba a besarla, desde que me di cuenta tardo segundos en unir sus labios a los de Eugenia. Fue un beso muy suave, solo en los labios y después fue un beso a boca abierta pero no muy normal, hasta que se volvió brutal y duro bastante minutos, hasta que Eugenia se apartó… “MADRE MIA… ¿Qué HE HECHO?... personarme, me voy…” se iba a ir cuando Aitana, la cogió con suavidad, le decía algo a su oído y que no podía escuchar, lo que si me di cuenta es que Eugenia se relajaba y Aitana sumamente la fue llevando hasta la cama y ella se dejó caer.

Aitana me hizo una mirada rápida de satisfacción y se puso entre las piernas de Eugenia que lanzó un fuerte gemido diciendo… “Estamos locas, no me gustan las mujeres… AAAHHH… pero sigue…” Aitana debía ser muy buena porque Eugenia cada vez gemía más, pasando de los gemidos a los gritos. Aitana ya había conseguido lo que quería, había encendido al límite a Eugenia, que cuando paro Aitana, se empezaron a desnudar mutuamente, sin dejar de besarse ni de acariciarse. Estaban desnudas y Eugenia estaba perfecta, un cuerpazo bien cuidado. Aitana no se anduvo con miramientos y una vez que la tumbo en la cama, se sentó sobre su boca.

A los pocos segundos gemía más fuerte que Eugenia y sus comentarios subidos de tono delataban que estaba muy cachonda… “Carlos que bien hemos elegido, menuda lengua tiene la zorrita, me está follando que me tiene super cachonda, como la mueve, que maravilla… acércate que te coma ese pollón que es lo único que me falta” lo decía mirándome a la cara y con sus tetas bien hinchadas, acariciándose sus pezones, invitándome a que fuera. Pero quería seguir viéndolas y ya intervendría cuando quisiera, pero siempre que Eugenia no se sintiera mal.

Lo que si hice fue desnudarme con mucha tranquilidad, sin prisas y delante de Aitana que me miraba con deseo. Aitana lanzó gemidos entrecortados, demostrando que estaba en un orgasmo muy deseado y cuando termino, se fue al coñito de Eugenia y en pocos segundos hizo que tuviera el orgasmo que antes le corto. Estaba sentado observándolas y mi polla estaba súper erecta. Se besaban y se acariciaban, de nuevo se les volvía a alterar la respiración. Hubo un momento en que pensé que se iban a correr las dos a la vez y se pararon en seco. La primera que se bajó de la cama fue Aitana que se vino para mí.

Se puso a besarme y su boca sabía a coñito, estaña deliciosa y acariciaba mi polla. Animaba a Eugenia a acercarse pero no se decidía, nos miraba desde la cama. Después de estar un rato pasando su lengua por mi polla, empezó la mamada y al rato veo que se acerca Eugenia, hago que se acerque más y nos morreamos, su boca también sabía muy bien. Deja de morrearme y hace algo imprevisto, algo que no me esperaba y que desconcertó de la misma manera a Aitana. Agarro la melena de Aita, le dio un tirón quitándole … “QUITA PUTA; VA A SER MIA… ¡¡MIRA y APRENDE!!” y vaya si tenía que aprender, ni lamidas ni nada parecido, se metió la polla hasta la garganta sin preámbulos y luego, se la sacaba y se la metía a un ritmo brutal.

Aitana y yo no perdíamos el tiempo, ella se pudo de pie en el sillón, para que pudiera comerle bien el coñito… “Te lo voy a comer, pero ves haciéndote a la ide de que te voy a desvirgar el culito” y me puse a comer su coñito hasta que se corrió. Eugenia paro de comerse mi polla… “Joder tío… ¿Es que nunca te corres? Qué barbaridad” me eche a reír y entonces dice… “Te he oído y quiero ver cómo le desvirgas el culo a esta puta” las dos ya usaban el mismo lenguaje. Lo que hice fue cambiar las luces, para que se pudiera ver bien reflejada con los espejos, eso si la luz era la suficiente, nada excesiva y como tenía todo preparado, no le di tiempo ni a pensar y con la ayudante inesperada que había surgido iba a ser más excitante.

Le pase un tubo de lubricante a Eugenia, que me entendió y no se lo pensó, se puso a lubricar el culito de Aitana mientras le decía… “Si fuera por mí, no te pondría nada, que lo sintieras como un hierro ardiendo… quiero ver cómo te abre el culo de puta que tienes, que se te quite esa cara de niña pija” y Aitana, que a pesar de que Eugenia le estaba metiendo los dedos en el culito sin ningún tacto, le dice… “Aquí la única puta que hay eres tú. Que seguro que tu marido ya ha dado de si el culo y no tienes que sentir nada” y Eugenia le da una buena leche en el culo, nada de azote y le dice algo que me sorprende y me pone cachondo… “JAJAJA… Mi culo esta inmaculado, que el amariconado de mi marido cuando lo va a intentar y en el momento que tiene que hacer un poco de fuerza, el mulle se le afloja” las dos se echan a reír de forma excitada.

Ya tengo mi polla colocada en la entrada de su culito, lo voy haciendo como siempre hago en esos casos, sin prisa pero con las menores pausas posibles, estando atento a que no se sienta mal y que lo disfrute. Aitana no se quejaba y enseguida me di cuenta de que tenía que ir más lento de lo que pensaba, porque su culito era muy estrecho y estaba costando que se adaptara, presionaba completamente mi polla y por eso hice que Eugenia se pusiera debajo, haciendo un sesenta y nueve, aunque Aitana tenía levantado parte de su cuerpo y se agacho un poco para facilitar a Eugenia que le comiera el coñito.

Eso hizo que Aitana se relajara un poco, la relajación definitiva se la daría yo, con una técnica que no falla nunca. Azote su culito con contundencia y ya solo la sorpresa que se llevó, hizo que pudiera meter un poco más mi polla. Seguí un rato haciendo eso y cuando se agacho para comerle el coño a Eugenia, supe que ya estaba relajada del todo y en ese momento me fue más fácil follarme su culito. Una vez que tenía mi polla completamente dentro de su coñito, Aitana con la ayuda inestimable de la lengua de Eugenia se corrió y fue la señal de follarme con ganas el culito.

Ya no había protestas y cada vez la follada era más contundente haciendo que se corriera de nuevo. Eugenia solo se había corrido una vez y quería que me follase su culito, que a ella si le gustaba, pero me mostro su preocupación por el tamaño, ya que nunca le había entrado algo tan grande. Aitana que parecía agotada, me cambio el preservativo y nos decía que ella me ayudaría. Se coloco debajo haciendo lo que le había hecho Eugenia. Antes de empezar a follarme su culito me quede mirando como Aitana prácticamente le devoraba el coñito, lo hacía con unas ganas tremendas.

No le puse nada en el culito, solo llevaría la lubricación del preservativo. No quise ser brusco, entraba mejor que con Aitana, sin punto de comparación. Aun así Eugenia no me dejaba de decir que se sentía muy bien, pero que fuera despacio. Metía y sacaba si avanzar mucho más, pero cuando estaba en la mitad más o menos y sin que se lo esperara, cuando le estaba comiendo el coñito a Aitana, con un movimiento potente y seco de mi cintura, le metí el resto de la polla hasta el fondo.

Dejo de comerle el coñito a Aitana para decir… “CABRONAZO… QUE GUSTO QUE ME HA DADO y más con la polla ardiendo que tienes” y se lanzó a comerse de nuevo el coñito de Aitana, que ahora les costaba por la forma salvaje de mis embestidas. Aitana se acabó quitando de abajo y se quedó mirando extasiada como el culito de Eugenia recibia mis embestidas que eran profundas, emitiendo nada más que sonoros y profundos gemidos. No hay nada mejor que un buen culo que aguante con gusto una buena follada. Pero Aitana no quiso quedarse solo mirando, porque con sus dedos acariciaba el clítoris y el coñito de Eugenia, consiguiendo que tuviera hasta dos corridas, cada cual más brutal.

No quería que mi corrida se quedara en el preservativo, por eso saque mi polla, me quite el preservativo y les dije que no aguantaba más que me corría. Aitana me pidió que me corriera en las tetas de Eugenia, para luego comérselas. Eso hicimos, Eugenia se colocó tumbada boca arriba y me corrí en sus tetas, Aitana no se esperó y le limpio las tetas. Luego se besaron entre ellas y Aitana al acabar sonriendo me dijo… “Ahora entiendo porque me decías que me hubiera enterado… menudo corridón… ¿Siempre los tienes así?” no le conteste, me limite a sonreírle y me fui al baño.

Las dos coincidieron en una cosa, ya estaba clareando el día y no querían que nadie las viera salir de mi habitación, por eso se fueron a las suyas. Dormí un poco más de dos horas, me levante y corrí un poco, no lo de siempre, por los excesos de la cena de la noche anterior. Al regresar vi alguna cara larga, supongo que alguien que había hecho algo que se arrepentía ahora o alguien que no había hecho nada y se arrepentía, que podía ser una de las dos cosas. Adriana tenía cara de pocos amigos, le pregunte y se limitó a decirme que algo que le había sentado mal, lo que no la dejo dormir bien. No me la creí y pensé que estaba enfadada por no hacerla caso.

Las que disimulaban bien eran Eugenia y Aitana, que estaban hablando entre ellas como si nada y Mariano cotilleando lo que hablaban las dos. Ni se imaginaba lo que había pasado esa noche, la culpa de el por haber bebido más de la cuenta. Otros estaban un poco resacosos pero pletóricos, a algunos les salió bien la noche. Ya habíamos quedado que la comida de fin de año no nos íbamos a complicar, habíamos encargado tres paellas grandes y teníamos cosas para picar. Unos se fueron a recoger las paellas en varios coches, Adriana con otra de las mujeres quisieron bajar para ver si había algo más que comprar, eso quería decir que iban en busca de pan de ajo.

Me quede preparando el picoteo y hombres de los que quedaban no se ofreció ninguno, pero la mujeres todas. Entre ellas estaba Araceli, una mujer que ahora tendría sobre los 46 o 48 años, aunque no los aparentaba para nada. Era una mujer que como decía ella, tomaba todas las “medidas” necesarias para estar siempre físicamente impecable y puedo confirmar que era verdad. La conocía desde hace unos 18 años. Porque su marido fue en su día mi jefe. Siempre supe que le gustaba y lo cierto que ella a mí también, porque era y es una mujer de las que se puede decir que por sus poros rezuma sensualidad y sexualidad.

También sabía que esa noche no participaron en nada, porque su marido es la persona más discreta que pueda existir y de los que dice que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda. Su marido fue uno de los que se fue y como se fueron muy pronto tardarían en regresar. Araceli en un momento dado se acercó a mí y pego su boca en mi oreja… “Llevo años esperando que te decidas y si es por tu amigo… no te preocupes que no le importara…” lo dijo todo suavemente, susurrando y finalizo dándome un lametón seguido de un pequeño mordisco en mi oreja, exactamente en el lóbulo.

Reconozco que me puso cachondo, primero por cómo me lo dijo, segundo por ser ella y tercero… porque me ponen muy cachondo las mujeres decididas, las que no se cortan y saben lo que sean, lo que quieren y van por ello. Se alejo un poco se giró y su sonrisa me lo decía todo, igual que la mía le respondía de la misma manera. Ya me tenía “atacado” y la comida estuve igual. Después de comer y como no hacia mal día, montamos la sobremesa al aire libre y otra vez más de uno se animó a beber más de la cuenta. Algunos se fueron a echar una siesta porque la noche fue muy larga y en ese momento aproveche para hacer una seña a Araceli que entendió perfectamente y con mucho disimulo me siguio hacia la casa.

Fuimos a mi habitación y justo fuera había como una terracita con un par de sillones. Araceli nada más entrar en la habitación se quedó un poco cortada por si alguien nos podía ver desde fuera y no la hice caso. Nos besamos y el inicio de los besos le hizo olvidar todo. Ya estaba medio desnuda y su marido apareció con dos hombres más, uno de ellos llevaba una silla y se sentaron, ella se quedó contadísima y la agarre por detrás, poniéndola prácticamente frente a la cristalera, se resistía y se quería ir. Hasta que se dio cuenta de que miraban pero no podían ver el interior, eso la puso muy cachonda.

La deje desnuda y ella quiso desnudarme, una vez que estuve desnudo miraba mi polla empalmada, creí que se iría por ella, por la mirada que tenía y no, se fue por mis pezones, los lamio y los mordió de forma muy agresiva, me cogió la polla e hizo lo mismo, la acariciaba y la apretaba con cierta violencia. Hice un tanteo, dándole un azote bien fuerte y su mirada fue de ponerse muy cachonda. Desde el primer día que la vi, mi opinión era que le gustaba el sexo fuerte, no sé, pero las veces que he tenido esa percepción no me he equivocado. Ahora agarré su melena con fuerza y tire de ella hacia abajo, se gacho y empezó a comerme la polla. Sabía que no íbamos a tener mucho tiempo, pero iba a ser muy intenso.

Cogí el mando e hice que se abriera la “sala” escondida. Al ver Araceli todo lo que había se le escapo una exclamación… “Que hijo puta, si llego a saber esto antes… que tiempo perdido” y se fue hacia adelante levanto los brazos y me los ofreció para que la atara. Todo fue rápido y al momento estaba azotando su culo con las palas primero, pero como decía que eso era poco, con un látigo de varias puntas, que al impactar hacia más ruido de lo que realmente dolía. Cuando ya tenía el culo bien rojo la solté, nos fuimos al sillón especial y allí se sentó sobre mí, no me follaba, cabalgaba con frenesí y miraba hacia la cristalera. Eso la ponía más cachonda, no tardo en correrse y segundos después se corrió varias veces, era multiorgásmica. Mientras lo hacía acariciaba sus pechos y sus pezones, que además de acariciar estos últimos se los “castigaba” y ella lo disfrutaba.

Era el momento de follarme es culo con el que tantas veces había soñado, no me resulto complicado y en ese sillón la penetración es más profunda y se puede follar con más intensidad. Pero la intensidad fue mucho más porque sin buscarlo, sin esperarlo, me vino el culo de alguien a la cabeza y se lo folle con toda la rabia del mundo (Cómo sé que en los comentarios me preguntaran el culo de quien lo diré aquí y ya está contestado, el fabuloso culo de ZINTHYA) ella se contenía, hasta que la dije que nadie podría oírla y entonces se desato gritando.

Al ser multiorgásmica se corrió varias veces y al final pidió un respiro. Pero no lo hice seguí follándola hasta que estuve a punto de correrme. Que se la saque e hice que me la mamara y me corrí dentro de su boca. Se lo trago todo  y se relamió mirándome. Le ofrecí una bebida para quitarse si quería el sabor o disimularlo…

- De eso nada, quiero que me sepa a lo que me sabe, porque luego quiero ver si mi marido se da cuenta.

- Pero dime una cosa… ¿Hasta dónde sabe el de esto?

- El me deja hacer lo que quiero, solo me pide dos cosas que sea selectiva y discreta. Bueno y luego contárselo con detalle.

- ¿Solo eso?

- Siempre acaba insistiéndome que le gustaría más verme, peo a mí me da corte. Pero hoy viéndolo así, tan cerca, me ha puesto muy cachonda, lo mismo me lo replanteo.

- Pero sabe que tú y yo íbamos a hacer algo.

- Jajaja… pues claro, porque te crees que hemos venido. Que ya intente que folláramos en la boda de Jorge, que lo tenía todo preparado, pero fue cuando los dos empleados tuvieron un accidente grave viniendo de un trabajo y saliste como un loco, para estar junto a ellos y sus familias.

- Ya me acuerdo, pero no recuerdo que hicieras ningún “movimiento” de acercamiento.

- No me diste ni tiempo. Y mi intención anoche era que la pasáramos juntos, pero desapareciste y no te volvimos a ver. Por eso le dije a mi marido que se apuntara voluntario a ir a por las paellas, porque pensaba follarte en ese momento.

Luego se fue y me dijo no te muevas, está atento. A los pocos minutos la vi aparecer junto a su marido y le dio un beso con lengua sin cortarse, el no expreso nada, pero por como movió sus labios, supe que se había dado cuenta. Poco después se fueron casi todos los invitados. Araceli y su marido que tenían previsto marcharse esa tarde decidieron quedarse. Al final nos quedamos Ray, Daniela, Araceli y su marido Santiago que tiene 58 años y esto sí es seguro. Algo había pasado y salí de dudas cuando Araceli me dijo… “No te lo he consultado, pero he imaginado o mejor dicho he querido imaginar que no te importaría pasar la noche juntos y que Santiago nos viera… ¿Te apetece?” y le conteste que luego le contestaria. Preferí hablar antes con Santiago a solas.

- Santi, quiero hablar contigo y supongo que sabes de que es.

- Pues claro que lo supongo. ¿Qué quieres saber? Que como puedo ser tan depravado o como quiero eso.

- Te equivocas, no es la primera vez que estoy con una pareja o en esta situación y no es una situación que me extrañe, pero mucho menos que me escandalice. Lo que quiero saber es si lo haces porque no te quedan más cojones o por que lo quieres.

- ¿Cómo porque no me quedan más cojones?

- Me refiero, porque algún caso he conocido, que tu mujer te lo exija porque si no te deja…

- Que va, en absoluto. Es una decisión que principalmente fue mía, lo único que eso si fue una exigencia de ella, no hacerlo delante de mí y ahora por fin no le importa.

- Ya lo tengo claro, pero ahora… ¿Esta noche que quieres que pase? ¿Hasta dónde quieres participar?

- Quiero verla en su esplendor, mi participación solo será mirar y a lo sumo acariciarla a ella, besarla…

- Bueno ya veremos que sucede…

Lo vi seguro, sereno, tranquilo y decidido. No le supuso ninguna vergüenza hablarlo conmigo, nuestra conversación fue de forma natural, como lo hacíamos habitualmente en nuestras conversaciones. Si hubo alguien se cortara algo fui yo. Por lo que me había contado Araceli, ella había tenido varios encuentros muy esporádicos en el tiempo con dos hombres y que ya hacía más de tres años que no los tenía. Me fui a mi habitación y llame a Ray por móvil. Que lógicamente el cuándo contesto a mi llamada en ningún momento hizo ver que era yo quien le llamaba. Le explique todo y si le apetecía que nos folláramos a Araceli entre los dos, la respuesta fue más o menos la que me esperaba… “Por supuesto, lo único que Daniela hay que meterla y eso sí, nada de follártela, que ya sabes por qué” y quedamos que llevaría yo la iniciativa como siempre.

Ya tenía todo ideado y Ray me llamo que quería decirme una cosa… “Que Daniela no está de acuerdo, que dice que jugamos todos o no jugamos” y le respondí que eso lo tenían que solucionar ellos. Ray tenía dudas y le entendía, por eso trate de que no se sintiera mal… “Oye hermano, si no puede ser hoy, pues ya será otra vez, que no te preocupes ni fuerces situaciones que no queráis” y lo dejamos así. Esa noche la pasaríamos Araceli, Santiago y yo. Después de cenar Ray hizo lo que sabía que iba a hacer, se despidió de la noche alegando que saldrían al día siguiente temprano y nos dejó solos.

La tensión se palpaba y no era tensión sexual. Era la primera vez de ellos en estas historias. Éramos amigos de hacía muchos años y aunque Santiago lo tuviera claro en “teoría” ahora mismo debía de estar su cabeza y su estómago funcionando a toda marcha. Araceli estaba pendiente de que hacíamos, porque su marido no paraba de hablar y tal vez un poco más acelerado que de costumbre. Puse música y adapté las luces. Invite a Araceli a bailar, rápidamente los dos entramos en “calor” porque mi erección era notable y ella se pegaba lo más que podía para sentirla.

A pesar de que había iniciado el juego con Araceli, estaba pendiente de Santiago y vi que literalmente se estaba descomponiendo. No creo que le estuviera haciendo mucha gracia, porque eso se ve a la primera, si el marido lo está disfrutando o no y mi experiencia era que lo estaba pasando no mal, MUY MAL. Por eso en una de las carantoñas con su mujer, le susurre a Araceli que nos dejara solos y ella dijo que iba al baño.

- Santiago, ahora que tu mujer se ha ido al baño… ¿No lo estas pasando bien, verdad?

- Tranquilo, vosotros seguir.

- Santiago, esto es para pasarlo los tres bien, si tu no estas cómodo, que se te nota, lo dejamos.

- Que no, por mí no te preocupes. Además se lo he pedido yo a Araceli y ahora no voy a decir que no.

- Pero eso no es así. Lo dejamos y si en otro momento te encuentras mejor pues lo intentamos. Que entiendo que ha sido todo muy precipitado.

- Que no Carlos. TU SIGUE.

- Es que me sabe mal verte así.

No hablamos más del tema y esperamos que llegara Araceli, que a ella si se la veía animada. Bebimos un poco y de nuevo nos pusimos a bailar. Note que Araceli venía a por todas. Nos dimos un morreo bestial y luego de reojo mire a Santiago. El morreo fue la prueba de que lo estaba pasando muy mal. Por eso de pronto me eche la mano a la tripa y me queje. Araceli me pregunto qué me pasaba… “Que ya hace rato, tenía como nauseas, como si algo me hubiera sentado mal. Seguro que la salsa ( una que tomamos solo Ray y yo por ser muy picante ) algo hice mal” y Araceli se lo trago, porque decía que era demasiado picante. Les pedí disculpas y allí se acabó la velada nocturna.

Desde mi habitación llame a Ray, para decirle que mañana en el desayuno dijese que había estado toda la noche mal con la salsa y le explique lo sucedido. Por la mañana Ray y con ayuda de Daniela lo bordo, hasta se tomó una manzanilla con una tostada con aceite para disimular. Al despedirnos mi amigo me dijo… “GRACIAS… y tenemos algo pendiente” luego me despedí de Araceli que me deseo que me pusiera mejor y que la próxima vez que fuera por Madrid que les llamara. Al final se marcharon antes que Ray y Daniela.

Les acompañe a su coche y estuvimos hablando entre diez y quince minutos antes de que se subieran al coche. Me quede mirando como se marchaban y me fui hacia la cocina para ver en la pantalla cuando llegaban a la puerta y abrirles. Una vez que les abrí, me fui a busca a Ray, llevándome una sorpresa. Porque él estaba sentado en un sillón desnudo, Daniela sobre el desnuda y follándoselo. Me quede parado y antes de que dijera nada, Daniela que había girado la cabeza al oírme llegar… “A tu hermano no le importa si participas pero solo por detrás” y no me lo pensé dos veces, me desnude y con el culito de Daniela no había problema.

Tiene un culito bien preparado por Ray, dije que iba por un preservativo y Ray me dijo que no había problema que se había puesto un enema y estaba perfecta. Se quedaron quietos y empecé a follar su culito, hasta la mitad con tranquilidad y cuando le dije a Ray que se moviera, le metí el resto… “Que buenos que sois los dos. Ray aprende de tu hermano, que sabe cómo follar bien un culo” esto hizo que Ray la follase con rabia y ya puesto inicie mis embestidas sacándole quejidos y gemidos potentes.

Ray le castigaba duramente sus pezones, mientras yo azotaba sus nalgas con dureza y Daniela nos retaba a los dos a que fuéramos menos indulgentes. Nos provocaba y la muy puta lo disfrutaba, sobre todo porque a Ray le picaba muy bien. Lo sacaba de sus casillas. Sabia darle lo que le gustaba. Ella se había corrido varias veces y decía que la estábamos matando a placer. Cuando Ray dijo que estaba a punto de correrse le dijo que se esperase, quiso que dejara de follarla el culito. Se tumbo en la alfombra y le dijo a Ray que se corriese dentro, que no la sacase hasta que ella no dijese que quería quedarse embarazada ya.

Mientras a mí me dijo que me corriera en su boca. Así lo hicimos nos corrimos los dos a la vez y ella se tragó todo. Luego siguio provocando a Ray… “Seguro que con lo que se corre tu hermano, me dejaba embarazada a la primera” y Ray que todavía no se la había sacado, se puso a follarla con furia de nuevo hasta que se volvió a correr. Ella se quedó un rato tumbada en la misma posición, decía que no quería moverse para que no se le saliese nada. Ray riéndose… “Dani eres una cabrona, no haces más que provocarme, eres muy mala” y nos echamos a reír los tres.

Y para empezar bien el año tres canciones…

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